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lunes, 30 de mayo de 2011

PROPUESTA DE UN SISTEMA ELECTORAL PARA UNA DEMOCRACIA REAL

La democracia moderna siempre ha planteado un problema de representación al basarse fundamentalmente en la representación por delegación no imperativa en virtud de la cual los electores dan su confianza a una persona por un periodo de tiempo determinado en el que dicho representante puede hacer lo que le de la gana con el poder que se le ha confiado.

Si bien es cierto que no existe un sistema electoral perfecto que permita la representatividad justa y equitativa de todas y cada una de las sensibilidades existentes en una sociedad plural, pues todos los sistemas electorales tienden a favorecer a los partidos mayoritarios, no es menos cierto que hay sistemas y modelos electorales que proporcionan mayor representatividad y control sobre el representante por parte de los representados. Tal podría ser el caso del sistema mayoritario a dos vueltas, uninominal y de representación imperativa.


El sistema electoral mayoritario a dos vueltas, uninominal y de representación imperativa consiste en dividir al Estado en tantos distritos electorales como diputados hubiera que elegir pues por cada distrito electoral se elegiría únicamente un representante (en España habría que constituir 350 ó 400 distritos electorales). Estos distritos electorales deben constituirse de tal forma que en cada uno de ellos exista un número de habitantes similar para conseguir que cada distrito electoral sea representativo de un similar número de electores.

Posteriormente se celebrarían elecciones a dos vueltas, en la primera de ellas se podría presentar todo aquel que quisiera mientras que en la segunda vuelta solo se podrían presentar los dos candidatos más votados, siendo definitivamente elegido aquel candidato más votado en la segunda vuelta.

Por su parte el candidato electo vendría obligado para con todos los electores de su distrito electoral por el “Mandato Imperativo”, es decir, no podría dar su apoyo a resoluciones parlamentarias o iniciativas legislativas para las que no hubiera sido expresamente autorizado por los electores quedando así obligado a representar en todo momento a su distrito electoral consiguiendo “logros sociales y económicos” para la población de su distrito no pudiendo apoyar resoluciones que vayan contra los intereses del distrito electoral por el que ha sido elegido. Para ello, además, pesa sobre el diputado elegido la obligación de mantener abierta durante todo su mandato y a su costa una “oficina del diputado” a la que puede dirigirse cualquiera de los ciudadanos del distrito para formular sus quejas o sus propuestas que podrán ser llevadas al Congreso de los Diputados.


El sistema mayoritario a dos vueltas, uninominal y de representación imperativa tiene la ventaja de primar a las personas sobre los partidos políticos pues el poder de estos queda muy diluido además de ser un sistema de listas abiertas porque para presentarse a las elecciones en cada distrito los ciudadanos que deseen hacerlo no precisan de ser avalados por la lista de ningún partido, al presentarse candidatos individuales y no listas partidarias. Además al ser un sistema mayoritario a dos vueltas, favorecerá los pactos y acuerdos entre los dos candidatos más votados y los demás candidatos minoritarios quienes a cambio de prestar su apoyo a uno u otro candidato mayoritario en la segunda vuelta podrán hacer que éstos incluyan en sus programas algunas de sus propuestas legislativas pudiendo ser, además, incluidos como asesores en la “oficina del diputado”.


Este sistema mayoritario a dos vueltas, uninominal y de representación imperativa, sin ser perfecto, favorece la participación política de las minorías, bien a través de los pactos a los que se lleguen entre los candidatos de la primera y segunda vuelta, o bien, a través de la “oficina del diputado” que actuará en todo momento y durante todo el tiempo que dure la legislatura como órgano asesor y de control del diputado y de participación popular garantizando además este sistema electoral en gran medida la separación de poderes entre el Legislativo y el Ejecutivo al no estar los representantes sometidos a la disciplina de partido alguno y solo deberse a su Distrito Electoral.


lunes, 23 de mayo de 2011

VALORACIÓN DE LAS ELECCIONES DEL 22 DE MAYO

Tras la celebración de las elecciones autonómicas y municipales del pasado 22 de Mayo del 2011 se impone hacer una valoración de los resultados electorales que permitan hacernos una idea de la realidad social y política en la que las mismas han situado al país.


