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lunes, 29 de mayo de 2017

LA BANDERA DE NAVARRA





     La Asociación 16 de Abril, organización carlista de memoria histórica y pensamiento crítico, en relación a la polémica abierta en la vida política navarra con motivo de la derogación de la “Ley de Símbolos de Navarra” y la convocatoria de una manifestación para el 3 de junio “en defensa de la bandera de Navarra”, quiere manifestar las siguientes consideraciones: 

 1- Una bandera es uno de los símbolos de identidad política más importantes que tiene todo tipo de comunidad territorial. Representa, o debería representar, no solamente al partido gobernante en un momento temporal concreto sino al conjunto de la ciudadanía en el devenir histórico. Por lo tanto el uso institucional de cualquier bandera conviene que esté fundamentado en un consenso lo más amplio y transversal posible, ya que la identidad colectiva de un pueblo no se construye desde la administración pública sino desde la sociedad civil.

            2- La “Ley de Símbolos de Navarra” fue aprobada en 2003 por el Parlamento de Navarra, con el fin de prohibir el uso de la bandera vasca ikurriña en determinados ayuntamientos navarros, al mismo tiempo que en cambio permitía la utilización de la bandera española bicolor o de la bandera europea de las doce estrellas.

            3- El 30 de marzo del presente año un Parlamento con la misma legitimidad democrática que el del 2003 decidió derogar esta Ley, permitiendo así el uso de la ikurriña. Desde posiciones políticas diferentes a la nueva mayoría parlamentaria se reaccionaría con la convocatoria de una manifestación de protesta para el 3 de junio, presentando el uso de la ikurriña como incompatible con la bandera propia de Navarra.

            4- Las fuerzas políticas que sostienen al actual Gobierno de Navarra han respondido con el anuncio de la presentación de mociones en diferentes ayuntamientos con el objetivo de que el 3 de junio solamente sea izada la bandera de Navarra. De esta manera quieren expresar que en ningún momento cuestionaron la bandera navarra, a la que reconocen como la única bandera específica de Navarra como comunidad singular, sino que únicamente decidieron permitir la utilización de la ikurriña, que asocian con la dimensión vascona de la identidad de Navarra. Asociación tan legítima en términos democráticos, se esté o no de acuerdo con ella, como la que otros sectores realizan de la bicolor con la dimensión hispánica de la identidad de Navarra.

            5- Desde Unión del Pueblo Navarro (UPN) se ha mostrado disconformidad con esta propuesta, sosteniendo que únicamente deben ondear la navarra, la bicolor y la de las doce estrellas “por estar en Navarra, en España y en Europa”. Evidentemente para UPN Navarra no forma parte de ninguna colectividad vasca. Si su planteamiento no fuera vascófobo no cerrarían la puerta a la posibilidad de una bandera de identidad vasca diferente a la ikurriña, como podría ser el arrano beltza.

            6- La ikurriña lleva décadas siendo rechazada por un sector de la sociedad navarra, pero la bicolor también. Ambas banderas, a lo largo tanto del tiempo como del espectro ideológico, han estado y están revestidas de una significación totalmente divergente entre diferentes sectores de la sociedad. Su identificación en determinados momentos con una manera muy particular de entender la identidad colectiva desde la lógica excluyente del Estado-Nación, tanto desde el secesionismo vasquista como desde el unionismo españolista, ha llevado a convertir lo que deberían ser símbolos de hermandad en motivos de conflicto.

7- Aunque en nuestra Historia los carlistas hemos utilizado ambas banderas, no compartimos el significado original de ninguna de ellas, sino que las hemos adoptado en épocas muy concretas en el marco de un clima de consenso que resignificaba su contenido simbólico. Así la bicolor, bandera de la Milicia Nacional, oficializada como símbolo español por un Real Decreto de la llamada Isabel II en 1843, se consolidaría en el siglo XIX e incluso sería mantenida por el régimen de la I República Española. En ese contexto sería empleada por Carlos VII y por el Ejército legitimista. La ikurriña, diseñada por Sabino de Arana y asumida en un principio solamente por el PNV, al ser perseguida por el franquismo sería resignificada como un símbolo de libertad por la oposición democrática. En esa coyuntura sería aceptada por Carlos Hugo I y el Partido Carlista.

