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martes, 26 de octubre de 2010

“ALLÁ LEJOS” de Joris-Karl Huysmans

En el mundo literario resulta muy común que existan autores que pasen desapercibidos o que sean considerados de segunda fila a pesar de haber marcado un antes y un después en la historia de los movimientos literarios hasta el punto de convertirse en precursores de nuevas formas artísticas o, incluso, de una forma de entender la vida. Tal es el caso de Joris-Karl Huysmans cuya obra “Allá Lejos” (“Lá-Bas”) es la segunda de este autor que reseñamos en este blog.

Joris-Karl Huysmans, adscrito originariamente al naturalismo rompe con dicho movimiento literario a raíz de la publicación de su novela “A Contrapelo” ("A Rebours"), considerada como la obra precursora del decadentismo y del dandismo, para iniciar una evolución personal y artística hacia cierta espiritualidad que desembocaría en su conversión al catolicismo plasmada en su obra “En Camino”.

Es dentro de esta evolución espiritual de Huysmans donde se ha de enmarcar esta novela que titulada “Allá Lejos” ya manifiesta en su propio titulo el interés de autor por traspasar el estudio de los aspectos materiales y más negativos de la sociedad para interesarse por las variables espirituales del ser humano.


En “Allá Lejos”, publicada en 1891 y cuyo primer capítulo constituye una demoledora crítica al Naturalismo; Huysmans se sirve del protagonista, Durtal, quien se encuentra escribiendo una biografía de Gilles de Rais (posiblemente el primer asesino en serie de la historia), para adentrarse en las corrientes subterráneas de demonólogos, misas negras y posesiones que abundaban en la Edad Media y que, para sorpresa del propio protagonista, persisten en la Francia de finales del Siglo XIX.


No obstante, los lectores de “Allá Lejos” no deben esperar encontrarse con una novela de terror porque sobre todo es una obra críptica en la que existe una velada crítica a la Iglesia Católica del “aggiornamiento” con la III República Francesa y en la que Huysmans, que proviene del ateísmo más militante, empieza a explicar las malas acciones de los hombres como una manifestación del poder y de la influencia de las tinieblas. En este sentido, “Allá Lejos” posee la originalidad, al tratar el tema de la influencia de los poderes malignos en los hombres, de hacerles que se manifiesten en éstos a través de la “tentación” y de la “obsesión”, huyendo de la facilidad que resultaría para el autor centrarse en la “posesión” renunciando a la espectacularidad que ello hubiera proporcionado a esta novela.


“Allá Lejos” de Huysmans, constituye también una novela histórica y biográfica porque a lo largo de sus páginas existen extensas digresiones, perfectamente encajadas en la totalidad que constituye la obra, que se ocupan de la vida del Mariscal Gilles de Rais dando a conocer los aspectos más relevantes de este personaje histórico que pasó de ser uno de los “Compañeros de Juana de Arco” a ser condenado a muerte por la comisión de numerosos y abominables crímenes.

En definitiva, “Allá Lejos” es una novela que puede llegar a apasionar al lector y que sin ningún género de dudas merece ser leída junto con “A Contrapelo” y “En Camino” por mostrar las tres juntas la evolución personal y literaria de un escritor, Joris-Karl Huysmans, poco conocido en nuestro país y de una enorme importancia en la literatura universal.

martes, 19 de octubre de 2010

MADRID: VILLA COMUNERA

La llamada España de las Autonomías, que más bien son satrapías, creadora de dislates geográficos e históricos solo serviles a familiares intereses de neos caciques locales, ignora y desea ignorar el hecho incuestionable de que la hoy ciudad de Madrid, mucho antes de ser Corte, fue Villa Comunera quedando su adhesión a la Santa Junta de Ávila en 1520 y su aportación al ejército comunero de un centenar de infantes y cuarenta caballeros (aportación nada desdeñable si consideramos que el Madrid de 1520 tenia menos población que la propia Segovia) no solo manifestada en los libros históricos y en los documentos que de aquélla época se guardan y sino en el nombre mismo de muchas de sus más céntricas y famosas calles y plazas.


