“El Cementerio de Praga” es el título de la última novela escrita por el autor italiano Umberto Eco, la cual, a pesar de ser muy esperada, no deja de ser poco original y bastante decepcionante.
Desde que escribiera “El Nombre de la Rosa”, Umberto Eco parece haber encontrado en el misterio histórico un filón para su producción literaria que fue continuada por “El Péndulo de Foucault”, novela en la que, curiosamente, viene a criticar la literatura que tiene por objeto el esoterismo y la teoría de la conspiración afirmando que la misma existe por constituir un importante negocio editorial.
Es dentro de ese “gran negocio editorial” en la que se ha de encuadrar “El Cementerio de Praga”, novela que narra la historia de un tunante y falsificador, el capitán Simonini, que obsesionado por los judíos y reclutado por diversos servicios secretos europeos termina redactando, a base de plagios, invenciones y falsedades, lo que serán “Los Protocolos de los Sabios de Sión”.
Aunque “El Cementerio de Praga” es una novela entretenida no deja de basarse en una temática ya muy manida y muy explotada, desde que, entre los años 1797 y 1799, el Abate Baurrel publicara su conocida y documentada “Memoria para Servir a la Historia del Jacobinismo” en la cual se defiende la existencia de una conspiración masónica para acabar con la monarquía y con la Iglesia Católica. Con el tiempo, a la teoría conspirativa del Abate Baurrel que implicaba solamente a las sociedades secretas (principalmente a los Iluminados de Baviera y a la Masonería) se le fueron añadiendo otros protagonistas como los judíos o los bolcheviques dando origen al conocido “Complot Judeo-Masónico-Comunista” tan utilizado en la propaganda política de la primera mitad del Siglo XX y cuya gestación constituye el argumento principal de esta novela de Umberto Eco.
Realmente “El Cementerio de Praga” de Umberto Eco constituye una enciclopedia novelada de hechos y personajes históricos que con sus trabajos literarios y periodísticos colaboraron en la creación o en la difusión de la obra cumbre del antisemitismo: “Los Protocolos de los Sabios de Sión”. Así, el protagonista de la novela; el ficticio capitán Simonini, se relaciona a lo largo de la misma con Léo Táxil, el Doctor Bataille, Hermann Goedesche o Eduard Drumont con los que colabora para la creación de un informe definitivo que probará la existencia de la conspiración judía y que realmente no es más que una invención en la que se plagia pasajes de “Joseph Balsamo” de Dumas, de “El Misterio de las Personas” de Eugenio Sue y, sobre todo, de el “Diálogo en los Infiernos entre Maquiavelo y Montesquieu” de Maurice Joly.
“El Cementerio de Praga” recrea la sociedad europea de mediados del Siglo XIX con sus inquietudes políticas, sociales y su gusto incipiente por las ciencias ocultas y esotéricas, debiendo Umberto Eco mucho, tal vez demasiado, a autores anteriores.
Tal vez el mayor logro literario de “El Cementerio de Praga” consiste en cierta posible provocación al lector por parte de su autor, porque si en 1921 el diario “Times” puso de manifiesto la falsedad de “Los Protocolos de los Sabios de Sión” al mostrar las coincidencias de estos con “El Diálogo en los Infiernos entre Maquiavelo y Montesquieu” de Maurice Joly; tal vez Umberto Eco ha buscado que sus lectores busquen y descubran las coincidencias existentes entre la misa negra a la que asiste el protagonista, el capitán Simonini, con la misa negra descrita por Karl Joris Huysmans en su novela “Allá Lejos”.
“El Cementerio de Praga” de Umberto Eco en definitiva no es más que una novela entretenida muy apropiada para lectores de perfil medio-bajo que deseen espantar el tedio durante el trayecto de un viaje no justificando en modo alguno las grandes expectativas con las que se esperaba esta novela del autor italiano.
Desde que escribiera “El Nombre de la Rosa”, Umberto Eco parece haber encontrado en el misterio histórico un filón para su producción literaria que fue continuada por “El Péndulo de Foucault”, novela en la que, curiosamente, viene a criticar la literatura que tiene por objeto el esoterismo y la teoría de la conspiración afirmando que la misma existe por constituir un importante negocio editorial.
