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lunes, 23 de junio de 2014

LA HISTORIA OCULTA DE LOS PARTIDOS SOCIALISTAS: LOS SOCIALISTAS ESPAÑOLES (y 2)

   
Primer logotipo original del PSOE
La semana pasada publicábamos unartículo sobre la historia de los Partidos Socialistas europeos que, por desconocimiento y sobre todo por desinterés, permanece oculta. La historia oculta del Partido Socialista Español (PSOE) desde los años cincuenta o sesenta del siglo XX es prácticamente idéntica a la de los demás partidos socialistas europeos desde 1945, pero la anterior a esta fecha merece especial atención por presentar ciertas peculiaridades.

            A diferencia de los partidos socialistas europeos, desde su fundación en 1889; el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y su sindicato, la Unión General de Trabajadores (UGT), fundado un año antes; no constituyen las organizaciones obreras mayoritarias en España pues tal honor le corresponde a los anarquistas y a su sindicato, la Confederación Nacional de Trabajadores (CNT). La representación parlamentaria del PSOE es tardía en comparación con los demás partidos socialistas europeos ya que solo la consigue por primera vez en 1910 y en coalición con los republicanos (41.000.- Votos). Repite representación parlamentaria con un diputado, esta vez sin concurrir en coalición, en 1914 (21.000.- Votos) y en 1916 (19.000,- Votos).

            Con tan escasa representación parlamentaria y con tan pequeño apoyo electoral, la crisis y posterior guerra de 1914 no afectará prácticamente al PSOE en una España que permanerá neutral aunque interesada en los acontecimientos europeos y dividida socialmente entre partidarios de la Entente y partidarios de los Imperios Centrales. Mayor repercusión tendrá en el PSOE la Revolución Rusa de 1917 que provocará un debate interno sobre la adhesión o no a las teorías de Lenin y finalmente la escisión de buena parte de la Federación de las Juventudes Socialistas que fundarán, el 15 de Abril de 1920, el Partido Comunista de España. En realidad, el debate sobre la adhesión o no a las tesis de Lenin pondrá de manifiesto en el seno del Partido Socialista Obrero Español la ausencia del deseo real de ruptura con el régimen de la Restauración y la existencia de un fuerte componente conservador partidario del mismo.

            Al producirse el Golpe de Estado de Primo de Rivera en 1923, el Partido Socialista Obrero Español, que en un primer momento lo había criticado por la suspensión de las Garantías Constitucionales, no duda en colaborar con la dictadura surgida del mismo dando su apoyo al Directorio Militar presidido por el General Miguel Primo de Rivera.  El resultado de esta colaboración del PSOE con la dictadura de Primo de Rivera será el siguiente:

1º. La Unión General de Trabajadores gozó del pleno apoyo del gobierno y del Jefe del Estado (Alfonso XIII) mientras que se perseguía a los demás sindicatos y especialmente a la CNT. Fruto de este apoyo fue que la UGT superó por primera vez en afiliación a la CNT convirtiéndose en el primer sindicato de España.

2º. Francisco Largo Caballero, el que luego sería conocido como “el Lenin español”, fue nombrado Vocal del Consejo de Estado.

3º. Primo de Rivera pensó en crear un nuevo turnismo político que tuviera como protagonistas a la Unión Patriótica y al PSOE.

Santiago Carrillo, hijo de un histórico socialista, poco antes de pasarse al PCE
Esta colaboración del PSOE con la dictadura equivale y en nada difiere con la sostenida por el Partido Socialdemócrata Alemán con el Estado Mayor del Ejército durante los primeros años de la República de Weimar. La dictadura de Primo de Rivera vino a reforzar al PSOE en su pugna con anarquistas y comunistas en un momento muy oportuno para los socialistas que acababan de sufrir la escisión comunista y se puede entender dentro de las maniobras conservadoras para evitar la radicalización social.

El PSOE solo abandonará la colaboración con la Dictadura de Primo de Rivera cuando esta empieza a perder el favor del Jefe del Estado (Alfonso XIII) en 1929 año éste en que el PSOE redescubre la república y se convierte en republicano suscribiendo un año después, el 17 de Agosto de 1930, el “Pacto de San Sebastián”.

