La noche del pasado 20 de Marzo, la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) iniciaba los ataques aéreos en Libia contra el ejército de Moamar El Gadafi, con la justificación de proteger la vida y los derechos humanos de aquella parte de la población de la Cirenaica que se sublevó contra el tirano de Trípoli hace dos meses.
Moamar el Gadafi es un personaje político lleno curiosidades que demuestran, como poco, las contradicciones de quienes ahora le bombardean. Así en los años ochenta del siglo pasado fue calificado por la administración norteamericana como “el perro loco de Oriente Medio”, bombardeado por los Estados Unidos en 1986 fue estigmatizado por toda la Comunidad Internacional hasta que a finales del siglo pasado y tras mediar el atentado terrorista del vuelo 103 de la Pan Am que explotó en el aire sobre la localidad británica de Lockerbie, paso a ser recibido amistosamente por todos los cancilleres europeos a cuyos países empezaba a suministrarles petróleo y gas natural.
Según datos públicos y publicados hace años, desde que llegara al poder en 1969, El Gadafi, ha gobernado Libia con mano de hierro, sin respeto alguno a los más elementales derechos humanos y ha favorecido la acción de diversos y variopintos grupos terroristas en terceros países aunque parece ser que es ahora, en el año 2011, cuando Occidente se ha dado cuenta de que “el señor de la guardia amazónica” es un cruel tirano.
Así pues, los europeos no podemos salir de nuestro asombro: si hoy Gadafi es un criminal y un dictador, también lo sería en el año 2001 cuando, conociéndose su implicación en el atentado terrorista de Lockerbie de Diciembre de 1988, obviando este tema y olvidándose occidente de aquello de que “no se negocia con terroristas”; se le recibía con grandes honores por todas las instituciones y gobiernos europeos. Entonces ¿Por qué es ahora cuando Europa y Estados Unidos se enteran de que el régimen libio esta violando los derechos humanos?.
Aunque a la opinión pública se le ha vendido los bombardeos como una “acción humanitaria” la única razón lógica para los mismos es el deseo de estabilizar y pacificar Libia porque la sublevación de los libios contra el régimen de Gadafi ha desestabilizado gravemente un país exportador de petróleo y de gas natural lo que ha originado la subida de los precios de estos productos en el mercado internacional agravando la crisis económica y dificultando la salida de la misma. Esa es la única explicación lógica a los bombardeos, porque si Gadafi hubiera controlado inmediatamente la situación, aunque hubiera desplegando toda la crueldad imaginable contra sus compatriotas, occidente jamás habría intervenido contra él e incluso aun le seguiría riendo las gracias.
En la actual crisis de Libia merece especial mención la actitud de la casta política española y concretamente la de su gobierno porque toda la que disfruta de representación parlamentaria comparte con sus homólogos europeos la indignidad y la vergüenza de haber compartido mesa y mantel con el dictador africano y si bien es cierto que Gadafi regaló en el año 2003 un bello caballo árabe al entonces presidente del gobierno, José María Aznar (el de la guerra de Irak), el actual gobernante de este país nuestro que cada vez se asemeja más a un cortijo, José Luis Rodríguez Zapatero (el de el No a la Guerra de Irak) le permitió plantar su “jaima” en los jardines del Palacio de la Moncloa en el 2007 prebenda jamás reconocida a ningún otro mandatario extranjero.
No obstante, si toda la casta política española (salvo la honrosa posición de don Gaspar Llamazares y de los dos diputados del Bloque Nacionalista Galego) esta sumisa y repugnantemente de acuerdo con la participación de nuestro ejército en las acciones militares contra el régimen libio, solo de nauseabunda debe calificarse la actitud del gobierno socialista que preside el señor Rodríguez Zapatero.
En primer lugar, el Señor Rodríguez Zapatero ha puesto de manifiesto que en esta España nuestra todo vale para estar o seguir en política y que se pude alcanzar el poder sin tener principio alguno. Así, este espécimen representativo de nuestra casta política ha demostrado que el estar a favor o en contra de una guerra depende de la rentabilidad política que se pueda sacar en cada momento demostrándose una vez más que se podía estar a favor de la guerra contra Irak en 1991, cuando mandaba su partido, en contra de la guerra contra Irak en el 2003, cuando mandaba el partido contrario y, finalmente a favor de los bombardeos contra Libia cuando el dueño del cortijo es él. Por otra parte ¿Qué se puede esperar de un partido político que entre sus muchas sombras tiene el haber pasado del “No a la OTAN” al “Sí a la OTAN”, pasando por aquel “OTAN, de entrada No”?.
