Ser un literato contemporáneo puede
no llegar a ser nada gratificante porque durante un instante se consigue la
fama, la publicación de numerosas ediciones de las obras escritas e, incluso,
se puede llegar a alcanzar la riqueza material, pero transcurridas unas pocas
décadas el nombre del autor se diluye y toda su producción literaria se olvida
siendo prácticamente inaccesible al conseguirse, tan solo, en librerías de
viejo o de segunda mano.
Tal es el caso del escritor alemán
Edwin Erich Dwinger a quien se le puede considerar junto con Erich María
Remarque como uno de los dos grades escritores que mejor han plasmado en la
literatura universal el drama de la Gran Guerra (1914-1918).
Precisamente en 1929, año en el que
Remarque publica su famosa novela “Sin Novedad en el Frente”, Dwinger publica “Ejército
Cautivo” (también traducida al castellano como “Un Ejército detrás de las
Alambradas”) primera de las novelas que, junto con “Entre Blancos y Rojos”
(1930) y “Llamamos a Alemania” (1932), integraría la trilogía denominada “La Pasión Alemana” o “Trilogía de Siberia”.
Frente a Remarque que, en “Sin
Novedad en el Frente”, opta por contar de forma novelada los acontecimientos; Dwinger
es más directo y utiliza su propia experiencia personal haciendo una fiel
transcripción del diario que comenzó en 1915 al incorporarse al ejercito describiendo
de forma más realista los acontecimientos y llegando más lejos que Remarque porque
si “Sin Novedad en el Frente” se centra en la guerra de trincheras del Frente
Occidental con su vida cotidiana y sus fracasadas ofensivas masivas; “Ejército
Cautivo” tiene por objeto la historia de los compañeros del autor que combaten
contra el Imperio Ruso y que caen prisioneros durante la campaña de Curlandia
de 1915, siendo trasladados al interior del Imperio Ruso.
En “Ejército Cautivo” no solo se
reflejan las duras condiciones de vida de los prisioneros alemanes en Rusia que
son sistemáticamente maltratados por sus guardianes sino también las relaciones
humanas entre los prisioneros que son las que, en último extremo, les permite
sobrevivir, y las de estos con sus guardianes con alguno de los cuales, inician
relaciones de verdadera amistad que, en no pocos casos, les permitirá salvar la
vida. Por su parte en “Ejército Cautivo” aparece reflejada la realidad rusa, la
poca preparación de los oficiales del ejército, el analfabetismo del pueblo ruso
que integra la tropa y las tensiones socio-políticas que culminarán con la
Revolución de Octubre de 1917 y como ésta influye en la situación de los
prisioneros de guerra de los Imperios Centrales que, tras unas semanas de
confusión son trasladados masivamente al Este para evitar que sean reclutados
por el Ejército Rojo.
“Sin Novedad en el Frente” de Remarque
termina con la muerte del protagonista, Paul Bäumer, ultimo superviviente del
grupo de escolares que acuden voluntariamente a la llamada de movilización de
1914 "en un día tan tranquilo y
calmado, que el informe del ejército se limitó a la frase: sin novedad en el
frente" y que hace pensar que se trata del último día de la guerra, el
11 de Noviembre de 1918; mientras que en la obra de Dwinger la guerra no
termina ese día sino que se prolonga por más de dos años siendo este el tema de
la segunda novela de la trilogía “Entre Blancos y Rojos”.
En “Entre Blancos y Rojos”, que es
subtitulado como “La Tragedia Rusa”, Dwinger trascribe los diarios redactados
en Rusia durante los años 1919 y 1920 describiendo la situación en la que viven
los mas de tres millones de prisioneros de los imperios centrales,
principalmente alemanes, y que no han sido repatriados a sus países de origen a
pesar de haber terminado la guerra. En esta segunda novela de la trilogía “La
Pasión Alemana” el protagonista, el propio Dwinger, intenta escapar a Alemania
pero se ve obligado a unirse junto con otro compañero de cautiverio al Ejército
Blanco, quedando plenamente reflejada en esta obra la guerra civil rusa con las
atrocidades cometidas por todos los bandos no haciendo distinciones ni
mostrando simpatía hacia ninguno de ellos.