Tras la proclamación de la II República, el Partido Socialista Obrero Español empieza a sufrir las consecuencias de la falta de coherencia y del marasmo ideológico que significó el apoyo a la dictadura de Primo de Rivera. Así, empieza a mostrar síntomas de descomposición  similares a la que muestran sus homólogos europeos: en 1934, un PSOE muy radicalizado protagoniza la Revolución de Asturias que fracasa, en 1936 forma parte de la coalición del Frente Popular en la que, tras el estallido de la guerra civil en Julio de 1936, irá perdiendo fuerza y cediendo protagonismo al, hasta entonces, minoritario Partido Comunista de España en el que terminarán numerosos y relevantes socialistas.

La progresiva radicalización del PSOE hacia la izquierda durante la II República, de la que no es ajena la influencia soviética y comunista en muchos militantes y lideres socialistas, no es bien vista por el ala conservadora o derechista del partido, la cual permanecerá silente y pasiva, seguramente consciente de su debilidad, hasta Marzo de 1939, fecha esta en la que se alinearan junto con otras fuerzas políticas en una conspiración contra los comunistas y contra el sector izquierdista del PSOE dirigido por Negrín que, en aquel entonces, también era el Presidente del Gobierno Republicano.

Símbolo actual del PSOE
Obsérvese que se eliminan las herramientas
El 2 de Marzo de 1939, Negrín comunica al Coronel Segismundo Casado y al General Matallana que van a ser relevados de sus puestos y sustituidos por el General Juan Modesto, del Partido Comunista de España, con la intención de ejecutar la idea comunista de prolongar la resistencia. A partir de ese día, el Coronel Casado concierta en Madrid con un sector del PSOE dirigido por Julián Besteiro (el cual ya había contactado previamente con la llamada “Quinta Columna” dirigida por el falangista Valdés Larrañaga), destituir a Negrín, acabar con la influencia de los comunistas y entregar lo que quedaba de la República a Franco. El 5 de Marzo se produce el golpe que se intenta sofocar sin éxito por parte de los comunistas produciéndose violentos enfrentamientos que duran hasta el 13 de Marzo y que provocan más de dos mil muertos. A partir del 14 de Marzo se llevan a cabo conversaciones entre Franco y los socialistas Julián Besteiro y Eustaquio Cañas que terminarán con la rendición de Madrid y la entrega de lo que quedaba de la II República.  Este acontecimiento en la historia del PSOE es equivalente, salvando las distancias pues hay bastante menos dignidad en el PSOE, al protagonizado por los socialistas Mussolini y Mosley cuando crean el Partido Nacional Fascista y la British Union of Fascist respectivamente.


A partir del final de la Guerra Civil Española en 1939, el Partido Socialista Obrero Español queda totalmente descompuesto y es prácticamente inexistente al igual que sus homólogos europeos en 1945. Solo ocasionalmente algunas purgas internas en las que se expulsan a varios militantes (entre ellos a Negrín) dan noticia de su supervivencia pero, durante los cuarenta años que duró la dictadura franquista, el PSOE no figuró como una de las grandes fuerzas políticas de la oposición al franquismo para reaparecer, resurgir, resucitar (o como queramos llamar) milagrosamente en 1976 con unas fuerzas y una presencia política que su actividad durante el franquismo no podían hacer presagiar. 

domingo, 15 de junio de 2014

LA HISTORIA OCULTA DE LOS PARTIDOS SOCIALISTAS: LOS SOCIALISTAS EUROPEOS (1)

            
Los Partidos Socialistas se suicidaron al votar a favor de los empréstitos de guerra en 1914
La debacle del Partido Socialista Obrero Español en las pasadas elecciones europeas así como el retroceso general de los partidos socialistas en toda Europa debido a su paulatina derechización y apoyo a las medidas de austeridad ha hecho que muchos miembros de la casta mediática y política española se echen las manos a la cabeza buscando desesperadamente una explicación a la causa del grave retroceso de una opción política que ha permitido la pacífica alternancia en el poder en todos los estados de Europa Occidental desde el final de la II Guerra Mundial.

