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martes, 28 de agosto de 2012

LA NECESIDAD DEL ALQUILER SOCIAL


            Se comenta, se dice, se rumorea que, ya ultimado el proyecto, el gobierno planea poner en marcha próximamente un llamado “Banco Malo” para que administre todo el stock inmobiliario que las entidades financieras han ido acumulando durante estos últimos años a fin de dar algún tipo de salida a la ingente cantidad de viviendas y locales que se han ido adjudicado en distintas ejecuciones hipotecarias.

            Cuando se habla de ejecuciones hipotecarias resulta imprescindible aclarar que no todas ellas han implicado desahucios ya que también se han ejecutado hipotecas sobre promociones urbanísticas enteras que aun no habían sido vendidas y que, por tanto, han pasado directamente de manos del constructor o promotor a las del banco no suponiendo, afortunadamente, el desalojo de ninguna persona o familia. Por ello, la gestión del ingente patrimonio inmobiliario de las entidades financieras no puede ni debe ser homogéneo. Considerando que, según parece, el número de viviendas que poseen los bancos ronda el millón, sería bueno que se discriminase entre las que son nuevas promociones y nunca han estado ocupadas y las que son viviendas de antigua construcción y han estado ocupadas o se encuentran habitadas y en proceso de desahucio.

            Si la administración inmobiliaria que plantea el gobierno va a consistir, como parece que va a ser, en liquidar todo el stock inmobiliario vendiéndolo al precio que sea con la finalidad de conseguir liquidez para los bancos, que tan necesitada andan de ella; el resultado va a ser un incremento de la especulación pues solo aquellos individuos y empresas que tengan dinero líquido de cualquier procedencia podrán adquirir inmuebles a un precio no ya justo sino incluso muy por debajo de su valor real mientras que aquellos que vienen haciendo frente con mucho sacrificio a las obligaciones hipotecarias contraídas (hipotecas a 20, 25 y 40 años) desde hace cinco o diez años van a comprobar que están endeudados en la compra de una vivienda que vale mucho menos de lo que están pagando por ella, lo que se traduce en un mayor empobrecimiento de los actualmente hipotecados. Por ello sacar indiscriminadamente a la venta todo el stock inmobiliario propiedad de entidades bancarias solo producirá un hundimiento del mercado inmobiliario que favorecerá a todo aquel que tenga dinero para comprar y perjudicará irremediablemente a aquellos que compraron su vivienda en la fase ascendente de la burbuja inmobiliaria y que se encuentran pagando la hipoteca.

            Así pues, no todo el stock inmobiliario de los bancos debe ser puesto en venta. La venta de estos inmuebles debe limitarse exclusivamente a las viviendas de nueva construcción y que jamás han tenido ocupantes, es decir a las promociones que se han adjudicado los bancos en procesos ejecutivos o hipotecarios seguidos contra los constructores o promotores urbanísticos. Por el contrario, las viviendas de construcción antigua o que, en algún momento han llegado a ser habitadas, incluso las que encuentren inmersas en un proceso de ejecución hipotecaria han de ser destinadas al “Alquiler Social”, entendiéndose por tal alquiler aquel por el que se pague una renta mensual limitada resultante de un calculo legalmente establecido por la administración.

            La renta mensual de una vivienda arrendada en régimen de “Alquiler Social” podría ser la resultante de sumar la cuota de comunidad de propietarios correspondiente, la de mancomunidad, en caso de existir ésta (supuesto de llamadas “colonias” con algunos servicios mancomunados); el prorrateo entre los doce meses del año de la cantidad correspondiente al Impuesto de Bienes Inmuebles y a la Tasa Municipal de Basuras, así como la cuota anual de un seguro multirriesgo del hogar. A la cantidad resultante de esta suma se añadiría una cantidad mensual máxima más (cien, doscientos o trescientos euros) según las circunstancias, que constituiría el beneficio del propietario y que quedaría totalmente exenta de tributación.

            En el supuesto caso de que la vivienda en cuestión este en proceso de ejecución hipotecaria o desahucio por falta de pago de las obligaciones hipotecarias, la entidad financiera podría adjudicársela, adquirir la propiedad y cambiar la titularidad de la misma en el registro de la propiedad pero no proceder al lanzamiento de sus moradores quienes quedarían en posesión de la vivienda como arrendatarios en régimen de “Alquiler Social”.

