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martes, 26 de febrero de 2019

TAXIS vs VTC



 Hace unas semanas tuvo lugar el gran pulso de los taxistas de Barcelona y Madrid a sus respectivos ayuntamientos en contra del incremento de las licencias de VTC (Vehículo de Turismo con Conductor) otorgadas en dichos municipios a plataformas como Uber y Cabyfy que terminó con un triunfo aplastante de los taxistas barceloneses y la aplastante derrota de los taxistas madrileños.

            Los medios de comunicación se hicieron eco de la huelga de taxista que ocupó mucho espacio en los medios escritos y muchos minutos en las noticias y tertulias televisivas que se limitaron a reducir el problema a una pugna entre cavernícolas privilegiados que se negaban a modernizarse, los taxistas, y los modernos e informatizados sistemas de contratación de transporte urbano privado que representaban las plataformas Cabyfy y Uber. No obstante el problema es mucho, muchísimo mayor y su origen hay que buscarlo en una situación que nadie se ha cuestionado ni planteado cual es la precariedad social en la que viven numerosos ciudadanos y que han hecho que la controversia de taxis y VTCs sea un episodio contemporáneo de lo que Pío Baroja denominó sabiamente en una de sus trilogías de novelas como "La Lucha por la Vida".

            En este, nuestro sufrido y maltratado país, hay cosas que se dan simplemente por hechas sin que nadie analice nada, por lo que si en cualquier calle de la más pequeña capital de provincia española hay más bares que en toda Dinamarca, Suecia, Noruega y Finlandia juntas es porque somos así de peculiares,  pero tal cosa no es una simple característica peculiar sino que responde a una pura realidad socio-económica.

            En este, nuestro maltratado y sufrido país, la precariedad económica y laboral en la que se encuentra un porcentaje bastante relevante de la población hace que existan una serie de negocios y profesiones "refugio" que se sirven como último recurso para salir adelante y ganarse la vida. Tal es el caso concretamente de los bares que son negocios refugio, donde los trabajadores desempleados, reconvertidos forzosamente en "emprendedores", pueden arriesgar sus ahorros y sus indemnizaciones por despido por considerarse que tales negocios tienen un periodo de amortización de la inversión inicial bastante corto, la profesión de abogado o procurador a la que la mayoría llega tras licenciarse en Derecho y tirarse varios años intentando ganar una oposición que le garantice un salario mensual y un puesto de trabajo fijo en la administración hasta la jubilación o los mismos taxistas.

 Ahora bien, tanto en el caso de los abogados como en el de los taxistas hay una realidad material insalvable que siempre se termina imponiendo a fantasías e ilusiones e incluso a la misma realidad social y que no es otra que, tanto en Barcelona como en Madrid (y, sin duda, también en otras capitales de provincias españolas), hay mercado para un número máximo de personas que se dedican a tales actividades, superado el cual, el mercado se hunde, los beneficios descienden hasta hacer improductiva la prestación del servicio y las condiciones laborales se degradan hasta hacer desagradable la realización del trabajo, todo ello en perjuicio del cliente.  En Barcelona existen unas 10.500 licencias de taxis para una población de un millón seiscientos mil habitantes y en Madrid hay unas 15.700 licencias para poco más de tres millones cien mil habitantes lo que quiere decir que en Barcelona posiblemente pueda haber trabajo y negocio para unas catorce mil personas dedicadas al taxi o a la VTC y en Madrid pueda existir negocio y trabajo para unas diecisiete mil personas aproximadamente dedicadas a tales menesteres pero ni una más.  Que las administraciones locales en aras a no sé qué pretendan incrementar el número de licencias de taxis o de VTCs hasta que existan un total de veinte o veinticinco mil personas dedicadas al transporte urbano individual en Barcelona o en Madrid es, simplemente, cargarse el sector y arruinar no solo al taxi, sino también, a medio o largo plazo, a las VTCs que no lograrán alcanzar el suficiente margen de beneficio para seguir manteniendo la actividad.

