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miércoles, 28 de marzo de 2018

¿CUAL ES EL PRECIO PARA BENEFICIO DE UNOS Y OTROS?



 Tras cinco meses escabulléndose de la Administración de Justicia, el domingo pasado, 25 de marzo de 2018, la policía alemana detuvo a Carles Puigdemont tras internarse en territorio alemán procedente de Dinamarca con la intención de regresar a su refugio belga. Con esta detención terminan las "aventuras" de quién, al parecer, alguien ha calificado de "el puto amo" y culmina una operación policial y de inteligencia que pone de manifiesto el magnífico trabajo de las fuerzas de seguridad del estado español que empezó con la no celebración del referéndum del 1 de Octubre de 2017 en Cataluña tras la captura de millones de papeletas y continuó con unas relajantes vacaciones del señor Puigdemont en Bélgica.

            Se quiera reconocer o no, lo cierto es que la situación política española lleva décadas degradándose siendo la actual crisis abierta entre Cataluña y el resto de las Españas la última manifestación de tal degradación que, lejos de irse solucionando, se va agravando con declaraciones y actuaciones, incoherente, desafortunadas y claramente estúpidas de unos y otros.

            Los hechos están demostrando que la tensión abierta beneficia a los distintos miembros de la casta política nacional y periférica. Españolismo y separatismo, separatismo y españolismo son dos tendencias políticas que imprescindiblemente se necesitan y se retroalimentan porque, no nos dejemos engañar, el anti separatismo es la única justificación del discurso político de unos mientras que otros, con una Cataluña independiente, se quedarían sin discurso alguno.

            Como niños irresponsables juegan los políticos con los sentimientos y los intereses de los pueblos a los que deberían servir lealmente y a los que, simplemente, han convertido en unos medios para saciar sus sucias finalidades. Pero no divinicemos tampoco a los pueblos porque los distintos pueblos que conforman las Españas ya son mayorcitos para dejarse engañar de forma constante.

            El señor Rufián apela a la inconstitucionalidad de la aplicación del artículo 155 de la Constitución Española y de la detención de Puigdemont, pero, ¿Es consciente este señor de lo brillante de su razonamiento?. Si la finalidad del señor Rufián y de su partido es crear un estado independiente, evidentemente pretende crear una legalidad totalmente ajena a la Constitución de 1978 por lo que, por pura coherencia política y salud mental, uno no puede ampararse en una legalidad que pretende romper o que considera injusta o periclitada porque recurrir a dicha legalidad es reconocerla como la única válida y aplicable.

            La señora Rahola, entusiasmada con los periplos de Puigdemont por Europa, estalla de júbilo, pero en vez de emular a Homero y cantar la Odisea de este nuevo Semi-Dios en su largo y tortuoso camino de regreso a su Ítaca catalana,  le define como "el puto amo" por escabullirse de la Euroorden reactivada por el estado español sin ser consciente ni haber analizado siquiera que tan barriobajera expresión resulta más apropiada para referirse a cualquier jefe gansteril  inspirador de alguna película de Scorsese que para aludir a un supuesto líder político perseguido.

 Y desde el otro lado del conflicto, ¿Qué decir de sus demostradas genialidades?. Han aplicado el artículo 155 de la Constitución Española, han convocado nuevas elecciones autonómicas en Cataluña con el resultado por todos conocidos y, finalmente, han detenido a Puigdemont. Todo  ha sido un rotundo éxito sin sombra de duda que demuestra que todas las instituciones funcionan y que las fuerzas de seguridad y de orden público son de una eficiencia inapelable. En fin, que están encantados de haberse conocido yendo de victoria en victoria hasta que el pueblo español se encuentre con la sorpresa de la derrota final.