Es dentro de ese “gran negocio editorial” en la que se ha de encuadrar “El Cementerio de Praga”, novela que narra la historia de un tunante y falsificador, el capitán Simonini, que obsesionado por los judíos y reclutado por diversos servicios secretos europeos termina redactando, a base de plagios, invenciones y falsedades, lo que serán “Los Protocolos de los Sabios de Sión”.
Aunque “El Cementerio de Praga” es una novela entretenida no deja de basarse en una temática ya muy manida y muy explotada, desde que, entre los años 1797 y 1799, el Abate Baurrel publicara su conocida y documentada “Memoria para Servir a la Historia del Jacobinismo” en la cual se defiende la existencia de una conspiración masónica para acabar con la monarquía y con la Iglesia Católica. Con el tiempo, a la teoría conspirativa del Abate Baurrel que implicaba solamente a las sociedades secretas (principalmente a los Iluminados de Baviera y a la Masonería) se le fueron añadiendo otros protagonistas como los judíos o los bolcheviques dando origen al conocido “Complot Judeo-Masónico-Comunista” tan utilizado en la propaganda política de la primera mitad del Siglo XX y cuya gestación constituye el argumento principal de esta novela de Umberto Eco.
Realmente “El Cementerio de Praga” de Umberto Eco constituye una enciclopedia novelada de hechos y personajes históricos que con sus trabajos literarios y periodísticos colaboraron en la creación o en la difusión de la obra cumbre del antisemitismo: “Los Protocolos de los Sabios de Sión”. Así, el protagonista de la novela; el ficticio capitán Simonini, se relaciona a lo largo de la misma con Léo Táxil, el Doctor Bataille, Hermann Goedesche o Eduard Drumont con los que colabora para la creación de un informe definitivo que probará la existencia de la conspiración judía y que realmente no es más que una invención en la que se plagia pasajes de “Joseph Balsamo” de Dumas, de “El Misterio de las Personas” de Eugenio Sue y, sobre todo, de el “Diálogo en los Infiernos entre Maquiavelo y Montesquieu” de Maurice Joly.
“El Cementerio de Praga” recrea la sociedad europea de mediados del Siglo XIX con sus inquietudes políticas, sociales y su gusto incipiente por las ciencias ocultas y esotéricas, debiendo Umberto Eco mucho, tal vez demasiado, a autores anteriores.
Tal vez el mayor logro literario de “El Cementerio de Praga” consiste en cierta posible provocación al lector por parte de su autor, porque si en 1921 el diario “Times” puso de manifiesto la falsedad de “Los Protocolos de los Sabios de Sión” al mostrar las coincidencias de estos con “El Diálogo en los Infiernos entre Maquiavelo y Montesquieu” de Maurice Joly; tal vez Umberto Eco ha buscado que sus lectores busquen y descubran las coincidencias existentes entre la misa negra a la que asiste el protagonista, el capitán Simonini, con la misa negra descrita por Karl Joris Huysmans en su novela “Allá Lejos”.
“El Cementerio de Praga” de Umberto Eco en definitiva no es más que una novela entretenida muy apropiada para lectores de perfil medio-bajo que deseen espantar el tedio durante el trayecto de un viaje no justificando en modo alguno las grandes expectativas con las que se esperaba esta novela del autor italiano.
Totalmente de acuerdo. La leí hace un par de años y me pareció, sobre todo, manida. Acababa de leer El Golem, de Meyrrinck y realmente la novela de Eco me pareció un recorte de otras novelas, sin nada original. Muy por debajo de El péndulo de Foucault. Creo que todos esperábamos otro Péndulo de nuestro apreciado autor.
ResponderEliminarDifícil seguir el hilo a ésta novela en que cada página es previsible.
Evaluación: como novela, demasiado previsible y nada original.
Como relato histórico informativo, los datos son someros y desordenados como para poder formarse la idea.
Prefiero cualquier otra de las novelas de Eco.