            El pasado, y actualmente latente, conflicto del taxi contra las VTCs no es una pugna entre privilegiados del pasado y emergentes formas modernas y nuevas de prestar un servicio similar a la ciudadanía en beneficio de ésta sino un pequeño ejemplo de la cruel  "Lucha por la Vida", que adquiere incluso crudas características darwnistas, a la que amplios sectores de la población se encuentran condenados por el imperante régimen económico liberal-capitalista en la que unos luchan por acceder al pan y otros, simplemente, por mantenerlo porque el régimen político liberal se niega a gobernar para que haya pan para todos.

lunes, 18 de febrero de 2019

Y... NUEVAS ELECCIONES




 Difícilmente podía ser de otro modo, el rechazo a los presupuestos generales del estado para el año 2019 ha provocado que el Presidente del Gobierno y líder socialista, Pedro Sánchez, haya convocado elecciones generales para el próximo 28 de abril del presente año.

            La convocatoria de elecciones es un hecho legalmente establecido en nuestra legislación y políticamente irremediable para el partido en el gobierno, el Partido Socialista, por lo que hasta aquí todo normal. Ahora bien;  fáctica y prácticamente poco o nada va a solucionar la convocatoria electoral porque, más que dudoso, resulta seguro que los miembros de nuestra casta política no van a sacar ninguna conclusión de las que han quedado más que evidenciadas en este breve periodo de nueve meses de gobierno socialista.

            Para empezar, como nadie va a considerar ni a tener en cuenta el hecho cierto e irrefutable de que el derribar a un gobierno o, incluso, a un régimen político es siempre tarea fácil siendo la verdaderamente difícil la de construir una alternativa mejor, todos se apuntarán el éxito de haber hecho de este último gobierno socialista el más breve de los últimos cuarenta años sin haber llegado en ningún caso a constituir realmente una alternativa o solución a los graves problemas que afectan al país. De este modo, la acción y la intencionalidad política del Partido Socialista y PODEMOS desde las elecciones de junio de 2016 tuvo por exclusiva finalidad desalojar del poder al Partido Popular y a Mariano Rajoy sin ser, como así se ha demostrado, una alternativa factible de gobierno al igual que desde el mes de junio de 2018 en que, Pedro Sánchez, fuera investido Presidente del Gobierno el objetivo principal del Partido Popular y de "Ciudadanos" fue derribarle del poder. Ahora, el éxito de haber obligado al Presidente del Gobierno a disolver las cámaras se lo querrán atribuir los de la manifestación de la Plaza de Colón del pasado 10 de febrero, pero lo cierto, lo muy cierto y lo único cierto es que a Pedro Sánchez le han obligado a convocar elecciones los mismos que le permitieron ser presidente del gobierno en el mes de junio pasado, nadie más. Esa es la primera conclusión a la que cualquier político inteligente y responsable debería llegar:  que lo importante no es derribar a un gobierno sino construir uno que gobierne bien y para el bien común.

 Otra conclusión esencial que se debe sacar de esta experiencia política de los últimos nueve meses es que si la política no forma parte de la solución, forma parte del problema y tal ha sido el caso, sin excepción, de todos los grupos políticos del arco parlamentario de nuestro país. Entre el deseo de mantenerse en el poder de unos y el de derribar al gobierno de otros, todos los partidos han recurrido a hacer una política de puros gestos, de corto plazo y que pudiera dar rentabilidad electoral en unas elecciones próximas sin preocuparse si ello generaría o no un problema a medio o largo plazo. Para ello no han dudado en recurrir a los aspectos más sentimentales de las personas sin caer en la cuenta de que con ello se estaba azuzando a una parte del pueblo español contra otra, los políticos no han dudado, por su propio y exclusivo interés, en tensionar la sociedad hasta unos extremos en los que quizás se haya traspasado el punto de "no retorno". Jamás, en los últimos cuarenta años, se han visto actitudes y se han oído expresiones tan ofensivas y denigrantes para el contrario como en estos meses. Que un líder de la oposición llame "traidor" al Presidente del Gobierno y acto seguido no inste el procedimiento correspondiente,  judicial o parlamentario, en el que el acusado pueda defenderse y se aporten pruebas de tal execrable delito, es tirar la piedra y esconder la mano y ello ni es bueno ni contribuye a apaciguar los ánimos. Que los grupos políticos pretendan ganar en la calle lo que no pueden ganar en las instituciones es una forma de sacar el poder a la calle con el riesgo de que la calle desborde al poder institucional y los políticos terminen poniéndose al frente de ese callejero poder para seguir gozando de sus prebendas. Que los discursos políticos y las acciones de gobierno dependan de lo que dicen o deseen unas minorías es poner el poder en mano de esas minorías que, por definición y por pura lógica, jamás gobernarán teniendo en cuenta lo que pueda ser beneficioso para la totalidad del país. Y finalmente, el hecho  de que se hagan manifestaciones por parte de intelectuales o personajes del "famoseo" del tipo de "les niego la existencia" o "sois unos mierdas" dirigidas a los que han decidido posicionarse a favor de ideas diferentes son claro ejemplo de la radicalización que los políticos han engendrado en nuestra sociedad, radicalización interesada porque de ella aspiran a sacar rentabilidad.

