Magnífica
película, que se promete como segura candidata al Oscar, resulta ser esta cinta
dirigida por el británico Christopher Nolan y que tiene por objeto la histórica
retirada aliada ante la ofensiva en Francia del Ejército Alemán en la Primavera
de 1940.
Aunque el argumento de la película
resulta muy conocido y explotado, de una u otra forma, por el séptimo arte; lo
que destaca de la película de Nolan es su fotografía, sus planos y utilización
de la cámara así como la banda sonora compuesta por Hans Zimmer, pero sobre
todo lo más novedoso de "Dunkerque" es su peculiar tratamiento que la
aleja totalmente de cualquier estereotipo de película bélica.
Si bien es cierto que el director de
"Dunkerque" ha reabierto la polémica con Francia sobre la evacuación
de los ejércitos aliados en 1940 al pasar por alto totalmente la participación
francesa en la "Operación Dinamo" y dar exclusivo protagonismo a la
Real Fuerza Aérea y a la Royal Navy, lo cual aleja la película de la fidelidad
histórica (aunque apunta con un pequeño detalle aquellos episodios en los que
los británicos se negaron a embarcar a tropas galas e incluso les hicieron
desembarcar a punta de pistola) no por ello deja de ser una gran película
bélica totalmente innovadora en el género.
A diferencia de la generalidad de
las películas bélicas, "Dunkerque" no presenta un protagonista o
sucesión de protagonistas heroicos que toman parte en grandes enfrentamientos
con el enemigo sino que resulta un film más coral en el que todo parece
dirigido a dar todo el protagonismo al pueblo británico por encima de los
grandes líderes políticos y militares, así como al estado de ánimo de las
tropas.
En las horas más críticas, mientras
unos cuatrocientos mil hombres (de los cuales más de ciento veinticinco mil
eran franceses y belgas) se encontraban cercados y batiéndose de espaldas al
mar contra un enemigo muy superior, sin más posibilidades lógicas que las de
rendirse o perecer, el pueblo británico se movilizó voluntariamente y con todo
aquello que podía flotar cruzó el Canal de la Mancha para evacuar a tantos
soldados como pudieran equiparándose en la Segunda Guerra Mundial a lo que
"los Taxis del Marne" fueron en la Primera. Cierto es que el peso de
la operación de evacuación de Dunkerque recayó sobre los grandes buques de
guerra y mercantes de los aliados pero ello no desmerece el gesto de los
patronos de embarcaciones de pesca y de recreo británicos que emprendieron la
aventura de acercarse hasta las playas francesas a evacuar tropas dando un
ejemplo de unidad e identificación con el esfuerzo bélico de su país que más
vale que hubieran sabido valorar los estrategas alemanes.
Por su parte, la cinta de
Christopher Nolan presenta a unas tropas británicas no solo preocupadas por
salvarse y salir de Dunkerque sino también con un estado de ánimo muy bajo al
tener la sensación de haber fallado y temiendo el cómo serían recibidos en la
Gran Bretaña mostrando nuevamente la película la identificación del pueblo
británico con sus tropas y con el esfuerzo militar de su gobierno al reflejar
el afectuoso y caluroso recibimiento del que fueron objeto los soldados por
parte de la población británica.
Si artísticamente considerada,
"Dunkerque" de Christopher Nolan constituye una obra maestra;
política y filosóficamente hablando constituye un canto a la unidad del pueblo
británico y un guiño al Brexit que se anticipa unos meses al estreno de
"Las Horas Más Oscuras", película dirigida por el también británico
Joe Wright y que se estrenará en enero de 2018 teniendo por objeto la política
británica los días inmediatamente anteriores y posteriores a la evacuación de
Dunkerque.
Un compañero de trabajo salió entusiasmado de la película. A mí me da un poco de reparo, la verdad. No sé si verla porque tengo un recuerdo fijo de la niñez con aquella película en que Jean Paul Belmondo intentaba sobrevivir en "fin de semana en Dunkerque". Era una cría y pregunté a mi padre por qué dejaban tirado al bueno de Jean Paul en la playa, y mi padre me contó que los ingleses fueron, a su estilo británico, reacios a salvar lo que quedaba de ejército francés. Sólo recuerdo aquella desesperación de Belmondo en el agua para que lo auxiliaran los estirados ingleses, que se negaban. Mi compañero dice que sí, que eso sale reflejado, pero con el "toque" revisionista conveniente. Me apetece ir a verla, pero, no me atrevo del todo.
ResponderEliminarSolo puedo decirle una cosa: arriesguese. Y a pesar de todo, incluso a pesar de lo que dijo Goebbles de que "los brtanicos se defenderan hasta derramar la ultima gota de sangre francesa", lo cierto es que evacuaron mas de cien mil franceses.
ResponderEliminarY ciertamente... hubo casos en que los britanicos obligaban a desembarcar a los franceses a punta de pistola.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarLa banda sonora ayuda mucho, sin ella la película perdería enteros. El amigo Hans Zimmer se ha lucido, otra vez, en otra película de acción. Es verdad que no es una película "normal", aunque tampoco se puede negar que da pie a lecturas diferentes, como se está viendo entre los críticos de cine.
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