            La implantación de este sistema de “Alquiler Social” haría innecesaria la creación de ese “Banco Malo” porque las propias entidades financieras podrían gestionar, bajo supervisión estatal, los “arrendamientos sociales”, el stock inmobiliario que poseen los bancos dejarían de generarles gastos, pues recordemos que como propietarios están obligados al pago de los impuestos y tasas municipales así como al pago de las cuotas comunitarias y, además, obtendrían un beneficio anual nada desdeñable máxime cuando estarían convirtiendo un veneno en remedio.
             
         Por su parte, y en un principio, solo y exclusivamente las viviendas correspondientes a promociones de nueva construcción y que jamás llegaron a ser vendidas ni a ser ocupadas, podrían destinarse directamente a la venta libre, sin desdeñar para nada su reconducción hacia el “Alquiler Social”, aunque dichas viviendas plantearían ciertos problemas a la hora de establecer una renta mensual baja o moderada derivados de su demencial concepción original porque la inmensa mayoría de ellas son viviendas unifamiliares o sometidas a las normas de Propiedad Horizontal situadas en urbanizaciones cerradas con múltiples servicios mancomunados como piscina, jardines, sistema de seguridad, conserje o vigilante jurado, etc... que hacen que la cuota comunitaria mensual a pagar sea por sí sola muy elevada para el propietario y, muy posiblemente, inasumible para una persona con capacidad económica limitada como serían los beneficiarios de la fórmula del “Alquiler Social”.

            Por todo lo anteriormente expuesto, la creación y regulación por parte del estado del “Alquiler Social” aprovechando el enorme patrimonio inmobiliario que los bancos tienen prácticamente en involuntario régimen de “manos muertas” es imprescindible no solo para garantizar el derecho a la vivienda digna de las rentas más débiles sino también para impedir la especulación, evitar el empobrecimiento generalizado de los que están pagando una hipoteca y generar liquidez al sistema financiero. 
           

martes, 21 de agosto de 2012

SERPIENTES DE VERANO O LA HORA DE LOS BUITRES


España no solo padece una crisis económica sino también una crisis política y una crisis moral. Dentro de estas dos últimas hay que situar la escasa o nula confianza que los ciudadanos tienen en una casta política que, siendo causa, afirma ahora ser el remedio al empobrecimiento de los españoles.

            Por otro lado, habiendo quien dijo que “la crisis era un gran momento para hacer buenos negocios” es de entender que cualquier crisis sirve para que alguien saque beneficio, máxime cuando las palabras pronunciadas por la hija de un conocido financiero cantabro no son más que la versión culta, educada y fina de la expresión de “A río revuelto, ganancia de pescadores” recogida desde hace siglos en el refranero popular

            Dentro de ese “pescar en río revuelto” del refranero es como hay que entender las actitudes mantenidas desde hace varias semanas por los señores Sánchez Gordillo y  Mario Conde quienes parecen ofrecerse al pueblo español como alternativa a todo lo existente y solución a todos los problemas.

            Juan Manuel Sánchez Gordillo, dirigente del Sindicato de Obreros del Campo (SOC), Alcalde de Marinaleda (Sevilla) y diputado autonómico en la Asamblea de Andalucía por Izquierda Unida, ha ocupado la primera plana de las noticias por el asalto, hace unos días, de un Mercadona, lo cual le ha granjeado el aplauso de no pocos sectores sociales dispuestos a aplaudir a cualquier Mesías que les prometa el oro y el moro vitoreando hoy a Sánchez Gordillo como ayer vitorearon a cualquier miembro de la casta política que durante años se han dedicado a llenar sus bolsillos vaciando los de los demás.

            Sánchez Gordillo justificó su acción como un gesto revolucionario contra los que se enriquecen con los bienes de primera necesidad y contra la política de muchas superficies comerciales de tirar los alimentos próximos a caducar en vez de donarlas a comedores sociales y ONGs (los que aceptan esta última teoría deberían explicar el por qué los que no tienen han de alimentarse de aquello que no sirve para vender a los que tienen). No obstante el asalto a un supermercado para conseguir unos pocos kilos de alimentos diversos cuando los ciudadanos españoles, por el momento y gracias a Dios, no padecen una situación de hambruna extrema no deja de ser un vulgar acto populista realizado a instancias de una persona con “hambre” de popularidad y que viene a demostrar nuevamente que no todos somos iguales ante la ley.

