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lunes, 13 de octubre de 2014

LA CRISIS DEL EBOLA EN ESPAÑA


           
Vease la diferencia entre los trajes utilizaos en España y los de Protecciñon 4
La semana pasada saltó la noticia de la primera infección por ébola fuera de África siendo la afectada una trabajadora del servicio público de salud de la Comunidad de Madrid, doña Teresa Romero, que estuvo atendiendo al segundo de los misioneros españoles repatriados del foco epidémico, el Doctor don Manuel García Viejo. Por otra parte, ayer se supo que en Estados Unidos se ha producido un segundo caso de contagio de ébola fuera de África en la persona de otra trabajadora de la sanidad norteamericana. 

            Aunque estos dos casos de contagio fuera de África parecen idénticos y existe un cierto interés en resaltar similitudes, lo cierto es que entre ambos existen notables diferencias. En los dos casos se habla de fallos en los protocolos y de algún error humano aunque en el caso español ha habido especial interés de hacer recaer,  de manera totalmente injusta, toda la responsabilidad en la trabajadora infectada.

            El principal fallo que ha existido en el caso español no fue en el protocolo del tratamiento sanitario de enfermos infectocontagiosos que existía en España antes del contagio de doña Teresa Romero, sino en el protocolo que la prudencia y el sentido común nos impone a todos ante una situación de epidemia. Ante una situación de epidemia, lo fundamental es impedir que esta se extienda, imponiendo cuarentenas y restringiendo la movilidad de los posibles afectados por lo que el primer grave error fue el sacar de una zona epidémica a un enfermo infectado en fase avanzada de la enfermedad e introducirlo en una zona geográfica hasta el momento libre de infección, porque tal decisión implicaba asumir un riesgo gratuito de extender la epidemia máxime cuando, tal y como se dijo por los medios de comunicación, no existía en España, por estar agotado a nivel mundial y hasta principio del año próximo el suero ZMAPP para el tratamiento de la enfermedad (curiosamente ahora sí está disponible dicho suero para tratar a la afectada en España). Así pues la primera diferencia entre el caso español y el norteamericano se encuentra en que en USA el ébola se ha extendido por una causa natural como fue la llegada al aeropuerto de Dallas de un ciudadano infectado sin que las autoridades supieran ese extremo mientras que en España el ébola se ha extendido a una persona por la decisión política de repatriar a dos pacientes de los que ya se sabía que estaban infectados y en un estado avanzado de la enfermedad que hacía prácticamente imposible su tratamiento y su cura.

            Los pacientes de brotes epidémicos deben ser tratados en el foco mismo de la epidemia y no moverlos de lugar para no correr el riesgo de extender la epidemia por lo que el gobierno español, en vez de repatriar a los dos misioneros, debió enviar equipos médicos y material sanitario para atajar la epidemia en su mismo lugar de origen. ¿Por qué no se ha hecho esto?, sinceramente... no encuentro la respuesta, pero hoy cuando sabemos que el Ejército Norteamericano ha destinado a tres mil hombres de la sanidad militar a Liberia para atajar la epidemia y que España va a enviar a trescientos soldados a Irak para entrenar a las fuerzas iraquíes en su lucha contra el Estado Islámico, nos hace cuestionarnos también si no están fallando en el gobierno español el protocolo de valoración de amenazas, puesto que desde finales de Julio de este año 2014 resulta más previsible, más próxima y más letal la llegada del virus de ébola a España que la llegada de un terrorista islámico desde Irak o Siria dado que la epidemia de ébola se está produciendo a tres horas en avión de la Península Ibérica y un virus es más difícil de detectar en un individuo que un arma o un explosivo.

