Fuerza Nueva parece resucitar.... en espíritu |
Lo
lógico y normal es que la vida vaya hacia adelante siempre y si la historia se
repite que no sea de idéntica forma. Eso es lo normal y lo lógico aunque en
nuestro pobre y maltratado país hace mucho tiempo que se ha abandonado toda
lógica y toda normalidad.
Va a hacer cuarenta y tres años que
el dictador Francisco Franco abandono este mundo por la Gracia de Dios, que no
por el deseo de nadie más, y, sorprendentemente, está hoy más presente que el
día antes de fallecer por el expreso deseo de aquellos que, habiendo sido incapaces
de desalojarlo del poder mientras vivía, parecen que psicológicamente necesitan
de su existencia para tener una razón de ser. Una cosa digna de un profundo
análisis psicológico que a mí, que no soy psicólogo ni psiquiatra, se me
escapa.
Hace cuarenta y tres años que Franco
se murió un 20 de noviembre de 1975 y siete años menos que el partido político,
heredero universal de su régimen, se disolvía, un 20 de noviembre de 1982, a
causa de la total indiferencia social que padecía y que se había manifestado en las elecciones generales de octubre de ese
año en las que apenas supero los cien mil votos, lo cual no le permitieron
renovar el escaño obtenido en las anteriores elecciones de 1979. Ese partido
político no era otro que Fuerza Nueva, presidido por el que fuera Procurador en
las Cortes Franquistas, Blas Piñar López.
Fuerza Nueva fue el partido de los
que no querían que el régimen franquista se terminara, su discurso consistía en
una vuelta atrás expresado en aquel lema de "con Franco se vivía
mejor", sus actos públicos rozaban la condición de invocación espiritista
en los que el completo paroxismo se hubiera alcanzado si el propio Franco se
hubiera manifestado desde el Valle de los Caídos por medio de una psicofonía.
En definitiva, Fuerza Nueva era un partido de desquiciados cuyo ideario era la
mezcla del "enorme albondigón" (1) que significó el llamado
Movimiento Nacional: un nacionalismo extremo, un catolicismo
galicano-integrista y un militarismo infantil amante de todo uniforme.
Para muchos, la disolución de Fuerza
Nueva, el 20 de noviembre de 1982, significó el final de la Transición quizás
más que la victoria socialista en las elecciones del mes anterior pues dicha
disolución supuso la imposibilidad de toda involución y, sobre todo, la aparente superación del
Régimen Franquista.
Han pasado treinta y seis años desde
que Fuerza Nueva se disolviera, treinta y seis años de intentos infructuosos
por parte de su líder, Blas Piñar, y de otros muchos segundones, de resucitarla
homologándola a los partidos de la ultraderecha europea y ahora resulta, que
cuando ya nadie se acordaba de Fuerza Nueva, la misma parece revivir,
revitalizada y con unos apoyos sociales que jamás tuvo.
No vuelve con su bandera "como
la sangre y el cielo, roja y azul", tal y como rezaba su himno ni con sus
viejas siglas F y N, pero vuelve con todo su espíritu manifestado en su viejo
discurso de siempre implementado con nuevas demandas más acordes de los tiempos
europeos que vivimos y con la vieja aspiración de ser "la que alimenta los
ideales de la juventud", como también decía su himno. No vuelve Fuerza
Nueva como organización pero sí su más puro espíritu materializado en las nuevas
formaciones políticas emergentes, VOX y Ciudadanos.
Poses, siglas y caras nuevas para un viejo discurso ya conocido |
Ciudadanos
y VOX, VOX y Ciudadanos, son formaciones políticas que se autodenominan
liberales y, desde luego que hunden sus raíces en el decimonónico liberalismo doctrinario
como el propio fascismo, que no hubiera sido posible sin la Revolución Francesa,
el Romanticismo alemán o el Risorgimento Italiano; pero detrás de esas protestas de liberalismo apenas
se disimula el viejo discurso de un fuerzanovismo huérfano de Franco y
estratégicamente renovado con habilidad. Un discurso plagado de un exacerbado
nacionalismo español táctico, y por tanto no sincero, para aprovechar el
sentimentalismo de numerosas buenas personas, que se sienten gravemente
defraudadas por cuarenta años de política mal hecha, un deseo de involución en
materia de derechos fundamentales y una voluntad recentralizadora del estado
propia del más puro jacobinismo que desearía verse realizado en unas nuevas
"Columnas Infernales".
No obstante, entre la extinta Fuerza
Nueva y estas nuevas formaciones políticas hay una diferencia importante. Fuerza
Nueva y su líder Blas Piñar, fueron honradamente sinceros, dijeron NO a la Ley de
Reforma Política de 1976 y dijeron NO a la Constitución de 1978, intentaron
realizar el sueño imposible de perpetuar el régimen franquista del que
procedían la mayoría de sus líderes, en ningún momento intentaron recolocarse
en el nuevo régimen postfranquista como hicieron otros muchos dirigentes del
franquismo y, por todo ello, sufrieron las inevitables consecuencias de la
extinción y el olvido; pero en ningún caso engañaron o pretendieron engañar a
nadie. En cambio, VOX y Ciudadanos no son más que unas formaciones dirigidas
por unos señores que buscaron su acomodo en el establishment del actual régimen y que como no terminaron
por encontrarlo se montaron su propio invento aprovechando los errores de todos
los demás grupos políticos.
En los discursos de VOX y
Ciudadanos, formaciones políticas que muy bien podrían converger en una sola,
existe una cierta apelación al mito de la "Puñalada por la Espalda"
que inventase ese iluminado de Ludendorff. Hablan de traición y deslealtad
pero, al igual que Ludendorff, que en noviembre de 1918 al verlas mal dadas
abandonó al Kaiser poniéndose a salvo en Suecia, ¿Donde estaban estos señores
cuando esa supuesta "Puñalada por la Espalda" se estaba produciendo? pues
acomodados o buscando acomodo en esos mismos partidos políticos (PP y
PSOE) a los que ahora acusan de
deslealtad y traición.
Fuerza Nueva fracasó porque nunca
fue un partido realista y pragmático, hizo de la defensa de un muerto que no
iba a resucitar la razón de su vida siendo el equivalente español a los viejos
seguidores del régimen de Vichy de los que Marine Le Pen se ha sabido deshacer
en su renovado Frente Nacional. Ahora, Ciudadanos y VOX han rescatado el
abandonado y casi olvidado discurso de Fuerza Nueva en lo que es una peligrosa
retroacción de la realidad política española a los primeros años de la llamada
transición y que tal vez nos lleve aún más atrás.
(1)
"Enorme Albondigón" es la expresión utilizada por la hoy injustamente
olvidada jurista y escritora gaditana Mercedes Formica para referirse al
Decreto de Unificación de 1937 que constituyó el Partido Único del Franquismo y
que se conoció como "el Movimiento".
Se te olvida decir de Mercedes Firmica: y Falangista.
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