Páginas

jueves, 23 de marzo de 2017

PARTICIPAR SIN ODIO



Ante el debate acerca de la historia del carlismo que se ha suscitado en las páginas de este periódico, como secretario general del Partido Carlista de Navarra me veo obligado a intervenir. Después de cincuenta y cuatro años de militancia social, sindical y política (antifranquista y antifascista), de haber sido detenido (varias veces), multado y torturado, como miles de compañeros carlistas, en lucha contra la dictadura y a favor de una auténtica democracia, jamás pensé que unos hechos históricos pudieran llevar a semejante enfrentamiento.

            En primer lugar, quiero dejar clara la postura de los carlistas (con toda la humildad posible) ante el edificio de Navarra a sus muertos. Los carlistas proponemos que el edificio sea un punto de encuentro para la historia y la cultura de todos los comportamientos y conflictos de nuestra tierra. Consideramos que este edificio en el corazón de Pamplona puede ser un buen lugar de reflexión para no repetir más guerras, así como para albergar conferencias y exposiciones relacionadas con Navarra. ¿Podría ser desde el sometimiento del Reino de Navarra en 1512? Nuestra propuesta es dejar al margen cualquier iniciativa que, disfrazada de pretensiones culturales, tenga como objetivo sembrar la discordia y la provocación entre los ciudadanos.

            En estas fechas se cumplen los cuarenta años de la legalización de los partidos políticos y sindicatos. De todos menos del Partido Carlista, curiosa democracia. El año anterior, en 1976, se nos ametralló en Montejurra, con dos asesinados a sangre fría. La clase política instalada actualmente debería mirarse al espejo y preguntarse: ¿Por qué? ¿A cambio de qué, señores demócratas de PP, PSOE, PC, IU, PNV? ¿Por qué se nos cerró el paso en 1976 y 1977, en las primeras elecciones en este aborto de democracia?

            También quiero dejar claro que, a pesar de la intención de Francisco Franco, el Ateneo Lacort y otros de convertir al carlismo en un refugio de románticos encerrados en un museo, no lo van a conseguir. Los carlistas no estamos por la labor de traicionar nuestra vocación de servir a la sociedad como hemos hecho siempre. Por respeto a nuestros mayores y a nuestra historia con sus aciertos y errores, la lucha continúa por una sociedad justa, humana, con derechos para todos y por la defensa de la naturaleza.

            Por último, quiero mostrar mi agradecimiento a todas las personas que estos días han intervenido respetuosamente en el debate creado de manera torticera, y con ánimo rencoroso, por los miembros del Ateneo Lacort e IU. Esta sociedad está enferma, atraviesa una crisis muy compleja que no se puede ni se debe resolver con posiciones de odio y revancha. En este sentido, es ejemplar y necesaria cualquier participación pública a través del debate respetuoso y sosegado, con argumentos, sin manipulación de la historia. La historia del carlismo es muy compleja, no es ningún problema social. El verdadero problema en estos momentos son el paro, la corrupción y el no respetar los derechos de todos. No obstante, bienvenidas sean todas esas cartas, que han demostrado que se pueden defender opiniones sin humillar al diferente, estando en disposición de construir una sociedad más humana y justa.

José Lázaro Ibañez
Secretario General del Partido Carlista en Nafarroa

No hay comentarios:

Publicar un comentario