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martes, 27 de mayo de 2014

VALORACIÓN DE LOS RESULTADOS ELECTORALES DEL 25 DE MAYO

El pasado 25 de Mayo se celebraron, en el conjunto de los países miembros de la Unión Europea, elecciones al Parlamento Europeo arrojando en España unos resultados que, siendo prematuro afirmar que significan el final del bipartidismo que ha caracterizado la política española tras la implantación del actual régimen surgido de la llamada Transición, desde luego forjan un nuevo panorama que dará mucho que pensar y generará bastantes dolores de cabeza en los dos partidos que han oligopolizado la actividad política: el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español.
                En primer lugar, afirmamos que pretender ver en los resultados de estas últimas elecciones europeas el final del bipartidismo resulta aventurado porque con una abstención que ha alcanzado el 54´16 por ciento (más de la mitad del censo electoral) y celebrándose en una circunscripción única los resultados no son extrapolables a una convocatoria de elecciones generales ya que la elevada abstención ha significado un “abaratamiento” del escaño al tiempo que la circunscripción única ha hecho que la repercusión de “los restos de los coeficientes” (votos debidamente emitidos que se contabilizan pero que se quedan sin representación) que impone la Ley D´hondt haya sido mínima.  Así pues, para ver si realmente el bipartidismo ha terminado habrá que esperar a la celebración de las Elecciones Generales del próximo año.
                No obstante, el resultado de los pasados comicios europeos sí que supone un fuerte y contundente varapalo tanto para el Partido Popular como para el Partido Socialista Obrero Español, aunque muy probablemente este último haya sido el peor parado de los dos.
            El Partido Socialista Obrero Español ha perdido más de dos millones y medio de votos en comparación con las anteriores elecciones europeas del año 2009, los cuales prácticamente coinciden exactamente con el incremento de votos que ha tenido Izquierda Plural, que ha visto aumentar sus votos en novecientos mil y la irrupción del nuevo partido PODEMOS que ha contado con algo más de un millón doscientos mil votos.           
A pesar de hablar de victoria esta vez no hubo celebración en Génova
Por su parte, el Partido Popular ha perdido más de dos millones seiscientos mil votos en relación con las elecciones europeas de 2009 y unos seis millones en relación con las elecciones generales de Noviembre de 2011. Aunque la cúpula directiva de este partido afirma que la pérdida de votos se explica porque se han ido a la abstención y no a otras formaciones políticas, tal explicación no es válida porque la participación en estos comicios se ha incrementado casi un punto en comparación con los anteriores a pesar de que el censo electoral ha descendido en unos cuatrocientos cuarenta mil electores. En realidad el Partido Popular ha perdido sus votos fundamentalmente a favor de Unión Progreso y Democracia, partido dirigido por la ex dirigente socialista Rosa Díez y a favor de Ciudadanos, formación presidida por Albert Rivera, siendo especialmente relevante el descenso en Cataluña donde coincide prácticamente con el ascenso en número de votos de Ciudadanos.
            La abstención ha castigado por igual a Partido Popular y al Partido Socialista siendo de indicar que el desplazamiento de los votantes descontentos con los populares se ha ido a partidos más bien centristas y de ideología difusa mientras que los descontentos con el Partido Socialista se han refugiado en formaciones clara y rotundamente de izquierdas.
            Por otra parte la participación también tiene sus lecturas. Si bien es cierto que el incremento general de la participación ha sido poco relevante, no lo es menos que ha habido un notable aumento de participación en aquellas comunidades con amplia implantación nacionalista como Cataluña, País Vasco y Navarra, demostrando que el nacionalismo ilusiona tanto o más que las demandas de justicia social. En este sentido es de indicar el triunfo electoral de ERC en Cataluña donde aparece como la fuerza más votada por delante de CiU y la fuerte aparición de la Coalición “Los Pueblos Deciden” auspiciada por Bildu que obtiene un global de más de trescientos veinte mil votos en todo el estado.
            Con el panorama político que arrojan los resultados de las elecciones europeas del pasado Domingo se puede concluir lo siguiente:
1º. El Partido Popular aguanta el tirón y obtiene una amarga victoria que consiste en consolarse sabiendo que ha sido el partido más votado y que tal como están las cosas en el principal partido de la oposición éste no puede suponerle ningún problema inmediato. Todo esto mientras que pone su esperanza en una mejora en la situación económica general que le permita presentarse a las próximas elecciones generales como el gran gestor que ha sacado al país de la crisis.
Mas que el triunfo de IU y PODEMOS es el abrazo de Pasqual  Maragall
 a Junqueras lo que rmás representa la descomposición del PSOE
2º. El Partido Socialista abandona definitivamente la situación de crisis que padece desde el año 2010 para entrar en una fase de caída libre, donde no solo ha perdido votos sino también dirigentes históricos que han pasado a dar su apoyo a otras formaciones políticas. Esta situación aleja la posibilidad de que el PSOE se convierta en solitario en alternativa al Partido Popular y le fuerza a un cambio de dirigentes que favorezcan un radical giro a la izquierda que le permita entenderse en una especie de coalición “frente populista” con las emergentes fuerzas de izquierda.
4º. En relación con el punto anterior, el reforzamiento electoral de Izquierda Unida-Izquierda Plural y la fuerte aparición de PODEMOS llevaran inevitablemente a marcar la política en el seno del PSOE y la dispersión del voto de izquierdas que se ha producido y que se seguirá produciendo se traducirá en la aparición de varias formaciones en el Congreso de Diputados que, por sí solas, no podrán contrarrestar al Partido Popular conllevando, en puridad lógica, la radicalización del PSOE y la formación de una “gran coalición de izquierdas” equiparable a los Frentes Populares del periodo de entreguerras.
5º. El más que posible giro radical a la izquierda del PSOE, llevará a UPyD y a Ciudadanos en el futuro, o bien a languidecer o a terminar apoyando, aunque solo sea puntualmente, al Partido Popular. En este sentido es de indicar que tanto Ciudadanos como UPyD son fundamentalmente fruto de la política territorial y antiterrorista desarrollada por el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero por lo que no es presumible que comulguen con nuevos  “giros a la izquierda” del PSOE.
6º. El incremento de los apoyos electorales a las formaciones políticas que, clara y rotundamente, apuestan por la secesión de determinados territorios y que, más aún que el aumento de votos de las formaciones de izquierdas, auguran la próxima defunción del régimen político del 6 de Diciembre de 1978 y posiblemente del propio estado español tal y como lo conocemos actualmente; tenderán a radicalizar todavía más sus demandas y exigencias mostrando claramente, en el mejor de los casos, la insalvable fractura social existente en el país.
En definitiva, ha surgido un nuevo panorama político en España que expresa los deseos de cambios radicales por parte de una sociedad que ya no se conforma con las tímidas reformas políticas ni sociales que se les puedan otorgar, lo que hace más que previsible a medio plazo una radicalización de la vida política española con todas las consecuencias que ello pueda llegar a generar. 

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