            La explicación a este retroceso es muy simple y se encuentra delante de los ojos de los académicos de la política y de los analistas si éstos no los tuvieran sistemáticamente cerrados a los indicios, pruebas, señales y evidencias de toda clase que les rodean. Dicha explicación, que por dura no deja de ser cierta, no es otra que la siguiente: Los Partidos Socialistas europeos se suicidaron, justamente en Agosto próximo, hará cien años.

            Ciertamente los partidos socialistas europeos, que habían ido fundándose en los distintos estados durante la segunda mitad del siglo XIX, se suicidan una mañana de finales de Julio de 1914 cuando, en vez de hacer valer aquella frase que ellos mismos habían difundido de “la bayoneta es un arma con un obrero en el otro extremo”, se suman en una especie de “Gran Coalición” a los gobiernos conservadores votando favorablemente a los empréstitos de guerra y, finalmente, a las declaraciones de guerra que realizan sus respectivos estados. En Francia esta especie de “Gran Coalición” se hizo llamar “La Unión Sagrada” y en el Reichstag tal es el entusiasmo de los socialdemócratas con la guerra que el Kaiser llega a afirmar “yo no veo partidos, solo alemanes”.

            En los estados que entran en guerra en el verano de 1914, los partidos socialistas están totalmente a favor de las “grandes coaliciones” y de la guerra existiendo en su seno muy pocas voces discordantes con el belicismo que entusiasma a los pueblos y a los líderes políticos en aquel momento. Estas voces minoritarias y testimoniales se convertirán en la salvaguardia de la conciencia de la izquierda pagando, alguno de ellos, muy caro su posicionamiento contrario a la guerra. Por su parte, en los estados que no entran en guerra inmediatamente, como Italia, la guerra sirve de elemento diluyente de los partidos socialistas que progresivamente se dividen entre los que quieren salvar la paz a toda costa y los que desean empujar a sus gobiernos a la guerra, lo que finalmente les llevará a la división.

            El apoyo de los partidos socialistas europeos a sus respectivos gobiernos nacionales en la crisis y posterior guerra de 1914 supondrá una fractura ideológica irreversible en la izquierda europea en general y especialmente en el socialismo que se irá agravando a medida en que se vaya prolongando la duración de la guerra y aumentando el número de víctimas hasta que en el año 1917 se produzca la inflexión provocada por la Revolución Rusa que conseguirá sacar a Rusia del conflicto y, en menor medida, por los motines en el ejército francés y británico.

           
El socialista aleman, Noske, pasa revista a los Freikorps
Terminada la guerra en 1918, los partidos socialistas europeos se encuentran completamente deshechos desde el punto de vista orgánico e ideológico hasta tal extremo que no solo tienen que afrontar una escisión por su izquierda antibelicista que constituirá el germen fundamental de la aparición, durante los años siguientes, de los Partidos Comunistas, sino también escisiones por su derecha que irán constituyendo los Partidos Fascistas o llevaran a no pocos socialistas a militar en el Fascismo.
            

En la década de los años veinte del Siglo XX, los partidos socialistas europeos afrontan una crisis irreversible que les condena a su progresiva desaparición debido al marasmo ideológico y político en el que se habían movido desde 1914 hasta tal extremo que, o bien se han convertido en marionetas de los conservadores que los utilizan para contrarrestar a los comunistas y mantener pacíficamente sometida a la clase trabajadora (este es el caso de Partido Socialdemócrata Alemán donde su líder Ebert, primer presidente de la República de Weimar, autoriza la creación de los “Freikorps” que, bajo la dirección del Ministro de Defensa y también socialista Noske, acabarán con los Espartaquistas); o bien se entienden directamente con los Partidos Comunistas terminando siendo absorbidos o manejados por éstos (este será el caso del Partido Socialista Frances que momentáneamente será manejado por los comunistas durante el tiempo del Frente Popular).

