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jueves, 23 de abril de 2009

CONCEPTOS EMERGENTES EN TEORÍA POLÍTICA (II): El Neoliberalismo

Con nuestro artículo relativo a la ingeniería social publicado anteriormente hemos iniciado una serie de cuatro artículos en los que vamos a comentar los conceptos en los que, tácita o expresamente, se fundamenta el nuevo orden político triunfante en el mundo tras el derrumbe de la Unión Soviética y que empiezan a ser conceptos de relevancia en la teoría política siendo otro de esos conceptos el neoliberalismo.


El concepto de Neoliberalismo plantea problemas a muchos economistas estudiosos de la teoría económica porque no corresponde a ninguna escuela definida no siendo tampoco una simple reaparición del liberalismo del Siglo XIX y es que el Neoliberalismo es realmente una teoría político-económica híbrida surgida de la mezcla de las teorías liberales decimonónicas y las nuevas teorías políticas surgidas tras la Primera Guerra Mundial y que imperaron en Europa en los años veinte y treinta, es decir, de los fascismos derrotados en 1945.


De este modo, al mismo tiempo que el Neoliberalismo propugna en materia económica la total liberalización de los mercados y de las economías, la privatización de todas aquellas actividades que sean susceptibles de explotación económica y la desaparición de la autoridad del estado en la regulación del mercado que ha de quedar sometido exclusivamente a sus propia leyes, es decir, a las leyes de la oferta, la demanda, la competitividad y el incremento de la producción; en materia política viene desarrollando una progresiva limitación de las libertades fundamentales a través de medios indirectos como son las técnicas de ingeniería social.


El Neoliberalismo tiende a la progresiva reducción de los derechos y servicios sociales con la intención no solo de privatizarlos sino de utilizarlos como medio de control. Si bien en un principio, parecía que el Neoliberalismo asumía también ciertos postulados de la socialdemocracia de posguerra como era el “Estado del Bienestar”, que en grosso modo consistía en “llenar los estómagos para vaciar las calles de contestatarios”, tras la caída del bloque soviético se percibe un progresivo desmantelamiento de ese “Estado del Bienestar” con la constante privatización de determinados servicios públicos que, por su propio objeto y naturaleza solo pueden ser deficitarios (por ejemplo, la sanidad), lo que sin duda conllevará un recorte en el alcance de tales servicios.


Con la excusa de un pretendido desarrollo y progreso material, del que solo presenta sus aspectos más beneficiosos y amables el Neoliberalismo muestra una tendencia claramente detectable hacia la lenta y progresiva construcción de un totalitarismo donde todo queda justificado por el buen funcionamiento de la economía y en el que las libertades políticas se irán reduciendo hasta el extremo de solo poder manifestar el pensamiento políticamente correcto quedando instaurado el reino del pensamiento único.


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