Páginas

lunes, 13 de octubre de 2008

“ARA NUNDIRAN” de José María IPARRAGUIRRE

José María Iparraguirre, poeta y compositor vasco nacido en Villarreal de Urrechua (Guipúzcoa) en 1820 es conocido por haber compuesto la muy conocida y bella canción “Gernikako Arbora” (el Árbol de Guernica), verdadero himno a la tierra vasca y que, curiosamente, fue cantado por primera vez en el Café de San Luís de Madrid (actualmente un hotel en la calle Montera, esquina con Gran Vía, en el que se puede ver una placa conmemorativa de tal acontecimiento), pero su obra musical y poética no se limita en absoluto a dicha canción.

En 1833, la Primera Guerra Carlista le sorprende en Madrid estudiando en el Colegio de los Jesuitas incorporándose un año más tarde como voluntario al ejército de Carlos V en el que serviría hasta ser herido en la batalla de Arrigorriaga. Tras la guerra, no acepta el traicionero “Convenio de Vergara” y parte, junto con el Rey Don Carlos, al exilio durante el cual participa en las revoluciones de 1848 en Francia y se opone al golpe de estado del 2 de Diciembre de 1852 perpetrado por Napoleón, el pequeño (Napoleón III). En 1853 es indultado por el gobierno español regresando a España por Hendaya, desde donde, a la vista de los montes de su querida Euskalherria y amada España, compone la hermosa canción “Nere Etorrena Lur Maitera” (“Mi regreso a la tierra querida”) más conocida por las palabras iniciales del primer verso “Ara Nundiran” que contiene una entusiástica estrofa laudatoria hacia España que han llevado en la actualidad a cierta mutilación, o mejor dicho, censura por parte de ciertos sectores.

“Ara nundiran” es una composición poética en la que se manifiestan las características típicas de la obra de José María Iparraguirre cuales son el amor a la tierra, concretamente a Euskalherria, como patria chica y a España como patria grande y un profundo anhelo de libertad mezclado con cierto misticismo religioso.

El texto de esta famosa composición es el siguiente:

Nere etorrera lur maitera

Hara nun diran mendi maiteak!
Hara nun diran zelaiak!
Baserri eder zuri-zuriak,
iturri eta ibaiak.

Hendaian nago zoraturikan,
zabal-zabalik begiak,
hara, Espainia! lur hoberikan
ez du Europa guztiak.

Gero pozik bai Donostiara
Okendoarren lurrera,
zeru polit hau utzi beharra
nere anaiak hau pena!

Irutxulueta maitagarria
lore tokia zu zera,
Veneziaren grazi guziak
gaur Donostian balira.

Oi, Euskal Herri, eder maitea!
hara hemen zure semea,
bere lurrari mun egitera,
beste gabe etorria.

Zuregatikan emango nuke
pozik, bai, nere bizia;
beti zuretzat hil arteraino
gorputz ta arima guztia.

Agur bai, agur Donostiako
nere anaia maitiak,
Bilbaotikan izango dira
aita zaharraren berriak.
Eta gainera hitz neurtuetan
garbi esanez egiak,
Sudamerikan zer pasatzen dan
jakin dezaten herriak.

Mi regreso a mi tierra querida

Ahí están los montes queridos,
ahí están los prados
los caseríos bonitos, blancos, blancos,
las fuentes y los regatos.

Estoy en Hendaya loco de contento
anchos, anchos los ojos;
¡ahí está España!¡Tierra mejor
no la hay en Europa entera!

Luego, contento a San Sebastián,
a la patria de Oquendo,
cielo tan lindo tener que dejar,
¡qué pena, hermanos!

Iruchulo querido,
tú eres un florido jardín:
de Venecia las gracias todas
tiene nuestra Donostia.

¡Oh, Euskalerría hermosa y querida!
aquí está tu hijo,
que por besar tu suelo,
sin más, ha venido.

Por ti daría
contento mi vida;
para ti hasta la muerte,
cuerpo y alma del todo.

Adiós, pues,
hermanos queridos de Donostia,
desde Bilbao tendréis
del viejo padre noticias;
y además,
os contaré en verso
lo que pasa en Sudamérica
para que todos lo sepan.

No hay comentarios:

Publicar un comentario