En primer lugar es incuestionable el notable avance del Partido Popular que ha ganado en prácticamente todas las capitales de provincia salvo en siete y ha obtenido quinientos mil votos más que en las pasadas elecciones municipales del 2007 que se traducen en un aumento de la representatividad institucional en tres mil trescientos concejales. Este triunfo arrollador del Partido Popular significa que el electorado no ha castigado a este partido por los casos de corrupción política que le han salpicado y hace muy posible que en las elecciones generales del año próximo obtenga una victoria electoral por mayoría absoluta solo equiparable a la que consiguió el Partido Socialista en 1982.


Por su parte el Partido Socialista Obrero Español, obtiene los peores resultados de su historia al perder algo más de millón y medio de votos y algo menos de dos mil quinientos concejales. Este millón y medio de sufragios perdidos por el histórico partido socialista no han ido a beneficiar a la Coalición Izquierda Unida porque éste agrupación política solo ha visto incrementados sus votos en poco más de doscientos mil que se han traducido en un incremento de su representatividad institucional en tan solo doscientos concejales.


Hasta aquí, los resultados eran, más o menos, los esperados y reiteradamente anunciados por las encuestas, no obstante lo más indicativo ha sido el incremento del voto en blanco y nulo así como la abstención, que aunque menor que en las elecciones del 2007 aún se mantiene en un alto nivel. Así en estas elecciones, la abstención ha alcanzado el 33´77 por ciento con casi once millones ochocientos mil electores que no han acudido a la convocatoria electoral, es decir, más de una tercera parte de los ciudadanos convocados a las urnas no ha ejercitado su derecho al voto, por otra parte el voto en blanco se incrementa en estas elecciones alcanzando el 2´54 por ciento con casi seiscientos mil sufragios mientras que igualmente aumenta el voto nulo que alcanza el 1´70 por ciento con casi cuatrocientos mil votantes. La suma de los porcentajes de abstención, voto en blanco y voto nula arroja el dato de que el 38´01 por ciento de los votantes llamados a las urnas (un total de 12.684.280 ciudadanos) esta claramente disconforme con el régimen político imperante en España o no se siente representado por el mismo por lo que no participa en los comicios u opta por manifestar su disconformidad y protesta con el voto en blanco o el voto nulo.


Otro dato indicativo es la reaparición, con fuerza renovada y con un potencial electoral inesperado pero para nada sorprendente, de la coalición Abertzale “Bildu” que con 1´39 por ciento de los sufragios y 313.231 votos se convierte en la primera fuerza política en número de concejales de la Comunidad Vasca por delante del histórico Partido Nacionalista Vasco que pierde más de ciento cincuenta concejales a pesar de conseguir 327.100 Votos (17.000 votos más que en las elecciones del 2007). Este resultado electoral en el País Vasco no puede menos que cuestionar la pervivencia del pacto PSOE-PP que sostiene el Gobierno Vasco pues dicho gobierno ha dejado de ser representativo ante la correlación de fuerzas políticas existente tras las elecciones municipales del 22 de Mayo.


Finalmente es de indicar la irrupción en el panorama político español de Unión Progreso y Democracia, el partido de doña Rosa Díez, quien obtiene el 2´06 por ciento de los votos y con 465.125 sufragios logra ciento cincuenta y dos concejales en toda España. El éxito de este partido debería ser objeto de un análisis sociológico profundo realizado por personas expertas pues, a pesar de estar liderado por una antigua dirigente del Partido Socialista Obrero Español que llegó a ser Consejera de Comercio, Consumo y Turismo del Gobierno Vasco nacido del pacto PNV-PSOE en 1991; se ha convertido en el refugio de un sector importante de la derecha sociológica disconforme con la moderación y tibieza que, a su entender, muestra la dirección del Partido Popular.


