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martes, 16 de julio de 2013

TESTIGOS MUDOS


Según diversas informaciones publicadas a finales del año pasado en distintos medios periodísticos, la esposa del expresidentes Aznar y actual alcaldesa de Madrid, Ana Botella, planea remodelar nuevamente la emblemática Puerta del Sol tan solo cuatro años después de que el anterior alcalde y actual Ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, gastase cuatro millones seiscientos mil euros en cambiar el adoquinado de la plaza y poner unas modernas “bocas de metro” que llaman la atención por no ser acordes con el entorno arquitectónico del lugar.

            La remodelación planeada por el actual consistorio prevé la plantación de medio centenar de árboles y la instalación de un quiosco de bebidas con una terraza de trescientos metros cuadrados.

            El hecho de que hace cuatro años el Ayuntamiento de Madrid (el más endeudado de toda España y parte del extranjero) se gastase más de cuatro millones y medio en remodelar la Puerta del Sol aprovechando las obras que el Ministerio de Fomento estaba haciendo en la zona con la faraónica intención de hacer varios túneles ferroviarios de la línea de Alta Velocidad es parte de la explicación del por qué estamos en crisis económica, pero que en este tiempo de tan traumáticos recortes sociales se gaste tan solo un céntimo en remodelar lo que ya fue remodelado hace cuatro años es un claro ejemplo de la frivolidad de la que hace gala la casta política que padecemos.

            No obstante, no es la frivolidad y la prodigalidad con la que nuestra casta política dilapida el dinero público lo que quiero denunciar, sino la destrucción o la falta de respeto que dicha casta demuestra constantemente hacia la historia común y los tradicionales establecimientos madrileños. Como todo el mundo sabe, la Puerta del Sol es un lugar emblemático de Madrid porque en ella han ocurrido episodios importantes de la historia de las Españas: el levantamiento comunero de la Villa, el levantamiento del 2 de Mayo de 1808 retratado por Goya, la Proclamación de la II República en 1931 etc… y en los edificios que la conforman existen testigos mudos de esos acontecimientos que no han sido respetados o que han sido, directamente, destruidos o retirados.

            En la Puerta del Sol de Madrid, se encuentra el edificio que acoge la tradicional pastelería “La Mallorquina” donde siempre se puede tomar un café acompañado de la más dulce y variada repostería y cuya fachada, de estilo neoclásico, permaneció oculta, durante las elecciones de Febrero de 1936, por un premonitorio cartel propagandístico de Gil Robles que, plagiando al Cardenal Cisneros, rezaba “estos son mis poderes”. Claro está que el Cardenal Cisneros dijo “estos son mis poderes” señalando unos cañones que estaban bajo su ventana cuando algunos señores le exigían que mostrase los poderes que se arrogaba para regir el reino en ausencia de Carlos de Gante mientras que en el gigantesco cartel de Gil Robles se veía a éste mofletudo personaje y una flecha señalando hacia abajo con lo que el humor castizo popularizó el dicho de que los poderes de Gil Robles eran los pasteles de La Mallorquina. Evidentemente tras las elecciones de 1936, el cartel, de dudoso gusto, fue desmontado y eliminado del paisaje urbano de la Puerta del Sol no siendo deseable que, por motivos de memoria histórica, vuelva al lugar que ocupó bastándonos a la mayoría de los españoles el saber que fue indicativo y premonitorio de la verdadera política desarrollada por la derecha burguesa española desde siempre: “el pasteleo”.

