La brutal represión ejercida recientemente por las autoridades policiales y militares marroquíes contra refugiados saharauis en las proximidades de El Aaiún, ha reavivado en nuestro país el interés por un conflicto ya casi olvidado y ha abierto una grave polémica que pone al descubierto la grave incoherencia del estado y de los ciudadanos españoles ante una situación originada por el abandono del territorio del entonces Sahara Español hace, justamente este mes de Noviembre, treinta y cinco años.
El 14 de Noviembre de 1975 y ante la presión marroquí, que había invadido con la llamada “Marcha Verde” el territorio del entonces Sahara Español un mes antes, se firmó el llamado “Acuerdo Tripartito de Madrid” por el que España se retiraba del Sahara y cedía a Marruecos y a Mauritania la administración del mismo pero no su soberanía. Con este “Acuerdo” el estado español se desentendía de la antigua provincia española, abandonaba a su suerte al pueblo saharaui que proclamaba unilateralmente la República Árabe Saharaui Democrática y dejaba en manos marroquíes la organización de un referéndum de libre determinación para el territorio que estaba previsto celebrar en la primavera de 1975 y que no se había llevado a efecto por las presiones marroquíes unidas a la inestable situación política interior de España.
En los treinta y cinco años transcurridos desde la vergonzosa retirada española del Sahara, Marruecos ha ejercido sobre dicho territorio actos inequívocos de plena soberanía introduciendo en él a decenas de miles de ciudadanos marroquíes a fin de alterar el censo de habitantes, concediendo a multinacionales extranjeras derechos de explotación sobre yacimientos petrolíferos y negándose reiteradamente a cumplir los acuerdos firmados con el Frente Polisario en 1991 y que, auspiciados por la ONU, preveían la celebración de un Referéndum de libre determinación en Febrero de 1992. Es decir, en estos treinta y cinco años, Marruecos ha demostrado al mundo que no piensa descolonizar el Sahara y que lo ha anexionado a todos los efectos al Reino Alauita.
Por su parte, desde 1975 los distintos gobiernos españoles han dado igualmente muestras inequívocas de que la cuestión del Sahara no les importa nada y solo los partidos políticos en la oposición han utilizado de vez en cuando la cuestión saharaui para desgastar al partido en el gobierno. Así es de indicar que ningún gobierno, con independencia de su color político, ha realizado la más mínima presión sobre Marruecos para forzar a éste a descolonizar el Sahara ni a respetar los más elementos derechos humanos de la población saharaui.
Ahora, cuando los actos de violencia sufridos por la población saharaui que se han saldado con un número indeterminado de víctimas mortales (una de los cuales era de nacionalidad española) han saltado a los medios de comunicación a pesar de la férrea censura marroquí; la ciudadanía española se echa las manos a la cabeza, protesta, se manifiesta e incluso el principal partido de la oposición, el Partido Popular, aprovechando la ocasión para desgastar al gobierno hace causa común con la intelectualidad progresista para denunciar el silencio cómplice del gobierno socialista.
No obstante, por lo primero que hay que protestar es por la total ausencia de coherencia en los ciudadanos y en los políticos españoles porque ya va siendo hora de que unos y otros dejen de lamentarse indefinidamente por una situación que nuestra política errática originó hace treinta y cinco años con la justificación de evitar un conflicto armado entre España y Marruecos y, bien acepten el hecho de que el Sahara es territorio Marroquí desde el abandono vergonzoso del mismo por España no teniéndose, por lo tanto, nada que reclamar a Marruecos; o bien, exijan que se tomen las debidas medidas para que España, asumiendo sus responsabilidades para con los que fueron ciudadanos españoles hasta 1975, fuerce la liberación del Sahara Occidental por todos los medios contemplados en el Derecho Internacional.
Ahora bien, como es de preveer que los ciudadanos españoles no deseen asumir las posibles consecuencias de una política de firmeza frente a Marruecos por causa del Sahara y como es seguro que la casta política imperante en España ni siquiera contempla tal posibilidad como prueba no solo el silencio y los balbuceos del actual gobierno socialista frente a la presente crisis sino también la pobre actuación del Gobierno del Partido Popular en el año 2002 que, ante el “Casus Belli” provocado por Marruecos con la ocupación del islote de Perejil, no mostró interés alguno por “recoger el guante” y llevar a cabo una estrategia ambiciosa que contemplase la liberación del Sahara Occidental conformándose con poner de manifiesto los tiempos de respuesta de nuestras fuerzas armadas y con revelar las medidas previstas para defender Ceuta y Melilla; sería más aconsejable para la ciudadanía y las instituciones españolas bajar la cabeza y guardar silencio una vez más porque, al fin y al cabo, hace treinta y cinco años se prefirió el deshonor a la guerra y aunque ya cae sobre nosotros la deshonra aun muchos conservan la ilusión en que no tendremos guerra.