            Desde 1919 los Partidos Socialistas europeos carecen de espacio político propio no teniendo nada que ofrecer a los trabajadores europeos después de haber permitido y fomentado que estos se degollasen los unos a otros por todos los campos de Europa. La situación de los Partidos Socialistas en la década de los años veinte y treinta del Siglo XX queda reflejada en la frase con la que Lenin se refirió al Partido Socialista Revolucionario Ruso (Eseritas): “los Eseritas no son un partido, son dos. Uno se entiende con nosotros, los bolcheviques, mientras que el otro se entiende con los contrarrevolucionarios blancos”. Esta desintegración de los partidos socialistas a favor de los partidos comunistas y fascistas llevará a la radicalización de la sociedad europea en una bipolarización Fascismo-Comunismo que será la principal causa de la llegada al poder de los partidos fascistas que contarán con la financiación y apoyo de conservadores, liberales y, en definitiva, de todos aquellos que teman el triunfo de los Partidos Comunistas. 

           
Mussolini, es el más conocido, pero en ningún caso el único
En 1945, tras la II Guerra Mundial, los partidos socialistas se Encuentran totalmente extinguidos y son inexistentes porque durante las dos décadas anteriores sus líderes habían sido ejecutados o habían ingresado, junto con muchos militantes socialistas, en los Partidos Comunistas o Fascistas. Ante esta situación que supone la inexistencia, en la Europa bipolar y dividida surgida de Yalta y Postdam, de Partidos Socialistas que puedan representar los intereses de los trabajadores y con el peligro de que la defensa de estos intereses sea asumida por los Partidos Comunistas se crean artificialmente, como un puro fruto de laboratorio, los actuales Partidos Socialistas europeos a los que se les proporciona un ideario, la Socialdemocracia, y una finalidad, el Estado del Bienestar.

            La resurrección de los Partidos Socialistas en la Europa Occidental cumplió la misión para la cual se había operado el milagro: evitar la extensión del comunismo mediante la creación del llamado "Estado del Bienestar", estabilizar la vida política europea y salvaguardar la paz social y las bases fundamentales del capitalismo.

            A partir de 1989 con la desintegración de la URSS y la caída del comunismo, los partidos socialistas europeos no solo perdieron apoyos significativos entre los conservadores que veían en ellos un importante bastión anticomunista ya innecesario, sino que volvieron al punto del marasmo ideológico en que se encontraban al comienzo de la Gran Guerra y, como consecuencia de ello, solo era cuestión de tiempo, de relativamente poco tiempo, que retornasen a la situación de descomposición orgánica en la que se encontraban en los años veinte y treinta del Siglo XX por la sencilla razón de que al ser los primeros en aplicar o justificar recortes en el llamado “Estado del Bienestar” han renegado, como en 1914, de sus principios y vuelven a no tener nada que ofrecer a los trabajadores y a los menos favorecidos.

viernes, 6 de junio de 2014

ANATOMÍA DE UNA RENUNCIA*

Las tres figuras de la generalísima instauración
El pasado Lunes, día 2 de Junio del 2014, Su Excelencia el Jefe del Estado a Título de Rey hacía pública su clara y rotunda renuncia a la Jefatura del Estado, lo que provocó una sesión continua de “especiales informativos” y tertulias en las distintas cadenas televisivas que recopilaban enormes alabanzas a la persona del jefe cesante (alguna de ellas recogidas en residencias de la Tercera Edad) mientras en las calles se sucedían numerosas críticas a la Monarquía del 22 de Noviembre de 1975 que culminaron con manifestaciones a favor de la República en todas las capitales de provincia de las Españas. Los primeros momentos que siguieron a la noticia de la renuncia de don Juan Carlos se repartieron entre la alegría de muchos, que ya veían proclamarse la III República, la indiferencia de la mayoría y el respeto elogioso de unas instituciones que cumplían con lo esperado deshaciéndose en alabanzas al ya ex Jefe del Estado no existiendo en ningún caso la más mínima reflexión sobre la forma y la sustancia de la renuncia o, lo que es lo mismo, sobre la forma y el momento de la renuncia.