            Sánchez Gordillo, con su sombrero de llanero Venezolano y con unas barbas que le asemejan a Carlos Marx, siempre ha pretendido ser un líder revolucionario tipo Lenín, Fidel Castro o Ernesto “Che” Guevara pero siempre ha estado muy lejos de conseguirlo. Emulo de las acciones revolucionarias clásicas del campesinado español de principios del Siglo XX, a finales de los años setenta del siglo pasado, Sánchez Gordillo, instó la ocupación de algunas fincas de terratenientes que, estando más que justificadas, no han solucionado ningún gran problema de fondo de los trabajadores del campo que son muchos más que los que siguen al señor alcalde de Marinaleda. Después de estas acciones “revolucionarias” y durante buena parte de los años ochenta, noventa y la primera década del Siglo XXI la estela de Sánchez Gordillo se fue difuminando al mismo tiempo que su personalidad política languidecía en la alcaldía del pueblecito sevillano de Marinaleda hasta que, hace unos meses, consiguiera un acta de diputado autonómico en el parlamento andaluz. A partir de convertirse en diputado autonómico, don Juan Manuel Sánchez Gordillo, ha reconquistado el espacio que otrora ocupara en las noticias, ha ido a la Venezuela de Chaves donde se ha permitido el lujo de presentarse como el activista revolucionario que siempre ha deseado ser, afirmando haber “ocupado bancos” y dando a entender a los televidentes venezolanos que aquí se estaban desarrollando, poco menos, que los acontecimientos de Octubre de 1917 en Petrogrado. No obstante, y a pesar del “comandante” Sánchez Gordillo los españoles no solo siguen siendo arruinados por su casta política y empresarial sino que hoy son más pobres que antes que el “comandante” Sánchez Gordillo asaltara (en su imaginación, claro está) el Palacio de la Táuride. 

     Y es que el Palacio de la Táuride del señor Sánchez Gordillo no era Palacio sino tienda de ultramarinos de barrio “elevada” a condición de supermercado y el “comandante” no era comandante sino diputado (casi ná) y la revolución no era revolución sino simple caricatura porque, no nos engañemos, el asalto a Mercadona tiene más de acto histriónico que de acción revolucionaria siendo más propia de un bandolero generoso como Curro Jiménez que de un revolucionario como Durruti (1).  En realidad el acto protagonizado por el Excelentísimo (recordemos que es diputado) señor Sánchez Gordillo avergonzaría a cualquier revolucionario triunfante como Lenin, Dzerzhinski o Stalin porque demuestra que este comunista español (2) no tiene ni la más básica idea de lo que es y de lo que requiere una revolución porque sepa el señor Sánchez Gordillo  que una REVOLUCIÓN es un ACTO COLECTIVO y lo que él ha protagonizado no ha dejado de ser un ACTO INDIVIDUAL, y por cierto bastante ridículo (3), de vedetismo político que descubre nuevamente que NO todos los españoles somos iguales ante la ley porque, sépalo quien quiera saberlo, si cualquier ciudadano del común hubiera hecho lo que hizo el señor Sánchez Gordillo en Mercadona estaría esperando en prisión la celebración del juicio.

            Finalmente, el 15 de Agosto de este año, surgía la noticia, ampliamente difundida por el Grupo mediático “Intereconomía”, de que otra figura que en el pasado tuvo relumbrón social y que pasó por momentos de sombra y de olvido aspira a presentarse a las elecciones por un partido político llamado “Sociedad Civil y Democracia”. El nombre de esta nueva estrella en el universo político español: Mario Conde Conde.

