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martes, 24 de noviembre de 2020

LOS CARLISTAS POR EL GERNIKAKO ARBOLA

Los cincuenta y siete autores de este escrito, carlistas vecinos de otras tantas zonas de Euskal Herria, queremos trasladar a la opinión pública las siguientes consideraciones con motivo del debate abierto a partir de la presentación del Manifiesto por el himno de Euskal Herria / Vasconia, una iniciativa popular y apartidista que compartimos plenamente.

            Desde finales del siglo XIX los vasconavarros hemos sido un Pueblo tan consciente de nuestra singularidad en el mundo como dividido en la concreción y expresión de nuestra identidad: en la denominación de nuestro País, en la bandera, en el día nacional, etc.

            En la cuestión del himno nacional tampoco fue posible el consenso. De esta manera los himnos que impulsaron algunos partidos políticos generan tanta cohesión entre sus simpatizantes como desafección entre otros sectores de la ciudadanía.

            Ante la necesidad de un himno con el que pudiera identificarse todo vasconavarro, con independencia de su orientación ideológica o de su localización territorial, el Manifiesto por el himno de Euskal Herria / Vasconia propone reconocer como himno nacional a la primera estrofa del Gernikako Arbola.

            Una iniciativa acertada pues ningún otro himno es entonado entre nuestras gentes de una manera tan espontánea como unánime. Y hay que recordar que este canto a las libertades de nuestro pueblo tiene su origen en la lucha y en la defensa de los fueros y de los derechos históricos de los diferentes territorios que conforman la totalidad de Euskal Herria. Recorreremos los siete territorios y en los siete escucharemos como el himno fuerista de Iparraguire es cantado por compatriotas del más diverso signo ideológico: autonomistas, regionalistas, federalistas, nacionalistas e independentistas.

            Un País no se improvisa de un día para otro en los despachos de una administración pública, sino que se construye día a día en las calles y plazas, en la sociedad civil.

            La identidad de un Pueblo no es la obra de un partido político sino la creación de las gentes anónimas que constituyen ese Pueblo. Euskal Herria no es el producto del paso por la Historia de una personalidad ilustre sino del transcurrir de los vasconavarros y las vasconavarras durante siglos.

            El Gernikako Arbola representa la unión espontanea de nuestras gentes a lo largo de la Historia. Un himno escrito en euskara, la lengua de la que emana nuestra identidad cultural. Un himno integrador que recoge, sin negarla, la diversidad territorial de nuestro País, un himno reivindicativo que invoca a los vasconavarros a unirse en torno al Árbol para defender las libertades forales de todos ellos, un himno universalista que invita a nuestro Pueblo a difundir y compartir nuestros valores cívicos por todo el planeta.

            Como carlistas manifestamos nuestra satisfacción ante la actitud generosa de quienes priorizan el bien común y el interés nacional del pueblo vasco por encima de los intereses ideológicos y partidistas. Y también queremos recordar las palabras de Manuel Irujo: “no es casual que Iparraguirre, voluntario carlista, compusiera el “Gernikako Arbola”, y que los carlistas vascos lo cantaran con el mismo sentido nacional que nosotros hoy”.

            Por todo ello animamos a nuestros compatriotas a cantar “todos juntos y en unión” la primera estrofa del himno de Iparraguirre.

 

