Páginas

miércoles, 7 de octubre de 2015

UN PRONÓSTICO POLÍTICO



Las próximas elecciones generales convocadas finalmente para el día 20 de Diciembre del 2015 son las primeras desde hace muchos años que presentan importantes novedades y un especial interés tanto por factores objetivos como subjetivos.

Por factores objetivos nos referimos, evidentemente, a las especiales circunstancias políticas y económicas que padece nuestro país y que han obligado al actual gobierno del Partido Popular a agotar hasta su límite máximo, y contra todo pronóstico, la presente legislatura siendo la primera vez que tal cosa sucede desde las primeras elecciones democráticas de 1977. Estas especiales circunstancias consisten en la confluencia  de una crisis económica que continúa llevando a la población a un claro, visible y pleno proceso de empobrecimiento y de retroceso en materia de derechos sociales y de libertades junto con una crisis política que amenaza con desintegrar al mismo estado español, es decir, parece ser como si ahora la inmediata historia política pasase la factura de todos los errores, omisiones y malos hechos cometidos por la casta política en los últimos cuarenta años.

Por otra parte estas elecciones van a suponer, con toda seguridad, un parlamento más fragmentado donde es muy posible que el número de formaciones políticas con representación parlamentaria superen, por primera vez en la historia del actual régimen político español, el número de trece.

No obstante, no nos engañemos, una mayor fragmentación del parlamento no va a implicar de ningún modo una mayor representatividad de las fuerzas sociales sino que simplemente va a indicar, no la descomposición de los partidos tradicionales, sino simplemente la metamorfosis de los mismos hacia otros envoltorios que de alguna manera permitan perseverar en un estado de cosas que ha defraudado a muchos y que manifiestamente no funciona.

Es de prever que los dos partidos mayoritarios alrededor de los cuales ha girado la vida política española de estos últimos cuarenta años, Partido Popular y Partido Socialista Obrero Español, sigan conservando una representación superior al centenar de diputados cada uno, lo cual indica claramente que están muy lejos de descomponerse. Por su parte los partidos nacionalistas periféricos conservarán su representación parlamentaria con muy pequeñas variaciones al alza mientras que los partidos emergentes, Ciudadanos y PODEMOS, irrumpirán con relativa fuerza en el Congreso de los Diputados a costa, sin duda, del Partido Popular el primero y de Izquierda Unida y el Partido Socialista, el segundo.

Es precisamente la irrupción de estas nuevas formaciones políticas tras las elecciones autonómicas y municipales de Mayo pasado lo que ha llevado al gobierno a agotar hasta el último minuto la legislatura pues la estrategia del líder popular, don Mariano Rajoy, pasa y ha pasado en todo momento por la existencia de algún tipo de repunte de la situación económica, aunque este sea mínimo y macroeconómico, que le permita presentarse como el político que ha hecho que los españoles superemos la crisis económica y, sobre todo, por el hecho de que el tiempo transcurrido desde la formación de los nuevos gobiernos municipales y autonómicos hasta la celebración de las elecciones suponga algún desgaste importante para las nuevas formaciones políticas emergentes, cosa que en el caso de PODEMOS parece ser que se está produciendo aunque no así en el caso de Ciudadanos que se nutre del voto de extrema derecha que el Partido Popular ha empezado a perder masivamente y que se ve atraído hacia la formación de Albert Rivera por su españolismo y su apariencia recentralizadora.

Si los resultados electorales verifican el anterior análisis se dará la siguiente situación:

1º. El Partido Popular y el Partido Socialista serán los partidos más votados y los que cuenten con mayor representación parlamentaria aunque será notoriamente insuficiente para formar gobierno al estar cada uno de estos partidos muy lejos de la mayoría absoluta.

2º. La fuerte irrupción de PODEMOS en el parlamento, si no va a acompañada de una total absorción de Izquierda Unida y de otras fuerzas menores como "Compromís",  supondrá tal fragmentación en la representación parlamentaria de la izquierda que hará muy difícil que puedan oponerse a la formación de un nuevo gobierno del Partido Popular dando su apoyo a un posible gobierno del Partido Socialista Obrero Español.

3º. Finalmente, la no menos poderosa irrupción de Ciudadanos perjudicará al Partido Popular pues le alejará sin remedio de cualquier remota posibilidad de obtener la mayoría absoluta pero le permitirá ser el partido decisivo a la hora de dar su apoyo al PP o al PSOE para formar gobierno aunque es muy dudoso que sus votantes aceptasen de buen grado que se apoyara al Partido Socialista para formar gobierno.

4º. El gobierno que surja de las elecciones de Diciembre del 2015 será un gobierno débil que estará más ocupado en conservar su estabilidad que en solucionar los problemas reales del país.

5º. Los partidos emergentes quedarán muy apartados de la posibilidad de ser alternativa real de gobierno y quedarán relegados a ser meras muletas de los grandes partidos haciéndose irremediablemente responsables de toda la mala gestión llevada a cabo por los mismos en los últimos cuarenta años.

6º. Las minorías nacionalistas independentistas tendrán un panorama político estatal inmejorable para llevar a cabo sus aspiraciones de independencia si es que de verdad desean tal independencia y no, simplemente, mantener una eterna despedida.
 

4 comentarios:

  1. Buenas noches:

    La redacción del punto sexto es exquisita. Ahora bien, la duda la tengo con el punto quinto y planteo: ¿no puede hacerse la lectura contraria? Esto es, no que sean muleta, bien al contrario, si saben aprovechar las negociaciones para la formación de gobierno, pueden actuar de bisagra: podrían condicionar, en parte claro está, el programa de gobierno. Un programa que podría pasar un examen periódico, con el objetivo, para el partido pequeño de valorar si merece la pena continuar en el gobierno o abandonarlo. Aunque claro, ya sabemos lo que cuesta eso cuando “se toca la moqueta”.

    ResponderEliminar
  2. Estimado anónimo:

    La experiencia de estos años nos demuestra que cuando un partido pequeño pacta con un partido grande, el segundo suele fagocitar al primero.

    Mire el caso de Izquierda Unida. Cuando pacto con el PSOE empezó a tener problemas y sufrir deserciones en sus filas quedando reducida a una especie de partido ascensor que subia cuando el PSOE bajaba y bajaba cuando el PSOE subía y todo esto sin contar con la pérdida de crédibilidad que tales pactos le generaban entre sus electores.

    En el fondo aqui lo que se plantea es ya la etena cuestión de reforma o ruptura. Si se es partidario de la ruptura no se puede pactar ahora si lo que se cree es que es posible un reformismo del "He sido malo, me arrepiento pero ahora voy a ser muy bueno" pues.... solo se tendrá más de lo mismo, y sinceramente amigo mio, para ese viaje no se necesitan alforjas

    ResponderEliminar
  3. Por Dios bendito, ni Ciudadanos ni Pp, las derechas ya nos han hecho demasiado mal a las personas de este país. Nos han robado hasta la saciedad a costa del dinero publico, para su propio beneficio. Es una vergüenza sus políticas. No los quiero ni en pintura.

    ResponderEliminar
  4. Estimado anónimo:

    No es cuestión de querer o no querer sino de lo que pasará o no pasara

    ResponderEliminar