            8- La sociedad navarra no necesita más guerras de banderas ni más fracturas identitarias, sino que se resuelvan los graves problemas que afectan a la vida de sus ciudadanos y ciudadanas, como por ejemplo la amenaza que implica el proyecto de la planta de lodos de Montejurra. Desde esta perspectiva consideramos que el actual conflicto solamente puede tener dos soluciones: una sería la colocación junto a la bandera navarra de la ikurriña así como de la bicolor, como expresión y reconocimiento de las diferentes sensibilidades identitarias que conviven en la sociedad navarra; la otra, dado que ni la ikurriña ni la bicolor generan consenso ni siquiera entre los que al margen de todo nacionalismo reivindican tanto la identidad vascona del Reino de Navarra como la identidad hispánica de Euskal Herria, sería establecer únicamente la bandera navarra, no permitiendo más compañía que la oficial del municipio correspondiente en el caso de los ayuntamientos.

            9- Esta última medida no nos parece descabellada en un momento como el actual en el cual está más que demostrado que la bandera navarra es la única enseña con la que se identifica el pueblo navarro en su conjunto, con la que todos y todas se identifican, desde el secesionismo vasquista hasta el unionismo españolista. Tampoco tendría por qué tener carácter definitivo, si en el futuro, en el marco de un proceso de cambio político más amplio, que superase la lógica monocéntrica del Estado-Nación, la ikurriña y la bicolor fuesen objeto de un nuevo consenso resignificador, o emergiesen en cambio banderas alternativas para expresar la identidad vascona e hispánica del Reino de Navarra. La Historia da muchas vueltas, y únicamente a modo de ejemplo queremos señalar el caso de José Ángel Zubiaur Alegre, destacado fundador de UPN en 1979, que no muchos años antes aceptaba una autonomía conjunta para toda Euskal Herria, rechazando únicamente la simbología aranista: la ikurriña como bandera y la denominación de Euzkadi.

Asociación 16 de abril
Apdo. de Correos 62.044 - 28080 Madrid
E-mail: asoc16deabril@gmail.com



lunes, 22 de mayo de 2017

A SEIS AÑOS DE LA REBELIÓN CIUDADANA



Con motivo del sexto aniversario de la rebelión cívica que supuso la ocupación de la Puerta del Sol de Madrid junto con otras muchas calles y plazas de distintas ciudades de nuestra geografía por honrados ciudadanos hastiados de tanta corrupción política y cansados del mal hacer de lo que es una casta encaramada en el poder que, lejos de estar al servicio del pueblo, está al servicio de un reducido grupo de privilegiados; la Asociación 16 de Abril ha hecho público y remitido el comunicado que a continuación reproducimos íntegramente:

            "La Asociación 16 de Abril, organización carlista de memoria histórica y pensamiento crítico, quiere manifestar su adhesión a los actos cívicos y apartidistas que se están celebrando estos días en diferentes  localidades de Las Españas, con motivo del sexto aniversario del movimiento social del 15 de Mayo de 2011.

            Aquella marea popular que espontáneamente inundó plazas y calles, con la consigna sencilla pero rotunda de “No nos representan”, implicó un extraordinario cambio de ciclo político.

            La degeneración cada vez más evidente del régimen caciquil de la Segunda Restauración, con sus permanentes escándalos de corrupción y su desvergonzada involución autoritaria, provocó en las nuevas generaciones, pero también en las viejas, una indignación que desbordaría los esquemas del consenso institucional de las elites neoliberales. Pero también las pautas rutinarias de unas organizaciones sindicales y partidistas que se encontraban replegadas sobre sí mismas, esperando recoger las nueces sin mover el árbol.

