Decíamos
hace algo más de un mes que la situación política española suscitada por el
proceso secesionista catalán prácticamente iba a monopolizar todo medio
informativo y hasta la más modesta tertulia de rebotica. Este blog, como
resulta evidente, no puede sustraerse a tal realidad y una semana más volvemos
al tema que, viejo ya hasta la extenuación, no aburre porque cada día las
distintas castas de este país (la política, la periodística, la empresarial...)
nos sorprenden con alguna novedad.
En espera de lo que pueda ocurrir la
tarde del martes 10 de Octubre con la comparecencia del todavía President de la
Generalitat ante el Parlament, la última novedad de la crisis se encuentra en
la decisión de algunas empresas de cambiar su domicilio fiscal y en la magna manifestación de Barcelona del
Domingo 8 de Octubre.
Respecto a lo que ya solo se puede
calificar de huída de empresas españolas radicadas en Cataluña, la misma era de
esperar porque para todo empresario la vida se reduce a dos columnas, la del Debe
y la del Haber, siendo toda España un mero mercado de cuarenta y siete millones
de consumidores de los que solo siete son catalanes por lo que a la hora de
elegir una política empresarial prefieren proyectarla sobre cuarenta millones
de consumidores y no sobre solo siete...
Aunque estos cambios de domicilio de
las grandes empresas en algo perjudicará la economía de una presumible Cataluña
independiente, el impacto económico de tal decisión no supone ningún golpe
definitivo al proceso de secesión tal y como afirma el gobierno del señor Rajoy
y ello porque, en primer lugar, algunas empresas ya han advertido que el cambio
de domicilio es provisional, es decir que están dispuestos a volver a Cataluña
si allí se dan determinadas circunstancias y no estalla, como algunos temen,
una revolución bolchevique a los cien años del estallido de la original; y en
segundo lugar, porque el traslado de los domicilios sociales de una empresa no
implica el traslado de sus activos reales y de su tejido productivo que
continuará estando en Cataluña. Por ejemplo, que la empresa "Aguas de
Barcelona" se haya traslado a Alicante solo implica que esta empresa continuará
actuando bajo el paraguas legislativo de un estado miembro de la Unión Europea
al mismo tiempo que seguirá explotando el servicio público del abastecimiento
de aguas de la ciudad condal que, en caso de independencia de Cataluña, pasará
a ser una ciudad tan extra comunitaria como Bogotá, donde las empresas privadas
que gestionan el abastecimiento de agua hacen un buen negocio. Como otro
ejemplo, podemos citar a las dos grandes empresas de vinos espumosos, Freixenet
y Codorniu, cuyo cambio de domicilio les permitirá mantener su mercado interior
en el resto de España y sus exportaciones a la Unión Europea, pero en cambio su
tejido productivo, sus bodegas y viñedos, seguirán estando en Cataluña por lo
que su traslado no significará despidos ni deslocalización alguna.
Y es que aunque el gobierno del
Partido Popular, pretenda presentar estas decisiones empresariales como
manifestaciones de patriotismo, no son más que decisiones mezquinas motivadas
por cuestiones puramente económicas que pretenden servir exclusivamente los
intereses económicos de los empresarios que las toman que, por cierto, no
suelen ser coincidentes ni con los intereses de Cataluña ni con los del resto de España ni,
por supuesto, con los intereses de los trabajadores catalanes y ni con los del
resto del país.
A este respecto que cada ciudadano
saque sus conclusiones.... el que esto escribe ya las sacó hace muchos años.
Otra
de las novedades a la que hacíamos referencia al comienzo del presente artículo
ha sido la magna, por numerosa, manifestación que tuvo lugar en Barcelona el
pasado Domingo día 8 de Octubre. La misma solo se puede encuadrar dentro de la muy
peligrosa estrategia política que, tanto el gobierno del Partido Popular como
el de la Generalitat, están poniendo en práctica consistente en movilizar a las
masas para confundirse con ellas y diluir de este modo cualquier
responsabilidad de la dirección política
La manifestación del 8 de Octubre
convocada por Sociedad Civil Catalana no es más que la contestación
gubernamental a la huelga general convocada por la Asamblea Nacional de
Cataluña que tuvo lugar en todo el Principado el día 3 del mismo mes y que,
además de ofrecer imágenes de acoso a los funcionarios de los cuerpos de
seguridad del estado, supuso una gran movilización de masas en apoyo y
justificación de la actuación del gobierno de la Generalitat, que fue el gran
beneficiario de esa huelga general.
El hecho de que la manifestación del
8 de Octubre se haya convocado tras la huelga general del día 3 pone de
manifiesto que el gobierno de Rajoy ha perdido toda iniciativa en esta crisis,
solo reacciona. A pesar de haber sido convocada bajo el lema "Recuperemos
el Seny" (Recuperemos la cordura) la manifestación fue una manifestación
"por la unidad de España" que tuvo mucho, pero que mucho, de
desagravio a las Fuerzas de Orden Público y a la Guardia Civil demostrando que
el gobierno del Estado comienza a perder el control de la situación.
Para empezar esta manifestación fue
presentada por los medios informativos (véase el telediario de las 15.00 horas
en Tele5) como la salida a la calle de "una mayoría silenciosa" o,
incluso "silenciada durante mucho tiempo en Cataluña". Ahora bien, si
en Cataluña ha existido y existe un porcentaje mayoritario o, en todo caso, muy
relevante de ciudadanos que durante años y años han sufrido la condena del
silencio será porque los distintos gobiernos que se han sucedido en España y
las constantes instituciones del estado lo han permitido permaneciendo, por
motivos que ellos sabrán (aunque son fáciles de imaginar), mirando hacia otro
lado en vez de poner remedio a tan injusta e ilegal situación de marginación
por lo que la responsabilidad recae exclusivamente en esas instituciones y en
esos gobiernos. Seamos serios, entre el ladrón que roba y la autoridad que permite
robar, la responsabilidad recae en esa autoridad.
Con independencia del mayor o menor número
de participantes, la manifestación del día 8 de Octubre no soluciona ni
demuestra nada pues la parte contraría siempre podrá alegar, y así lo está
haciendo ya, que no es representativa de la realidad catalana porque en la
misma participaron numerosas gentes procedentes de toda España que no viven en
Cataluña.
Lo que sí es cierto, es que cada vez
que un político, de una u otra forma, apela a las aclamaciones públicas y a las
masas para reforzar sus planteamientos políticos, más se entrega a la
irracionalidad, más libertad de acción pierde y más se aleja de ser capaz de
plantear soluciones meditadas, factibles y conciliadoras convirtiéndose en un mágico
augur de la voluntad popular a la que interpreta, generalmente, de forma
errónea y errática (1) para mayor desgracia del pueblo.
(1)
Recordemos, que en Europa ya existió un político que presumía de
conocer e interpretar la voluntad del pueblo. Termino colgando boca abajo en
una gasolinera.
Gràcies també a vostè i a la Sa Majestat.
ResponderEliminarDe part del Pare, Déu.
Vicent Adsuara i Rollan