En segundo lugar el Señor Rodríguez Zapatero ha pretendido hacer gala durante su largo mandato de que él siempre pediría autorización del Congreso de los Diputados para desplegar tropas en el exterior. No obstante, es de aclarar para los que seguramente no se han dado cuenta de que una autorización siempre es anterior a la toma de una decisión o a la ejecución de una acción y, en el presente caso, primero se ha tomado la decisión, luego se ha puesto en práctica la misma ordenando el despliegue de tropas y finalmente se ha ido al Congreso de los Diputados no a pedir autorización, sino a solicitar la convalidación de la decisión tomada, lo que constituye una evidentemente tomadura de pelo a todo el pueblo español.
Por otra parte, el señor Presidente del Consejo de Ministros, don José Luis Rodríguez Zapatero, no puede ampararse en los compromisos adquiridos por España con sus supuestos aliados porque hay que recordarle que, de entre esos aliados, Alemania se ha desmarcado de las acciones militares y en las mismas no participan ni Grecia ni Portugal, países estos que están atravesando una grave crisis económica solo equiparable a la que sufre España. En este sentido es de indicar que el mismo gobierno que para combatir la crisis económica y reducir el gasto público ha congelado las pensiones de nuestros jubilados y ha limitado la velocidad máxima por autopista a 110 Km/h a fin de ahorrar combustible ahora no le preocupa ni la crisis, ni el gasto público, ni el ahorro de combustible y despliega un submarino, un buque de superficie y cuatro cazas F-18 al mediterráneo con el coste que eso significa tanto en dinero como en consumo de combustible. Es decir, se nos dice que no hay dinero para prestaciones sociales, pero sí para participar en guerras que ni han sido declaradas ni son defensivas.
En definitiva, la actual crisis libia y los bombardeos contra Gadafi evidencian la debacle ética y moral de Occidente en general y de España en particular que se manifiesta en la hipocresía, en la falsedad, en la doble vara de medir y en el desprecio hacia los gobernados que ejerce la casta política europea y española y, también, en la indiferencia, pasividad y sumisión con la que dichos gobernados acogen los dictados de sus gobernantes.
Moamar el Gadafi es un personaje político lleno curiosidades que demuestran, como poco, las contradicciones de quienes ahora le bombardean. Así en los años ochenta del siglo pasado fue calificado por la administración norteamericana como “el perro loco de Oriente Medio”, bombardeado por los Estados Unidos en 1986 fue estigmatizado por toda la Comunidad Internacional hasta que a finales del siglo pasado y tras mediar el atentado terrorista del vuelo 103 de la Pan Am que explotó en el aire sobre la localidad británica de Lockerbie, paso a ser recibido amistosamente por todos los cancilleres europeos a cuyos países empezaba a suministrarles petróleo y gas natural.
Según datos públicos y publicados hace años, desde que llegara al poder en 1969, El Gadafi, ha gobernado Libia con mano de hierro, sin respeto alguno a los más elementales derechos humanos y ha favorecido la acción de diversos y variopintos grupos terroristas en terceros países aunque parece ser que es ahora, en el año 2011, cuando Occidente se ha dado cuenta de que “el señor de la guardia amazónica” es un cruel tirano.
Así pues, los europeos no podemos salir de nuestro asombro: si hoy Gadafi es un criminal y un dictador, también lo sería en el año 2001 cuando, conociéndose su implicación en el atentado terrorista de Lockerbie de Diciembre de 1988, obviando este tema y olvidándose occidente de aquello de que “no se negocia con terroristas”; se le recibía con grandes honores por todas las instituciones y gobiernos europeos. Entonces ¿Por qué es ahora cuando Europa y Estados Unidos se enteran de que el régimen libio esta violando los derechos humanos?.
Aunque a la opinión pública se le ha vendido los bombardeos como una “acción humanitaria” la única razón lógica para los mismos es el deseo de estabilizar y pacificar Libia porque la sublevación de los libios contra el régimen de Gadafi ha desestabilizado gravemente un país exportador de petróleo y de gas natural lo que ha originado la subida de los precios de estos productos en el mercado internacional agravando la crisis económica y dificultando la salida de la misma. Esa es la única explicación lógica a los bombardeos, porque si Gadafi hubiera controlado inmediatamente la situación, aunque hubiera desplegando toda la crueldad imaginable contra sus compatriotas, occidente jamás habría intervenido contra él e incluso aun le seguiría riendo las gracias.
En la actual crisis de Libia merece especial mención la actitud de la casta política española y concretamente la de su gobierno porque toda la que disfruta de representación parlamentaria comparte con sus homólogos europeos la indignidad y la vergüenza de haber compartido mesa y mantel con el dictador africano y si bien es cierto que Gadafi regaló en el año 2003 un bello caballo árabe al entonces presidente del gobierno, José María Aznar (el de la guerra de Irak), el actual gobernante de este país nuestro que cada vez se asemeja más a un cortijo, José Luis Rodríguez Zapatero (el de el No a la Guerra de Irak) le permitió plantar su “jaima” en los jardines del Palacio de la Moncloa en el 2007 prebenda jamás reconocida a ningún otro mandatario extranjero.