Asimismo, y por último, también debe mencionarse la reaparición en el panorama institucional español, tras casi treinta años de ausencia, de la extrema derecha representada por los hasta ahora microscópicos grupúsculos “España 2000”, que logra cinco concejales (uno de ellos en la localidad madrileña de Alcalá de Henares) y “Plataforma por Cataluña”, que pasa de dieciséis concejales a sesenta y cuatro.


Siendo los resultados y los porcentajes surgidos de las elecciones autonómicas y municipales del 2011 los arriba reseñados, solo cabe concluir que, a pesar de quienes lo pretenden negar u ocultar con aplausos y bailes de exaltación del triunfo, hay en la sociedad española un poderoso malestar que se ha traducido en estas consultas en un notable incremento en el cuerpo electoral de legítimas actitudes antisistema y contrarias al régimen imperante, bien porque no vota o porque vota en blanco o en nulo o porque vota a opciones políticas claramente contrarias al marco constitucional surgido del llamado “consenso” de 1978. Esto debería llevarnos a todos los ciudadanos (que no a la casta política española que, atrincherándose detrás de la “todopoderosa” Constitución de 1978, ha demostrado ser ciega y sorda ante la realidad socio-política) a una profunda reflexión sobre el futuro político del país que seguramente debería dar por finiquitado todo el régimen nacido de la llamada transición y de la Constitución de 1978 yendo a un proceso constituyente que elaborara un nuevo y definitivo texto constitucional que, recogiendo las demandas sociales y políticas individuales de los ciudadanos y las colectivas de los pueblos que integran el Estado Español, solucionara los graves problemas generados por las crecientes tendencias centrífugas existentes en la política española y por el divorcio definitivo que se manifiesta entre las instituciones políticas del Estado y la sociedad.


jueves, 19 de mayo de 2011

15 - M: LA PRIMAVERA ESPAÑOLA

Cuando el 21 de Marzo entró la estación primaveral, todos pensábamos que iba a ser una primavera más, con sus lluvias, sus locos días de intenso frío y de calor abrasador y, por supuesto, sus alergias. Lo que no nos imaginábamos es que esta Primavera iba a ser especial, porque iba a emular a otras primaveras que han pasado a la historia como la Primavera de Praga o el Mayo Francés y que las principales reacciones alérgicas se iban a detectar entre la clase política.

Todo empezó el pasado día 15 de Mayo cuando una importante multitud de ciudadanos abarrotó las calles madrileñas en pacífica y legítima manifestación para reclamar una Democracia Real y mostrar su malestar contra una casta política que tiene secuestrada las libertades y que gobierna en beneficio de unos intereses poco claros haciéndonos cada día más pobres y menos libres.

Esta “Primavera Española” ha conseguido reunir a miles de personas de la más diversa procedencia generacional y de un amplio espectro ideológico que hasta hace cuatro años votaban, con mayor o menor ilusión, a unas opciones políticas que les han defraudado de forma continuada y constante permitiéndolas comprobar en sus propias carnes que este régimen de representación delegada no funciona, que se les reclama una vez cada cuatro años para elegir a un representante que una vez electo se olvida de ellos y no les vuelve a hacer caso hasta que les tenga que volver a solicitar el voto.

El 15-M ha significado un despertar de personas que no quieren ser súbditos ni consumidores sino ciudadanos libres en un régimen político de representación y participación directa y ha tenido tanta fuerza que ha conseguido por primera vez en treinta años preocupar gravemente a la casta política que nos mal gobierna, la cual ha empezado una campaña de desprestigio afirmando que se trata de jóvenes radicales antisistema que posee un importante componente lúdico-festivo, es decir, acudiendo casi a los mismos argumentos que han utilizado muchos de los tiranos que están siendo arroyados en el Norte de África por las protestas populares (recordemos aquello de “borrachos y drogadictos” de Gadafi).


