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lunes, 28 de septiembre de 2015

CATALUÑA: CAIDAS DEL CABALLO Y CONVERSIONES EN EL CAMINO DE DAMASCO


 
Tras las elecciones autonómicas del pasado Domingo, 27 de Septiembre, en Cataluña, los resultados son claros: los supuestamente independentistas superan la mayoría absoluta con setenta y dos escaños en total mientras que los supuestamente contrarios a la independencia quedan bastante por detrás con sesenta y tres diputados, nueve menos. 

            Siendo lo único claro que la lista más votada ha sido "Junts pel sí", el resto es subjetivo demostrando la casta política  nuevamente una desvergüenza total al valorar los resultados electorales en los que todos han ganado y nadie ha perdido en una especie de "el que no se consuela es porque no quiere".

            Ahora resulta que los políticos españolistas se han caído del caballo y han iniciado una conversión en el Camino de Damasco consistente en el famoso  "donde dije digo ahora digo Diego". Después de meses afirmando que las elecciones del 27 de Septiembre no eran unas elecciones plebiscitarias ahora cambian su postura y les dan valor plebiscitario porque las candidaturas independentistas, que si bien han obtenido en las Cortes Catalanas una amplia mayoría absoluta, solo han obtenido el 48 por ciento de los votos, lo cual, todo sea dicho de paso, tampoco está muy claro ya que el casi 9 por ciento de votos obtenido por "Cat si que es pot" no es un porcentaje de voto claramente contrario a la independencia (1). Asimismo, para los políticos españolistas parece que después de décadas afirmando las bonanzas del sistema democrático representativo y de la legislación electoral donde el "juego democrático" favorecía saludables pactos en las instituciones y en el que la acción de gobierno dependía de las mayorías parlamentarias y no de las mayorías sociales, eso ya no vale, no cuenta o no tiene gran valor, simplemente porque, en la actual tesitura catalana, no les conviene.

            Si los políticos españolistas hubieran querido hacer valer ese pírrico 51 por ciento con el que el electorado les ha premiado el Domingo pasado deberían haber aceptado hace años convocar un referéndum donde se plantease claramente la cuestión de la independencia de Cataluña y ganarlo. No ha sido así, han preferido llevar una política de mirar para otro lado y de ir parcheando el problema hasta que se han encontrado con que la marea independentista ha ido creciendo paulatinamente hasta convertirse en el verdadero tsunami que es hoy.

            Ya no se puede ocultar más la realidad ni por unos ni por otros. La sociedad catalana está fraccionada en dos posturas ya difícilmente reconciliables y considerar una victoria el pírrico 51 por ciento de los votos con los que cuentan los opositores a la secesión es un engaño más con el que la casta política pretende enmascarar la cruda realidad de un estado español que afronta su desintegración.

            Desde el punto de vista social o sociológico, una independencia no se puede proclamar con el apoyo de un 51 por ciento de los ciudadanos; más aún, una independencia proclamada con la oposición de tan solo un diez por ciento de los ciudadanos plantearía, a medio y largo plazo, graves problemas de cohesión al estado resultante de dicha independencia que nacería con el germen de la desintegración  en su seno (2) así pues ¿qué se podría decir de una independencia surgida con la oposición de un 25 por ciento o más de la población?. No obstante, y a sensu contrario, también hay que afirmar que la unión no se puede mantener con el apoyo de un 51 por ciento de la población porque el estado que tuviera en su interior tales porcentajes centrífugos y centrípetos sería un estado inviable puesto que la segura y constante pugna de las fuerzas representativas de dichos porcentajes monopolizaría todos los esfuerzos del estado en política exterior e interior y gran parte de los esfuerzos económicos haciéndole totalmente ineficaz al alejarle de sus verdaderos objetivos que son los de procurar seguridad y bienestar a sus ciudadanos.