            En definitiva, unos y otros juegan y juegan y cuando el juego termine solo quedará un solo pueblo perdedor. Unos tienen su imaginaria república independiente de Cataluña (denominación que recuerda el reclamo de un conocido imperio mobiliario donde impera la emperatriz "llave Allen") y otros tienen su no menos imaginaria España unida, constitucional y poderosa. No obstante, la realidad es muy diferente a la que nos pretenden transmitir los otros y los unos.

            Los políticos, todos ellos sin excepción, han abierto irresponsablemente importantes brechas en la sociedad española, entre catalanes y entre catalanes y el resto de los españoles; brechas que un político inteligente, un verdadero Hombre de Estado, intentaría por todos los medios ir cerrando de la misma forma en que se cierran las heridas abiertas: con seguridad, lentamente y de adentro a afuera. Pero no, lejos de eso, desean mantenerla abierta porque esta herida abierta y supurante se ha convertido en una fuente inagotable de discursos y de recursos para los politicastros sin escrúpulos que ahogan al pueblo y al país.

            Unos y otros pretenden vender al pueblo sus fracasos y estupideces como acciones exitosas nacidas en sus inteligentes mentes, pero en realidad nada bueno ni inteligente puede surgir de sus cabezas locas que solo funcionan medianamente bien para idear medios que les permitan llenarse los bolsillos con los impuestos y sufrimientos del pueblo.

            Unos y otros han reducido al pueblo catalán y al resto de los españoles a la mendicidad. Guste o no guste, unos y otros mendigan y en la obtención de la limosna cifran su éxito. Unos mendigan independencia y otros mendigan unidad y ¿Qué es lo que vale una unidad o una independencia obtenida como limosna?. Pues, NADA.  Mantener la unidad como pretenden los llamados "constitucionalistas", apelando a una legalidad mudable y, sobretodo, a la colaboración europea e internacional es entregar esa unidad a los intereses que en cada momento puedan tener determinadas potencias extranjeras y conseguir una independencia a la sombra de ciertos apoyos internacionales, siempre caprichosos,  no es sinónimo del nacimiento de un estado soberano sino la extracción con fórceps de un aborto que mantendrá sus constantes vitales solo en tanto en cuanto se lo permitan.

            Las Españas y los españoles tenemos un problema grave y entre nosotros hemos de buscar la forma de solucionarlo. Si no encontramos nosotros esa forma, otros no nos la van a proporcionar o, al menos, no de forma generosa. El domingo pasado han detenido a Puigdemont y España continúa unida ¿Cuánto durará está situación de unidad más aparente que real? ¿Cuánto ha costado y de qué manera tendrán que pagar los españoles que esta Europa de mercaderes haya apoyado al gobierno del Partido Popular ante este problema interno? ¿Cuánto hubiera costado y de qué manera hubieran tenido que pagar los catalanes ese buscado apoyo de esa misma Europa de los mercaderes a su independencia?.  

            Evidentemente, ni a unos ni a otros les importa tal precio porque, sea el que sea, quién lo va a pagar en cualquier caso, y muy caro, será el pueblo español en su conjunto o en su fraccionamiento.

1 comentario:

  1. Angela Merkel es muy buena en el aspecto científico pero, en política, es una zote descomunal, un muñeco de guiñol, como bien ha quedado demostrado en varias reuniones del más alto nivel (político) europeo, pero quedémonos con lo primero. Extrapolemos esa capacidad en su rama profesional a la judicatura alemana. Al margen de lo que diga la prensa del pesebre, hay cierto temor a cómo va a reaccionar. Partamos de que es una justicia más limpia que la española. Volvamos al caso “Puchi”. Pregunto: ¿habrá un auto judicial permitiendo la colocación de un emisor gps en el coche de Puigdemont? ¿Puede la policía española trabajar en esas latitudes como si estuviera en Andalucía?

    ¿Tomará la justicia alemana cuestiones como éstas en consideración? No voy a negar que tengo un vivo interés en conocer el desenlace. ¡Quién sabe si su detención en Alemania no traerá alguna que otra sorpresa!

    Veremos que opinan otros foreros.

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