Este movimiento ciertamente no es espontáneo sino que se ha ido gestando durante los años y años en los que la casta política ha realizado una política social y económica de Trágala, pero ahora, la ciudadanía ya no “traga” más y “lo quiere todo y ahora” porque ya lleva muchos años esperando con esperanza defraudada cual Vladimir y Estragón, los personajes de la obra de Samuel Beckett “Esperando a Godot”.


Durante muchas décadas, la casta política española, más aún ibérica; ha ido creando un régimen pervertido de falseamiento constitucional en el que, sobre el papel, se reconocían unos derechos que se negaban en la realidad, nos han hecho creer que participábamos en la gestión de la Res Pública por el simple hecho de acudir a las urnas cada cuatro años teniéndonos en cuenta en todo momento, pero ahora, tras años de sospechas, hemos comprobado que a nuestros políticos no les importamos, que han conducido a la ruina a miles de familias y que han vaciado unas arcas públicas que, ahora, nos tocara volver a llenar con nuestro sacrificio. Nos han demostrado incesantemente que cuando hay tiempos de “vacas gordas” los beneficios son para unos pocos y cuando vienen las “vacas flacas” a todos nos toca sacrificarnos generosamente para salir a flote.

Así pues, a todo este régimen de imposturas se le ha caído la máscara y la buena gente reclama otro sistema político y económico donde, para empezar, exista una democracia real para continuar reclamando un sistema económico más acorde con el planeta limitado en el que vivimos y con las justas exigencias de prosperidad, desarrollo y justicia de los más desfavorecidos. La sociedad española ha dado un primer paso en un largo y hermoso viaje que solo puede terminar cuando se llegue al destino deseado, no obstante, siendo de esperar que el régimen se defienda; hay que advertir que hay que continuar ampliando base y que jamás hay que caer en provocaciones, pues de lo poco que puede hacer retroceder a los que ya son nuevos Argonautas, es la irrupción de la violencia.


En definitiva, esta “Primavera Española” aparece como el principio del fin de un régimen político solo sustentado por intereses creados y supone la hermosa floración del deseo de vivir, no solo de sobrevivir, en unas personas que entre otras cosas no entienden, porque nadie puede entender, que se haya eliminado en la declaración de la renta la desgravación por vivienda habitual mientras se sigue manteniendo la desgravación por cuotas satisfechas a sindicatos y partidos políticos cuando lo primero es una necesidad mientras lo segundo es un simple acto de voluntarismo.


lunes, 16 de mayo de 2011

LA SAPIENCIA DE DON PÍO

Corría el año 1904 y aquella tertulia, que había abierto el gallego Ramón María del Valle-Inclán en el Nuevo Café de Levante, hervía por las noches con la flor y nata de los intelectuales de la Generación del 98 y los artistas más significados, entre ellos Ignacio Zuloaga, Gutiérrez Solana , Santiago Rusiñol, Mateo Inurria, Chicharro, Beltrán Masses o Rafael Penagos.


Y aquella tarde noche del 13 de mayo de 1904 el que sorprendió a todos los presentes fue Pío Baroja. Porque cuando se estaba hablando de los españoles y de las distintas clases de españoles, el novelista vasco sorprendió a todos y dijo:

“La verdad es que en España hay siete clases de españoles… sí, como los siete pecados capitales. A saber:

1) Los que no saben;
2) los que no quieren saber;
3) los que odian el saber;
4) los que sufren por no saber;
5) los que aparentan que saben;
6) los que triunfan sin saber, y
7) los que viven gracias a que los demás no saben.

Estos últimos se llaman a sí mismos “políticos” y a veces hasta “intelectuales”.


viernes, 6 de mayo de 2011

ANTE LA NUEVA CONVOCATORIA DE ELECCIONES

Nuevamente se han convocado elecciones, esta vez municipales y autonómicas, para el próximo día 22 de Mayo del 2011 y “El Chouan Ibérico” no quiere dejar pasar este acontecimiento sin hacer una pequeña reflexión y hacer una modesta recomendación a sus lectores.