Así es de citar la muy céntrica y populosa calle “Carretas” que antes de ser zona tan transitada y, durante un tiempo no muy lejano, de tan mala fama; fue donde se dio el primer levantamiento comunero de la Villa madrileña tomando su nombre de las barricadas que con las carretas de los hortelanos de las huertas próximas se formaron contra las huestes imperiales obedientes al regidor de la ciudad logrando su retirada y la adhesión definitiva de Madrid a la Causa Comunera.


Pero más aún que la precitada “calle Carretas” es famosa la mundialmente conocida “Puerta del Sol”; lugar donde al poco tiempo de la expulsión del poder Austro-Flamenco de la villa se levantó un fortín comunero en cuya puerta destacaba pintado un Sol de donde toma el nombre que ha conservado hasta hoy la madrileña plaza de la que dicen que parten todos los caminos.


Y ahora viene la manipulación histórica sustentada por los sátrapas autonómicos en general y los madrileños en particular que es la ocultación y el fomento del olvido de la Castellanidad de Madrid. Así los madrileños tenemos que acatar la festividad del 2 de Mayo en vez de concurrir a una fiesta puramente castellana el 23 de Abril, fecha en que por cierto, además de conmemorar la Batalla de Villalar se conmemora el fallecimiento, en 1616; del mayor escritor en habla castellana de todos los tiempos, don Miguel de Cervantes Saavedra.


El 2 de Mayo, al conmemorarse la declaración de guerra a la Francia Napoleónica, por el Alcalde de Móstoles, Don Andrés Torrejón, debería ser una fiesta nacional pues es una de las pocas fechas en la historia de nuestro común país en las que se puede conmemorar un hecho de todos los pueblos de Las Españas contra un extranjero mancillador de nuestro suelo y de nuestras libertades. Más no debería ser una fiesta exclusivamente madrileña pues en primer lugar no hubo un esfuerzo exclusivamente madrileño ni castellano contra el tirano francés sino que en la lucha participaron todos los demás pueblos de Las Españas y a quien esto ponga en duda, recuérdesele las batallas del Bruch y de Vitoria o las de Bailen y Zaragoza y en segundo lugar porque con la festividad del 2 de Mayo como conmemoración exclusivamente madrileña se pretende diluir la castellanidad de la Villa y mermar el espíritu castellano de sus habitantes.


Así pues, Madrid, debe volver a reintegrarse en la geografía política de una única castilla sin mutilaciones territoriales que en honor a sus antiguas tradiciones otorgue su legítimo derecho a formar una comunidad propia a los leoneses de los cuales adquirió castilla su condición, primero de condado independiente y posteriormente de reino, pues como reitera un popular refrán castellano “de bien nacidos es ser agradecidos”.


¡¡¡UNIDAD PARA CASTILLA!!!

¡¡¡LIBERTAD PARA LEÓN!!!


lunes, 11 de octubre de 2010

LA RESPONSABILIDAD PATRIMONIAL DE LOS PARTIDOS POLÍTICOS

Este artículo fue escrito hace varios años y publicado en la revista del Partido Carlista “El Federal” con motivo, sobre todo, de las sentencias judiciales que acordaban la devolución del patrimonio expropiado a RUMASA y la que desautorizaba la congelación salarial a los funcionarios públicos acordada por el gobierno del Partido Popular en 1996. Hoy, cuando la situación amenaza con repetirse a causa de la congelación de las pensiones y la bajada del salario a los funcionarios dicho artículo recobra renovada vigencia por lo que lo reproducimos en “El Chouan Ibérico” para lectura y consideración de todos nuestros lectores.

“Tras casi dos años de la entrada en vigor de la Ley de Partidos Políticos, que más bien debiera denominarse Ley Anti-Batasuna y que resulta tan estéril y estúpida como la original y plagiada Ley Scelba italiana, y después de sentencias judiciales tan conocidas como la del caso RUMASA o la que desautorizaba la congelación salarial de los funcionarios públicos acordada por el gobierno popular en 1996 que han conllevado importantes repercusiones en el gasto público del estado que es equivalente a decir que han conllevado más gasto al ciudadano de a pie que no participó directamente en ninguna de las decisiones políticas condenadas por los Tribunales españoles se hace imprescindible y urgente la redacción de una verdadera Ley de Partidos Políticos que los regule eficazmente y fije también su responsabilidad penal y civil por decisiones políticas que terminen siendo declaradas ilegales por los Tribunales Españoles o internacionales.

