La llamada España de las Autonomías, que más bien son satrapías, creadora de dislates geográficos e históricos solo serviles a familiares intereses de neos caciques locales, ignora y desea ignorar el hecho incuestionable de que la hoy ciudad de Madrid, mucho antes de ser Corte, fue Villa Comunera quedando su adhesión a la Santa Junta de Ávila en 1520 y su aportación al ejército comunero de un centenar de infantes y cuarenta caballeros (aportación nada desdeñable si consideramos que el Madrid de 1520 tenia menos población que la propia Segovia) no solo manifestada en los libros históricos y en los documentos que de aquélla época se guardan y sino en el nombre mismo de muchas de sus más céntricas y famosas calles y plazas.
Así es de citar la muy céntrica y populosa calle “Carretas” que antes de ser zona tan transitada y, durante un tiempo no muy lejano, de tan mala fama; fue donde se dio el primer levantamiento comunero de la Villa madrileña tomando su nombre de las barricadas que con las carretas de los hortelanos de las huertas próximas se formaron contra las huestes imperiales obedientes al regidor de la ciudad logrando su retirada y la adhesión definitiva de Madrid a la Causa Comunera.
Pero más aún que la precitada “calle Carretas” es famosa la mundialmente conocida “Puerta del Sol”; lugar donde al poco tiempo de la expulsión del poder Austro-Flamenco de la villa se levantó un fortín comunero en cuya puerta destacaba pintado un Sol de donde toma el nombre que ha conservado hasta hoy la madrileña plaza de la que dicen que parten todos los caminos.
Y ahora viene la manipulación histórica sustentada por los sátrapas autonómicos en general y los madrileños en particular que es la ocultación y el fomento del olvido de la Castellanidad de Madrid. Así los madrileños tenemos que acatar la festividad del 2 de Mayo en vez de concurrir a una fiesta puramente castellana el 23 de Abril, fecha en que por cierto, además de conmemorar la Batalla de Villalar se conmemora el fallecimiento, en 1616; del mayor escritor en habla castellana de todos los tiempos, don Miguel de Cervantes Saavedra.
El 2 de Mayo, al conmemorarse la declaración de guerra a la Francia Napoleónica, por el Alcalde de Móstoles, Don Andrés Torrejón, debería ser una fiesta nacional pues es una de las pocas fechas en la historia de nuestro común país en las que se puede conmemorar un hecho de todos los pueblos de Las Españas contra un extranjero mancillador de nuestro suelo y de nuestras libertades. Más no debería ser una fiesta exclusivamente madrileña pues en primer lugar no hubo un esfuerzo exclusivamente madrileño ni castellano contra el tirano francés sino que en la lucha participaron todos los demás pueblos de Las Españas y a quien esto ponga en duda, recuérdesele las batallas del Bruch y de Vitoria o las de Bailen y Zaragoza y en segundo lugar porque con la festividad del 2 de Mayo como conmemoración exclusivamente madrileña se pretende diluir la castellanidad de la Villa y mermar el espíritu castellano de sus habitantes.
Así pues, Madrid, debe volver a reintegrarse en la geografía política de una única castilla sin mutilaciones territoriales que en honor a sus antiguas tradiciones otorgue su legítimo derecho a formar una comunidad propia a los leoneses de los cuales adquirió castilla su condición, primero de condado independiente y posteriormente de reino, pues como reitera un popular refrán castellano “de bien nacidos es ser agradecidos”.
¡¡¡UNIDAD PARA CASTILLA!!!
¡¡¡LIBERTAD PARA LEÓN!!!
Monsieur, pues mire, no sabía yo por qué se llamaba puerta del sol, muy interesante.
ResponderEliminarBueno, hay sitio para todas las fiestas, desde luego. Pero es que el 2 de mayo los acontecimientos tuvieron lugar en Madrid, y para otros puntos de España tendrian que ser otras fechas, por ejemplo en Jaen el 19 de julio. No sé, lo veo mucho jaleo.
Monsieur, hemos tenido que abrir esta sala capitular, porque no cabiamos todos en la de la Corte.
Feliz tarde
Bisous
Muy enriquecedor relato. Lo que representa la reivindicación comunera es la dignidad de un pueblo ante el robo y el desprecio absoluto de gobernantes extranjeros que sólo caína por esas tierras para llevarse la mayor cuantía monetaria que pudieran, mientras el monarca -usurpador por culpa de sus abuelos y padres ya que su madre, menos loca de lo que cree, era la reina legítima- utilizaba todo lo rapiñado en sus reinos ibéricos para promocionarse emperados del Sacroimperioromanogermánico y olé.
ResponderEliminarAsco de gobernantes que nunca escuchan al pueblo.