            Durante estos últimos años emergieron nuevas herramientas de acción colectiva, como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) o las Marchas de la Dignidad, que dieron forma a la esperanza. Tampoco podemos olvidar que en diversos municipios se ensayaron variadas experiencias de “gobierno del cambio”, que en más de un caso no han sabido estar a la altura de las ilusiones despertadas.

            Desde nuestro particular “aquí y ahora” los carlistas no podemos hacer otra cosa que manifestar nuestro profundo respeto por aquel irrumpir de la “intrahistoria” en la Historia, que hubiera dicho Miguel de Unamuno, como un momento luminoso que debe seguir orientando el camino del empoderamiento ciudadano de nuestros Pueblos.

            En la línea de vocación cívica expresada por Don Carlos Javier tanto en su Mensaje al Pueblo Carlista del 8 de Abril de 2011 como en su Comunicado a la ciudadanía española del 4 de Junio de 2014, que no es sino nuestra línea de siempre, seguiremos movilizándonos y llamamos a luchar por una verdadera democracia, por unas estructuras de participación popular desde la base, por el Concejo Abierto de nuestra tradición vecinal, y por la Autogestión Global de nuestro proyecto transformador. Porque los carlistas somos Pueblo, del Pueblo venimos y al Pueblo vamos.

            En ese camino nos encontraremos con todos aquellos que anhelen resolver la actual crisis de régimen no a través de una reforma constitucional pactada entre elites, sino mediante un proceso constituyente de “ruptura democrática”, que superando los límites de la “Transición” española, de voz al Pueblo como sujeto protagonista de su Historia."

Asociacion 16 de Abril. Apdo. Correos 62044 Madrid. 
E-mail: asoc16deabril@gmail.com

lunes, 15 de mayo de 2017

MIRANDO AL TENDIDO

 
            En 1950 la publicación de un libro titulado "Operación Cicerón" (1) escrito por Ludwig Carl Moyzisch generó una gran controversia en la sociedad británica de postguerra dando lugar a una muy seria interpelación parlamentaria al gobierno de Su Graciosa Majestad ya que dicho libro no era otra cosa que las memorias de su autor, un agente alemán en Turquía durante la II Guerra Mundial, en las que ponía de manifiesto como el ayuda de cámara del embajador británico en Ankara, Elyesa Bazna, había proporcionado a los alemanes entre 1943 y 1944 detallados informes e importante documentación microfilmada sobre las conferencias de El Cairo y Teherán así como sobre la invasión de Normandía (2).


            El 4 de Mayo pasado la editorial Galaxia Guttemberg presentaba en Madrid un libro colectivo que bajo el título "Juan Carlos I, el Rey de la Democracia" reúne ocho trabajos  que abordan desde distintas facetas el papel histórico del Jefe del Estado, hoy emérito. Pues bien, uno de los trabajos comprendidos en el libro, concretamente el escrito por Charles Powell, historiador y Director del Real Instituto Elcano; desvela  una información desclasificada por EstadosUnidos en 2014 según la cual el entonces Jefe del Estado habría manifestado al Senador norteamericano Ed Muskie, enviado especial del Presidente Jimmy Carter, y al embajador de Estados Unidos en España, Terence Todman, que "él (Juan Carlos) consideraba que Melilla se podría ceder a Marruecos en un plazo relativamente corto de tiempo porque allí solo vivían 10.000 españoles" y que Ceuta podría convertirse en un protectorado internacional tal y como lo había sido Tánger entre 1923 y 1956 y que, aunque estas decisiones podrían generar un malestar en el ejército éste solo duraría dos meses y nuevamente él (Juan Carlos) podría controlar la situación. Esta conversación quedo resumida en un telegrama secreto enviado por la Embajada Norteamericana en Madrid al Departamento de Estado y que, tras ser desclasificado su contenido, es mencionado en el citado libro.

            Han pasado casi dos semanas de la presentación del libro y de que la prensa se hiciera eco de la sorprendente noticia y nadie dentro de las diferentes castas institucionales ha dicho ni hecho nada. Aquí, en nuestro cada vez más destartalado país, no ha habido controversias sociales ni interpelaciones parlamentarias ni solicitud alguna de depuración de responsabilidades a pesar de la crucial trascendencia de esta información.