 Finalmente, una última conclusión a sacar es que ya no se puede hablar en nuestro país de política de partidos. Los partidos políticos han sido superados a consecuencia del radicalismo que han generado irresponsablemente los líderes de los mismos y reconducidos a una política de bloques: del bloque de la "derecha" y del bloque de la "izquierda". De hecho, al triunfo de tal o cual "bloque" más que al triunfo de tal o cual partido es al que se vienen refiriendo las encuestas que sobre los resultados electorales se vienen realizando de un tiempo a esta parte y esta bipolarización del panorama político español no es caprichosa sino que es consecuencia de la peligrosa radicalización social que se vive en nuestro país y a la que nadie parece haber detectado todavía.

            Con este panorama, los españoles han sido convocados a unas elecciones generales, que no van a solucionar nada. Los problemas que sufre el país y que amenazan con agravarse vienen de cuarenta años de cobardía durante los cuales ningún dirigente político ha tenido el valor de "coger el toro por los cuernos" y afrontar un profundo debate constituyente; los problemas que sufren las Españas son fruto de unos políticos incapaces de ceder ante lo justo y razonable, de ser intransigentes ante lo injusto y estrafalario y de poner límites a la estupidez y a la tontería. Ahora estamos pagando las consecuencias de todo ello y no es solución el volver a depositar nuestra confianza en los agotados partidos de siempre ni en las nuevas formaciones que no son más que meros excrementos de los anteriores porque, sépanlo todos, un excremento no es biológicamente diferente del cuerpo que lo expulsa.

             La fragmentación del parlamento que reflejan todas las encuestas como resultado de la convocatoria electoral amenaza con la ingobernabilidad y la inestabilidad política. Aquellos ciudadanos, ilusionados en la extraña creencia de que tal fragmentación política impedirán abusos y corrupciones al forzar acuerdos entre las distintas fuerzas políticas,  no caen en la cuenta de que esos pactos por los que apuestan, de hacerse, se tendrán que hacer con fuerzas políticas extremas lo cual llevará a su vez a una radicalización mayor de la política que a su vez provocará una mayor radicalización en la sociedad que se desarrollará en una espiral de descalificaciones recíprocas, desencuentros y acusaciones que reproducirá errores del pasado por todos conocidos.




lunes, 11 de febrero de 2019

COMUNICADO DEL PARTIDO CARLISTA ANTE UNA ERRÁTICA O MALINTENCIONADA NOTICIA APARECIDA EN EL CONFIDENCIAL DIGITAL



Partido Carlista
Calle Pozo Blanco, 15 Bis, 1º
31001 Iruñea-Pamplona
Tlf: 948 21 01 49











8 de febrero de 2019






         El Partido Carlista comunica que es absolutamente falsa la información publicada el pasado 7 de febrero por la página web "El Confidencial Digital" en la cual se afirma que ha sido embargado por una deuda contraída con el Ayuntamiento de Donostia-San Sebastián de 3.717 €.

         El Partido Carlista quiere dejar claro que siempre ha cumplido y sigue cumpliendo puntualmente con el pago de todos los impuestos y tasas municipales correspondientes y que no tiene ninguna deuda con el Ayuntamiento de Donostia-San Sebastián. Cosa que por otra parte es fácilmente comprobable.

         Por lo tanto, ante tal calumnia, solicita a “El Confidencial Digital” que retire la noticia publicada en su página web y rectifique en el mismo medio con igual tratamiento o si no se verá obligado a tomar las medidas legales oportunas.