A pesar de que el título evoca una conocida litografía del pintor y dibujante Carlos Sáinz de Tejada y Lezama (1897-1958) no han de esperar nuestros lectores un estudio sobre la vida y obra del mencionado artista porque con el título que hemos dado a este artículo, vamos a analizar con tristeza pero también con algo de ironía el carácter de una generación pasada, otra presente y otra que ha de venir que han sido perfiladas por las condiciones políticas y económicas que se han dado en nuestro país en los últimos setenta y cinco años marcando cada una de ellas en gran medida el destino de la siguiente.
Si en sociología se conocen a escala mundial entre otras muchas la “Generación X”, integrada por individuos nacidos entre 1970 y 1981 y la “Generación Y” formada por los nacidos entre 1982 y 1992, en España se podría hablar peculiarmente de la “Generación Si-Si”, de la “Generación Ni-Ni” y de la “Generación Sin-Sin”.
La primera de estas generaciones, es una generación ya pasada o que está a punto de extinguirse. Esta generación, que denominaremos “Generación Si-Si”, estaría integrada por individuos nacidos poco antes de 1936 y que adquirieron su madurez durante el franquismo y los primeros años de democracia. La característica de esta generación fue el sometimiento impuesto a la autoridad que no engendró en ellos pasividad ni rebeldía sino simplemente obediencia a los dictados del poder que les llevó a ser, al mismo tiempo y sin ser conscientes de ello, puntal del régimen franquista y ariete contra el mismo. Esta obediencia al poder se plasma en los resultados de los seis plebiscitos habidos en España entre 1947 y 2005 (Referendum de 1947 sobre la Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado, Referendum de 1966 sobre la Ley Orgánica del Estado, Referendum de 1976 sobre la Ley de Reforma Política, Referendum de 1978 para la ratificación de la Constitución Española, Referendum de 1986 sobre la permanencia de España en la OTAN y Referendum de 2005 sobre la Constitución Española) donde los distintos gobiernos (incluso regímenes políticos) solicitaron y obtuvieron el voto afirmativo de los ciudadanos a pesar de que en muchos de estos referéndums votaba la misma base social y se pretendían resolver cuestiones antagónicas.
De las respuestas afirmativas que los ciudadanos españoles han dado en todas estas consultas tendría su origen el nombre de “Generación Sí-Sí” ya que “Sí” era siempre la respuesta de los ciudadanos españoles a las preguntas formuladas en los referéndums por las autoridades gubernativas, siendo extremadamente curioso que en ninguna de las seis consultas plebiscitarias saliera un resultado contrario a lo solicitado por el gobierno de turno, lo que demuestra que esta generación de españoles no tenía más opinión ni más criterio que el que se marcaba desde el poder.
La “Generación Sí-Sí”, tuvo un desarrollo afortunado: consiguió acceder a la formación universitaria, al mundo laboral y constituir una numerosa Clase Media hasta entonces inexistente en España rehusando, al mismo tiempo, todo conflicto con las estructuras de poder e inculcando en la generación siguiente el no compromiso con causa alguna y el acomodo a las circunstancias políticas y económicas existentes.
De la “Generación Sí-Sí” y como consecuencia de ésta surge la actual “Generación Ni-Ni”, jóvenes entre dieciocho y treinta años que NI estudian, NI trabajan. El hecho generador de la “Generación Ni-Ni” es la transformación del mundo bipolar existente durante la llamada “Guerra Fría” en un mundo globalizado donde los estudios no garantizan el acceso al mundo laboral y la economía busca la competividad mediante el ahorro en costes sociales y la sobreexplotación de los recursos naturales unido, todo esto, a una alteración axiológica donde priman las actividades lúdicas y el hedonismo sobre los valores asentados sobre el sacrificio y el esfuerzo.
La “Generación Ni-Ni”, no es un fenómeno que rompe con la generación anterior, la “Generación Si-Si”, sino que es consecuencia de la misma porque los jóvenes Ni-Ni no hacen nada más que seguir el camino sugerido por la “Generación Si-Si” de no rebelarse contra nada y acomodarse a las circunstancias actuales que son diferentes a la de la generación antecedente. Así, cuando los estudios no garantizan nada y cuando el acceso al mundo laboral es muy difícil y, en cualquier caso, dicho acceso no asegura la adquisición de bienes básicos como la vivienda, surge la cuestión: ¿Para qué estudiar o para qué trabajar?. Considerando que muchos jóvenes Ni-Ni forman parte de familias de clase media y alta y que no les faltan los medios económicos para acceder al ocio, la “Generación Ni-Ni” no hace otra cosa diferente a la “Generación Sí-Si”, simplemente se acomoda a las circunstancias y vive refugiada al amparo familiar (al igual que la “Generación Sí-Sí” vivía amparada a la autoridad gubernativa a cambio de su sometimiento a la misma) que no solo satisface las necesidades básicas sino que les permite acceder a las refinadas formas de ocio existentes en nuestra sociedad.
Tanto la “Generación Si-Si”, como la “Generación Ni-Ni”, son modelos generacionales deseados y deseables por la autoridad porque con su acriticismo, pasividad y acomodamiento no cuestionan la autoridad y favorecen la estabilidad política presente a la vez que preparan el advenimiento de una última generación que en principio pudiera ser mucho más incómoda para los gobiernos y que sería la “Generación Sin-Sin”.
La “Generación Sin-Sin” está aún por venir pero ya se pueden vislumbrar sus características. Será la generación que vivirá los últimos tiempos del “Estado del Bienestar” y que no tendrá asegurado nada. Se denominará “Generación Sin-Sin” porque será una generación que verá notablemente mermados los derechos sociales de los que han gozado las generaciones anteriores, tendrá una peor calidad de vida y posiblemente carezca de poder adquisitivo, es decir, será una generación SIN derechos sociales y SIN una calidad de vida aceptable. No obstante la herencia acrítica y conformista dejada por la “Generación Si-Sí” y por la “Generación Ni-Ni” mantendrá mansos y pusilánimes a los integrantes de esta “Generación Sin-Sin” permitiendo al poder político y económico reducirles a lo que el eminente escritor Jack London denominó “Pueblo del Abismo”: una masa embrutecida que se conforma con lo mínimo para satisfacer sus necesidades más primarias.
Vaya, ¡menudo análisis!
ResponderEliminarEsperemos que pronto llegue una generación preparada y eficaz, o mal vamos.
Saludos, amigo.
Creo que las generaciones futuras, incluso ya las presentes, serán sometidas a un proceso de progresiva re-proletarización.
ResponderEliminarFijese en lo que está pasando en la Gran Bretaña. Han subido las matrículas universitarias de tres mil a diez mil euros lo que significa que mucha gente no podrá acceder a la educación superior e incluso que personas que están estudiando en estos momentos tendrán que dejar sus estudios.
Estamos asistiendo al final del Estado del Bienestar en toda Europa y a la perdida de derechos sociales, sin que exista una respuesta eficaz por parte de los pueblos.
Salud y Amistad
Tan cierto como grave. Un saludo.
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