Generalmente las elecciones municipales y autonómicas son consideradas por la mayoría de la población como de menor importancia si se las compara con las elecciones generales, no obstante, no hay nada más alejado de la realidad porque desde hace años las comunidades autónomas tienen transferidas las competencias que más directamente afectan a los ciudadanos, tales como la educación, la salud o la justicia siendo, junto con los ayuntamientos, las que manejan la mayor parte del dinero público que se recauda para dotar sus respectivos presupuestos además de tener la potestad de incrementar la presión fiscal a través del Impuesto sobre la Renta y de crear nuevas tasas.


De este modo, cuando en España se habla de “déficit público”, que es la situación que se da cuando el gasto de las distintas entidades públicas supera los ingresos, realmente no estamos hablando de un “déficit” en las cuentas del estado central sino de un “déficit” en los distintos organismos periféricos (Ayuntamientos y Comunidades Autónomas) que son los que realmente han generado la práctica totalidad de la deuda pública española y los que tendrán que practicar una política de austeridad que, dependiendo de los candidatos que resulten elegidos en las próximas elecciones, podrá significar graves recortes en los servicios públicos que disfrutan los ciudadanos.


A esta situación de endeudamiento se ha llegado porque los políticos que padecemos no han entendido la política autonómica y municipal como un servicio al ciudadano sino como una especie de regalía para satisfacción de las ambiciones personales de los respectivos barones de los partidos mayoritarios y como un escaparate propagandístico que convirtieran a la Comunidad Autónoma y al Municipio en un caladero de votos para las elecciones generales recurriendo para ello al fomento del clásico clientelismo y a enormes inversiones en faraónicas obras públicas que, en la mayoría de los casos, ni eran imprescindibles, ni necesarias, ni estaban suficientemente justificadas y que han provocado la generalización de la corrupción en la administración local y autonómica. Solo acudiendo a esta explicación se puede justificar la construcción del aeropuerto de Castellón en la Comunidad Valenciana gobernada por el Partido Popular o el de Ciudad Real en la Comunidad Castellano-Manchega gobernada por el Partido Socialista o las grandes obras públicas realizadas por el Ayuntamiento de Madrid que ha conseguido tener el solo el veinticinco por ciento del total de toda la deuda de los municipios españoles (y existen más de ocho mil).


No cabe la más mínima duda de que los partidos mayoritarios, alejados de un debate productivo y de propuestas realistas que favorezcan a los ciudadanos, se dedicaran en la campaña electoral que está a punto de comenzar a echarse los trastos a la cabeza señalando la paja en el ojo ajeno e intentando ocultar la viga en el propio intentando hacer de estas elecciones una especie de plebiscito a favor del adelanto de las elecciones generales. No obstante, lo que se decide el día 22 de Mayo del 2011 es la política a seguir en las administraciones más próximas a los ciudadanos por lo que los electores no podemos dejarnos engañar y no solo debemos castigar a todas aquellas listas que presenten a imputados o sospechosos de corrupción sino que además tenemos que aprovechar la ocasión para reclamar un rearme moral de la actividad política votando aquellas candidaturas que hagan de la honradez su principal propuesta de gestión y tengan en la ética su mayor activo político.


Por todo ello, “El Chouan Ibérico” recomienda a sus lectores, como siempre ha venido haciendo en estos tres años de existencia, que en las próximas elecciones municipales del 22 de Mayo se vote a las candidaturas presentadas por el Partido Carlista donde éstas se presenten o a las candidaturas ciudadanas integradas por militantes y simpatizantes del Partido Carlista o a las candidaturas independientes integradas por ciudadanos honrados en el caso de que no se presenten ninguna de las otras dos opciones recomendadas.