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jueves, 28 de junio de 2012

DOS AUTORES ALEMANES: REMARQUE Y DWINGER

Ser un literato contemporáneo puede no llegar a ser nada gratificante porque durante un instante se consigue la fama, la publicación de numerosas ediciones de las obras escritas e, incluso, se puede llegar a alcanzar la riqueza material, pero transcurridas unas pocas décadas el nombre del autor se diluye y toda su producción literaria se olvida siendo prácticamente inaccesible al conseguirse, tan solo, en librerías de viejo o de segunda mano.

            Tal es el caso del escritor alemán Edwin Erich Dwinger a quien se le puede considerar junto con Erich María Remarque como uno de los dos grades escritores que mejor han plasmado en la literatura universal el drama de la Gran Guerra (1914-1918).

            Precisamente en 1929, año en el que Remarque publica su famosa novela “Sin Novedad en el Frente”, Dwinger publica “Ejército Cautivo” (también traducida al castellano como “Un Ejército detrás de las Alambradas”) primera de las novelas que, junto con “Entre Blancos y Rojos” (1930) y “Llamamos a Alemania” (1932), integraría la trilogía denominada  “La Pasión Alemana” o “Trilogía de Siberia”.

            Frente a Remarque que, en “Sin Novedad en el Frente”, opta por contar de forma novelada los acontecimientos; Dwinger es más directo y utiliza su propia experiencia personal haciendo una fiel transcripción del diario que comenzó en 1915 al incorporarse al ejercito describiendo de forma más realista los acontecimientos y llegando más lejos que Remarque porque si “Sin Novedad en el Frente” se centra en la guerra de trincheras del Frente Occidental con su vida cotidiana y sus fracasadas ofensivas masivas; “Ejército Cautivo” tiene por objeto la historia de los compañeros del autor que combaten contra el Imperio Ruso y que caen prisioneros durante la campaña de Curlandia de 1915, siendo trasladados al interior del Imperio Ruso.

            En “Ejército Cautivo” no solo se reflejan las duras condiciones de vida de los prisioneros alemanes en Rusia que son sistemáticamente maltratados por sus guardianes sino también las relaciones humanas entre los prisioneros que son las que, en último extremo, les permite sobrevivir, y las de estos con sus guardianes con alguno de los cuales, inician relaciones de verdadera amistad que, en no pocos casos, les permitirá salvar la vida. Por su parte en “Ejército Cautivo” aparece reflejada la realidad rusa, la poca preparación de los oficiales del ejército, el analfabetismo del pueblo ruso que integra la tropa y las tensiones socio-políticas que culminarán con la Revolución de Octubre de 1917 y como ésta influye en la situación de los prisioneros de guerra de los Imperios Centrales que, tras unas semanas de confusión son trasladados masivamente al Este para evitar que sean reclutados por el Ejército Rojo.

            “Sin Novedad en el Frente” de Remarque termina con la muerte del protagonista, Paul Bäumer, ultimo superviviente del grupo de escolares que acuden voluntariamente a la llamada de movilización de 1914 "en un día tan tranquilo y calmado, que el informe del ejército se limitó a la frase: sin novedad en el frente" y que hace pensar que se trata del último día de la guerra, el 11 de Noviembre de 1918; mientras que en la obra de Dwinger la guerra no termina ese día sino que se prolonga por más de dos años siendo este el tema de la segunda novela de la trilogía “Entre Blancos y Rojos”.  

            En “Entre Blancos y Rojos”, que es subtitulado como “La Tragedia Rusa”, Dwinger trascribe los diarios redactados en Rusia durante los años 1919 y 1920 describiendo la situación en la que viven los mas de tres millones de prisioneros de los imperios centrales, principalmente alemanes, y que no han sido repatriados a sus países de origen a pesar de haber terminado la guerra. En esta segunda novela de la trilogía “La Pasión Alemana” el protagonista, el propio Dwinger, intenta escapar a Alemania pero se ve obligado a unirse junto con otro compañero de cautiverio al Ejército Blanco, quedando plenamente reflejada en esta obra la guerra civil rusa con las atrocidades cometidas por todos los bandos no haciendo distinciones ni mostrando simpatía hacia ninguno de ellos.
            
