Desde
sectores políticos se viene hablando, como si de un globo sonda se tratase, de la
necesidad de cambiar el modelo económico para que la economía española no
dependa exclusivamente de la construcción, del turismo y del sector servicios
que son los tres únicos vectores de inversión y factores de crecimiento en
nuestro país desde que éste ingresara en la Unión Europea en 1986.
Es evidente, que una sana economía
ha de nutrirse de los tres sectores que la integran: el primario o agropecuario,
el secundario o industrial y el terciario o de servicios con cierta primacía
del segundo de ellos respecto a los otros dos. No obstante, en virtud de los
tratados de adhesión a la Comunidad Económica Europea, los sucesivos gobiernos
de España decidieron desmantelar su sector primario hasta el punto de hacer de
nuestro país un país alimenticiamente dependiente y desmantelar el pequeño
sector industrial representado fundamentalmente por Astilleros y Altos Hornos,
apostando decididamente por convertirse en un país de servicios donde el
autoconsumo fuera lo fundamental.
En cierto sentido, y en aras a
nuestra deseosa (por algunos) entrada en el Mercado Común, España se convirtió
en un país similar a aquellos que existen por el Tercer Mundo y cuya economía
se basa exclusivamente en producir mucho de un solo producto, generalmente
agrícola. Como un país de servicios da para lo que da, y desde luego no es para
mucho; España sufrió la crisis de 1993 en la que se alcanzó un importante
porcentaje de desempleo (tres millones de parados) que se empezó a reducir a
partir del año 1997 a
base de construir inmuebles.
Con la construcción casi todo el
mundo salía ganando: los municipios, recaudaban mucho dinero a base de las
recalificaciones de terrenos de rústicos a urbanos que a su vez les permitían
ingresar más en concepto de Impuesto de Bienes Inmuebles y Plusvalías, las
Comunidades Autónomas ingresaban cantidades ingentes en sus arcas procedentes
del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales, el Estado Central incrementaba su
recaudación gracias al Impuesto del Valor Añadido, las constructoras se
enriquecían vendiendo pisos, los bancos dando hipotecas del ciento diez por
cien del valor del la vivienda a comprar, los compradores de pisos se
beneficiaban porque compraban algo por diez que en menos de un año podrían
vender por veinte y así todos, menos los que, no queriendo emular a Fausto, se
negaban a firmar hipotecas a cincuenta años con Mefistófeles.
Con el “boom” de la construcción, los
ingresos públicos se incrementaron enormemente permitiendo reducir ligeramente
los impuestos y eliminar algunos de ellos, pero en vez de llevar a cabo unas
inversiones inteligentes en otros sectores productivos más seguros como podría
ser el sector industrial, los empresarios particulares seguían reinvirtiendo
sus beneficios en la construcción y las administraciones públicas invertían en
megalómanas infraestructuras, lo que equivalía a seguir invirtiendo en
construcción. Y en este estado se estaba cuando la llamada “burbuja del
ladrillo” explotó condenando a la ruina a muchos miles de empresarios que se
quedaron con promociones enteras de inmuebles sin vender, a la morosidad y al
impago a muchos centenares de miles de ciudadanos que se quedaron sin poder
continuar pagando sus prestamos hipotecarios y con la realidad de que sus pisos
no valían ni la mitad de la cantidad por la que se habían hipotecado, al paro a
millones de trabajadores que vieron como cerraban las constructoras en las que
trabajaban y a la quiebra técnica a todas las administraciones publicas
(municipales, autonómicas y estatales) que vieron sus arcas vacías y reducida
su capacidad recaudatoria.
El momento oportuno para cambiar de
modelo productivo o de crecimiento, si tal imprescindible mutación se hubiera
tomado realmente en serio por la casta política, habría sido hace seis o siete
años cuando había riqueza circulando o, como diría Carlos Marx, Capital
Acumulado que permitiera hacer cuantiosas inversiones en sectores productivos.
No obstante, en aquel entonces nadie pensaba que la época feliz tenía sus días
contados y se despreciaba como pájaro de mal agüero las advertencias que venían
del propio Banco de España que mencionaba claramente en sus informes periódicos
“la explosión de la burbuja inmobiliaria” como el mayor de los peligros para la
estabilidad económica.
Hoy, cuando la situación es la que
es, ya no se puede hablar seriamente de cambiar de modelo económico por la
sencilla razón de que España SE HA QUEDADO PRÁCTICAMENTE SIN ECONOMÍA al
colapsar esta por lo que de lo único que cabe hablar seriamente es de la
CREACIÓN DE UNA ECONOMÍA partiendo de cero. En este sentido de crear una
economía es de indicar que se podría cometer el grave error de repetir los
errores que nos han llevado a la presente crisis buscando un crecimiento
artificial pero muy grande y en poco tiempo lo que siempre termina en una
debacle o hacer las cosas bien entendiendo por esto el sacar de donde se pueda,
tomar las medidas políticas, internas y externas, necesarias y empezar a crear
un tejido industrial productivo, reconstruyendo, al mismo tiempo, nuestro
sector agropecuario mucho del cual puede llegar a tener aplicaciones
industriales sobre todo en el campo de los biocombustibles.