            En cuanto a la forma, llama poderosamente la atención su precipitación porque es innegable que tal precipitación existió. Una semana después de la celebración de las elecciones al Parlamento Europeo y sin que hubiera un anuncio previo, el Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, anuncia sobre las 10.30 horas del Lunes 2 de Junio que don Juan Carlos va a renunciar a la Jefatura del Estado y que se dirigirá a los españoles por televisión. Posteriormente, el todavía Jefe del Estado se dirige al pueblo español sobre las 13.30 horas en un mensaje televisado donde, según los expertos en iluminación, aparece deficientemente iluminado. Transcurridos unos días se ha dicho por distintos medios de comunicación que el ya ex Jefe del Estado había comunicado, durante la festividad de la Pascua Militar (6 de Enero del 2014), su intención de renunciar al Príncipe de España y al Presidente del Gobierno.

            No obstante ante estos hechos surgen las siguiente incógnitas: ¿Cómo es posible que el Jefe del Estado anuncie a su sucesor, el Príncipe de España, que va a abdicar el 6 de Enero del 2014 cuando en su Mensaje de Navidad del día 24 de Diciembre del 2013 (12 días antes) manifestó a los españoles que no lo iba a hacer? ¿Por qué no hubo por parte de Su Excelencia el Jefe del Estado, unos meses antes, un comunicado previo a los españoles que expresase su intención de renunciar a partir de tal fecha y que hubiera permitido al gobierno redactar y aprobar una la Ley Orgánica de Sucesión sin prisas? ¿Por qué es el  Jefe del Gobierno el que anuncia, unas horas antes, la renuncia del Jefe del Estado? ¿Por qué se emite el comunicado televisivo de Su Excelencia el Jefe del Estado por la mañana cuando lo más aconsejable hubiera sido hacerlo tras la segunda edición del telediario, sobre las 21.30 horas, cuando más ciudadanos están en sus casas frente a la televisión?

            La precipitación sería también la que estaría detrás de la deficiencia en la iluminación del mensaje emitido por televisión ya que, si se descarta la más que improbable impericia del técnico, solo se explicaría por las prisas con las que se hubo de grabar el mensaje. Mensaje éste que, de no existir dicha precipitación, bien podría haberse grabado con toda tranquilidad semanas o meses antes.

El ya ex Jefe del Estado
Realmente, todas estas incógnitas se pueden reducir a una sola que es la siguiente: ¿Qué paso el fin de semana del 31 de Mayo al 1 de Junio o en la semana del 26 de Mayo al 1 de Junio para que don Juan Carlos se decidiera a renunciar?. No es creíble lo que afirman muchos que, ante la pérdida de votos del Partido Popular y la debacle del Partido Socialista Obrero Español en las Elecciones Europeas, el Jefe del Estado temiera que las futuras elecciones generales arrojasen un resultado que hiciera imposible la existencia en las Cortes de una mayoría absoluta que aceptase su renuncia y proclamase sucesor al Príncipe de España, don Felipe de Borbón y Grecia, porque hasta las próximas elecciones generales falta más de un año, tiempo suficiente para renunciar con calma y preparación. Tampoco es creíble lo que dicen varios medios de comunicación al respecto de que don Juan Carlos decidió renunciar el día 2 de Junio y no antes ni después para no interferir en los procesos electorales del 25 de Mayo pasado, ni en los comicios municipales del año que viene que serán también en Mayo, porque tal interferencia se habría eliminado completamente, primero, si hubiera existido un anuncio previo de su intención y, segundo, si la renuncia se hubiera producido, por ejemplo, en Enero del 2015 cuando habrían transcurrido más de seis meses de las elecciones europeas y faltarían cuatro meses para las elecciones municipales.

            Así pues, las únicas explicaciones lógicas posibles a la precipitada renuncia del Jefe del Estado es que, o bien, éste tuviera legítima información dada por el propio Presidente del Gobierno sobre la intención de éste último de convocar elecciones generales antes de fin de año o bien, que algo, que no sabemos, ocurrió en la semana del 26 de Mayo al 1 de Junio o en el fin de semana del 31 de Mayo al 1 de Junio que le obligase a cesar. En este último caso, si la precipitación claramente mostrada en todo el proceso se debe a que algo hubiera obligado a Su Excelencia a tomar la decisión de renunciar a la Jefatura del Estado, se estaría ante un golpe de estado palaciego cuya finalidad solo podría ser el asegurar la permanencia del régimen político de 1978, sacrificando a la persona que hasta ese momento encarnaba la Jefatura del Estado y sustituyéndola por la nueva cara del Príncipe de España salvando todas las demás instituciones políticas.

