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lunes, 5 de septiembre de 2016

Y... PASARÁ LO QUE TIENE QUE PASAR



Ya anunciábamos en un artículo anterior, con una semana de antelación al pasado treinta de Agosto, que Mariano Rajoy no obtendría apoyos suficientes para su envestidura y que, por lo tanto, no podría formar gobierno volviendo el panorama político a ser idéntico al de hace seis meses: nueva ronda de conversaciones con Su Excelencia el Jefe del Estado, nuevas conversaciones de café entre políticos y mucha, muchísima, pose para la galería con la intención de transmitir a la opinión pública que los distintos miembros de la casta política hacen todo lo posible "por el bien del país" y para evitar unas terceras elecciones que todo indica que no se podrán evitar.

            La cantinela de las próximas semanas va a ser la exigencia de "ser valiente" y crear "una alternativa parlamentaria de progreso" que encumbre a la Presidencia del Gobierno al líder socialista Pedro Sánchez con el apoyo de su propio partido, el PSOE, y de PODEMOS. Ahora bien tal posibilidad es poco menos que imposible que se produzca porque por mucho que se quiera lo cierto es que si el Partido Popular no ha podido formar gobierno con el apoyo de 170 parlamentarios mucho menos posible es la formación de un gobierno alternativo que solo contaría con el apoyo efectivo de 156 parlamentarios.

            Analicemos los datos matemáticos con los que se pretende jugar y entretener a la ciudanía durante unos meses: un hipotético pacto de PSOE y PODEMOS para formar gobierno requeriría del apoyo de "Ciudadanos", que con sus 32 diputados, sería decisivo, no solo para la envestidura de Pedro Sánchez sino sobre todo para la estabilidad del gobierno, pero como PODEMOS veta a "Ciudadanos" y viceversa tal hipótesis es totalmente irreal.

            Otra alternativa, que es precisamente con la pretende jugar el líder de PODEMOS, Pablo Iglesias, es un hipotético pacto entre PSOE, PODEMOS y todo el espectro de minorías nacionalistas de izquierda. A este pacto, el PSOE aportaría 85 diputados y PODEMOS y sus confluencias 71, lo que sumarían 156 apoyos parlamentarios a falta de veinte para conseguir la mayoría absoluta. Ahora bien ¿De dónde pretende obtener don Pablo Iglesias esos veinte parlamentarios?; según manifiesta pretende obtenerlos de las minorías de "izquierda nacionalista" que tienen representación parlamentaria pero tales formaciones solo son  Ezquerra Republicana de Catalunya (ERC) y EH-Bildu que suman un total de once diputados por lo que ese supuesto pacto sumaría 167 diputados a falta de 9 para la mayoría absoluta y, aún contando con la abstención de todos los demás grupos nacionalistas minoritarios incluso de la derecha como CDC y PNV, el voto en contra de los diputados del Partido Popular y de "Ciudadanos" sumaría 169 por lo que estos números tampoco dan la posibilidad a Pedro Sánchez de ser envestido Presidente salvo que ese supuesto "pacto de progreso" contase también con el apoyo expreso, es decir con el voto afirmativo, de partidos tan de izquierdas como el Partido Nacionalista Vasco o Convergencia Democrática de Cataluña cosa, que si bien es posible que ocurra, haría al acuerdo perder ese título de "alternativa de progreso" o de izquierdas además de que un gobierno sustentado por no menos de seis formaciones políticas diferentes sería un gobierno... ¡Muy difícil de gobernar!.

                Finalmente, la única alternativa matemática que haría a Pedro Sánchez, Presidente del Gobierno, sería un pacto entre el PSOE y "Ciudadanos" que contase con la abstención del Partido Popular, pero tal posibilidad significaría que el PSOE se suicidaría políticamente al convertirse en un reo del Partido Popular cuyos apoyos parlamentarios le serían imprescindibles para obtener estabilidad durante la legislatura. Así pues esta posibilidad debe ser directamente desdeñada.