“Entre Blancos y Rojos” es a la vez una obra histórica y política. Histórica porque describe a la perfección los acontecimientos que llevan a la desastrosa derrota de los Ejércitos Blancos, el ambiente de enorme corrupción que impera entre ellos y la gran retirada de los mismos, en la que se verán implicados miles de prisioneros alemanes, hacia la ciudad de Chita, capital del Transbaikal y sede del gobierno del Atamán Semionov, lo que supondrá un recorrido de más de seis mil kilómetros durante el duro invierno de 1919-1920 y durante el cual perecerán más de doscientas mil personas entre civiles, militares y prisioneros de guerra de los Imperios Centrales. “Entre Blancos y Rojos” también es una obra política porque en la misma, y a través de numerosas reflexiones del autor, se pone de manifiesto la falsa moral de las potencias de la Entente que al mismo tiempo que intervienen militarmente en Rusia contra el gobierno bolchevique enviando tropas y material de guerra a favor de los Ejércitos Blancos se niegan a reconocer internacionalmente al gobierno del Almirante Kolchak mostrándose solamente interesados en prolongar la guerra para debilitar a Rusia y en saciar su sed de concesiones mineras. Especial interés tiene el juicio del autor sobre la actitud de los Japoneses quienes parece ser que mantenían sobornado al Ataman Semionov para que éste no se sometiera al gobierno de Kolchak y así poder independizar el Transbaikal convirtiéndolo en un protectorado japonés (1). “Entre Blancos y Rojos”, finaliza con la aniquilación de los ejércitos blancos que abandonan a los prisioneros alemanes para que se haga cargo de ellos el Ejército Rojo quien los envía a un nuevo campo de prisioneros del que se escapa el autor junto con un oficial médico, llegando en su fuga hasta la propia Alemania.
Finalmente, en la última novela de
la trilogía “Llamamos a Alemania”, Dwinger narra la difícil adaptación de los
prisioneros regresados a Alemania, casi tres años después de terminada la
guerra, y la situación política y social de los primeros años de la Republica
de Weimar sin que para nada aparezca la deriva política que después iba a tomar
el país aunque queda de manifiesto la división ideológica del anteriormente
unido y compacto grupo humano que formaban los compañeros de cautiverio del
autor y que va desde el pacifismo a las simpatías por la resistencia alemana en
Renania y desde posiciones claramente reaccionarias al comunismo.
Tanto “Sin Novedad en el Frente” de
Remarque como “Ejército Cautivo” de Dwinger fueron un éxito de ventas en
Alemania llegando a venderse prácticamente el mismo número de ejemplares de
ambas novelas seguramente porque los lectores entendían que la una
complementaba a la otra. No obstante, en su conjunto, y a pesar que en
“Ejército Cautivo” hay un transfondo humano y sentimental similar a “Sin
Novedad en el Frente” la trilogía de Dwinger posee mayor rigor histórico y más
rigurosas valoraciones políticas que la obra antibelicista de Remarque.
Hoy en día, tanto Erich María
Remarque como Edwin Erich Dwinger son autores que prácticamente han caído en el
olvido. Del primero aún se puede encontrar en los circuitos comerciales
habituales su novela más celebrada “Sin Novedad en el Frente” que sigue
editándose regularmente manteniéndose su autor en el recuerdo literario gracias
a las adaptaciones cinematográficas de varias de sus obras (“Sin Novedad en el
Frente”, “Tres Camaradas”, “Arco del Triunfo” y “Tiempo de Vivir, Tiempo de
Morir”) y a su trabajo como guionista de cine. Por su parte, de Dwinger solo se
puede encontrar alguna obra suelta de su trilogía en librerías de libros
antiguos y desclasificados.
Finalmente, tanto Remarque como
Dwinger constituyen las dos distintas caras de una misma moneda: ambos fueron los
autores alemanes más leídos en Alemania durante el periodo de entreguerras, en
ese mismo periodo ambos fueron paladines del pacifismo y del entendimiento
entre las naciones (Dwinger además fue un entusiasta del Tratado de Rapallo de
1922) y, en 1933, mientras que los nazis quemaban las obras de Remarque a
Dwinger le prohibían escribir. No obstante fue precisamente a partir de ese año
cuando las vidas de Remarque y Dwinger se escinden irremediablemente porque
mientras Erich María Remarque se exilia en Suiza y posteriormente en Estados
Unidos posicionándose claramente contra el nazismo, Dwinger se acomoda con el
nuevo régimen y pone su pluma al servicio del Ministerio de Propaganda
escribiendo diversas obras de más que dudosa calidad llegando a ser durante la
II Guerra Mundial el oficial de enlace del General Vlasov (del que escribirá
una biografía en 1951) con el Estado Mayor Alemán y a mantener relaciones de
estrecha amistad y colaboración con el General Henning Von Tresckow y con el
Coronel Von Stauffenberg, ambos implicados en el intento de ejecución de Hitler
durante la “Operación Valkiria” el 20 de Julio de 1944.