          “Entre Blancos y Rojos” es a la vez una obra histórica y política. Histórica porque describe a la perfección los acontecimientos que llevan a la desastrosa derrota de los Ejércitos Blancos, el ambiente de enorme corrupción que impera entre ellos y la gran retirada de los mismos, en la que se verán implicados miles de prisioneros alemanes, hacia la ciudad de Chita, capital del Transbaikal y sede del gobierno del Atamán Semionov, lo que supondrá un recorrido de más de seis mil kilómetros durante el duro invierno de 1919-1920 y durante el cual perecerán más de doscientas mil personas entre civiles, militares y prisioneros de guerra de los Imperios Centrales. “Entre Blancos y Rojos” también es una obra política porque en la misma, y a través de numerosas reflexiones del autor, se pone de manifiesto la falsa moral de las potencias de la Entente que al mismo tiempo que intervienen militarmente en Rusia contra el gobierno bolchevique enviando tropas y material de guerra a favor de los Ejércitos Blancos se niegan a reconocer internacionalmente al gobierno del Almirante Kolchak mostrándose solamente interesados en prolongar la guerra para debilitar a Rusia y en saciar su sed de concesiones mineras. Especial interés tiene el juicio del autor sobre la actitud de los Japoneses quienes parece ser que mantenían sobornado al Ataman Semionov para que éste no se sometiera al gobierno de Kolchak y así poder independizar el Transbaikal convirtiéndolo en un protectorado japonés (1). “Entre Blancos y Rojos”, finaliza con la aniquilación de los ejércitos blancos que abandonan a los prisioneros alemanes para que se haga cargo de ellos el Ejército Rojo quien los envía a un nuevo campo de prisioneros del que se escapa el autor junto con un oficial médico, llegando en su fuga hasta la propia Alemania.

            Finalmente, en la última novela de la trilogía “Llamamos a Alemania”, Dwinger narra la difícil adaptación de los prisioneros regresados a Alemania, casi tres años después de terminada la guerra, y la situación política y social de los primeros años de la Republica de Weimar sin que para nada aparezca la deriva política que después iba a tomar el país aunque queda de manifiesto la división ideológica del anteriormente unido y compacto grupo humano que formaban los compañeros de cautiverio del autor y que va desde el pacifismo a las simpatías por la resistencia alemana en Renania y desde posiciones claramente reaccionarias al comunismo.

            Tanto “Sin Novedad en el Frente” de Remarque como “Ejército Cautivo” de Dwinger fueron un éxito de ventas en Alemania llegando a venderse prácticamente el mismo número de ejemplares de ambas novelas seguramente porque los lectores entendían que la una complementaba a la otra. No obstante, en su conjunto, y a pesar que en “Ejército Cautivo” hay un transfondo humano y sentimental similar a “Sin Novedad en el Frente” la trilogía de Dwinger posee mayor rigor histórico y más rigurosas valoraciones políticas que la obra antibelicista de Remarque.

            Hoy en día, tanto Erich María Remarque como Edwin Erich Dwinger son autores que prácticamente han caído en el olvido. Del primero aún se puede encontrar en los circuitos comerciales habituales su novela más celebrada “Sin Novedad en el Frente” que sigue editándose regularmente manteniéndose su autor en el recuerdo literario gracias a las adaptaciones cinematográficas de varias de sus obras (“Sin Novedad en el Frente”, “Tres Camaradas”, “Arco del Triunfo” y “Tiempo de Vivir, Tiempo de Morir”) y a su trabajo como guionista de cine. Por su parte, de Dwinger solo se puede encontrar alguna obra suelta de su trilogía en librerías de libros antiguos y desclasificados.


            Finalmente, tanto Remarque como Dwinger constituyen las dos distintas caras de una misma moneda: ambos fueron los autores alemanes más leídos en Alemania durante el periodo de entreguerras, en ese mismo periodo ambos fueron paladines del pacifismo y del entendimiento entre las naciones (Dwinger además fue un entusiasta del Tratado de Rapallo de 1922) y, en 1933, mientras que los nazis quemaban las obras de Remarque a Dwinger le prohibían escribir. No obstante fue precisamente a partir de ese año cuando las vidas de Remarque y Dwinger se escinden irremediablemente porque mientras Erich María Remarque se exilia en Suiza y posteriormente en Estados Unidos posicionándose claramente contra el nazismo, Dwinger se acomoda con el nuevo régimen y pone su pluma al servicio del Ministerio de Propaganda escribiendo diversas obras de más que dudosa calidad llegando a ser durante la II Guerra Mundial el oficial de enlace del General Vlasov (del que escribirá una biografía en 1951) con el Estado Mayor Alemán y a mantener relaciones de estrecha amistad y colaboración con el General Henning Von Tresckow y con el Coronel Von Stauffenberg, ambos implicados en el intento de ejecución de Hitler durante la “Operación Valkiria” el 20 de Julio de 1944.   