            Tras las elecciones del Domingo, no nos engañemos, la situación institucional en Cataluña permite a los partidarios de la independencia proclamar unilateralmente la misma amparados en que la legalidad electoral y la legitimidad democrática les confiere la representación mayoritaria en el parlamento catalán. Otra cosa diferente es si serán capaces los independentistas de proclamar la independencia y asumir sus consecuencias.

            Evidentemente, el mayor riesgo para la declaración unilateral de independencia no viene de la oposición de la minoría parlamentaria contraria a la misma sino del personalismo de los distintos líderes independentistas (Artur Mas, Oriol Junqueras, Antonio Baños) que, al igual que el resto de los líderes de la casta política que asola el solar ibérico, son verdaderas vedettes ansiosas de laureles, reconocimientos y sobre todo de figurar con letras más grandes en el cartel anunciador de la representación teatral. La CUP ya ha manifestado que no apoyará la investidura de Artur Mas y es dudoso que Artur Más acepte un puesto de telonero en el proceso independentista, siendo igualmente dudoso que  los líderes independentistas tengan la visión política de considerar al gobierno que surja de la sesión de investidura como un gobierno provisional que, sin desatender las cuestiones cotidianas, solo tendrá por objetivo fundamental y primordial la proclamación de la independencia y la ruptura real y legal con las instituciones del estado español  tras lo cual solo cabría en puridad democrática una nueva convocatoria electoral ya en un estado independiente a fin de elegir el gobierno que lo gestione y articule.









(1) Recordemos que existe una clara identificación entre el voto obtenido por "Cat si que es pot" en estas elecciones autonómicas y el voto obtenido por "Iniciativa Per Catalunya - Les Verds" en las anterioresteniendo esta última formación política claras manifestaciones a favor de la"entidad nacional y del derecho de autodeterminación de Cataluña"proclamándose "fuerza Soberanista" .

(2) El propio estado español surgido de la Transición y de la Constitución de 1978 es prueba de lo que digo. Hace menos de cuarenta años, el porcentaje de independentistas en Cataluña no llegaba al 12 por ciento. Es decir el estado español tenía en Cataluña, no hablemos ya de otras zonas, una minoría muy minoritaria de personas que no se sentían identificados con España y con el tiempo ese porcentaje ha ido creciendo hasta, posiblemente, ser mayoritario en la actualidad.


miércoles, 23 de septiembre de 2015

DECLARACIÓN DE LA COMISIÓN GESTORA DEL PARTIT CARLI DE CATALUNYA


A todos los catalanes

Por una masiva movilización democrática el domingo 27de septiembre

1.         Nosotros, carlistas catalanes y de todas las Españas afirmamos que toda elección al Parlament es la expresión de la Soberanía Nacional Catalana.

Catalunya es una de las más antiguas democracias de Europa, dotada de Parlamento en todos los periodos democráticos, el primero constituido en el S.XII.

Desde nuestros orígenes, principios del S XIX, representamos la alternativa al Estado, centralista y unitario que, en  exclusivo beneficio  de las clases dominantes, ha impedido tenazmente cualquier posibilidad de autodeterminación a las comunidades, no sólo las a las Naciones.       

Nuestro proyecto es el Federalismo, concebido y a construir desde el pacto entre iguales, elaborado federativamente desde abajo hacia arriba.       Libertad e Igualdad que son los requisitos del Pacto, pilar fundamental y también piedra angular de cualquier Sistema Democrático.

Pacto que el Carlismo propone como método político y lo ofrece como experiencia propia que ha acumulado durante dos siglos de vigencia del que en todo momento han impulsado y respetado nuestros reyes, concretamente durante los Siglos XX i XXI: Don Xavier, don Carlos Hugo y don Carlos Javier de Borbón Parma.

2.         Ante la presente convocatoria electoral, tras cinco años de ausencia de acción de gobierno y también de acción parlamentaria, no se vislumbra ni un ápice de autocrítica.

Tampoco se ofrece, ni por los que salen del gobierno ni por los que pretenden alcanzarlo, vía alguna para la mejora de la crítica situación de los desfavorecidos, que han perdido la esperanza de trabajo, han sido desposeídos de sus ahorros y privados del derecho a la vivienda.