            Durante el breve tiempo en que el megalómano cartel de Gil Robles estuvo contaminando visualmente la Puerta del Sol de Madrid justamente en el edificio de enfrente no hacía mucho que se había instalado un anuncio publicitario que, con el transcurso del tiempo, se convirtió en un icono de la Puerta del Sol y de la ciudad de Madrid apareciendo en documentales de la época de la guerra y posguerra, en postales turísticas y en numerosas películas del cine español. Me estoy refiriendo al mundialmente conocido anuncio luminoso de “Tío Pepe”. El anuncio de “Tío Pepe”, instalado en el edificio de la Puerta del Sol situado entre las de Calle Alcalá y de Carrera de San Jerónimo fue retirado el año pasado con la excusa de remodelar el edificio que será ocupado próximamente por la tienda principal de Apple en Madrid y que prevé instalar su propio logo consistente en esa manzana verde mordisqueada no se sabe si por ser humano, ratón o gusano. Cierto es que el anuncio de “Tío Pepe” no se instaló con la intención de perpetuarse en el tiempo, pero es que la Torre Eiffel también fue originalmente una estructura temporal y si “Tío Pepe” es un anuncio comercial que tenía una indudable intencionalidad económica no por ello ha dejado de ser, como la misma Torre Eiffel para Paris, una estructura emblemática para la ciudad de Madrid y para la Puerta del Sol por lo que, sin ningún género de dudas, debería volver a instalarse en el mismo lugar que ocupaba. Se podrá alegar, no sin falta de razón, que los propietarios del anuncio, la familia González Byass, deberían pagar al Ayuntamiento de Madrid por tener instalado su anuncio en tan privilegiado lugar, pero a sensu contrario también se podría alegar, y no con menos razón, que el Ayuntamiento de Madrid debería pagar a los propietarios del anuncio por beneficiarse de la indudable atracción turística que el mismo ha generado durante estos últimos ochenta años y que se refleja en no pocas emisiones de postales turísticas con su fotografía. Así pues, lo uno por lo otro, que nadie pague a nadie, respetemos cariñosamente nuestra historia y retorne el anuncio a su lugar en vez de esa carcomida manzana que nos quieren poner en su lugar.

            Otro rincón histórico de la Puerta del Sol, hoy trágicamente desaparecido, fue la “Librería San Martín” situada casi en la esquina con la Calle Carretas y que, fundada en 1854, fue la decana de las librerías madrileñas hasta su triste final a principios de la década de los años noventa del pasado siglo. La librería, y luego también editorial, “San Martín” fue pionera en la venta de libros a plazos y en la época en que la conocí siendo estudiante de BUP por la compra de un libro de su fondo editorial te regalaban otro. Desde su fundación, la librería “San Martín” fue testigo de muchas cosas pero sobre todo del atentado que le costo la vida al Presidente del Consejo de Ministros y líder del Partido Liberal, Don José Canalejas, porque fue justamente delante de su escaparate donde fue abatido a tiros por el anarquista Manuel Pardiñas el 12 de Noviembre de 1912. Este preciso instante del atentado fue recogido por la impactante portada del ABC del día siguiente, 13 de Noviembre de 1912, aunque lo cierto es que para conseguir la fotografía se acudió a una recreación hecha por actores profesionales siendo el actor que encarna a Pardiñas el famoso y popular don José Isbert.

            El final de la “Librería San Martín” como tradicional establecimiento madrileño fue trágico porque víctima de la política especulativa y de los inicios de la burbuja inmobiliaria, con la excusa de reformar el edificio donde se asentaba, fue desalojada, expropiado la mayor parte de su fondo editorial y muchos de sus libros arrojados, sin contemplaciones, a los contenedores de obra instalados al efecto de depositar en ellos los escombros. No obstante, en la actualidad, la “Librería San Martín” continúa con su tradición editorial y librera en Internet, ignorando si se ha instalado en otros locales.

            El anuncio de “Tío Pepe” y la librería “San Martín” son ejemplo de cómo los lugares e iconos emblemáticos de nuestro país son despreciados por la casta política que nos mal gobierna y como los testigos mudos de nuestra historia tienden a desaparecer en aras de mas y mejores intereses crematísticos porque para nuestros politicastros todo aquello que no se pueda contabilizar carece de valor. Por eso, tal vez por eso, España no sea más que una “marca” comercial generadora de ingresos y la madrileña Puerta del Sol, nuestra Puerta del Sol, la que los madrileños llamábamos “Sol” para abreviar a día de hoy ya no sea ni nuestra, ni Puerta, ni Sol sino una cosa llamada “Vodafone Sol”.

            Y es que… la ideología común de todos nuestros políticos se resume en: “todo por la pasta”.

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