Páginas

miércoles, 12 de marzo de 2008

MEMORIAS del GENERAL BARON DE MARBOT


Aprovechando el bicentenario del inicio de la guerra de la independencia y entre las numerosas obras que se han publicado, muchas de ellas puro ejemplo de oportunismo editorial y, francamente, prescindibles; la editorial Castalia ha tenido el buen juicio de publicar la parte de las “Memorias” del General Barón de Marbot correspondiente a las campañas napoleónicas en la Península Ibérica.
Sin entrar a valorar si lo correcto hubiera sido publicar las “Memorias” completas y no únicamente la parte de las mismas correspondiente a la guerra de la independencia, lo cierto es que la publicación de las “Memorias” del General Barón de Marbot resulta fundamental para incrementar el conocimiento histórico de la gesta emprendida por aquellos españoles de 1808, de cuyo carácter y esencia se encuentran tan alejados los españoles de hoy, porque aporta la visión de un oficial francés agregado al Estado Mayor de los principales generales que hicieron la campaña de España (Lannes y Massena) y por tanto reflejan la perspectiva de los hechos vistos desde el otro lado, es decir, del francés.
Desde el punto de vista literario, las “Memorias” del General Barón de Marbot, están escritas con un estilo dinámico y, aunque contienen importantes elementos técnico-militares, resultan fáciles de leer y de comprender enganchando al lector desde la primera página hasta la última adquiriendo no pocas características de la novela de aventuras.
Por su parte desde la perspectiva histórica, las “Memorias” narran numerosas anécdotas vividas por el protagonista que vienen a desmentir la versión oficial que de aquellos acontecimientos se ofrece en la actualidad, mencionando el hecho conocido, pero que hoy parece que se pretende ocultar, de que hubo españoles colaboracionistas con el ocupante (como por ejemplo Alburquerque) así como la decisiva influencia que tuvo la religión católica en el alzamiento contra el francés que queda claramente reflejada en el hecho de que numerosas guerrillas fueran capitaneadas por sacerdotes y que el mismo autor resultase herido en el sitio de Zaragoza por una bala en la que tirador había cuidadosamente grabado una cruz.
Asimismo, y desde la misma perspectiva histórica, las “Memorias” del General Barón de Marbot, aportan una serie de informaciones desconocidas o poco conocidas por los lectores españoles, como por ejemplo que el guerrillero Mina, el joven, al principio de la contienda fuera miembro del partido afrancesado para posteriormente cambiar de bando o que la defensa de Zaragoza no fuera dirigida por el general Palafox, al caer éste enfermo al poco de iniciarse el sitio, sino por el general belga al servicio de España, Saint-Marc.
En contraste los numerosos libros que la conmemoración del bicentenario de 1808 ha originado y cuya publicación en elevado número nos debería hacer pensar en la deforestación de los bosques, las “Memorias” del General Barón de Marbot merecen realmente la pena y deben ser consideradas una obra del máximo interés para conocer la historia de las primeras décadas del Siglo XIX español equiparable a la muy erudita “Historia de la Guerra de la Independencia” de Gómez de Arteche o al “Dos de Mayo de 1808” del Conde de Toreno.

No hay comentarios:

Publicar un comentario