Cuando, hoy en día, no existe en Las Españas partido alguno de masas cuya simple militancia sea representativa de un porcentaje elevado de la población, no se puede seguir con la ficción jurídica que hace que el Partido del Gobierno se identifique con el propio Estado. El partido o partidos que apoyan al gobierno en sus decisiones deben ser responsables de sus acciones y si estas causan un perjuicio económico o de otra índole al estado, es decir, al conjunto de ciudadanos; deben responder por ello en primer lugar y no cargar directamente a los Presupuestos Generales las cuentas de sus desatinos y vulneraciones legales.

Una verdadera regulación legal del funcionamiento de los partidos políticos debe fijar una cuota de responsabilidad patrimonial que afecte a los actos de gobierno o de partido que sean declarados no ajustados a derecho o ilegales por un tribunal ordinario y que causen perjuicio al estado que es el común de los ciudadanos. Así debería establecerse que ante actos de gobierno declarados ilegales deberían responder directamente y en primer lugar los miembros del gobierno con todo su patrimonio presente y futuro, en segundo lugar, los partidos políticos que hayan apoyado tal decisión también con todo su patrimonio presente y futuro y finalmente los propios militantes de esos partidos con una cuota de responsabilidad que bien pudiera limitarse al diez por ciento de su patrimonio presente.

La adopción de esta medida se ampara en el sometimiento de todos los actos de gobierno a la legalidad y al control de la misma por los Juzgados y Tribunales que es requisito imprescindible a contemplar por toda constitución que se precie de serlo, así también, la medida de hacer co-responsables a los mismos militantes o afiliados de los partidos políticos con un porcentaje de su patrimonio se puede justificar en el mismo ejercicio de la libertad, ya sea individual o colectiva; que exige, como no puede ser menos, responsabilidad. Evidentemente, esta hipotética regulación legal también debería recoger supuestos de exención de responsabilidad que se establecería en beneficio de aquellos miembros del gobierno y militantes del partido en cuestión que salvaran su responsabilidad manifestándose expresa y fehacientemente en contra de la decisión susceptible de ser declarada ilegal.

Esta responsabilidad patrimonial también podría aplicarse a los partidos que por su mal funcionamiento o corrupción interna totalmente incompatibles con el servicio público que deben prestar originen gastos innecesarios y no previstos al común de los ciudadanos como pudiera ser el actual caso de la Comunidad Autónoma de Madrid, donde las deficiencias de funcionamiento cuando no la corrupción de cierto partido o partidos han provocado la celebración de nuevas elecciones autonómicas cinco meses después de las que se celebraron en casi todo el país generando nuevos y cuantiosos gastos, en este caso concreto, a la ciudadanía madrileña.

Por último diré que una propuesta así no se puede considerar ni novedosa ni original porque, como no puede ser de otra forma en el mundo de las ideas ya sean políticas, filosóficas o literarias, todo esta dicho e inventado y una propuesta de este cariz fue ya discutida durante los debates constitucionales que culminaron con la redacción de la que sería la “Constitución del Imperio Federativo Alemán” si bien fue rechazada por la feroz oposición del entonces Canciller Otto von Bismarck y su grupo de Junkers que veían peligrar sus propiedades personales al tomar generalmente decisiones políticas poco respetuosa con toda legalidad”.

martes, 5 de octubre de 2010

LOS TRABAJADORES NOS PODEMOS IR PREPARANDO

Hace menos de una semana, el pasado 29 de Septiembre del 2010, tuvo lugar en España una Huelga General, convocada conjuntamente por la “Unión General de Trabajadores” (UGT) y por “Comisiones Obreras” (CCOO), contra la reforma laboral, la congelación de las pensiones y los demás recortes sociales aprobados por el gobierno socialista en un desesperado esfuerzo por mitigar la crisis económica que padecemos.


El seguimiento de dicha huelga general fue, como poco, moderado distando mucho de lograr la total paralización del país tal y como se consiguió, hace veintidós años, con la histórica huelga del 14 de Diciembre de 1988, por lo que, considerando además los duros recortes contra los que se hacía la convocatoria, solo puede concluirse con que el resultado de la Huelga General del 29 de Septiembre del 2010 constituye un enorme fracaso fruto de la suma de diversas causas que debieran hacernos reflexionar a todos y especialmente a los propios sindicatos convocantes.