            Mario Conde Conde fue un personaje esencial en la economía y en la sociedad española de finales de los años ochenta y principios de los noventa del Siglo pasado. Abogado del Estado, comienza en el mundo empresarial en el grupo farmacéutico “Abelló” que consigue vender a la multinacional Merck tras lo cual adquiere un veintitrés por ciento de la empresa farmacéutica “Antibióticos S.A.” para terminar dando el salto definitivo al mundo de las finanzas en el año 1987 cuando accede a la presidencia de la entidad financiera BANESTO. A partir de ese momento, Mario Conde, marca estilo: su pelo engominado y peinado hacia atrás, su elegancia al vestir, su hablar pausado y magistral que denota una personalidad cerebral y supuestamente muy inteligente hacen que los jóvenes españoles del momento quieran ser como él. Accede a Su Excelencia el Jefe del Estado, se codea con lo más granado de la alta sociedad, consigue Doctorados “Honoris Causa” todo ello hasta que, en 1993, el Banco de España y el entonces gobierno socialista presidido por Felipe González acuerdan la intervención de BANESTO a partir de la cual, Mario Conde, es procesado y condenado por la Audiencia Nacional a la pena de catorce años de prisión como autor de los delitos de Estafa y Apropiación Indebida

            Mario Conde siempre ha dicho que al frente de BANESTO no cometió ninguna ilegalidad y que no hizo nada diferente a lo que era práctica común y habitual en todas las demás entidades financieras españolas (curiosamente eso mismo es lo que argumentó Ruiz Mateos cuando en 1983 el Gobierno acordó la intervención de RUMASA). En caso de que Mario Conde no hubiera realizado acción alguna al frente de BANESTO que fuera diferente a las realizadas por otras entidades bancarias, cosa que resulta altamente creíble, el gran pecado de Mario Conde habría sido el ser un “advenedizo” en el mundo financiero creyéndose que era bien admitido en el mismo con los mismos derechos que los demás, lo cual denota un total desconocimiento de la realidad que le rodeaba, no siendo esto una buena cosa para cualquiera que pretenda entrar en política porque es esencial de alguien que quiera ser un buen político conocer el ambiente que le rodea y NO DEJARSE TRAICIONAR.

            Mario Conde pretende liderar el partido político denominado “Sociedad Civil y Democracia” para, según él, presentarse a las elecciones y utilizar la legalidad vigente para transformar íntegramente el sistema político español renegando de la idea de que su partido sea un partido político (¿Será un Movimiento?).

            El señor Mario Conde Conde cumplió la pena impuesta en la sentencia y saldó cualquier deuda que pudiera tener con la sociedad estando actualmente en plenitud de sus derechos y teniendo, por tanto, todo el derecho del mundo a presentarse a unas elecciones y aspirar a gobernar el país y a administrar el presupuesto, pero, recordemos también, que en esa misma situación se encuentra también don Dionisio Rodríguez Martín, “El Dioni”, el cual llegó a presentarse a algunas elecciones municipales.

            En definitiva, Sánchez Gordillo y Mario Conde; Mario Conde y Sánchez Gordillo, son las dos diferentes caras de una misma moneda, la moneda de aquellos que ante el justo descrédito de la casta política española aspiran a utilizar dicho descrédito en beneficio propio y a sumarse a ella para, “cambiando todo lograr que todo siga igual”.
  




     (1)     Menciono a Durruti por mencionar a un revolucionario patrio por el que siento cierta simpatía y porque Buenaventura también se dedicó, en algún momento de su vida, a los asaltos, eso sí, con mejor fortuna y más grandeza de miras ya que sus atracos a bancos fueron famosos y tenían por objeto nutrir de dinero a la organización revolucionaria a fin de adquirir medios para la revolución. 

(2)     Se podrá compartir o no el ideario comunista, pero lo que no se puede negar es que los miembros de los Partidos Comunistas europeos siempre han demostrado una fe religiosa y una férrea disciplina que les llevaron a imperar en media Europa y a ganarse el apelativo de “Jesuitas de la revolución”. En cambio, la generación de comunistas españoles surgida después de la Guerra Civil es como si estuviera integrada por unos jovencillos que leyeron “El Capital” de Marx debajo de la sotana de un cura mientras estaban en un campamento veraniego del Frente de Juventudes. 

 (3) En la célebre película “Queimada”, se llega a definir la revolución como “El asalto colectivo a un banco”, pero eso sí... el asalto tiene que ser COLECTIVO no INDIVIDUAL.

martes, 14 de agosto de 2012

¿CÓMO ACTÚAN LOS ESPECULADORES?

