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lunes, 17 de agosto de 2020

MILES GLORIOSUS



 No se puede negar que una de las tradiciones seculares del Ejército Español ha sido la literaria; baste para afirmar tal cosa que autores tan insignes del Siglo de Oro como Cervantes o Quevedo, antes que fecundos escritores, fueron valientes soldados, aunque, a diferencia de los que actualmente desempeñan el oficio de las armas, bien supieron esgrimir la espada para defender la patria frente a sus enemigos exteriores y mejor aún empuñar la pluma para denunciar la corrupción que carcomía los cimientos del Imperio.

            Hoy, el Imperio ha dejado de existir y España es un país que, a través de una progresiva decadencia, ha llegado a tal estado de desecho que ya solo se puede calificar de degeneración. De la progresiva decadencia carpetovetónica poco o nada se ha escapado y, como no podía ser de otra forma, tampoco se ha salvado la tradición literaria de las Fuerzas Armadas.

            Si en el Siglo XVII,  de las plumas de ave  de nuestros soldados salían obras cumbre de la literatura universal como "El Quijote" o "Historia de la vida del Buscón llamado don Pablos", en el Siglo XX, la literatura producida por el personal militar decayó hasta el punto de que de las estilográficas de algunos generales salían pequeñas novelitas baratas como "Diario de una Bandera", para terminar degenerando definitivamente en el presente Siglo XXI en el que, de los bolígrafos de distintos miembros del ejército, tan solo salen manifiestos necrófilos o adhesiones estériles a personajes del pasado.

            Todo lo anterior sirve de introducción a la moda, prolífica afición  o manía que, desde hace dos años, ha surgido entre ciertos sectores de las Fuerzas Armadas Españolas de emitir manifiestos, comunicados o cartas colectivas en apoyo de determinados ex-Jefes del Estado. Dicha moda,, afición o manía empezó en el verano del año 2018 con un manifiesto firmado por más de mil militares en la reserva a favor del dictador Francisco Franco Bahamonde y parece repetirse este verano de 2020 con una "carta colectiva" de carácter privado que varios "Edecanes" o "Ayudantes de Campo" del ex-Jefe del Estado, Juan Carlos de Borbón, le han remitido ante la complicada situación que actualmente está atravesando. Esta "carta colectiva" parece ser una especie de prólogo a otra más amplia y con mayor número de firmantes que, según se rumorea en diversos mentideros, están preparando varios generales también en la reserva.

 Estas cartas, manifiestos, comunicados o como los deseemos denominar, tienen unas curiosas características comunes que, lamentablemente, no pueden nada más que dejar en muy mal lugar, personal y profesionalmente, a los firmantes de las citadas piezas literarias. En primer lugar, se tratan de algún tipo de adhesión a personajes que fueron importante en el pasado, es decir, que por haber dejado de existir biológicamente o, aparentemente, haber dejado de tener toda autoridad, podrán ser objeto de estudio o critica histórica, pero muy difícilmente requerirán de apoyos y respaldos en la actualidad pues ¿Qué respaldo y apoyo requerirá alguien que ya ha fallecido o que, voluntariamente, declino sus responsabilidades?. En segundo lugar, los firmantes de tales apoyos suelen resultar personas tan "jubiladas" como a las que se pretende apoyar por lo que tales apoyos son tan simbólicos como un brindis al Sol y, finalmente, considerando que "el Arte de la Guerra", que es la dedicación de los firmantes de tales manifiestos, consiste en gran medida en la previsión de las acciones de los contrarios y en la antelación a los movimientos que éstos puedan emprender, estas adhesiones y denuncias a tiempo pasado ponen de manifiesto tal ausencia de capacidad de prevención y de anticipación que padecen los militares españoles que no podemos menos que preguntarnos si serían capaces de prevenir un ataque o movimiento de fuerzas enemigas en una situación de combate real.

            En definitiva, estos "manifiestos" o "pronunciamientos" escritos carecen de cualquier valor literario y adolecen de una total falta de realismo dando la sensación de que solo aquellos militares españoles que ya están seguros de no arriesgar sus garbanzos y sus soldadas están dispuesto a apoyar a ciertas autoridades, siempre y cuando estas resulten estar biológicamente extintas o se encuentren jubiladas, haciendo surgir la cuestión de si no será la ausencia de valor el que hace que los militares en activo guarden silencio y, no siendo capaces de redactar una especie de "Epístola Satírica y Censoria escrita al Conde-Duque de Olivares" que critique el estado de cosas que padecemos, busquen renovar la tradición literaria de las Fuerzas Armadas Españolas entroncando directamente con las letras clásicas de Plauto reviviendo y poniendo en escena su "Miles Gloriosus".

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