JUAN JOSÉ GARAY JÁUREGUI (Fuenterrabía), JAVIER GÓMEZ DE SEGURA (Estella/Lizarra),ILDEFONSO JOSÉ MARIA PORRO SAINZ (Bilbao/Bilbo), JOAQUÍN URRA HUARTE (Artajona),VÍCTOR SIERRA-SESÚMAGA ARIZNABARRETA (Villaro-Areatza), CARLOS VÉLEZ MEDRANO (Puente la Reina/Garez), IÑAKI ZABALA (Tolosa), SOLEDAD SANCRISTÓBAL (Pamplona/Iruña), LUIS MARIA M. GARATE (San Sebastián/Donostia), LÁZARO IBÁÑEZ COMPAINS (Villava), ALBERTO PORTO (Irún), DOLORES GOLDARÁZ (Puente la Reina/Garez), JAVIER LUSARRETA (Pamplona/Iruña), FELICIANO VÉLEZ  (Puente la Reina/Garez), DAVID IZARBE (Pamplona/Iruña), LOLI CASTERES (Tolosa), BEATRIZ CASTERES (Tolosa), ÁLVARO ELIZALDE (Burlada), DAVID PASCUAL CORTÉS (Burlada), SAGRARIO IRIGOYEN (Villava), MIGUEL SARALEGUI (Pamplona/Iruña), INMACULADA IBAÑEZ (Villava), YOUS ULI BALLAZ (Sangüesa), JOAQUIN BARRICHINA (Villava), NIEVES MAYA VILLAR(Villava), FELISA MURUZABAL (Pamplona), LUIS SIERRA SESÚMAGA (Pamplona/Iruña), FÉLIX HERNANDO ARRANZ (Gorliz), TOMAS ZUAZOLA VICIOLA (Getxo), VÍCTOR MARÍA ORÚE SARAVIA (Villaro-Areatza), JAVIER ALDAZ-ESTEFANÍA (Bilbao/Bilbo), CARLOS CABOYRU USOZ (Bilbao/Bilbo), DIONISIO GAYUBAS BRIONGOS (Durango), JESUS GABRIEL PORRO SAINZ (Bilbao/Bilbo), JAIME URQUIJO ESPADA (Llodio), JOSÉ FÉLIZ GARAY ITURRIAGA(Arrigorriaga), AURORA GARMENDI MAGRO (Bilbao/Bilbo), HERMANN TOJA LANDALUCE (Bilbao/Bilbo), TERESA GARMENDI MAGRO (Getxo), MARIA MARGARITA GARAMENDI MAGRO (Getxo), MARÍ DOLORES ARRIOLA LARUZ (Bilbao/Bilbo), JEÚS MARÍA LLAMA MARAÑON (Bilbao/Bilbo), MARIBEL GÓMEZ GAMBOA(Bilbao/Bilbo), JOSE ANTONIO FERNÁNDEZ DE LANDA (Vitoria/Gasteiz), MARÍA SOCORRO PINZOLAZ ZUBIRI (San Sebastián/Donosti), MARÍA HERNANDO GOROSTIZA (Bilbao/Bilbo), JOSÉ LUIS MANCHÓN LAQUETE, IRENE PORRO GOROSTIZA(Bilbao/Bilbo), YON GUTIÉRERZ IRIGOYEN (Zumaia), MARÍA DOLORES ECHEVESTE RAPOSO (San Sebastián/Donosti), ANTONIO OSUMA ÁLVARO (Bilbao/Bilbo), IRENE CARLOS VEGA EGURROLA (Ondarroa), JAVIER BEDIALAUNETA EGURROLA (Ondarroa), FRANCSCO CRUCES GONZÁLEZ (Bilbao/Bilbo), ANA ISABEL GARMENDIA EGUÍA (Vitoria/Gasteiz), ISIDRO RUIZ MIRANDA (Bilbao/Bilbo), YON IGLESIAS ZUBALDIA (Tolosa)

miércoles, 18 de noviembre de 2020

PEDRO SANCHEZ, VALLE-INCLÁN Y EL CARLISMO

El pasado domingo, 15 de noviembre, el suplemento dominical de ABC publicaba un artículo sobre Pedro Sánchez escrito a partir de una entrevista con el Presidente del Gobierno. “A la pregunta de con qué escritor organizaría una cena, lo tiene claro. Con Valle Inclán, sin duda. Me encanta su literatura, tanto la modernista como la esperpéntica, y me gustaría hablar de ella. Pero es que, además, era un personaje excéntrico y con una visión política complejísima. Le preguntaría a Valle-Inclán por el Carlismo”.

            También comenta Pedro Sánchez que le hubiera gustado conocer a las grandes autoras españolas de la segunda mitad del siglo XX. “Laforet, Martín Gaite, Matute, me han impresionado siempre por su fortaleza”. (Las negrillas son mías). La escritora Carmen Laforet, autora de “Nada” (1945), considerada una de las mejores novelas en castellano del siglo XX, también mantuvo con el Carlismo una intensa relación por vía familiar y en alguna ocasión se caló la boina blanca. Coincidencia, ¿o casualidad de gustos literarios y políticos?.