            En definitiva, el país esta abocado, lógica y materialmente, a unas nuevas elecciones en Diciembre por lo que el único discurso que debe aceptar el pueblo español es el de disolver las Cortes inmediatamente y convocar elecciones lo antes posible para que no coincidan con la fecha, al parecer, tan temida del 25 de Diciembre. En vez de eso, veremos, lo que ya estamos viendo: a los distintos miembros de la casta política española aferrarse a sus poltronas, mantener la ilusión de unos hipotéticos pactos para, arañando días cuando no horas, seguir disfrutando las prebendas del cargo unos minutos más y, finalmente, cometer el acto más descarado de desfachatez y de corrupción, cual es cambiar la ley para moldearla a sus intereses y que las elecciones, en caso de convocarse, no se celebren en una fecha, el 25 de Diciembre, que parece no interesarles a ninguno.

            ¿Se dará cuenta el buen pueblo español de tales maniobras? ¿Ignorará que modificar una ley para adaptarla a los intereses particulares de una minoría en un momento concreto, constituye también un acto de corrupción? ¿Hasta cuándo conservarán los españoles la fe y la esperanza en unos individuos y en unas instituciones que han demostrado sobradamente no ser dignas de la más mínima confianza?.

2 comentarios:



  1. “¿Se dará cuenta el buen pueblo español de tales maniobras?” Personalmente lo dudo, siendo magnánimo… La realidad es tozuda...

    “¿Ignorará que modificar una ley para adaptarla a los intereses particulares de una minoría en un momento concreto, constituye también un acto de corrupción?” ¿Le queda a Ud. alguna duda? ¡Si tenemos el “Sálvame”, fútbol y podemos echar unas cervecitas en una terracita!

    ¿Hasta cuándo conservarán los españoles la fe y la esperanza en unos individuos y en unas instituciones que han demostrado sobradamente no ser dignas de la más mínima confianza? ¿Ab eternum?…

    Desconozco el contexto social en el que se desenvuelve Ud., pero el mío destila unas características que, de verdad, asustan. Es una localidad de cerca de 15 000 habitantes y recuerdo las palabras de un Hermano Lasaliano que fue mi profesor y después se convirtió en mi maestro (aunque el diga que Maestro sólo hay uno) que afirmaba, ya hace algunos decenios, que se podían contar con los dedos de las manos las personas con las que se podía hablar. Por supuesto que incluía, en su caso, a los no creyentes, pero que eran capaces de argumentar con solidez su punto de vista. Y ha llovido desde entonces… No, sinceramente, no albergo esperanzas de que la sociedad recapacite; es más, creo que alguna vez he comentado que nos están machacando tanto, pero tan lentamente, que no nos damos cuenta del vacío en el que caemos imperceptiblemente. Y los ejemplos prototípicos que siempre repito: si nos están desmantelando la sanidad pública (que una persona con cáncer pueda quedar sin atención pasado mañana) y persiguen la desaparición de las pensiones públicas (¿de qué pensamos vivir?) y no reaccionamos, ¿cómo lo vamos a hacer con un cambio en la ley electoral?

    Ojalá me equivocara, ojalá...




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  2. Estimado anónimco:

    Elentorno social en el que me muevo es similar al suyo.

    Ciertamente creo que la gente, no es que no se de cuenta de nada, sino lo que es peor no quiere darse cuenta de nada por lo que tanto echar la culpa a los políticos empieza a ser algo que esta fuera de la realidad porque la culpa la empieza a tener esa sociedad que elige a esos políticos.

    No obstante yo intento sacar a relucir las contradicciones en las que incurren nuestras instituciones y también nuestro pueblo con la intención de hacer a alguien reflexionar. Si consigo que solo uno reflexiones, vale la pena porque de lo contrario lo único que se puede hacer sería llorar la decadencia institucional y la degeneración social frente a una botella de Whisky y francamente... eso no sería bueno para mi higado.

    El pueblo español lleva décadas bailando alegremente y con los ojos vendados al borde afilado de un profundo precipicio y siendo su situación solo comparable a la que vivió el pueblo frances en los años treinta, situación de la que solo salió gracias al revulsivo que supuso la invasión alemana de 1940.

    Es una lástima que los pueblos necesiten de grandes calamidades para llegar a la catarsis a partir de la cual puedan llegar progresivamente a ser mejores.

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