Hace dos semanas surgía una polémica
con motivo de varios tuits publicados durante los años 2011 y 2012 por el
Concejal de Cultura, don Guillermo Zapata, en su cuenta de Twitter. En los
precitados tuits, el concejal reproducía chistes sobre el Holocausto y ciertos
hechos delictivos acaecidos en nuestro país lo que ha levantado un generalizado
malestar, ha propiciado su dimisión como Concejal de Cultura, aunque no la
renuncia al acta de concejal, y le ha generado una querella criminal en virtud
de la cual tendrá que declarar ante la Audiencia Nacional el próximo día 7 de
Julio todo lo cual, no puede menos que, provocar ciertas reflexiones.
En primer lugar, llama la atención
que nadie haya reparado en los tuits del señor Zapata hasta ahora a pesar de
tener los mismos una antigüedad de casi cinco años, lo que hace sospechar la
existencia de una clara intención espuria en todo esto y también llama la
atención que, dentro del colectivo político del que forma parte, nadie tuviera
conocimiento de estos tuits y que, por tanto, nadie le llamara al orden (sobre
todo por el chiste sobre el Holocausto que denota cierto antisemitismo) y ello porque
como diría el gran Chateubriand una idea tiene tres grandes enemigos: "los
heresiarcas, los sofistas y aquellos hombres frívolos que todo lo destruyen con
el terrible arma de la risa, siendo de los tres estos últimos los más
peligrosos".
Por otra parte, los chistes no son
originales del señor Zapata el cual se limita a reproducir algunos chistes muy
viejos y de cierta "popularidad" en los mentideros de las Españas
donde, hace muchos años (alguno incluso se remonta a la época de la primera
emisión televisiva de la serie "Holocausto" en 1979), se contaban en
voz baja y ante un grupo muy reducido de amigos a causa del evidente mal gusto
de los mismos. Esto demuestra, que el señor Guillermo Zapata puede tener muy
mal gusto y ser poco imaginativo o carecer de originalidad pero claro.... si el
mal gusto y la falta de originalidad fuera delito mucho me temo que nadie
podría tomar declaración a los imputados desde la superioridad moral que da el no
estar imputado y ser completamente inocente.
Estos chistes difundidos por el
señor Zapata pueden incurrir e incurren en el mal gusto pero en mi opinión no
pueden constituir infracción penal porque en ningún caso creo que el concejal
tuviera, al escribirlos, "animus iniuriandi" limitándose a manifestar
cierto "animus jocandi" aunque tampoco se puede negar que la difusión
pública y masiva de esa clase de chistes, revela cierto carácter moral y
psicológico de quien masivamente los difunde a través de las redes sociales
mostrando carecer de la virtud de la prudencia, imprescindible en un político
con responsabilidades de gobierno, además de insinuar ciertas tendencias tolerantes
con el antisemitismo y de falta de empatía con los que han sido víctima de un
delito. En este sentido es de diferenciar entre lo que es el contar un chiste
de mal gusto como los que nos ocupan en el seno limitado de nuestro entorno
cercano e íntimo de lo que es contarlo o reproducirlo en un medio donde
millones de personas pueden leerlo o verlo incluida la persona objeto del
chiste o cualquiera de sus familiares que pueden sentirse, lógicamente,
humillados y ofendidos.
Seguramente todos los grandes
humoristas españoles conocían y conocen estos chistes e incluso alguno de ellos
los contaría en "petit comité" pero a ninguno se le ocurrió
incluirlos en sus repertorios para repetirlos en los escenarios ante un
numeroso público lo que demuestra que nuestros cómicos tienen más prudencia y
sentido común que el demostrado por el nuevo político don Guillermo Zapata.
Para terminar diremos que lo verdaderamente
relevante de todo esta polémica son tres cosas que nadie va a tener en cuenta
en lo sucesivo sacando las pertinentes conclusiones:
Primera, la posible intención de
desgastar en los medios de comunicación y en los tribunales al gobierno
municipal de Madrid para intentar conseguir por otros medios lo que las urnas y
el juego institucional no les ha permitido conseguir.
Segunda, la imprudencia y frivolidad
demostrada por el concejal don Guillermo Zapata al difundir masivamente esos
chistes de mal gusto y harto repetidos en el pasado.
Tercera, la falta de previsión de la
formación política de la que forma parte don Guillermo Zapata, que durante casi
cinco años ha desconocido la existencia de esos tuits y no ha llamado al orden
a su candidato a fin de que los retirase y pidiera disculpas por si alguien se hubiera
sentido ofendido mucho antes de que hubiera surgido la polémica.
Nota: No acompañan a este artículo fotografías de los tuits de don Guillermo Zapata por no darles más difusión que la que ya han tenido.
ResponderEliminarBuenas, apreciado Chouan ibérico. No estoy de acuerdo en que contar chistes sobre el holocausto denoten antisemitismo. Todo el mundo ha contado en su vida algún chiste a costa de las mujeres -incluso yo- y eso no me convierte en misógina. Según esto, Woody Allen por decir que "escuchar a Wagner le hace desear invadir Polonia" pudiera ser prohitleriano. Lo malo es que la exclusividad de según qué humor sólo lo tienen unos y el victimismo exacerbado de aquellos que se creen los únicos semitas del mundo, que no lo son, por cierto, impide que los demás puedan hacer chistes, puede que feos o de mal gusto, pero no por ello simpatizantes de soluciones finales de reiches determinados.
¿Se puede ser antisemita deseando que los semitas palestinos tengan la libertad que los semitas tamizados por "jaféticos" (Tres eran tres los hijos de Noé: Sem, Cam y Jafet, y este último era el padre de los europeos. Venga, va, creámoslo) askenazíes, o los camitas de Etiopía?
Un amistoso abrazo.
Estimada Juli Gan.
ResponderEliminarEn realidad mi intención era escribir sobre el antisemitismo y sus nuevas formas, aunque terminó saliéndome el presente artículo el cual al menos tiene el mérito de haberse adelantada a los razonamientos del Juez Pedraz para sobreseer la causa contra Guillermo Zapata.
Realmente que una persona privada cuente determinados chistes no denota nada... todo lo más, cierto mal gusto aunque ¿Quien no ha tenido mal gusto alguna vez en la vida?.
Pero en mi modesta opinión y a pesar de ser pro palestino, no puedo negar que he detectado en numerosas posturas pro-palestinas defendidas por la izquierda mucho de ancestral antisemitismo, es decir, en no pocas ocasiones el pro-palestinismo sirve de justificación y de tapadera para exhibir un antisemitismo que me llama mucho la atención en sectores de la izquierda.
Igualmente, no pocos militantes de izquierda hacen gala de una fe importante en teorías conspirativas que, curiosamente, hace un siglo eran patrimonio exclusivo de pensadores y militantes de la derecha más ultramontana.
En fin... tendré que profundizar más en este tema.
Un muy cordial saludo.
Salud y amistad.