En primer lugar las condiciones socio-económicas de hoy no son las mismas que en los tiempos de la huelga del 14 de Diciembre de 1988 porque en los veintidós años transcurridos, el gran sector público donde los sindicatos UGT y CCOO eran muy representativos ha desaparecido o se ha visto extremadamente reducido; así, por ejemplo, hace veintidós años la minería en España empleaba a unos doscientos mil trabajadores y hoy en día tan solo a unos diez mil. Por otro lado, la economía española ha ido abandonando la industria y la agricultura en beneficio del turismo y del sector servicios donde las empresas tipo son pequeñas y medianas, muchas de ellas de carácter familiar, donde la influencia de los sindicatos es escasa o nula existiendo además gran presencia de trabajadores autónomos en la economía general que no pertenecen ni se sienten vinculados por los acuerdos tomados en el seno de los sindicatos.


Por otro lado, en los veintidós años transcurridos desde la exitosa huelga general de 1988, los sindicatos UGT y CCOO han ido perdiendo influencia en numerosos sectores laborales como la administración (donde el sindicato profesional CSIF ha avanzado mucho en detrimento de estos sindicatos) y en los grandes almacenes (donde el sindicato más representativo es el FASGA). Esta pérdida de influencia sindical no se justifica solo en causas exógenas como es el nacimiento de nuevos sindicatos, muchos de ellos patrocinados por los propios empresarios, sino que también hay que buscarla en causas endógenas de los propios sindicatos como son los ritmos de vida de los dirigentes sindicales que, al haber transcendido a la prensa, han dado una pobre e incoherente imagen de lo que debe ser un líder sindical que lucha por los derechos de los trabajadores.


Otra causa que explicaría el fracaso de la pasada huelga general de Septiembre y la progresiva pérdida de representatividad de los sindicatos se encuentra en un mal hacer de los mismos que, en estas dos últimas décadas, se han preocupado más por satisfacer a los partidos políticos, de los que en no pocos casos han sido meras correas de transmisión propagandística, y por garantizarse sus subvenciones gubernamentales que en organizar una estrategia de defensa de los trabajadores ante las nuevas estratagemas capitalistas, lo que ha favorecido que una parte creciente de trabajadores prefieran sindicarse en la tradicional Confederación Nacional del Trabajo (CNT), la cual por ejemplo es mayoritaria en el servicio metropolitano de Madrid, o en otros sindicatos de izquierda más pequeños, pero también más reivindicativos y coherentes.


Finalmente los sindicatos UGT y CCOO han pasado en los últimos veinte años de ser los sindicatos mayoritarios en toda la geografía española y en todos los sectores de producción económica a ser tan solo representativos en el sector industrial y no en todo él sino solo en los astilleros, en las divisiones españolas de las grandes empresas multinacionales como la automovilística y poco mas. Realmente este sector industrial es relativamente pequeño en nuestro país empleando directamente a un millón escaso de trabajadores.


Este retroceso en la presencia social tanto de la UGT como de CCOO y que apenas ha sido percibida por sus respectivas cúpulas sindicales es la que está detrás de el fracaso de la Huelga General del 29-S. Pero este fracaso no solo supone un fracaso de los sindicatos convocantes, sino que supone un fracaso para todos los trabajadores porque el hecho de que no se paralizara totalmente el país no solo justificará en el futuro la toma de medidas políticas tendentes a limitar el derecho sindical y que ya se vienen anunciando con una previa “denuncia pública” de los sindicatos, sino que permitirá tomar nuevas medidas antisociales y hacer nuevas reformas contra los trabajadores porque, al fin y al cabo, "ya nadie se movilizará" contra las mismas perfilándose como finalidad última de toda política y de toda economía la consolidación del neoliberalismo y la globalización en detrimento de los logros sociales conquistados por la clase trabajadora en estos últimos ciento cincuenta años y que terminarán siendo totalmente liquidados haciendo retroceder a la sociedad a los primeros años de la Revolución Industrial.