(1) Algo de cierto debe existir en los juicios vertidos por
Dwinger en “Entre Blancos y Rojos” sobre Semionov porque si atendemos a la
biografía de este General Blanco podemos descubrir como, después de la Guerra
Civil Rusa (1918-1921), se exilia en Estados Unidos de donde es expulsado por
ser considerado simplemente “un criminal y un bandido” y al haberse constatado
varios actos de violencia ejercidos por tropas bajo su mando contra soldados
norteamericanos destacados en Rusia y como busca finalmente, tras su
precipitada salida de Estados Unidos, refugio bajo la protección del Japón
quién termina residenciándolo casualmente en su protectorado del Manchukuo
donde termina siendo capturado por las tropas soviéticas en 1945.
Como dice Ud. que los títulos son "dífíciles" de conseguir, quizá quiera expresar que son "conseguibles" por medio de la "difusión cultural" en Internet. Si es así, sería enriquecedor para los lectores saberlo. Digo yo...
ResponderEliminarEstimado Sr:
ResponderEliminarDesconozco si se pueden descargar de internet, lo único que yo sé que puede usted intentar por internet respecto a estos libros es ver si venden algún ejemplar por e-bay, todocolección o en algún portal similar.
Reciba un saludo
De Dwinger no he leído libro alguno. De Remarque sí devoré "sin novedad en el frente". Al poco, encontré en una feria del libro una novela bélica española llamada"Se ha ocupado el kilómetro seis" de un tal Benítez de Castro, ambientada en la guerra española de 1936. Popposamente pone en la portada "Contestación a Remarque" Es la narración hooligan y salvaje de lo bonito y heroico que es luchar en primera línea y morir en el frente. Lo curioso es que el andoba viviera para escribirlo y no se enrolara en la primera trifulca armada que encontrara al paso (Mucho lirili y poco lerele, que dicen)Dan ganas de liarla a tiros con el entusiasta que contradice a Remarque....
ResponderEliminarEstimada Juli Gan: Desconozco al tal Benitez de Castro así como la existencia de cualquier libro que pudiera existir.
ResponderEliminarDe Remarque me dice que ha leído "Sin Novedad en el Frente" sin duda su novela más conocida aunque para nada desmerece "Arco del Trinfo", en la que trata el tema de los exiliados y toca la guerra civil española o "Tres Camaradas" sobre los años posteriores a la firma del Tratado de Versalles en en Alemania y que en mi opinión es una muestra de la rivalidad literaria con Dwinger pues viene a tratar de forma distinta el mismo teme que este ultimo trata en "LLamamos a Alemania". Estas dos novelas de Remarque que le menciono fueron reeditadas en los años setenta del pasado siglo por la colección Reno.
En un principio, curiosamente tanto Remarque como Dwinger, trataban los mismos temas, cosas que no era de extrañar considerando que a ambos les marcó para siempre su participación en la I Guerra Mundial, y les daban prácticamente el mismo tratamiento (pacifismo, humanitarismo, antibelicismo, dudas existenciales, criticas al negocio de la guerra...) pero Dwinger finalmente se avino a colaborar con los nazis escribiendo obras a favor de aquel regimen y alguna que otra sobre la Guerra Civil Española justificando la intervención Alemana.
No obstante, a Dwinger no se le puede considerar un anti-Remarque, que durante el periodo de entreguerras hubo muchos, sino más bien un simple oportunista que se acercó "al sol que más calienta" aunque para nada se desmerece el valor de su trilogia "La Pasion Alemana" que es altamente recomendable y en la que coincide plenamente con Remarque.
Por ultimo le dire que el tal Benitez de Castro habrá pretendido sumarse a los numerososo anti-remarke que dió el fascismo, pero... el que sea bastante o totalmente desconocido indica su poco existo en el empeño. De los "anti-remarke" el más conocido es sin duda Ernst Junger con su novela "Tempestades de Acero" y alguna más. No obstante a mi Ernst Junger siempre me ha parecido un imbécil plumbeo, ignorando el por qué ha llegado a tener tanto éxito editorial.
Salud y Amistad.