            El 18 de Junio de 1815 tuvo lugar en tierras belgas la famosísima batalla de Waterloo con sus particulares episodios, resultados y consecuencias hoy hartamente conocidos por todos: Asalto y defensa de la granja Hougomont, carga de la caballería pesada francesa al mando del Mariscal Ney contra una infantería británica, que por orden de Wellington, había formado en impenetrables cuadros, la espera agónica de los refuerzos franceses al mando de Grouchy que había partido días antes en persecución de los prusianos, la carga a la bayoneta de la Guardia Imperial, la llegada al campo de batalla del general Von Blücher con el ejército prusiano para reforzar a las fuerzas británicas, la derrota total de Napoleón y la liquidación definitiva de la época histórica de las “Guerras Napoleónicas”.

            Los nombres de los protagonistas, tanto franceses como ingleses y prusianos, se inmortalizaron en el recuerdo colectivo del imaginario popular y pasaron a llenar varias páginas de la Historia Universal.

            Lo que la inmensa mayoría ignora es que, mientras la batalla se desarrollaba y los soldados morían o eran mutilados a millares, a muchos kilómetros de allí, muy lejos de los peligros de la guerra y en la seguridad de un despacho londinense, un casi anónimo y desconocido banquero estaba planeando la mayor operación especulativa de toda la historia económica jamás superada hasta la fecha.

            Nathan Mayer Rothschild, tal era el nombre del especulador, miembro de una familia de banqueros europeos situados en distintas capitales del continente, había financiado a la Gran Bretaña durante las Guerras Napoleónicas (la rama francesa de la familia había financiado al I Imperio Francés) a cambio de la compra de “bonos” pagaderos al término de las sucesivas campañas militares con un determinado interés. Tras la fuga de Napoleón de la Isla de Elba y el comienzo de los llamados “Cien Días”, la Gran Bretaña empezó a planear una nueva campaña contra los franceses para lo cual recurrieron nuevamente a la financiación de Nathan Mayer Rothschild quien procedió a prestar dinero al gobierno británico a cambio de la entrega de cierta cantidad de nuevos “bonos” reintegrables con un porcentaje de interés. Después de la partida del ejército de Wellington al continente para enfrentarse a Napoleón, Rothschild estableció una amplia red de agentes de información que por medio de palomas mensajeras y caballos de posta se comunicaban rápidamente entre sí, manteniendo constantemente el contacto entre el despacho del banquero y el Estado Mayor de Wellington. Tras la derrota de Napoleón en Waterloo, los agentes de Rothschild remitieron la noticia a su jefe quien, siendo la primera persona en Inglaterra en conocerla, se ocupó de difundir el rumor de que Wellington había sido derrotado al mismo tiempo que, para dar mayor credibilidad a ese rumor, vendía los “bonos” del Gobierno Británico a cualquier precio y a todo aquel que quisiera comprarlos.

            La consecuencia fue el hundimiento de la bolsa de Londres y la venta generalizada y a precio de saldo de los “bonos” británicos que eran ávidamente adquiridos por los agentes de bolsa de Rothschild. Cuando se conoció en Inglaterra, unos días después, la victoria británica en Waterloo el precio de los “bonos” subió como la espuma lo que, junto con el acaparamiento de buen número de ellos por Rothschild, generó al banquero en un solo día un beneficio que se calcula en un millón de Libras de la época.

            Desde ese momento, se considera a Nathan Mayer Rothschild no solo como el que ideó la primera Agencia de Prensa moderna, hoy imprescindibles tanto para la propaganda política como para la especulación económica, sino también como quién sentó las bases fundamentales sobre las que descansa todo movimiento financiero especulativo, el cual precisa de la perfecta armonía en la utilización de una cierta y contrastada información veraz junto con la difusión de rumores interesados y la creación de ficciones, positivas o negativas, en los mercados de valores que den credibilidad a esos rumores para, finalmente, actuar en las distintas bolsas internacionales, comprando o vendiendo, según lo que más interese a la rentabilidad económica del especulador.