Para terminar y como el presente escrito puede parecer confuso queremos dejar claro que “El Chouan Ibérico” no solo se identifica con el pueblo saharaui, sino que exige que Marruecos cumpla con los acuerdos firmados en 1991 con el Frente Polisario, convoque el referéndum previsto conforme al censo español de 1974 y se retire del Sahara Occidental. Igualmente exige al estado español que cumpla con su deber jurídico, político y moral para con los saharauis llegando incluso, si ello fuera necesario, a la más grave de las decisiones políticas que pueden tomarse en materia internacional.
Huy, ese es un tema muy espinoso. Para empezar, Marruecos hace lo que quiere y la ONU no va a impedirlo, porque el reino alauita es amiguete de EEUU. España, por mucho que le avergüence, no puede decir las cosas claras porque si habla del Sahara, que hasta el 75 fue tan provincia española como Soria, y habla del derecho de autodeterminación saharaui, tendría que reconocer sonrojándose lo mismo para otras regiones del Estado...y no son tan cínicos como se cree.
ResponderEliminarMe encanta los efectos de la propaganda y de la desinformación de uno u otro signo. Veamos: Con claras intenciones de no descolonizar, el gobierno de entonces otorgó en Enero de 1958 la condición de "Provincia Española" al Sahara que así se convirtió en la 53 provincia española.
ResponderEliminarPosteriormente y ante las presiones de la ONU en la que figuraba el Sahara Español como territorio a descolonizar, el gobierno de entonces retiró en 1974 la condición de provincia española al Sahara y preparó un Referéndum que debería haber tenido lugar en la Primavera de 1975 en la creencia sin duda de que tal referendum hubiera sido ganado por los Saharauis que deseaban seguir vinculados a España y que se organizaron en un partido político (curioso cuando en la España de entonces no estaban permitidos) llamado creo PUNS y que se había formado con el apoyo del gobierno español.
No obstante como el resultado de dicho Referendum, sea el que fuera, no interesaba a Marruecos, el Reino Alahuita presionó para que no se celebrara lo que consiguió sobre todo por la inestabilidad política que generaba en España el estado de salud de Franco.
Así pues, cuando se firman los acuerdos tripartidos de Madrid en 1975, el Sahara ya hacía más de una año que había dejado de ser "Provincia Española".
Lo que ocurre es que los "Acuerdos Tripartitos de Madrid" contenían cláusulas secretas cuyos contenidos no se conocen. Solo se conoce la cláusula incumplida por Marruecos del derecho de pesca de 800 pesqueros españoles en aguas saharianas durante 20 años.
No obstante lo que está muy claro es que Marruecos no va a permitir la descolonización del Sahara y que seguirá oprimiendo a los Saharauis.
Salud y Amistad
Es cierto que lo más importante, y que nadie tiene en cuenta, son las minas de fosfatos saharauis. Es ese motor económico y no el pretendido nacionalismo, lo pismo que Marruecos pactó con España a cuenta de los caladeros de pesca saharauis, llenas de pesqueros canarios. El gobierno español calla y aguanta el chaparrón, porque tiene mucho que perder y los saharauis le dan bastante igual.
ResponderEliminarEn cuanto a la economia Saharaui, no solo hay que centrarse en las minas de fosfatos sino en que, al parecer, hay importantísimas reservas de petróleo en el subsuelo saharaui.
ResponderEliminarDe todas formas, no creo que tras el abandono del Sahara, España se reservase nada de eso en los pactos secretos de los Acuerdos Tripartitos de Madrid. Además, considerando que Marruecos ha incumplido sistemáticamente esos acuerdos, no creo que sean motivos económicos lo que hace que se siga mirando hacia otro lado en la cuestión del Sahara.
España lleva en la cuestión del Sahara una política, como en otras muchas materias, de no saber que hacer y de caer en graves contradicciones e incoherencias y de dejarse llevar por lo que dicen los demás. Y esta actitud es común a todos los gobiernos que ha habido con independencia de su color político.
Salud, Amistad y Libertad para el Sahara.
Mientras Marruecos tengo algo que "ofrecer" (fosfatos, pesca, control de los radicales islámicos...) utilizará el conflicto del Sáhara Occidental como moneda de cambio.
ResponderEliminarUn saludo