            Hoy mismo (por el lunes 16 de noviembre) el expresidente del Gobierno José María Aznar, opinaba así de Pedro Sánchez, uno de sus sucesores: “tiene una cara de tonto útil que no puede con ella”. Contemplando la foto de las Azores de 2003 de Aznar junto a George W. Bush y Tony Blair, nada tiene que reprochar un ex al actual mandatario. Pelea de verduleras (dicho sea con respeto a las vendedoras). Con algo más de nivel, el expresident de la Generalitat de Catalunya, Quim Torra, definía a Pedro Sánchez: “no tiene ningún problema en aliarse con quien sea, cambiar la política que sea (…) con tal de continuar siendo presidente. Nunca me he encontrado con una persona con tantas curvas como el presidente Sánchez”.

            Después de leídas las duras opiniones de Aznar y Torra, sorprenden el interés y las sutilezas literarias e intelectuales del Presidente del Gobierno sobre la “complejísima visión política de Valle-Inclán y su concepción de Carlismo”. A Pedro Sánchez no le haría falta recurrir a una cena de ficción con el escritor para comprender la profunda vivencia carlista de Valle-Inclán y su visión política: su obra y su biografía nos dan cumplida información.

            Es fácil, muy fácil, reconocer y recordar la profunda aversión que Valle-Inclán sentía por la Restauración y por la monarquía liberal y, en concreto, por Alfonso XIII: “los españoles han echado al último Borbón no por Rey, sino por ladrón”. Una frase que se hizo viral el pasado mes de agosto, cuando se fugó de España, de las Españas, don Juan Carlos de Borbón tras salir a la luz pública (algunos más de) los millonarios sobornos que se embolsó, a espaldas de Hacienda -que se dice, somos todos, menos los poderosos- y valiéndose de su inmunidad constitucional.

            El Presidente del Gobierno ha tolerado y auspiciado la fuga de “un ladrón” (son palabras de Valle-Inclán), renunciando a su autoridad y burlando la soberanía popular que reside en las Cortes. Eran las instituciones democráticas quienes debieran de haber analizado, debatido y, en su caso, autorizado o negado la salida del emérito del territorio nacional y haber iniciado una investigación sobre sus -¿presuntas?- actuaciones delictivas. Pedro Sánchez, al contrario, facilitó -renunciando a sus obligaciones institucionales ante los ciudadanos- la huída impune del heredero del general Franco, alegando lealtad al “pacto constitucional”. Pedro Sánchez , ciertamente, “es un tonto útil”, no por “autoritario y populista” como afirma Aznar, si no por connivencia con las instituciones residuales del franquismo, que es bien distinto.

La monarquía actual de Felipe VI, como la cereza confitada que remata un pastel de merengue, se ha convertido en “el otro” de los dos grandes problemas institucionales del régimen de la Transición. “El otro”, que venimos arrastrando desde hace algunos años, y especialmente desde el 2018, es el desafío independentista catalán, que se oculta y despierta en la realidad política española como los ojos de Guadiana, y que la pandemia del COVID-19 ha dejado en hibernación, pero que sigue tan latente como irresoluto. Escribía Valle-Inclán: “liberales orates, hay que inventar un nuevo vínculo de unidad hispánica: hay que inventarlo y vosotros no podéis. Se crea con el alma y no la tenéis. Es obra de profetas”. El escritor no habla de “unidad española”, remite a la “unidad hispánica”, en definitiva a la referencia plural, y hasta confederal, de los antiguos reinos hispanos, como pretendía Carlos VII, “quiero ser el Rey de las repúblicas españolas”. O como recordaba en sus últimos escritos doña María Teresa de Borbón-Parma, una infanta carlista plenamente valleinclanesca: “mientras que el nacionalismo español se vive como una patriotismo casi “sacramental”, los ataques (del nacionalismo periférico) son condenados como “pecados mortales”. Hay que reconstruir la patria en términos democráticos”.

            Y desde esta doble perspectiva, totalmente confluyente, la de doña María Teresa y la de don Ramón-María, cobra sentido la opinión de Quim Torra sobre Pedro Sánchez: “no tiene ningún problema en aliarse con quien sea, con tal de continuar siendo presidente”. No importa el deterioro, y hasta el enfrentamiento -cuasi fratricida- entre los compatriotas de las Españas. Lo importante es seguir siendo Presidente, o aparentar que se es.

            Al Pedro Sánchez le debemos agradecer los carlistas su valoración de nuestro movimiento y de nuestro genial escritor. Gracias, muchas gracias Presidente.

