Páginas

jueves, 9 de mayo de 2013

DESEMPLEO: ENCUESTAS MAQUILLADAS Y SOLUCIONES PROBLEMÁTICAS



            La semana pasada se hacían públicos los datos del paro del mes de Abril que arrojaban, según el Instituto Nacional de Empleo (INEM), la cifra de cuarenta y seis mil cincuenta parados menos situándose la cifra total de parados en nuestro país por debajo de los cinco millones. En cambio, hace varias semanas, el Instituto Nacional de Estadística (INE) por medio de la Encuesta sobre Población Activa (EPA) del primer trimestre del año 2013 arrojaba la terrible cifra de un total seis millones doscientos dos mil desempleados a fecha 31 de Marzo del 2013.

            El desfase existente entre las cifras aportadas por el INEM y la EPA y que es de más de un millón de personas se debe a muchos factores como son que existen parados que no se computan en el INEM por no estar inscritos en él, por no haber renovado la demanda de empleo o porque el INEM no computa como desempleados a aquellos que se encuentren haciendo algún cursillo, pero la única verdad irrefutable que se desprende de estas encuestas es precisamente lo prescindibles que son todas ellas cuando existe un país real que nada tiene que ver con el país reflejado en las estadísticas.

            Aun siendo más fiable la estadística de desempleo proporcionada por la EPA esta no deja de falsear la cruda realidad al no recoger ni valorar datos importantísimos sobre la población que harían incrementar el número real de desempleados en España. Así, sería necesario saber cuantas personas han abandonado el país por motivos laborales y económicos desde que empezaron a dispararse las cifras del paro en el año 2009 porque a efectos reales estas personas pasarían (o deberían pasar) a engrosar el número de parados, ya que desempleado es todo aquel que estando en edad laboral y deseando trabajar no puede conseguir un trabajo en su país. De esta forma y en virtud del anterior razonamiento solo podemos deducir que el número de parados en España es superior, al menos en un cinco por ciento, a los datos arrojados por la EPA del último trimestre con lo cual su número superaría ligeramente los seis millones y medio.

            Frente a este drama del desempleo, el gobierno no acierta a aportar ninguna solución más allá de los consejos que, no pocos miembros de la casta política, dan a la juventud española de que emigre a otros países con la excusa de “ver mundo, completar la formación académica y adquirir experiencia” demostrando que, desde luego, no se puede negar a la casta política española tener salida y justificación para todo. Si a principios de los años ochenta del siglo pasado los padres aconsejaban encarecidamente a sus hijos que estudiaran una carrera universitaria para “ser alguien en la vida”, diez años más tarde, para ser ese mismo alguien ya era preciso estudiar una carrera universitaria y hacer un Master en alguna materia y veinte años después ya era preciso estudiar varias carreras y hacer varios Master para ser ese alguien que ya tenía nombre propio: el Mileurista.  Hoy, y por consejo de los señores políticos, para llegar a ese mismo punto es preciso cursar varias carreras, hacer varios Masters y, además, dar la vuelta al mundo en ochenta “mini Jobs”, más que nada porque mientras se da la vuelta al mundo no se computa como parado en España.

            Por otra parte, se va abriendo paso, incluso entre sectores de la izquierda, la idea de “repartir el trabajo que hay” reduciendo la jornada laboral y no sería ésta mala idea si no fuera porque cualquier reducción de la jornada laboral conllevaría una proporcional reducción salarial que provocaría un mayor empobrecimiento y pérdida del poder adquisitivo de los trabajadores y de sus familias. Incluso sería posible que la reducción de la jornada laboral tuviera el efecto contrario y se llegase a incrementar la jornada efectiva superándose la actual de ocho horas y ello porque en caso de acceder un trabajador a un trabajo de cuatro horas diarias y cuatrocientos euros de sueldo al mes es posible que el trabajador procurase encontrar otro trabajo, tal vez de cinco horas al día y quinientos euros mensuales de sueldo con lo cual se encontraría con una jornada laboral real de nueve horas y un salario mensual real de novecientos euros, es decir, se encontraría en la situación propuesta por ese gran empresario español, hoy recluso, que fue Díaz Ferran: “trabajando más y cobrando menos”.

            Lo peor y lo más grave de la situación del desempleo en las Españas es que cada vez amenaza más con dejar de ser EL PROBLEMA (así con mayúsculas) para convertirse en un problema más que generara un nuevo y ENORME PROBLEMA (así con mayúsculas) que será el empobrecimiento progresivo e irreversible de la población española hasta niveles similares a los existentes en el Tercer Mundo. 
           

No hay comentarios:

Publicar un comentario