No obstante, parece haber un
sospechoso acuerdo o consenso (como gustan llamarlo los de la casta política)
en el tema de insistir en el momento presente en la ya superada (por las
circunstancias) cuestión del cambio de modelo económico. Ahora bien ¿Qué
entiende la casta política por cambio de modelo económico?. Esa pregunta
constituye el gran misterio y tal vez la gran trampa porque de la actual
situación de creciente desempleo que padecemos solo se puede salir, en puridad lógica
aplicada a la economía, o con un incremento de las exportaciones o con “la
colonización” entendiéndose por esta última la emigración de población que se
encuentra en España a otros lugares lo que no solo reduciría el número de
desempleados sino también el número de personas demandantes de servicios públicos
y sociales con lo cual las distintas administraciones podrían reducir su gasto
público. Como evidentemente no hay un tejido industrial y agropecuario
suficiente para producir bienes competitivos en precio y calidad destinados a
la exportación parece ser que, por “cambio de modelo económico”, nuestra casta
política entiende el fomento de la emigración utilizando para ello el más
avieso de los procedimientos como es la constante reducción de derechos
sociales, el aumento de la presión fiscal, la disminución de la protección
social y la reducción de servicios públicos fundamentales para generar unas
condiciones de vida inasumibles para un gran número de ciudadanos que de esta
forma se verán obligados a buscarse la vida en otros países o incluso en otros continentes.
Este “nuevo modelo económico” favorecedor de la emigración es tal vez la
secreta justificación de tanta subida de precios y tanto recorte social como
venimos padeciendo desde hace menos de seis meses porque ningún estadista serio
y con dos dedos de mente puede tomar tantas y tan graves medidas dirigidas
todas ellas, en mayor o menor medida, a asfixiar a los ciudadanos con menos
capacidad económica, salvo que pretenda que abandonen masivamente el país.
Por lo que me haces ver y entender el modelo economico del PP es pagar deuda para que la Union Europea nos salve, porque ven que no les llega el dinero para nada despues de pagar deuda. Pero está claro que si no se dan pasos poco a poco siendo realistas para que seamos autosufientes los interes internacionales no son por ahora hacer crecer España y la Union Europes sino que estan como burros sin mirar a otro lado que no sea la deuda la cual con paro y sin proyectos de progreso es imposible que disminuya y parte de el dinero publico debe ser obligatoriamente para sobrevivir con algo de progreso. Por eso veo muy necesaria una Banca Pública que no confunda las cuentas del estado ni sangre estas cuentas del estado con toda clase de mentiras o corrupcion. Tal vez no esté mi opinion y mi juicio mi directamente en esto que tu escribes pero no creo que esté muy desacertado.
ResponderEliminarGracias por tu información valiosa.Saludos
Eloy.
Ya con 47 años servidora, padecimos, en su momento, en la familia la crisis de los 80 y entonces se decía lo mismo: cambiar el modelo productivo. Dice Ud. que hace 10 años había que haberlo iniciado. No creo en este plazo se pudiera, pero sus razones tendrá para exponerlo así. Yo recuerdo cómo un profesor de Geografía nos planteaba, entonces, que si España no conseguía –en breve– fabricar, por ejemplo, el motor o la parte electrónica de un coche de alta gama alemán; es decir, que si España no lograba la necesaria confianza por su capacidad industrial “reconvertida” para afrontar retos de ese calibre en lo industrial lo pasaríamos mal en un futuro próximo, es decir ahora. Y así está siendo.
ResponderEliminarInsisto en que no estoy de acuerdo con Ud. con respecto a los plazos para cambiar de modelo. Soy más pesimista; entiendo que estamos condenados a esa otra imagen que describe Ud. de país de emigrantes. Y, con todo, la pregunta podría ser a dónde…
Gracias de todos modos por sus artículos.
Yo decia, textualmente hace seis o siete años, aunque tambien me vale lo de los diez años por la sencilla razon de que entonces habia mucho, muchisimo dinero, que se podia invertir en tejido industrial en vez de tanto ladrillo.
ResponderEliminarEn cuanto lo que dice de su profesor de geografia, le dire que ahi precisamente esta el problema. No basta con producir una pieza del motor de un vehiculo, es preciso producir todo el motor y todo el vehiculo porque, tal y como estamos ahora, donde nuestra industria son "sucursales" de multinacionales alemanas, francesas y norteamericanas basta a estas industrias llevarse, como se estan llevando la produccion a otros paises para que nuestra industria se paralice.
El creernos que EADS (antigua CASA) es competitiva porque produce una pequeña pieza del ala del Airbus, es un error porque una industria de este tipo solo seria competitiva si produce todo un avion y este es competitivo en calidad, precio y prestaciones. Y lo mismo ocurre con la SEAT o las plantas de produccion de automoviles que hay en nuestro pais. Todas ellas depende de las decisiones empresariales que se toman en consejos de administracion que estan en Berlin, Paris o USA.
Es necesario reindustrializar el pais invirtiendo en investigacion y en desarrollar lo investigado. De lo contrario... sera imposible salir de nuestra decadencia economica que ya amenaza en convertirse en degeneracion.
Salud, Amistad y gracias por su comentario.