(1) Algo de cierto debe existir en los juicios vertidos por Dwinger en “Entre Blancos y Rojos” sobre Semionov porque si atendemos a la biografía de este General Blanco podemos descubrir como, después de la Guerra Civil Rusa (1918-1921), se exilia en Estados Unidos de donde es expulsado por ser considerado simplemente “un criminal y un bandido” y al haberse constatado varios actos de violencia ejercidos por tropas bajo su mando contra soldados norteamericanos destacados en Rusia y como busca finalmente, tras su precipitada salida de Estados Unidos, refugio bajo la protección del Japón quién termina residenciándolo casualmente en su protectorado del Manchukuo donde termina siendo capturado por las tropas soviéticas en 1945.

4 comentarios:

  1. Como dice Ud. que los títulos son "dífíciles" de conseguir, quizá quiera expresar que son "conseguibles" por medio de la "difusión cultural" en Internet. Si es así, sería enriquecedor para los lectores saberlo. Digo yo...

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  2. Estimado Sr:

    Desconozco si se pueden descargar de internet, lo único que yo sé que puede usted intentar por internet respecto a estos libros es ver si venden algún ejemplar por e-bay, todocolección o en algún portal similar.

    Reciba un saludo

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  3. De Dwinger no he leído libro alguno. De Remarque sí devoré "sin novedad en el frente". Al poco, encontré en una feria del libro una novela bélica española llamada"Se ha ocupado el kilómetro seis" de un tal Benítez de Castro, ambientada en la guerra española de 1936. Popposamente pone en la portada "Contestación a Remarque" Es la narración hooligan y salvaje de lo bonito y heroico que es luchar en primera línea y morir en el frente. Lo curioso es que el andoba viviera para escribirlo y no se enrolara en la primera trifulca armada que encontrara al paso (Mucho lirili y poco lerele, que dicen)Dan ganas de liarla a tiros con el entusiasta que contradice a Remarque....

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  4. Estimada Juli Gan: Desconozco al tal Benitez de Castro así como la existencia de cualquier libro que pudiera existir.

    De Remarque me dice que ha leído "Sin Novedad en el Frente" sin duda su novela más conocida aunque para nada desmerece "Arco del Trinfo", en la que trata el tema de los exiliados y toca la guerra civil española o "Tres Camaradas" sobre los años posteriores a la firma del Tratado de Versalles en en Alemania y que en mi opinión es una muestra de la rivalidad literaria con Dwinger pues viene a tratar de forma distinta el mismo teme que este ultimo trata en "LLamamos a Alemania". Estas dos novelas de Remarque que le menciono fueron reeditadas en los años setenta del pasado siglo por la colección Reno.

    En un principio, curiosamente tanto Remarque como Dwinger, trataban los mismos temas, cosas que no era de extrañar considerando que a ambos les marcó para siempre su participación en la I Guerra Mundial, y les daban prácticamente el mismo tratamiento (pacifismo, humanitarismo, antibelicismo, dudas existenciales, criticas al negocio de la guerra...) pero Dwinger finalmente se avino a colaborar con los nazis escribiendo obras a favor de aquel regimen y alguna que otra sobre la Guerra Civil Española justificando la intervención Alemana.

    No obstante, a Dwinger no se le puede considerar un anti-Remarque, que durante el periodo de entreguerras hubo muchos, sino más bien un simple oportunista que se acercó "al sol que más calienta" aunque para nada se desmerece el valor de su trilogia "La Pasion Alemana" que es altamente recomendable y en la que coincide plenamente con Remarque.

    Por ultimo le dire que el tal Benitez de Castro habrá pretendido sumarse a los numerososo anti-remarke que dió el fascismo, pero... el que sea bastante o totalmente desconocido indica su poco existo en el empeño. De los "anti-remarke" el más conocido es sin duda Ernst Junger con su novela "Tempestades de Acero" y alguna más. No obstante a mi Ernst Junger siempre me ha parecido un imbécil plumbeo, ignorando el por qué ha llegado a tener tanto éxito editorial.

    Salud y Amistad.

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