Otro hecho que refuerza la teoría de la decisión precipitada es que durante los cuarenta años que ha estado don Juan Carlos ocupando la Jefatura del Estado muchas han sido las voces de renombrados juristas que pedían una Ley Orgánica que regulase y desarrollase el Título II de la Constitución Española de 1978 sin que se les hiciera caso alguno afirmando que ya estaba la Ley de Sucesión a la Corona de Felipe V, la cual prevé todos los aspectos incluido el de la renuncia a la misma. En cambio ante la decisión tomada por el Jefe del Estado, el pasado 2 de Junio, el Gobierno ha procedido, de forma no menos precipitada, a enviar a las Cortes Generales una Ley Orgánica de setenta palabras que si no es una nueva Ley de Sucesión a la Corona es la concreta regulación de la actual renuncia siendo necesarias nuevas Leyes Orgánicas para cada una de las futuras renuncias y sucesiones.

Hasta en el porte. Un digno sucesor
Por lo que respecta a las causas que han provocado la decisión de don Juan Carlos es de indicar que en su mensaje televisado a los españoles no las explica ni motiva suficientemente limitándose a mencionar un “relevo generacional”, pero tal “relevo generacional” no es suficiente razón para explicar dicha renuncia ya que hace surgir otras dos preguntas fundamentales:

1ª. ¿Por qué ahora es necesario ese relevo generacional y no lo era hace un año o año y medio cuando la valoración de la institución que encarnaba don Juan Carlos empezaba a caer en barrena?

2º ¿Por qué no habló o se refirió a un necesario relevo generacional en su discurso navideño?.

En definitiva, si el pueblo español analiza desapasionada y racionalmente el mensaje en el que don Juan Carlos le anuncia que se va no existe en el mismo ninguna explicación, ni razón, ni motivo con suficiente entidad que justifique tal decisión pareciendo todo el mensaje un simple “hay te quedas” brindado a todos los españoles.

            Por último,  surge la cuestión de si el momento elegido por Su Excelencia el Jefe del Estado a Título de Rey para renunciar a sus obligaciones es el oportuno y lo cierto es que solo lo  consideran oportuno los muchos “cortesanos” de la prensa, de la política y de la sociedad que aspiran a vivir del hijo como hasta ahora han vivido del padre y los republicanos que no dejan pasar ninguna ocasión, como es lógico, para buscarle una oportunidad a su III República. Ahora bien, el momento no ha podido ser menos oportuno por los siguientes motivos:

1º. A una semana de unas elecciones europeas que han supuesto un fuerte golpe al bipartidismo no resulta aconsejable renunciar a la Jefatura del Estado por no dar la sensación de que los resultados electorales han influido en la decisión al no gustar o al considerarlos peligrosos.

2º. Si se desea mantener incólume el régimen político español de 1978  al considerarlo maravilloso y el mejor del universo (y en este sentido se ha manifestado siempre la casta política) no es razonable abrir la más mínima fisura que permita cuestionar el vigente orden constitucional cuando además hay anunciada una futura y próxima consulta que clara y rotundamente amenaza con romperlo.

3º. Si no se deseaba abrir el, no sé por qué tan temido, debate Monarquía-República que durante años ha sido la justificación de los sucesivos gobiernos del Partido Popular y Partido Socialista Obrero Español para no emprender la reforma constitucional, no se puede negar que la decisión de Su Excelencia el Jefe del Estado lo ha abierto de un solo plumazo y en muy pocas horas.

4º. Si no es deseable que una renuncia pueda interpretarse como un abandono, una deserción o una huída, lo más lógico hubiera sido renunciar hace unos años cuando la institución que encarnaba don Juan Carlos estaba mucho mejor valorada por el pueblo español y cuando el país no se hundía en una profunda crisis económica generadora de enormes desigualdades sociales y no afrontaba una crisis existencial que puede diluirlo por completo

Hasta aquí un análisis de las grandes dudas y posibles miserias de lo que ha sido y será la gran noticia de este mes de Junio recién empezado y para concluir el mismo simplemente decir que si don Juan Carlos se va pues… tanto gusto y que tanta paz se lleve como paz nos deja.