En perjuicio exclusivo de las clases trabajadoras, primera comunidad en cualquier estado moderno, se desballesta el Estado del Bienestar; el gobierno central les  usurpa del ahorro colectivo –los fondos de la seguridad social.           

Nos hallamos en la IV Desamortización, la más grave y severa. En las tres primeras se expropiaron los derechos patrimoniales individuales y comunales. Hoy se expropian los derechos personales y los derechos de nuestra condición de especie humana; entre los primeros el  derecho al trabajo, a la educación, vivienda, a la salud, al ahorro colectivo, respecto de los segundos la absurda explotación monopolista de los recursos naturales sitúa en riesgo cierto la pervivencia del ecosistema que nos permite desarrollar y continuar nuestra condición de criaturas en la casa común Tierra.        

Y todo en beneficio de los de siempre, quienes detentan enormes intereses económicos, y atentan impunemente contra las soberanías nacionales.

El objetivo estratégico  en el que hoy podemos coincidir todos los ciudadanos, sean cuales sean nuestras opciones, es rescatar el poder, y para ello romper el monopolio de las grandes corporaciones empresariales y de los aparatos de los partidos políticos.

3.    El 27 de septiembre se nos convoca para la elección a diputados del Parlament y la posterior formación del Govern de la Generalitat.

En el actual estado de cosas resulta vana cualquier discusión acerca del carácter plebiscitario, la confrontación se ha llevado exclusivamente a: Independencia SI o NO. Cualquier otra cuestión se ha ubicado en el limbo, aletargada.        

Los práctica totalidad de los partidos políticos se han dispuesto en dos bloques: el del Si o el del No a la Independencia. Nacionalismo Español contra Nacionalismo Catalán. O independentistas contra Unionistas. Se pretende presentar tan reduccionista apariencia  porque ambos nacionalismos se retroalimentan, se necesitan el uno al otro, de tal simplismo abastecen sus respectivos graneros de votos.

La sociedad  catalana jamás se ha configurado a partir de dos bloques monolíticos. Pensamos que el error fundamental de los nacionalismos es la negación de que el hombre pertenece simultáneamente a varias comunidades, a varias colectividades.

En nuestro criterio, la sociedad catalana quiere reformar el encaje, desea unas relaciones bilaterales Catalunya – España más justas, más igualitarias, basadas en el mutuo reconocimiento. El pacto entre iguales. 

Solventes encuestas, publicadas recientemente,  expresan que la opinión pública catalana se configura en tres bloques: Los dos más mayores y con relevancia estadística similar –decimales del 38%– serían el de las posiciones federalizantes y las independentistas, el tercero sería el del inmovilismo uniformista que representaría alrededor del18%.

El diálogo es posible y necesario, primero entre los dos bloques catalanes mayoritarios para una futura negociación con las instituciones estatales, del que de momento sólo se autoexcluye el tercero.

Es necesaria la participación masiva del electorado el 27 de septiembre, cómo única vía para que su resultado sea reflejo de la opinión pública frente a la bipolarización entre  el reduccionista SI y el inmovilista NO.


Comisión gestora del Partit Carlí de Catalunya




A tots els Catalans

Per una mobilització massiva i democràtica el diumenge 27 de setembre

1. Nosaltres, carlistes catalans i de totes les Espanyes afirmem que cada elecció al Parlament és l'expressió de la sobirania nacional catalana.

Catalunya és una de les democràcies més antigues d'Europa,  amb un Parlament en tots els períodes democràtics, el primer constituït en el S. XII

Des dels nostres orígens, principis del segle XIX , representem l'alternativa a l'Estat centralista i unitari que, per a benefici exclusiu de les classes dominants, ha impedit qualsevol possibilitat d'autodeterminació a les comunitats, no només a les nacions .

