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lunes, 22 de diciembre de 2014

TIEMPO DE ESPERANZA




Nuevamente la humanidad vuelve a encontrarse en este breve, pero intenso periodo del año, en el que se celebra la venida al mundo de Nuestro Señor Jesucristo con su mensaje de paz, fraternidad y esperanza.

            Aunque este año 2014 que termina ha servido para que los dirigentes del mundo en general y los españoles en particular persistan en hacer más profundas las dolorosas consecuencias de la crisis económica haciendo que al final de año nos encontremos peor que al principio no nos ha de extrañar tal cosa porque en las castas dirigentes ya no se puede tener esperanzas pues hace tiempo que abandonaron la idea de la política como servicio al común y desertaron de todo principio ético o moral.

            No obstante en el próximo año, con las numerosas convocatorias electorales previstas, los ciudadanos tendrán diversas oportunidades para gritar, clara y rotundamente, un "BASTA YA", un "HASTA AQUÍ HEMOS LLEGADO". No obstante, tal grito no puede convertirse en un acto irreflexivo y sentimental. Los ciudadanos españoles llevamos cuarenta años votando con el corazón y por huir de una dictadura hemos entregado nuestra libertad, nuestra vida y nuestra hacienda a unos irresponsables y a unos ladrones. No, los ciudadanos españoles no podemos repetir los errores políticos que hemos cometido hasta ahora no vaya a ser que por huir de los ladrones vayamos a caer en manos de un clan dictatorial e irresponsable.

            Es hora de reflexionar y aceptar la responsabilidad individual que todos y cada uno hemos tenido en lo que ha pasado en este país porque es de recordar que los dirigentes que nos han mal gobernado durante los últimos cuarenta años lo han hecho con nuestro constante consentimiento, por eso el voto no es depositar alegremente un papel en una urna, sino un complejo proceso de reflexión íntima que nos lleva a introducir un papel concreto y no otro en esa urna haciéndonos responsables en cierto modo de lo que haga el personaje al que hemos dado nuestra confianza.

            Así pues, si este año que termina es el año de las quejas y de las protestas, el año que viene es el año de las esperanzas. No de las esperanzas de que la casta política sea mejor, sino de las esperanzas de que nosotros, el pueblo, seamos más inteligente y menos ingenuo y dejemos de creer nos van a "dar duros a cuatro pesetas" siendo este tiempo de reunión y recogimiento familiar el ideal para plantear estas cuestiones serenamente y hacer propósitos de enmienda para el año venidero.

            En fin, para no extenderme más y parecerme a aquel que será la novedad televisiva durante la sobremesa de la próxima Cena de Nochebuena, "El Chouan Ibérico" desea terminar, desde el eterno recuerdo al significado primitivo, original y tradicional de estos días, deseando a todos sus lectores y amigos

¡¡¡UNA MUY FELIZ NAVIDAD!!!

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