            La enorme trascendencia de la noticia radica en que estas conversaciones tuvieron lugar el 30 de Abril de 1979, es decir, cuatro meses después de la entrada en vigor de la Sacrosanta Constitución Española de 1978 que establecía que "la soberanía nacional reside en el pueblo español, del que emanan los poderes del Estado", preveía que Ceuta y Melilla pudiera constituirse en Comunidades Autónomas (Disposición Transitoria 5ª) y que enviasen representantes al Congreso y al Senado (Art.68.2 y Art. 69.4).  Asimismo, resulta curioso que el anterior Jefe del Estado solo se refiriera al "malestar del ejército" y no a la posibilidad de que las Cortes Generales denegasen esa cesión territorial lo que implica un cierto desprecio a esa institución. Igualmente resulta extremadamente curiosa la posición del Gobierno del Partido Popular que, quitando importancia a la noticia, ha situado las opiniones del Jefe del Estado emérito en el "Paleolítico Inferior", cuando afectan de manera radical a "la soberanía Nacional" que tanto enarbola el gobierno frente a las pretensiones de Cataluña.

En el fondo la noticia, de ser cierta, trata de una conversación de carácter delictivo sostenida por el  ex-Jefe del Estado con representantes extranjeros pues la supuesta cesión de Melilla y la conversión de Ceuta en un protectorado internacional atentaba directamente contra la Constitución 1978 modificándola sustancialmente sin acudir  a los trámites previstos en la propia Constitución para su modificación lo que constituye, como poco, un golpe de Estado y afectaba colectivamente a multitud de ciudadanos españoles que podrían haber dejado de serlo o verse obligados a trasladarse forzosamente por la unilateral decisión del ex-Jefe del Estado, lo que podría constituir un delito de genocidio.

            Así pues, sentado y argumentado la gravedad de la información y el carácter presuntamente delictivo de la conversación a la que se refiere es preciso que se aclare urgentemente si tal noticia es falsa o verdadera realizándose para ello la correspondiente investigación judicial y parlamentaria. Si la noticia es falsa debe dar lugar al correspondiente procedimiento por injurias y calumnias contra el autor del artículo contenido en el libro "Juan Carlos I, el Rey de la Democracia" y de ser verdadera debe ser el ex-Jefe del Estado, hoy emérito, quién rinda cuentas judiciales y políticas porque de no hacerlo se deslegitimarán aún más las Instituciones del Estado y una casta política que parece no haberse enterado de la extrema gravedad del asunto y permanece extasiada mirando al tendido ensimismada con su ansia de poder y con sus propios problemas que, evidentemente, no son los del pueblo español en vez de exigir la justa rendición de cuentas en vida a un ex-Jefe del Estado que, esta vez, no tiene extinguida la posible responsabilidad criminal por fallecimiento (3).




















(1) Este libro inspiró en 1962 la película "Cinco Dedos" u "Operación Cicerón" dirigida por Joseph L. Mankiewicz y protagonizada por Charles Mason.

(2) Se considera que la información proporcionada por Elysea Bazna a los alemanes es la más graves e importante información transmitida por un espía al enemigo durante la II Guerra Mundial.

(3) Hemos de tener en cuenta que en estos momentos hay personas que están yendo a la cárcel por robar una gallina o por casos de corrupción mientras que la información vertida en el libro pone de manifiesto que el emérito Jefe del Estado estaba dispuesto a jugar con la vida y la hacienda de unos cincuenta mil españoles (diez mil en Melilla y cuarenta mil en Ceuta) en lo que implicaría una quiebra constitucional y un acto de corrupción inaudito. Asimismo resulta difícil, por no decir imposible, apelar a la unidad de la soberanía nacional frente a los nacionalismos periféricos cuando el propio Jefe del Estado español estuvo dispuesto a romper con tal principio ante una potencia extranjera.