jueves, 2 de agosto de 2012

INTERNACIONALISMO, MUNDIALISMO Y UNIVERSALISMO


            Durante los últimos años del siglo XIX y hasta la caída del comunismo en los países del Este europeo, estuvo vigente en parte de la sociedad mundial aquella máxima plasmada en el final de "EI Manifiesto Comunista" que rezaba “¡Proletarios del Mundo Uníos!" y bajo este lema se organizaron las llamadas Internacionales que tenían por objeto coordinar a los comunistas y socialistas de los distintos países para realizar la revolución a escala mundial. Tras la revolución bolchevique en Rusia este internacionalismo pasó directamente a convertirse no tanto en una cuestión ideológica de lucha contra el capitalismo como en una cuestión de política exterior de la hoy extinta URSS que financió a distintos partidos y grupos políticos fuera de sus fronteras para que estos entregaran a sus respectivos países, atados de pies y manos, al imperialismo soviético. Hoy ese internacionalismo ha sucumbido y su política vulgarmente criminal en muchos casos y sofisticadamente genocida en otros ha caído en desgracia cuando no,  simplemente, en el olvido, pero una nueva corriente, cual es el mundialismo, la viene a sustituir.

            EI mundialismo, a diferencia del internacionalismo comunista, trabaja solapadamente, con caretas agradables para una sociedad que camina hacia el abismo con una venda en los ojos. Si el internacionalismo materializado trabajó durante décadas para hacer poderosa a la URSS, el mundialismo esta trabajando para hacer poderoso al mundo anglosajón y esclavo al resto. EI lema, públicamente conocido (aunque jamás plasmado en ningún documento), del mundialismo viene a ser "Ricos del mundo reuníos en torno al liberalismo y al libre mercado". En base a esta leyenda el mundo postcomunista se organiza en diversos y selectos clubs como son la Trilateral, el Club Bilderberger, la Unión Europea, el G-8 y otros menos conocidos cuya finalidad pública es favorecer aparentemente el progreso de la humanidad, pero sus realizaciones vienen a contradecir ese fin conocido pues la parte de la humanidad que no pertenece a tales organizaciones sufre la miseria mas absoluta a pesar de vivir en territorios ricos en recursos naturales y en  aquella parte de la humanidad aun directamente vinculada a estas organizaciones, como puede ser Europa o la propia Norteamérica, cada vez más gana terreno la pobreza que afecta a inmensas masas de la población haciendo surgir lo que ya alguien ha denominado "el cuarto mundo".

            Una curiosa característica de este mundialismo imperante es el fomento de la acrítica y de la despolitización de las masas. Frente al internacionalismo comunista que fomentaba una politización de los pueblos que deberían adquirir conciencia de la explotación que sufrían y sublevarse contra las estructuras; el mundialismo favorece en las masas la ausencia de todo pensamiento crítico lo que conlleva una lógica despolitización de las sociedades. En el seno del mundialismo existe la critica deportiva, la artística e incluso hasta la literaria, pero no existe ni se permite una critica político-social que vaya más allá de criticar la forma de gestionar el presupuesto, no admitiéndose crítica alguna que cuestione o plantee una enmienda a la totalidad a los valores morales en los que se cimienta el régimen liberal-capitalista. Para el fomento del espíritu acrítico y apolítico, el mundialismo se sirve de varios mecanismos como son los medios de comunicaci6n de masas en los que curiosamente se difunden mayoritariamente eventos deportivos y últimamente noticias de esas llamadas "del corazón"; pero curiosamente, también se sirve de otros medios, que en apariencia fomentan la participación en los asuntos sociales, tales como las famosas ONGs y que no son más que los dedos largos de unos estados que cada vez tienden más, y de forma irreversible, al totalitarismo.

            En el presente siglo XXI ya no existe ningún internacionalismo marxista y tan solo queda un triunfante mundialismo liberal-capitalista al que solo y exclusivamente se Ie puede oponer un ideal universalista basado en dos pilares fundamentales como son el Derecho Natural y la Doctrina Social Cristiana, a los cuales, en estos últimos veinticinco o treinta años se les viene atacando con todos los medios posibles buscando su aislamiento social y su marginación política hasta el extremo de presentarlos al mundo como ideas trasnochadas y obsoletas que deben ser superadas por una modernidad encarnada por unos libros de contabilidad a los que se les ha elevado a nivel de principio y fin de la humanidad.