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lunes, 15 de septiembre de 2008

BORIS I, PRÍNCIPE DE ANDORRA

No por estar repleta de grandes acontecimientos, la historia universal deja de contener algunos pequeños hechos muy curiosos, poco conocidos y bastante divertidos como es el reinado de Boris I en Andorra, que constituyó una realidad superior a la ficción expresada en muchas novelas de aventuras ambientadas en países imaginarios como la de “El Prisionero de Zenda” de Anthony Hope.

Boris Mijáilovich Skósyrev Mavrusov, había nacido en Vilnius (Imperio Ruso) en 1896 en el seno de una familia de la baja aristocracia rusa muy vinculada al ejército. Con motivo de la revolución bolchevique de 1917 se exilió a la Gran Bretaña sirviendo en misiones secretas a cargo del Foreing Office en Rusia, lo que hace posible que fuera uno de los agentes reclutados por Bruce Lockhart para organizar una gran red antibolchevique en el interior de la URSS y que teniendo su cabeza visible en la persona de Boris Savinkov, terminaría siendo infiltrada y utilizada para su financiación por agentes dobles de la Checa soviética.

Abandonando el servicio secreto británico en 1925 se instaló en los países bajos donde pretendió haber estado al servicio de la Reina Guillermina I de Holanda quién le otorgó el título de Conde de Orange casándose en 1931 con una acaudalada viuda diez años mayor que él a la que abandonó unos meses después de la boda para seguir a una jovencita inglesa hasta Andorra.

En Andorra Boris Skosyrev se instaló en las proximidades de Sant Juliá de Lória donde entró en contacto con la realidad andorrana anidando en él el pensamiento de que tal vez pudiera aprovechar el descontento reinante en el principado para hacerse con el trono desplazando del mismo nada menos que al mismísimo Presidente de la República Francesa y al Obispo de la Seo de Urgel.

El 17 de Mayo de 1934 Boris dirigió una carta al Consejo del Gobierno de Andorra donde dejaba claro sus intenciones prometiendo modernizar el principado convirtiéndolo en un paraíso fiscal al igual que Suiza y otros minúsculos principados europeos recibiendo una respuesta adversa y siendo obligado a abandonar el territorio Andorrano cinco días después.

Tras abandonar Andorra se instaló como “Príncipe en el Exilio” en la Seo de Urgel desde donde empezó una gran campaña propagandística de reclamación del trono del principado que tuvo grandes resonancias en la prensa nacional e internacional, llegando a afirmar en el periódico izquierdista madrileño “Ahora”: no tengo ningún derecho histórico para mi pretensión. Lo hago únicamente como caballero para entender que defiendo los derechos de los españoles que residen en Andorra y son vejados por la República vecina”.

En el Exilio en la Seo de Urgel, Boris y su reducido consejo principesco integrado por su joven amante inglesa, la millonaria norteamericana Florence Mazmon y el consejero Pere Torras Ribas redactan un texto constitucional para el principado andorrano que modificaba su sistema político tradicional dotándole de libertades, modernización, inversiones extranjeras y el reconocimiento de paraíso fiscal. Se imprimen diez mil ejemplares del texto que se distribuyeron entre numerosas personalidades españolas y francesas, siendo únicamente el Obispo de la Seo de Urgel, don Justí Guitart el único que muestra descontento, desaprobación y franca hostilidad.

El 7 de Julio de 1934 el Consejo General, convocado por el Síndico General de los Valles de Andorra, aprobó legal y democráticamente, por 23 votos frente a 1, la instauración de la monarquía andorrana en la persona de Boris Skosyrev. A partir de ese momento los acontecimientos se precipitan con rápidos movimientos políticos de todas las partes implicadas: el consejero contrario al nombramiento de Boris como Príncipe de Andorra, comunica lo sucedido al Obispo de la Seo de Urgel quien urge la intervención en el Principado, Francia comunica oficialmente que no intervendrá en los Valles, considerando válida la monarquía en la persona de Boris I, por su parte en el Principado, convertido en reino independiente, se nombra un gobierno provisional y entra en vigor la nueva constitución instaurándose la absoluta libertad política, religiosa y de imprenta afirmando Boris I que las directrices de su gobierno estarían dirigidas a conseguir la “protección al necesitado, educación universal y deporte, mucho deporte. Pero nada de juegos prohibidos”.

No obstante de la legítima instauración monárquica en Andorra, amparada en principios democráticos y legalmente establecida con el apoyo de las instituciones andorranas y con el prácticamente reconocimiento de la República Francesa, el derecho y la legalidad son hollados por el señor Obispo de la Seo de Urgel, que abandonado por Francia se vuelve hacia el Gobierno Español que, el 21 de Julio de 1934, envía a cuatro guardias civiles al mando de un sargento con la orden de detener a Boris I en una operación militar que más bien tenía las características de un golpe de estado clerical-militarista contra un poder legalmente constituido. Boris I fue detenido, conducido esposado a Barcelona donde al amparo de la Ley de Vagos y Maleantes se le instruyó causa por el Juez Bellón y finalmente expulsado a Portugal desde donde regresaría a Francia, siendo ingresado en 1939 en un campo de concentración francés junto con antifranquistas españoles, antifascistas italianos y centroeuropeos de las regiones ocupadas por el III Reich desconociéndose las causas de su confinamiento y los cargos que se le imputaban. En 1944 fue trasladado por los alemanes al campo de concentración de Rieucros donde se supone que fue asesinado.

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