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jueves, 1 de agosto de 2019

¿INVESTIDURA FRACASADA?



 El 22 de julio pasado, justamente el mismo día en que se conmemoraba el cincuenta aniversario del juramento de lealtad a las Leyes Fundamentales del Reino y Principios Fundamentales del Movimiento por Juan Carlos de Borbón en su condición de sucesor de Francisco Franco a la Jefatura del Estado, se inició el debate de investidura de Pedro Sánchez Pérez-Castejón como Presidente del Gobierno que culminó, tras las dos votaciones constitucionalmente previstas,  con el rechazo de tal investidura por parte de la mayoría del Congreso de los Diputados, siendo la opinión unánime de los medios de comunicación y de los distintos miembros de la casta política de que la investidura había sido un fracaso.

            Efectivamente, es un hecho objetivo, que la investidura del líder del Partido Socialista Obrero Español como Presidente del Gobierno fue una investidura fallida que no es lo mismo que una investidura fracasada porque el fracaso es obtener los resultados contrarios  a los buscados u obtener aquellos que no se deseaban o no alcanzar los objetivos marcados. Así pues, cabe analizar cual ha podido ser la jugada de los dirigentes socialistas y cuales han podido ser sus intenciones.

            Todo parece indicar, y los hechos así lo corroboran, que tras las Elecciones Generales del 28 de abril de 2019 el Partido Socialista Obrero Español inició una partida de ajedrez con sus más directos contrincantes en el campo de la izquierda y de la supuesta "social-democracia", "Podemos" y "Ciudadanos", con la doble finalidad de hacer que descubrieran sus cartas ante sus bases y electores y la de dividirlos internamente.

            Durante los últimos tres meses los ciudadanos españoles han asistido a unas conversaciones entre PSOE y "Unidas Podemos" en las que ésta última formación ha confirmado a sus electores y bases que su originario discurso de 2016, de hace tan solo tres años, ha mutado sustancialmente y "allí donde antes decía digo, ahora dice Diego". Hace tres años, el PSOE era para Podemos (actualmente Unidas Podemos) una parte fundamental del bipartidismo, de la corrupción, de los recortes en materia social, de "la casta política" y del falseamiento democrático y aún así no ha dudado ni un minuto en sentarse a negociar un gobierno de coalición con dicho partido por lo que, o bien el PSOE ha dejado de ser aquello que Podemos decía que era o es que Podemos no era la gran alternativa rupturista que venía a regenerar la vida política española. Esa es la gran cuestión que el PSOE ha conseguido introducir entre los votantes y  las bases de "Podemos".

            Por otra parte, durante las conversaciones previas a la sesión de investidura, el PSOE no ha pretendido jamás llegar a la culminación de una investidura de Pedro Sánchez sino generar en "Unidas Podemos" una crisis de liderazgo y una división interna, cosa que ampliamente ha conseguido  como prueba el hecho de que Pablo Iglesias se encuentre cada vez más cuestionado dentro y fuera de la formación morada y que Izquierda Unida y Equo, formaciones políticas integrantes de "Unidas Podemos", renuncien a formar gobierno de coalición y deseen dar su apoyo a un gobierno exclusivamente del PSOE encabezado por Pedro Sánchez a cambio de unas vagas promesas programáticas, lo que supondría, por otra parte, repetir el esquema del último gobierno socialista de Felipe González surgido de las Elecciones Generales de 1993.

 Podemos, ahora denominado "Unidas Podemos", ha demostrado, o bien, que su discurso de 2016  sobre el régimen político de 1978 y la casta política era mentira, o bien, ha cometido un error imperdonable en un político cual es el dejarse engañar por el contrario. Si "Unidas Podemos" no creía en lo que decía en 2016, mal porque se han revelado como unos hipócritas y unos falsarios y sí honestamente creía en aquel discurso de hace tres años ¿Como se le ocurre sentarse a negociar con tales tahúres y trapisondistas?. Un político que se deja engañar de forma tan burda y descarada por su contrario no es digno de ninguna confianza y debe limitar sus responsabilidades políticas al arte del intercambio de cromos en el patio de un colegio o, todo lo más, a la ciencia del Mus que se desarrolla en las cafeterías de las facultades de nuestras universidades.

            Parece que el PSOE ha terminado con "Podemos" y ahora se encamina a hacer lo mismo con "Ciudadanos". "Ciudadanos" es un partido de aluvión que ha recogido militantes y votantes entre los descontentos del Partido Popular y del Partido Socialista y ahora  el PSOE aspira a generar una crisis de liderazgo en "Ciudadanos" y dividir la formación que preside Albert Rivera, el bello Albert, el nuevo Emperador del Paralelo, entre aquellos dirigentes y militantes de procedencia socialista que desearían favorecer un gobierno de Pedro Sánchez y aquellos otro que, fieles a la dirección, aspiran a que el partido naranja sustituya al Partido Popular como principal organización política de la derecha española.

            Lo más probable es que "Ciudadanos" haga oídos sordos a Pedro Sánchez y mantenga la negativa a su investidura lo que permitirá al PSOE atribuir la culpa de falta de acuerdo y la responsabilidad de la convocatoria de nuevos comicios también a la formación naranja además de a "Unidas Podemos".

            Con este  panorama, muy posiblemente se llegue al único y verdadero objetivo deseado por el Partido Socialista Obrero Español y planificado minuciosamente por sus estrategas desde las últimas Elecciones Generales de abril y que no es otro que la convocatoria de nuevos comicios en los que, tras  culpar a "Ciudadanos" y "Podemos" de la imposibilidad de formar gobierno, éstas formaciones políticas concurrirán con unos liderazgos discutidos y con graves tensiones internas que les llevarán a perder votos y escaños; situación que, en el caso de "Podemos", puede verse agravada si concurriera una nueva fuerza política (la que pudiera liderar Íñigo Errejón), que fragmentaría el voto situado más a la izquierda del PSOE perjudicando el resultado en escaños que pudiera obtener "Podemos" debido a los restos que se originarían en cada  circunscripción. En este escenario, el PSOE ya ha valorado la posibilidad de que el Partido Popular incremente notoriamente su representación parlamentaria por la reagrupación del voto de la derecha que pueda proceder de "Ciudadanos" pero sobre todo del hundimiento de VOX, pero considera tal riesgo controlado y amortizado esperando superar los ciento cincuenta escaños en una nueva convocatoria electoral que, de celebrarse, tendrá lugar el 10 de noviembre del presente año 2019.

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