El nostre projecte és desenvolupat de federalisme, dissenyat i construït des del pacte entre iguals, elaborat  federativament de baix cap a dalt. Llibertat i igualtat que són els requisits del Pacte, pilar fonamental i pedra angular de qualsevol sistema democràtic.

Pacte que el carlisme proposa com a mètode polític i l'ofereix com una experiència pròpia que ha acumulat durant dos segles de validesa del que en tot moment han impulsat  i respectat els nostres reis, especialment durant els segles XX i XXI: don Xavier, don Carlos Hug i don Carles Xavier de Borbón Parma.

2. Davant  d'aquesta convocatòria electoral, després de cinc anys d'absència d'acció de govern i d’acció parlamentària  no és veu  cap gest d’autocrítica.

Tampoc   s’ofereix , ni per aquells que deixen el govern ni per aquells que pretenen aconseguir-ho, cap altre camí  per  la millora de la situació crítica de desfavorits, que han perdut l'esperança de treball, han estat desposseïts dels seus estalvis i privat del dret a l'habitatge.

En perjudici de les classes treballadores, primera comunitat en qualsevol estat modern, és desballesta  l'estat del benestar, al mateix temps que el govern central  els usurpa, de l’ estalvi col·lectiu, els  fons de la seguretat social.

Estem davant de la IV Desamortització, la més greu i severa. Durant les tres primeres s’expropiaren els drets de la propietat individual i comunitària. Avui s’expropien  els drets personals i els drets de la nostra condició  d’espècie humana; entre els primers, el dret al treball,  a la educació,  al habitatge, a la salut i a l’estalvi col·lectiu;  respecte  als segons,  la absurda explotació monopolista  dels  recursos naturals  que posa en risc la  pròpia supervivència de l'ecosistema que ens permet desenvolupar i continuar la nostra condició de criatures a la  casa comuna que és la Terra.

I tot en benefici dels de sempre,  que representen els grans interessos econòmics i soscaven, amb impunitat totes  les sobiranies nacionals.

L'objectiu estratègic en el  que, avui, tots podem coincidir, siguin quines siguin les nostres opcions, és rescat el poder, i per això trencar el monopoli de les grans corporacions empresarial  i dels aparells dels partits polítics.

3.  El 27 de setembre se’ns convoca a  triar els membres del Parlament de Catalunya , per a la posterior formació del govern de la Generalitat.

En l'actual estat de coses és inútil  qualsevol debat sobre la naturalesa plebiscitària o no d’aquestes eleccions, l'enfrontament ha estat exclusivament: independència SÍ o NO.  Qualsevol altra qüestió  s’ha quedat en el  cel..

Pràcticament tots els partits polítics s'han organitzat en dos blocs: en el Sí o en el No a la independència. Nacionalisme espanyol contra el nacionalisme català. O separatisme contra uniformisme. És pretén presentar com a cosa   normal aquest enfrontament dual, quan el que realment passa és que els dos grups sé autoalimenten, és necessiten un al altre per continuar vivint. D’aquesta manera simplista és com mantenen els seus respectius graners  de vots.

La societat catalana no ha estat mai configurada amb  dos blocs monolítics. Creiem que l'error fonamental del nacionalisme és la negació que l'home pertany simultàniament a diverses comunitats.

Al nostre parer, la societat catalana vol reformar l'encaix, vol  unes relacions bilaterals  Catalunya - Espanya més justes, més igualitàries, basades en el reconeixement mutu. El pacte entre iguals.

Enquestes solvents, publicades recentment, expressen que l'opinió pública catalana es configura en tres blocs: els dos més grans i amb significació estadística similar (un 38%) serien el de les posicions federals i les separatistes, la tercera seria la del  immobilisme uniformista que representa  un 18%.

El diàleg és possible i necessari, primer entre els dos principals blocs catalans per a una futura negociació amb les institucions de l'Estat, del que de moment només s’ha auto exclòs  el tercer grup.

És necessària la massiva participació electoral el 27 de setembre, com únic camí per tal que el seu resultat sigui el  reflex de l'opinió pública contra la bipolarització entre el  reduccionista SI i  el No immobilista.


