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martes, 5 de junio de 2018

REPUGNANTE


Menudo papelón que ha hecho la casta política (y en la foto faltan más)

 Ya se marchó Rajoy, ya dejó el gobierno el Partido Popular con gran alegría de algunos que así se lo demostraron a la Vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, con chabacanos modales de macho alfa, pero en realidad  ¿Alguien puede explicar qué es lo que ha pasado?.

            Lo que ha pasado es que las caretas se han caído, la desvergüenza ha aflorado dentro y fuera del hemiciclo y que el Partido de la Gürtel ha sido sustituido por el partido de los ERES, con la colaboración del partido del tres por ciento y de aquellas otras formaciones que juraban y perjuraban que venían a cambiar las cosas.

            En este país, no se piden cuentas por nada, se vive de hidalgas ilusiones barrocas (1)  y los mejores mueren de pena. Por eso, pase lo que pase, nunca pasa nada, porque lo españoles pasan por todo y además... ¡¡lo justifican!!

            Y lo que ha pasado es injustificable, más aún resulta repugnante, y muestra una desvergüenza total de una casta política ampliada.
           
            PODEMOS, consiguió setenta y un diputados hablando de la casta, de que eran los de abajo y venían a por los de arriba, que no había tanto pan para tanto chorizo y que querían romper con el bipartidismo PP-PSOE para "empoderar" a la gente y ahora... no solo han apoyado la moción de censura del Partido de los EREs sino que además están solicitando, pidiendo e incluso, me atrevería a decir, suplicando, entrar a formar parte del gobierno de Pedro Sánchez, del gobierno que va a formar el Partido Socialista Obrero Español, el partido que congelo las pensiones de jubilación e impuso una reforma constitucional para limitar el gasto público y ello sin entrar a valorar que, desde la muerte del dictador Francisco Franco, Pedro Sánchez es el tercer presidente del gobierno que llega a serlo sin haber sido elegido en unas elecciones generales (los otros dos anteriores fueron Arias Navarro y Adolfo Suárez de 1976 a 1977) con lo que eso de "no nos representan", de "empoderar a la gente" y de criticar la democracia representativa ¿Dónde queda?

            Curiosamente Pedro Sánchez se ha hecho con la Presidencia del Gobierno con el apoyo de ochenta y tres diputados socialistas que en agosto de 2016 le dieron la espalda y no apoyaron su "No es No" obligándole a dejar la dirección del PSOE. También ha contado con  el apoyo de los diputados del partido del tres por ciento y de aquel al que hasta hace poco tiempo el propio Pedro tachaba de "racista" y "supremacista" y si todo esto fuera poco significativo, el partido de los GAL, grupo criminal sobre el que Pedro Sánchez  se quejaba en un programa televisivo emitido en 1997 de la excesiva repercusión mediática que habían adquirido diciendo que "Lo que está claro es que a la sociedad le interesan muchísimos casos más que el caso GAL, que les afectan muchísimo más y que los jueces que los llevan no tienen ni nombres ni apellidos", ha contado hasta con el apoyo de la propia Bildu. Y mientras esto ocurría en el hemiciclo del Congreso de los Diputados, el todavía presidente de Gobierno, Mariano Rajoy Brey, en vez de dimitir o dar la cara estando presente durante el debate vespertino de la moción de censura se escondía en una taberna. En definitiva todo un show al que solo se puede clasificar de repugnante y del que solo se pueden sacar las más negras y pésimas conclusiones.

Esto es flema británica: Le censuran, su partido se hunde y él....¡¡en el bar!!
 A lo largo de la historia, al  Congreso de los Diputados  se le ha calificado de muchas maneras por distintas fuerzas políticas, se ha dicho de él que era una cámara burguesa o que si era una cueva de ladrones, pero lo que ha demostrado ser esta institución con la elección como presidente del gobierno de un señor que no ha sido elegido en unas elecciones es que es, sin ningún género de dudas, una Cámara Aristocrática; una asamblea de notables dispuesta a pasarse la voluntad popular expresada por medio del Sufragio Universal por el Arco del Triunfo de la Moncloa, precisamente por ese y no por el de Trajano. Y lo más penoso es que eso se ha hecho con el apoyo de los que decían desear una democracia más directa y participativa.

            Los amigos de ayer se convierten en los enemigos de hoy, y viceversa, todo dependiendo de la dirección del viento que sople. No importan los principios ni las ideas, probablemente porque la política española es una política sin ideas ni principios, lo único verdaderamente importante es el poder, alcanzarlo y mantenerse en él pero lo más grave es que se desea el poder para aprovecharse de él no para cambiar substancialmente las cosas mejorándolas.

            Era necesario que Rajoy se fuera, era imprescindible que el Partido Popular abandonara el poder,  pero la forma en la que se ha ido ha puesto de manifiesto que la política en nuestro país es el negociete de una minoría desvergonzada que, aspirando al buen vivir y al mejor yantar y ayuntar, ha descubierto en la actividad política el mejor de los medios para ello, no teniendo escrúpulo alguno a la hora de utilizar las esperanzas, ilusiones y pasiones de los pueblos, a las que luego no dudarán en traicionar, para sus egoístas y crematísticos fines.

            En una sociedad sana, el Partido Popular y el Partido Socialista Obrero Español no habrían obtenido tal abrumadora mayoría de votos en las elecciones de junio de 2016, ahora una sociedad sana debería dar la espalda a todos los partidos con actual representación parlamentaria sin excepción alguna porque todos ellos, igualmente sin excepción, han traicionado y decepcionado.

            En la vida política hay una máxima que hay que tener siempre muy presente a fin de no verse sorprendido por futuras traiciones ya que constituye una prevención hacia las mismas, tal máxima es la simple: "Tu varías, Tu mientes". Aquellos que ayer apoyaron de una u otra forma al Partido Popular no pueden ahora erigirse en reparadores del mal que dicho partido haya podido producir porque son cómplices de ese mal, no es creíble que aquellos que ayer apoyaron determinadas políticas del partido popular ahora se desdigan honestamente de las mismas y por supuesto tampoco es creíble que aquellos que ayer se oponían al Partido Socialista, hoy le presten su apoyo, le pidan reuniones e incluso le soliciten formar parte de su gobierno. Todo eso, se quiera reconocer o no, solo obedece a inconfesables intereses particulares que no benefician, sino más bien perjudican, al interés general.

            En definitiva, todo esto en puridad humana, lógica y ético-moral, trasciende el ámbito de la desvergüenza para adentrarse profundamente en el ámbito estricto de lo clara y manifiestamente repugnante.
















(1) Por hidalgo barroco, me refiero al segundo señor al que sirve Lázaro en la novela "El Lazarillo de Tormes", quién  pavoneándose y dándoselas de gran señor oculta la realidad de miseria y ruina económica en la que vive realmente de puertas hacia dentro de su casa.

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