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lunes, 13 de junio de 2011

LA SOCIEDAD QUE SE ESTÁ FORJANDO

Por muchos motivos no hay mejor tiempo para reflexionar que los tiempos de crisis y ello por numerosas causas. En primer lugar porque la reflexión es una forma económica de pasar el tiempo y en segundo lugar porque en los tiempos críticos la realidad se nos aparece desnuda y sin abalorios decorativos indicándonos los errores cometidos en el pasado y abriéndonos los ojos ante el futuro que nos puede esperar en caso de perseverar en esos errores.

Una de estas reflexiones que surgen a tenor de los malos tiempos que vivimos es sobre la sociedad que se está construyendo y que lejos de indicar un avance de la humanidad, más parece retrotraernos a tipos de sociedad en principio ya superados.


La sociedad imperante en occidente durante el pasado fue sin ningún género de dudas una sociedad en la que existían clases claramente diferenciadas por el poder adquisitivo y nivel de vida de los individuos que las integraban, así existía una clase alta capitalista y una clase baja proletaria hasta que el avance del tiempo hizo surgir una tercera clase fundamental en la sociología europea contemporánea cual fue la clase media, integrada ésta por individuos que sin llegar a ser grandes propietarios ni poseedores de grandes fortunas disponían de pequeñas y familiares propiedades. A pesar de las carencias que presenta la sociedad de clases y las teorías existentes sobre ella, desde la teoría de la lucha de clases hasta la teoría de colaboración entre ellas, lo cierto es que este tipo de sociedad parece totalmente superada en el momento presente.


En la actualidad, ante una inexistente sociedad civil y una omnipresencia de la administración estatal y de la economía en todos los ámbitos de la vida humana, la sociedad de clases en occidente parece encaminarse hacia su desaparición en favor de una sociedad de tipo neoestamental.


La Sociedad de Clases se diferencia de la Sociedad Estamental en que la primera esta constituida por clases abiertas, es decir un individuo puede abandonar una clase para integrarse en otra ascendiendo o descendiendo en la escala social mientras que la Sociedad Estamental esta integrada por agrupaciones o estratos cuasi cerrados a los que se accede por causas tasadas o “numerus clausus” (nacimiento, compra de cargos, matrimonio, concesión, etc…). Por otra parte las clases en la sociedad de este nombre tienen su origen en el interés económico de los individuos que las integran mientras que los estamentos existen en base a una predeterminada función que sus miembros desarrollan en la sociedad o en el estado.

Si bien se observa, en la configuración de la sociedad actual ya se vislumbran tales estamentos que, como los antiguos, tienen sus correspondientes y características prebendas y privilegios. Así, se puede llegar a vislumbrar el estamento ejecutivo, que ha adquirido una identificación plena y total con el estado y que se encuentra integrado por todos aquellos individuos que, con mayor o menor responsabilidad, desempeñan cargos políticos en las estructuras estatales y supra estatales aunque tan solo sean representativos; inmediatamente, por debajo de este estamento ejecutivo, se encuentra el estamento administrativo formado por todos aquellos individuos dedicados a que la maquinaria administrativa del estado funcione y por cuantas personas tienen por función defender al estado frente a cualquier perturbación interior o exterior y, junto a los anteriores estamentos no estando precisamente por debajo de ellos, también se distingue un estamento económico y financiero formado por todas aquellas personas que se dedican a la gran economía siendo característico este estamento el subdividirse en clases (no estamentos) como la de “propietarios de los medios de producción”, que son los propietarios de las empresas y los que se reparten sus beneficios, los “técnicos” que son los encargados de administrar las empresas y mantener el funcionamiento y la productividad de las mismas siendo excelentemente retribuidos por ello y, por último, los trabajadores, que yendo y viniendo, siendo contratados y despedidos; prestan sus servicios en las mencionadas empresas según las correspondientes necesidades de las mismas en cada momento concreto. En el último escalón estamental, se perfila la existencia de un estamento que en su momento fue denominado por Jack London como “El Pueblo del Abismo” y que estaría integrado por todos los demás individuos que no forman parte de ninguno de los anteriores y que se caracterizaría por llevar una vida de total precariedad en todos los aspectos siendo la mera subsistencia diaria el mayor logro al que puedan aspirar. De este último estamento, de este “Pueblo del Abismo”, saldría la clase que prestaría los servicios imprescindibles para el funcionamiento de las empresas del estamento económico constituyendo la retribución mínima y esporádica que percibieran por su trabajo su “privilegio” característico casi equivalente al feudal pacto de vasallaje.


Por otra parte la existencia de privilegios que también definen los estamentos que están surgiendo en esta futura sociedad neoestamental cada vez son más evidentes, así el estamento ejecutivo (los políticos) tienen asegurado el resto de su vida con pensiones vitalicias y blindajes jurídicos que impiden que se les pueda exigir responsabilidades, el estamento administrativo (los funcionarios civiles y militares) tienen asegurado su puesto de trabajo del que difícilmente pueden ser removidos o despedidos por lo que tienen asegurado un salario mayor o menor, según la escala que ocupen en la administración, para toda su vida y el estamento económico (grandes empresarios y financieros) tienen el privilegio de ser soberanos en el manejo de sus negocios sin tener que rendir cuentas a nadie pudiendo disponer, cada vez más, a su antojo de la vida de los trabajadores que precisen elevándolos ligeramente desde el último estamento o dejándolos caer en la sima del “Pueblo del Abismo”.


Así pues, esta es la realidad social que amenaza con imponérsenos ante nuestros propios ojos mientras que muchos continúan, romántica y revolucionariamente, anclados en pretensiones y conceptos cada vez más alejados de la realidad al pretender acabar con una sociedad de clases que se está viendo progresivamente sustituida por una “Sociedad Neoestamental” cerrada y altamente represiva.


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