Comisió Gestora del Partit Carlí de Catalunya

lunes, 21 de septiembre de 2015

ECONOMÍA, TERRITORIO Y POBLACIÓN



           
Hoy, cuando la economía se ha convertido sin género de duda alguna en la medida de todas las cosas destronando a Dios y al hombre el cual, si bien se observa, ha ido perdiendo derechos progresivamente hasta llegar al punto de solo ser considerado y tener derechos en tanto en cuanto es consumidor y cuando se cuestiona la viabilidad económica de una posible Cataluña independiente, se hace preciso explicar cómo a lo largo de la historia, territorio y población, han sido y son dos factores decisivos en la economía de un estado.

            Cuando la economía de los antiguos estados o reinos se basaba fundamentalmente en la agricultura la política de éstos estaba orientada a la adquisición, generalmente por medio de la guerra y a costa de otros estados o reinos limítrofes, de nuevas tierras y más población. Con el incremento del territorio se incrementaban las tierras susceptibles de ser cultivadas y con el aumento de la población se aumentaba la mano de obra para el cultivo de esas tierras, se incrementaba la masa tributante y se fomentaba el aumento potencial del número de guerreros con los que podrían contar los ejércitos para conquistar nuevas tierras e incorporar nuevos súbditos. De esta manera un estado poderoso y económicamente rico estaba plenamente identificado con un estado territorialmente extenso y altamente poblado y si bien lo miramos, durante las Edades Antigua y Media, las guerras en Europa siempre lo fueron entre estados o tribus limítrofes no existiendo, salvo las Cruzadas, ninguna campaña militar que no se desarrollase contra estados directamente fronterizos y por tierras limítrofes.
           
            Posteriormente con la revolución industrial la agricultura fue perdiendo peso progresivamente en favor de la emergente industria, la cual si bien no necesitaba extensos territorios para desarrollarse y prosperar, sí que necesitaba numerosas materias primas que debían buscarse en el subsuelo de la tierra. De esta forma el desarrollo industrial de un estado se encontraba limitado por sus fronteras políticas ya que éste solo podía disponer libremente de aquellas materias primas que se encontraban dentro de ellas resultando mucho menos rentable que en la Edad Antigua y Media el hacer la guerra para conquistar territorios adyacentes a los propios porque esas tierras no siempre eran apropiadas para la búsqueda de los materiales que requería la industria. Así, los viejos estados europeos emprendieron enormes campañas ultramarinas que tenían por objeto extenderse por todos los continentes a fin de encontrar tierras ricas en oro, hierro, plata, cobre, carbón (y posteriormente petróleo), etc.... Era el comienzo de la época del imperialismo donde los estados limítrofes seguirían haciéndose la guerra entre sí pero no por rectificaciones de fronteras sino por la adquisición de enormes extensiones territoriales en continentes muy alejados y en ocasiones inexplorados.

            Con la adquisición de las enormes extensiones territoriales que supusieron los imperios del Siglo XIX el más pequeño estado europeo podía ver dinamizada enormemente su economía gracias a las materias primas que obtenía de sus colonias, además de tener lejanos territorios donde exportar sus excedentes de población lo que redundaba en una mayor explotación de las colonias y de administrar ingentes poblaciones indígenas que pasaban a ser consumidores de muchos de los productos manufacturadas por la metrópoli.

            En esta época del imperialismo decimonónico el poder político y económico de un estado era directamente proporcional al número de kilómetros cuadrados que tenía su imperio.

            Tras la descolonización de mediados del Siglo XX, el sistema podría desestabilizarse. En muy poco tiempo importantes potencias coloniales  como Francia e Inglaterra perdían millones de kilómetros cuadrados de tierras ricas en materias primas y millones de consumidores, pero ello se intento paliar no solo con tratados internacionales, en muchos casos abusivos, suscritos con los nuevos estados surgidos de la descolonización sino también con una nueva forma de expansión territorial de la economía: Las multinacionales y los tratados europeos.