            Pero no es necesario recurrir a encuentros imaginados e imposibles para recoger propuestas e intentar solucionar nuestra doble crisis institucional: la de la forma de Estado en sus, también, dos expresiones: la de la máxima jefatura y la de la vertebración territorial. Los carlistas, desde los orígenes, junto con nuestro escritor Valle-Inclán, junto con nuestra infanta María Teresa y con la Dinastía, lo tenemos bien claro.

 

Josep M. Sabater

En Carlismo Digital

lunes, 9 de noviembre de 2020

LA DERIVA GUBERNAMENTAL

 

            Desde luego, a tenor de los acontecimientos posteriores, no se puede decir que estuviéramos muy equivocados porque, curiosamente durante el tiempo que el país lleva en estado de alarma, el Gobierno de coalición PSOE-PODEMOS ha intentado maniobrar para imponer unilateralmente un cambio en las reglas de juego que rigen el nombramiento de miembros del Consejo del Poder Judicial y ha publicado en el Boletín Oficial del Estado, el día 30 de octubre de 2020, (un día después de conseguir la prórroga del estado de alarma) una orden del Ministerio de la Presidencia por la que se crea la "Comisión Permanente contra la desinformación" que será coordinada por la Secretaria de Estado de Comunicación y tendrá por finalidad, como su propio nombre indica, combatir la desinformación.

            Ahora bien, ¿Qué es la desinformación?. En sentido estricto, desinformación es todo bulo, rumor o información difundida con el exclusivo objeto de crear confusión a la hora de tomar decisiones, así pues, hay que tener en cuenta dos cosas: Primera que la desinformación no es nueva y ha existido siempre, aunque en algún momento se la llamó "intoxicación" y, segunda, que las verdaderas campañas de desinformación están siempre coordinadas y organizadas por estados hostiles, por lo que son los organismos de seguridad e inteligencia del estado las encargadas de combatirlas y contrarrestarlas, no siendo, por tanto, necesaria la creación de ninguna nueva "comisión" salvo que lo que verdaderamente se pretenda sea instaurar algún tipo de censura, limitar la libertad de expresión o, simplemente, colocar a algunos "amiguetes" en un puesto con magras remuneraciones.

            Conforme recoge la Orden Ministerial publicada en el BOE, el medio básico a utilizar en la "lucha contra la desinformación" va a ser la "Monitorización y vigilancia"; es decir el control constante y completo de todo aquello que aparezca publicado en prensa y redes sociales, lo cual no constituye novedad alguna porque cualquiera que sepa algo de seguridad sabe perfectamente que todo, absolutamente todo, lo que se publica en redes y en prensa es "monitorizado y vigilado", aunque, como es tantísimo lo publicado no todo se puede analizar rápida y correctamente.

Entonces, si la desinformación o intoxicación ha existido siempre y siempre se ha vigilado todo lo que se publicaba ¿Por qué ahora consideramos esta medida del gobierno como una peligrosa deriva autoritaria o totalitaria del mismo?. Pues muy sencillo, porque hasta ahora toda campaña de desinformación o intoxicación se ha combatido por los diversos organismos de inteligencia del estado sin necesidad de crear comisiones especiales, porque el gobierno ha tomado esta iniciativa precisamente mientras está en vigor un estado excepcional de limitación de derechos como es el estado de alarma sometido a control parlamentario cada dos meses en vez de cada quince días, porque se ha decido la creación de esta "comisión" precisamente cuando arrecian por todas partes las críticas al ejecutivo por la gestión de la epidemia de COVID19 y, precisamente, al poco de que el Vicepresidente tercero del Gobierno, Pablo Iglesias, haya solicitado que la fiscalía investigue por delito de odio a aquellos que le denominan "Marqués de Galapagar" (1).  Así pues, de la valoración conjunta de todos estos hechos objetivos solo se puede deducir que la creación de la "Comisión Permanente contra la desinformación" obedece, tal y como dijo un General de la Guardia Civil en plena rueda de prensa celebrada el pasado mes de abril, a la gubernamental intención de “minimizar ese clima contrario a la gestión de crisis por parte del Gobierno”, esto es al deseo de censurar y perseguir toda crítica a los dictados del gobierno.