* Me gusta el cine. Tengo que reconocer que el título de este artículo me lo inspira la película de Otto Preminger “Anatomía de un Asesinato” (1959) pero tal vez hubiera encontrado mejor inspiración en la película de John Frankenheimer “Siete Días de Mayo” 1964.
       

miércoles, 4 de junio de 2014

COMUNICADO DE DON CARLOS JAVIER DE BORBÓN PARMA


 
A todos los españoles y en especial a mis leales carlistas. 

 Ante los acontecimientos sociopolíticos que se están produciendo en nuestro país y sus consecuencias, quiero repetir una vez más el firme compromiso que adquirí al fallecimiento de mi Padre Carlos Hugo. 

"Fiel a mis antepasados, fiel a mi Augusto Padre, cumpliré con los deberes y obligaciones que me impone el ser hoy el abanderado dinástico del Carlismo, que la legitimidad de origen y de ejercicio, desde los tiempos de Carlos V, ha hecho recaer en mí.” 

Ante los resultados de la voluntad popular reflejados en las últimas elecciones celebradas para el Parlamento Europeo, que demuestran la voluntad de un cambio regenerativo que permita corregir los errores de la política general, la corrupción generalizada, el descrédito de la clase política y de las instituciones, por su falta de sinceridad. 

Es imprescindible la transparencia de las instituciones y personas, que evite y desmonte las prácticas corruptas.

Se debe sustituir  y eliminar la economía especulativa en favor de la productiva. 

Se ha de generalizar la práctica de una política de cercanía al ciudadano inexistente hoy. 

El  déficit de cultura democrática y crisis moral, es causa y origen de muchos de los problemas que tenemos. 

Os animo a que pongáis todo vuestro interés, creatividad y afán en conseguir que esta regeneración ofrezca la mejor respuesta a la voluntad de los españoles. 

Debemos conseguir un país sólido, estable, libre y democrático, capaz de resolver los problemas de todo orden que tenemos. Fundamentalmente la angustiosa crisis económica, para conseguir la necesaria mejora de la economía general y particular de cada uno de los españoles.  

Nuestro concepto carlista, partiendo de más de 180 años de historia, hoy debe ser considerado como un movimiento europeísta, federal en el sentido más amplio, democrático, de libertades  y social, que considero puede ser, una solución para todos y cada una de las personas y pueblos que conformamos las Españas

 

Carlos Javier de Borbón Parma y Orange

 

4 de Junio de 2014

martes, 3 de junio de 2014

COMUNICADO DEL PARTIDO CARLISTA ANTE LA "ABDICACIÓN" DE S.E. EL JEFE DEL ESTADO A TITULO DE REY

 
Ante la “abdicación” de la actual Jefatura del Estado.

De nuevo quieren apuntalar una institución impuesta y mantenida por la fuerza de las armas, mientras no sea aceptada expresamente a través de una votación popular, libre, directa, y expresa.

Ante esta “noticia”, el Partido Carlista de las Españas dirige a la Sociedad el siguiente comunicado:

Abdica el que tiene legitimidad para hacerlo; y la actual Jefatura del Estado tiene la legitimidad del que se la dio: el dictador Franco; o sea, ninguna. Y donde no hay Legitimidad no valen los “hechos consumados”. La Legitimidad la dan los ciudadanos con su reconocimiento voluntario manifestado expresa y directamente en unas urnas libres.

Cuanto antes realicemos una “salida ordenada” del franquismo mejor será para la Sociedad española; eso pasa por unas elecciones directas a Cortes constituyentes que den forma a una Constitución que no predetermine, la forma del Estado, y en la que participen cuantos más agentes sociales mejor, no sólo los partidos políticos.

La Democracia se construye y se fortalece practicándola, mediante actos democráticos.

Secretaría General Federal del Partido Carlista

Pamplona 3 de junio de 2014