De
unos años a esta parte se está produciendo en nuestro país una triste paradoja,
que sin duda significa algo digno de un profundo estudio. Mientras que, desde el
gobierno y las instituciones, se legisla contra el maltrato a la mujer y se
pretende favorecer la igualdad y/o paridad entre hombres y mujeres hasta el
extremo ridículo de considerar mudanzas en la gramática castellana para
reconducirla hacia lo políticamente correcto donde el masculino genérico tendería
a desaparecer, la sociedad, lejos de responder positivamente a tales
iniciativas, tiende cada vez más al menosprecio de la mujer como indica el
incremento de casos de violencia de género entre las más jóvenes generaciones
que han sido plenamente educadas en la España democrática surgida en 1978.
Como ejemplos de este desprecio
imperante y creciente hacia la mujer podríamos citar dos casos que en la
actualidad han cobrado mucha repercusión mediática como son el caso del
presunto "estafador del amor", Albert Cavallé, y el caso de la
"Manada".
En el primero de los casos, el
protagonista, Albert Cavallé, fue encontrado por el programa del canal 4 de
Televisión "En el Punto de Mira" y entrevistado mientras que tomaba
unas cervezas en una terraza acompañado de su padre. Las manifestaciones que este señor vertía
sobre las mujeres, y que textualmente reprodujo el reportaje, revelaban el más
puro y simple desprecio hacia el sexo femenino al cual, por sus frases y
entonaciones de voz, consideraba de una calidad notoriamente inferior a la
suya. Sorprendentemente, el padre no le afeó en ningún momento sus expresiones
despectivas hacia las mujeres, mientras que alguna mujer que compartía la terraza
con este personaje le dejaba caer alguna expresión de admiración.
En cuanto al caso de "La
Manada", sin entrar en los hechos enjuiciados y por los que han sido
condenados, si se analiza el contenido de los Whatssaap intercambiados entre
ellos con anterioridad a la presunta perpetración de cualquier delito se
encuentran expresiones como "follarse a una buena gorda”, “Hay que empezar
a buscar el cloroformo, los reinoles, las cuerdas... para no cogernos los dedos
porque después queremos violar todos” y “violaría una rusa que vea despistada y
palizón a un niño de 12 años inglés. 2-0 y pa casa” que demuestran una
cosificación de la mujer que queda prácticamente rebajada a una condición subhumana.
Estas ideas, que no tienen por qué
terminar irremediablemente en la comisión de ningún delito, están más
extendidas de lo que se cree entre las más jóvenes generaciones y, a falta de
un análisis profundo, se tiende a simplificar la cuestión remitiéndose a los
problemas de una supuesta patriarcalización de la sociedad y a una educación
presuntamente machista.
Ahora bien, ¿Desde cuándo existe esa
patriarcalización de la sociedad y esa educación machista? porque lo cierto y
muy cierto es que ese "desprecio por la mujer" que nada tiene que ver
con el Manifiesto Futurista publicado en 1909 (1) parece haberse disparado de
unos años a esta parte, no pudiéndose mencionar con anterioridad numerosos casos
del mismo.
En
el fondo y no muy en el fondo, estos casos no tienen nada que ver ni con una
supuesta educación machista ni con un presunto patriarcado ancestral y ello sin
entrar a valorar que en nuestro país hay sociedades, como la vasca y la
navarra, cuya base cultural es el matriarcado. De hecho, si nos atenemos a las
fuentes históricas y literarias podemos comprobar que en la literatura de la
Edad Media, tiempo oscuro donde al parecer todo era atraso, oscurantismo y
machismo, predominan los ejemplos de respeto, idealización e incluso
divinización de la mujer, siendo conocido el trilema caballeresco de
"Dios, el Rey y las Damas" que perseveró hasta finales del Siglo
XVIII.
En puridad intelectual estas
actitudes tienen mucho más que ver con una misoginia cutre y ramplona que, no
sabemos cómo ni por qué, se está abriendo paso peligrosamente en nuestra
sociedad amenazando con instalarse definitivamente en ella que con cualquier
otra cosa.