            Este nuevo organismo deja exclusivamente en manos del gobierno la definición en cada momento de lo que puede considerarse "desinformación" por lo que genera una total inseguridad jurídica a los ciudadano a la hora de determinar qué es lo que podrán expresar libremente y lo que no, lo cual fomentará la autocensura y sentará las bases de que tan solo aquello que se diga con la autorización tácita o expresa del gobierno pueda considerarse verdadero. De hecho, el pasado sábado 7 de noviembre del 2020, la Ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya, manifestó en defensa de esta "Comisión Permanente contra la desinformación" que en realidad lo que se pretende es garantizar a los ciudadanos el acceso a una información veraz persiguiendo noticias como las que "sugieren beber lejía contra el coronavirus", con lo que queda claro que de lo que se trata es de definir qué es verdad y qué no lo es  pues, si lo que se trata es de perseguir noticias como la "sugerencia de beber lejía", en clara referencia a la estupidez pronunciada por no sé quien en Estados Unidos, ¿Acaso no podría calificarse también como desinformación y noticias profundamente contrarias al interés general aquellas emanadas hace meses del mismo gobierno en el que la señora González Laya es ministro de que "el uso de mascarillas era innecesario, e incluso contraproducente"?. ¿Acaso el gobierno del que es miembro la señora González Laya no desinforma manipulando las cifras reales del número de fallecidos provocados hasta el momento por la epidemia?.

            Evidentemente el gobierno que preside el señor Pedro  Sánchez se está deslizando de una manera cada vez más clara y consciente por la pendiente del autoritarismo si no es directamente por la del totalitarismo con la aquiescencia de sus socios parlamentarios y de gobierno incumpliendo, incluso, su promesa electoral de derogar la Ley Orgánica 4/2015, de 30 de marzo, de protección de la seguridad ciudadana (conocida como "Ley Mordaza") a pesar de haber tenido más de un año para ello, lo que demuestra no solo la falta de voluntad para derogarla sino la intencionalidad de utilizarla y de servirse de ella.

 

 

 

 

 

 

 

(1) La imposición popular de motes a los políticos, es una costumbre muy extendida incluso en dictaduras, así a Francisco Franco se le conocía en determinados círculos como "Currito Medallas", a Joseph Goebbels, como "Joe el Cojo",  a Santiago Carrillo como "El Conde de Paracuellos", a Adolfo Suarez como "El Tahúr del Missisipi" o a la suntuosa vivienda del que fuera Ministro alemán de Economía con el gobierno social-demócrata de Gerard  Schöder, Oskar Lafontaine, se la conoce como "El Palacio de la Justicia Social". Esto  es consecuencia del "Animus Iocandi" que provoca la falta de coherencia entre lo que se dice y se hace, pretender ver otra cosa además de una falta de sentido del humor es una total falta de sentido común.

jueves, 5 de noviembre de 2020

ESCLAVOS DEL ESCAÑO

Escribir sobre Vázquez de Mella, antítesis de todo progresismo que se precie, es una provocación anacrónica, lo sé. Desaparecido su nombre del callejero impuesto por el franquismo, cuando murió muchos años antes de los acontecimientos que dieron lugar a la II República y la Guerra Civil, su personalidad se asocia a lo más rancio del carlismo, o sea a la tradición antiliberal, a la carcundia. Podía estar equivocado, como la historia ha demostrado, pero el hombre defendía sus ideas contra todos los requerimientos tentadores para su buen vivir. Un hombre que afirmaba su repudio al régimen parlamentario no podía aceptar los ofrecimientos del mismísimo Cánovas para incorporarse al partido conservador. A la muerte de Dato, Maura, otro de los conservadores liberales, le propuso un ministerio, y también lo rechazó. Su visión de la España era profundamente descentralizadora y proponía una monarquía social, cristiana y federal. Sobre las lenguas regionales las defendía en el sistema educativo y clamaba contra la imposición del castellano para ahogar las lenguas maternas de la España diversa. Para Vázquez de Mella hay tres grandes ambiciones que son el cáncer de la política: la ambición de mando, la ambición de honores y la ambición de riquezas.