No obstante, si toda la casta política española (salvo la honrosa posición de don Gaspar Llamazares y de los dos diputados del Bloque Nacionalista Galego) esta sumisa y repugnantemente de acuerdo con la participación de nuestro ejército en las acciones militares contra el régimen libio, solo de nauseabunda debe calificarse la actitud del gobierno socialista que preside el señor Rodríguez Zapatero.
En primer lugar, el Señor Rodríguez Zapatero ha puesto de manifiesto que en esta España nuestra todo vale para estar o seguir en política y que se pude alcanzar el poder sin tener principio alguno. Así, este espécimen representativo de nuestra casta política ha demostrado que el estar a favor o en contra de una guerra depende de la rentabilidad política que se pueda sacar en cada momento demostrándose una vez más que se podía estar a favor de la guerra contra Irak en 1991, cuando mandaba su partido, en contra de la guerra contra Irak en el 2003, cuando mandaba el partido contrario y, finalmente a favor de los bombardeos contra Libia cuando el dueño del cortijo es él. Por otra parte ¿Qué se puede esperar de un partido político que entre sus muchas sombras tiene el haber pasado del “No a la OTAN” al “Sí a la OTAN”, pasando por aquel “OTAN, de entrada No”?.
En segundo lugar el Señor Rodríguez Zapatero ha pretendido hacer gala durante su largo mandato de que él siempre pediría autorización del Congreso de los Diputados para desplegar tropas en el exterior. No obstante, es de aclarar para los que seguramente no se han dado cuenta de que una autorización siempre es anterior a la toma de una decisión o a la ejecución de una acción y, en el presente caso, primero se ha tomado la decisión, luego se ha puesto en práctica la misma ordenando el despliegue de tropas y finalmente se ha ido al Congreso de los Diputados no a pedir autorización, sino a solicitar la convalidación de la decisión tomada, lo que constituye una evidentemente tomadura de pelo a todo el pueblo español.
Por otra parte, el señor Presidente del Consejo de Ministros, don José Luis Rodríguez Zapatero, no puede ampararse en los compromisos adquiridos por España con sus supuestos aliados porque hay que recordarle que, de entre esos aliados, Alemania se ha desmarcado de las acciones militares y en las mismas no participan ni Grecia ni Portugal, países estos que están atravesando una grave crisis económica solo equiparable a la que sufre España. En este sentido es de indicar que el mismo gobierno que para combatir la crisis económica y reducir el gasto público ha congelado las pensiones de nuestros jubilados y ha limitado la velocidad máxima por autopista a 110 Km/h a fin de ahorrar combustible ahora no le preocupa ni la crisis, ni el gasto público, ni el ahorro de combustible y despliega un submarino, un buque de superficie y cuatro cazas F-18 al mediterráneo con el coste que eso significa tanto en dinero como en consumo de combustible. Es decir, se nos dice que no hay dinero para prestaciones sociales, pero sí para participar en guerras que ni han sido declaradas ni son defensivas.
En definitiva, la actual crisis libia y los bombardeos contra Gadafi evidencian la debacle ética y moral de Occidente en general y de España en particular que se manifiesta en la hipocresía, en la falsedad, en la doble vara de medir y en el desprecio hacia los gobernados que ejerce la casta política europea y española y, también, en la indiferencia, pasividad y sumisión con la que dichos gobernados acogen los dictados de sus gobernantes.
http://www.diarioinformacion.com/secciones/noticia.jsp?pRef=2009012700_2_845349__Nacional-levante-ante-bandera-para-protestar-contra-Aznar
ResponderEliminarZapatero ya se levanta al paso de la bandera norteamericana.
Zapatero, una pregunta, se ha matado ya a algún libio con armas españolas?
"Indiferencia, pasividad y sumisión……"
ResponderEliminarEs que los españolitos no queremos problemas con mamá y para evitar altercados optamos por callar,………, eso de no crear mal ambiente en casa…
Ya sabemos que mamá a veces se equivoca, hace las cosas en su propio beneficio, es muy controladora y egoísta (porque no todas las madres son perfectas) pero al fin y al cabo…es mamá.
Mantengámosla complacida realizando esas pequeñas cosas que le agradan y callando para que nos deje en paz…
¿Y si así nos han instruido desde niños y lo hemos asimilado sorprendentemente bien… porque conducirse de otra manera con el gobierno si a lo que ciertamente aspiramos es a VIVIR TRANQUILOS?
Saludos
Diana Hellin
inaccesibledaiana@yahoo.es