Desde los tiempos antiguos, cierta misoginia siempre ha
estado presente, de una u otra forma, en las sociedad europea existiendo
numerosos intelectuales a los que se ha calificado como misógenos. Así podemos
citar a Arthur Schopenhauer quién afirmó que "La mujer es un animal de cabellos largos e ideas cortas",
aunque atendiendo a su obra de una forma global se puede concluir que se da en
el filósofo alemán una cierta desilusión hacia todo el género humano que roza
la misantropía más que una pura misoginia; también podemos citar a Friedrich Nietzsche
a quien, injusta e incomprensiblemente,
se le cataloga de misógeno cuando lo que demuestra ser es un desencantado y un enemigo acérrimo del amor, sentimiento
que considera patrimonio exclusivo de la mujer, llegando a afirmar que "a la mujer
le gusta creer que el amor puede lograr cualquier cosa: es su superstición
peculiar" y, por último, no nos podemos olvidar del filósofo
austriaco Otto Weininger quien en su obra "Sexo y Carácter" atribuye
la decadencia de las sociedades occidentales a la prevalencia en las mismas del
carácter femenino sobre el masculino.
Considerar
que individuos como Cavallé o los integrantes de "La manada" son
discípulos intelectuales de Schopenhauer, Nietsche o Weininger es como considerar
que los trovadores provenzales de la corte de Leonor de Aquitania eran
machistas foribundos.
Esta
misoginia cutre y soez, totalmente alejada de esa misoginia profundamente
filosófica que si ha sido leída por muchos rara vez ha sido seguida por
alguien, encuentra su origen en la total falta de valores de nuestra sociedad
que ha entronizado al gañan y al mal gusto en detrimento de las más elementales
reglas de urbanidad y educación porque el someterse a reglas no está de moda y
lo moderno es no sentir respeto por nada ni por nadie porque todo es relativo
salvo la propia satisfacción que es absoluta. Hoy la mujer no es respetada por
muchos, pero es que esos muchos tampoco sienten respeto por otros colectivos.
En
este aspecto, como en otros muchos, estamos experimentando un retroceso
cultural que en el caso concreto de la mujer tiende a retrotraernos a aquellos
tiempos de los que se dice que la práctica habitual era golpear a la mujer en
la cabeza con un palo y llevarla arrastrando de los pelos hasta la caverna, lo
que debería llevaros a reflexionar muy seriamente sobre lo que estamos haciendo
mal y sobre el modelo de sociedad que estamos construyendo.
(1) El punto noveno del Manifiesto
Futurista escrito por Marinetti en 1908 y publicado por Le Figaro en 1909 dice
textualmente: "Queremos glorificar la guerra –única higiene
del mundo– el militarismo, el patriotismo, el gesto destructor de los
libertarios, las bellas ideas por las cuales se muere y el desprecio de la
mujer".
Totalmente de acuerdo con todo lo que dices.
ResponderEliminarEl respeto a la mujer no consiste en decir, " distinguidos miembros y miembras de la cámara "
Es algo educacional, cultural y de personas que no saben estar en el punto medio y tienden a irse a los extremos.
A veces, me parece que caen en el más absoluto ridículo. No son las formas las que hay que cambiar, sino el contenido. Hay que educar desde primaria para inculcar sentido de la moral y de la ética.
Es patético y triste lo que está ocurriendo...
Totalmente de acuerdo con todo lo que dices.
ResponderEliminarEl respeto a la mujer no consiste en decir, " distinguidos miembros y miembras de la cámara "
Es algo educacional, cultural y de personas que no saben estar en el punto medio y tienden a irse a los extremos.
A veces, me parece que caen en el más absoluto ridículo. No son las formas las que hay que cambiar, sino el contenido. Hay que educar desde primaria para inculcar sentido de la moral y de la ética.
Es patético y triste lo que está ocurriendo...