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jueves, 22 de diciembre de 2016

TIEMPO DE REFLEXIÓN PARA LA ENMIENDA



        
 
              Un año más, dentro de una era que ya supera con creces los dos milenios, la humanidad vuelve a vivir este breve periodo de tiempo en que se celebra el nacimiento del Niño-Dios y en el que afloran los mejores deseos y sentimientos.

            Que todos los años por estas fechas vengamos a desear lo mismo que el año anterior no deja de ser sintomático para una mente mínimamente reflexiva. Si todos los años por estas fechas nos deseamos lo mismo es porque, en puridad lógica,  el año que termina no ha culminado nuestros deseos siendo nuestras inquietudes y problemas los mismos que los del año anterior.

            Y es que, por muy buena voluntad que se tenga, de nada sirve desearse lo mejor si no se analizan los problemas y se hace un sincero propósito de enmienda. Si el año 2015 se abría a la esperanza por las numerosas convocatorias electorales que posibilitarían cambios importantes y decisivos y el inicio del año 2016 que ahora termina podría confirmar cambios de tendencia en los numerosos aspectos y parámetros negativos que presenta nuestro país, ahora nos encontramos con que poco o nada han cambiado las cosas.

            Nuevas caras, nuevos discursos y nuevas poses no son más que nuevas formas que pueden no suponer cambios en las substancias. En el mundo del marketing es sabido que es más fácil hacer aceptable al público un producto viejo presentado con una nueva imagen que un producto nuevo con una imagen vieja, no obstante, lo substancial, lo que verdaderamente importa es el producto en sí mismo.

            Los problemas que hoy nos afectan como colectividad son exactamente los mismos que los del año pasado y los mismos que nos afectaban el otro anterior lo que indica que en estos dos años no hemos progresado nada. Debemos reflexionar sobre el por qué de esto, debemos  sacar conclusiones y debemos reflexionar sobre lo que somos y sobre donde queremos ir, debemos ser conscientes que los problemas que nos amenazan son substanciales y no se van a solucionar con cambios formales.  Si siempre hacemos lo mismo,  si siempre confiamos en los mismos y si siempre nos conformamos con los cambios formales jamás tendremos resultados diferentes. Debemos reflexionar y hacer un serio propósito de enmienda en nuestra mala costumbre de confundir las formas con las substancias.

            En la esperanza de que se saquen conclusiones y exista un propósito de enmienda, "El Chouan Ibérico" quiere concluir este escrito, teniendo muy presente el verdadero, original y único significado de este tiempo festivo, deseando a todos sus amigos y lectores.


¡¡¡Una Muy Feliz Navidad!!!

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