            Y uno, necesariamente, ha de reflexionar sobre acontecimientos vividos en este país en los últimos años. A Vázquez de Mella le retiraron el nombre de una plaza en Madrid, seguramente porque la pusieron los franquistas, los mismos que traicionaron al carlismo que él defendió contra casi todos. Ahora leo que en Bailén retiran una calle a Tierno Galván, un hombre culto, moderado, convencido de los beneficios del socialismo democrático, que se negó a que le retiraran el crucifijo de su mesa de alcaldía. Uno se pregunta qué clase de personas son las que retiran y persiguen a hombres y mujeres por el hecho de pensar de manera diferente. Mella fue un ejemplo de defensa de ideas en las que creía. Pudo equivocarse pero vivió convencido de ellas y luchó por ellas desde la coherencia, con hechos y palabras.

            Muchos años después, Julio Anguita, de ideas tan diametralmente opuestas, se retiró de la política para volver a sus clases y su sueldo de maestro de escuela. Ningún español con dos dedos de seso puede renegar de su ejemplo. Gerardo Iglesias, asturiano como Mella, minero de profesión, que con cinco años tuvo que ver en directo la tortura brutal a su padre por colaborar con los maquis, varias veces encarcelado, dirigió el Partido Comunista de España, durante unos años, abandonó asqueado la política y regresó a la mina a pesar de ofrecimientos para ocupar cargos.

            No, no todos los políticos son iguales. No todos viven de la política y aplauden lo que aplauden los jefes que les pagan el sueldo que les permite vivir. Así se lo soltó Casado a Abascal: nos traiciona alguien a quien le hemos dado de comer durante quince años… Esa concepción de la política se ha adueñado del Parlamento, la de fieles empleados por un sueldo que no pueden tener ideas propias. Una verdadera regeneración de la nación necesita de una clase política que lo sea por auténtica vocación de servicio a las ideas y a los ciudadanos. Necesitamos parlamentarios con vida propia que no sean esclavos del escaño para comer. Porque la política necesita de ideales y no de intereses.

 

Alberto Soldado

En Levante- El Mercantil Valenciano 27/10/2020

Reproducido por Carlismo Digital

miércoles, 4 de noviembre de 2020

COMUNICADO DE DON CARLOS JAVIER DE BORBÓN PARMA CON OCASIÓN DEL DÍA DE LA DINASTÍA

                                            

            Queridos Carlistas:

            Conmemoramos hoy, en el día de San Carlos Borromeo, la Festividad  de la Dinastía Legítima, fecha señera de nuestro renovado Pacto "Dinastía-Pueblo".  El peculiar carisma del santo patrón de la Dinastía, así como su acreditada conciencia social ha sido modelo para los carlistas durante muchas generaciones.  Nuestra fe, nuestra entrega y nuestro compromiso son buena prueba de ello.

            Inmersos en la pandemia mundial provocada por la COVID-19, nuestra sociedad está atravesando una crisis sanitaria, política y social  que no tiene precedentes. A la tragedia personal de los miles de españoles fallecidos, que en mi familia hemos sufrido especialmente con la muerte, el pasado mes de marzo, de mi querida tía María Teresa, se suman las dificultades que están padeciendo muchos de nuestros compatriotas. Los trabajadores más precarios, los autónomos, los desempleados y los colectivos más vulnerables son, junto a sus familias, quienes más están sufriendo esta crisis.

            Por ello es necesario que los carlistas tomemos ejemplo del compromiso social de todos los que nos precedieron y continuemos recuperando nuestra presencia en todas las esferas de la vida pública, para dar a conocer las propuestas más sociales del Carlismo.

            Entre otras cuestiones, es necesario que acabemos con la precariedad laboral que sufren muchos trabajadores, que apoyemos a nuestro tejido social y familiar, que han aguantado estoicamente durante toda esta crisis, y que pongamos coto tanto a la pobreza energética que sufren millones de españoles como al grave problema de la vivienda al que se enfrentan muchos de nuestros compatriotas.

            Este año no podemos encontrarnos físicamente como ha sucedido en años anteriores para conmemorar esta festividad, que además este 2020 coincidía con el X aniversario del fallecimiento de mi querido padre, Carlos Hugo, pero no desesperemos, el año próximo seguro que podremos estar juntos.

            Apelo a que continuemos colaborando entre todos, Dinastía y Pueblo, para trabajar por el Bien Común y contribuyamos eficazmente a mejorar la vida de tantas familias españolas.

En la Haya, a 4 de noviembre de 2020