           
Las mangas deberíam sellarse con velcros y no con cinta de embalar dificil de quitar
En cuanto al protocolo del tratamiento de pacientes infecto contagiosos se ha de indicar que siempre existe riesgo para el personal sanitario que los trata y, no existiendo jamás una seguridad al cien por cien, de lo que se trata es de minimizar esos riesgo al máximo hasta el punto de hacerlos desaparecer prácticamente. Para ello se han de tener los medios de prevención necesarios y estos medios deben proteger al máximo porque con determinadas enfermedades infecciosas de alta mortalidad y de difícil tratamiento cualquier precaución es poca. Por ello, aunque se considerase suficiente el usar un traje de protección de nivel 2 ó 3 ¿Por qué no usar un traje de protección de nivel 4 si da mayor seguridad?. Igualmente si existe la posibilidad de un contagio por medio de un contacto físico con la parte exterior del traje y demás medios de protección ¿Por qué no desinfectar previamente el traje antes de que el sanitario proceda a quitárselo?.

            No obstante, cuando se utilizan medios de protección los riesgos se limitan a tres: 1º Que los medios de protección utilizados sean los correctos por lo que utilizando un traje de protección de nivel 4 siempre estaremos ante un medio correcto por el simple motivo de que ya no existen medios de mayor protección, 2º que los medios de protección funcionen correctamente no siendo previsible que existan fallos en su fabricación puesto que son sometidos a duras pruebas de calidad antes de salir de fábrica y 3º Que los medios de protección se utilicen correctamente, estando ahí precisamente donde puede encontrarse el principal factor de riesgo porque un medio de protección de nivel 4 no es una camiseta que uno se mete por la cabeza sacando los brazos por las mangas, sino que presenta dificultades en su colocación y retirada y, por supuesto, representa cierto agobio e incomodidad, mientras se utiliza, por lo que es más que dudoso que se pueda capacitar a una persona para su uso en una breve charla de media hora. Por ello surge una nueva pregunta que puede indicar otro fallo en el protocolo ¿La existencia de un único paciente aislado exigía la urgente preparación en la utilización de trajes de seguridad de personal sin experiencia previa en la utilización de los mismos? ¿No había ya en España personal altamente cualificado y preparado en el uso de esos trajes?. Evidentemente, para el tratamiento de uno o dos pacientes localizados y aislados se pudo echar mano de las unidades sanitarias de NBQ (Nuclear, Biológico y Químico) que posee el ejército y que son expertas en el tratamiento de enfermedades infecto contagiosas y en el uso de trajes de máxima protección sin necesidad de tener que formar deprisa, corriendo y de forma insuficiente al personal sanitario del Hospital Carlos III.

            Finalmente, en España también se echa de menos un protocolo para prevenir la llegada a nuestro país de nuevos casos a causa de la natural deambulación de las personas y que puedan terminar descontrolándose. Así, mientras que Rusia ha impuesto una cuarentena de 21 días a todas las personas procedentes de las zonas epidémicas que llegan a sus aeropuertos y Estados Unidos les hace pasar un somero reconocimiento médico, en España aún no se ha tomado ninguna medida similar por lo que nuevamente estamos dejando protagonismo a la excesiva confianza y a la improvisación.

            En esta cuestión, lo que se podría hacer es que todos los cooperantes (personal sanitario) que regresen a España de las zonas epidémicas donde han estado tratando directamente con enfermos de ébola, no lo hagan en aviones de líneas regulares sino en vuelos especialmente fletados por el gobierno para su regreso tomando tierra en alguno de los varios aeropuertos que se encuentran sin tráfico aéreo donde se podrían instalar unidades médicas de aislamiento a fin de hacerles las pruebas médicas pertinentes e imponerles una cuarentena si es preciso.

            Respecto a los demás ciudadanos que simplemente vengan de las zonas epidémicas las medidas que se podrían adoptar podrían ser desde las que se están tomando en Estados Unidos hasta la cuarentena impuesta en Rusia, todo ello para minimizar los riesgos de una extensión incontrolada del virus en nuestro país.

            Por último es de indicar que ningún gobierno del mundo tiene en sus manos el poder para evitar que casos de ébola lleguen a sus respectivos países, pero la irresponsabilidad y precipitación con la que ha actuado el Gobierno español desde que decidiera repatriar al primer misionero a mediados de Agosto y la falta de previsión con la que aún está actuando equivalen a comprar todas las papeletas para que nos toque el premio.

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