            El sistema empleado por las empresas multinacionales, verdaderos estados dentro de los estado que no son sujeto de Derecho Internacional Público, permite que una empresa pueda negociar bilateralmente con un estado llegando a acuerdos y tratados económicos que superan todas las limitaciones jurídicas, morales, políticas y sociales que podrían plantearse en una negociación entre dos estados soberanos sujetos a los tratados y convenciones internacionales. Mediante estos tratados la empresa multinacional consigue la explotación de yacimientos de materias primas, la instalación de determinadas líneas de producción en países extranjeros generalmente donde la mano de obra es más barata y las condiciones laborales más beneficiosas para el empresario y mantiene unos cuotas importantes de consumidores a nivel mundial. Gracias a este sistema, las multinacionales siguen produciendo para todo el mundo conservando cierta competitividad al tener líneas de producción no sujetas a la legislación laboral y social de sus estados pudiéndose observar cómo mientras en Occidente se prohíbe el trabajo de los menores de edad y el empleo de determinados métodos y productos en la fabricación de productos manufacturadas, esas multinacionales los emplean en determinadas líneas de producción establecidas en África, Asia o Sudamérica en lo que no es más que una nueva forma de expansión territorial.
           
              Por su parte, si consideramos que el primer tratado constitutivo de la Unión Europea es el Tratado de la Comunidad Europea del Carbón y del Acero (CECA) de 1951, nos encontramos que al tener dicho tratado por objeto  el libre acceso a las fuentes de producción del Carbón y del Acero situadas en los territorios fronterizos de Francia, Alemania y el Benelux (el Sarre, Alsacia, Lorena) resulta ser un amistoso tratado de expansión territorial de estados fronterizos  que sin entrar en cuestiones de soberanía viene a permitir la común explotación de los recursos de esos territorios por los distintos estados colindantes que durante casi un siglo se los disputaron violentamente en tres guerras (la Guerra Franco Prusiana de 1870, la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial). Posteriormente al Tratado de la CECA, la Comunidad Europea primero y la Unión Europea después no ha hecho más que extenderse territorialmente y crecer demográficamente a base de incorporar nuevos estados y poblaciones consiguiendo con esas ampliaciones territoriales, especialmente hacia los estados del Este ex-comunista, la explotación de más recursos naturales y la incorporación de millones de consumidores pudiéndose considerar que gracias al derrumbe del Comunismo y a la caída del Muro de Berlín que permitió la incorporación de los antiguos estados satélites de Moscú a la Unión Europea con toda la incorporación de los nuevos recursos, posibilidades de inversión y consumidores que ello implica; Europa aplazó más de una década la crisis cíclico-sistémica que padece actualmente.

            De todo lo anteriormente expuesto se puede concluir que la economía capitalista fundamentalmente requiere una constante extensión territorial para explotar recursos naturales y una creciente población a la que convertir en consumidores de la producción industrial. De hecho cuando nos hablan o hablamos de globalización ¿De qué estamos hablando realmente? pues de diversas políticas y tratados internacionales que básicamente lo que intentan es abrir a la explotación de los recursos naturales toda la extensión territorial del planeta y convertir en consumidores a la totalidad de la población mundial.

            No obstante de la anteriormente expuesto, la economía financiera dedicada a especular más que a producir bienes ciertos actúa como una excepción a la regla ya que permite que pequeños estados, convertidos en "Paraísos Fiscales" y sin grandes sectores económicos primario (agrario) o secundario (industrial), con unos territorios minúsculos y una población pequeña no solo sean viables económicamente sino que además sean muy prósperos y alcancen un alto nivel de vida debido a que, al carecer de grandes extensiones territoriales, no necesitan grandes inversiones en infraestructuras que articulen el territorio y, al tener poca población, sus niveles de paro sean muy bajos y tampoco necesiten enormes cantidades de gasto público para políticas sociales.