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martes, 8 de noviembre de 2016

¿UN ESCÁNDALO EN PODEMOS?



La semana pasada, justamente después de la investidura de Mariano Rajoy Brey como Presidente del Gobierno, surgía un pretendido escándalo en la emergente formación política "PODEMOS" con motivo de conocerse la venta, en el año 2010, de un piso de precio protegido adquirido, en el año 2007, por el actual senador de la formación morada designado por la Asamblea de Madrid, don Ramón Espinar Merino. Parece ser que la venta de dicha vivienda pudo reportar al senador la "increíble y cuantiosa" cantidad de treinta mil euros lo que, según los medios de comunicación descubridores del asunto, constituye un "pelotazo".

            En realidad la obtención de una plusvalía de treinta mil euros en la venta de una vivienda que se ha mantenido en propiedad durante tres años no constituye ningún "pelotazo", en primer lugar porque treinta mil euros hoy en día no es una gran cantidad y en segundo lugar porque de esos treinta mil euros hay que descontar los gastos de mantenimiento de la vivienda durante el tiempo que ha permanecido en propiedad de la persona en cuestión y deducir los impuestos que corresponde pagar en el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas por la obtención de un Incremento Patrimonial.

            Lo que sí da que pensar, y mucho, son tres cuestiones en cuyas consecuencias socio-políticas nadie ha reparado:

            1ª. El hecho en sí mismo.

            2ª. Las explicaciones dadas por el señor senador.

            3º. Lo que el hecho ha revelado.

            En cuanto al hecho en sí, hay que reconocer que ni es ni el único, ni el primero ni el último caso que se da en nuestro país en el que una vivienda de precio protegido o de protección oficial se vende al poco tiempo de adquirirse, sin esperar el plazo estipulado ni respetar el límite de precio establecido legalmente, consiguiendo el adjudicatario un beneficio económico y ello se debe, prácticamente en exclusiva, a que estas viviendas responden fundamentalmente a operaciones de imagen de las administraciones públicas que, una vez obtenida la foto y la portada mediática, se desentienden de hacer un seguimiento y control sobre el destino de las mismas tras su adjudicación. Lo que sí tiene de peculiar o relevante este hecho concreto es que, siendo esta práctica en nuestro país más rancia que vieja, quien la haya realizado sea un senador de una formación política que jura y perjura que es nueva, que viene con nuevas ideas e intenciones y que nada tiene ni debe a "lo viejo" presentándose sus dirigentes prácticamente como apóstoles inmaculados de toda mancha.

            Por lo que se refiere a las explicaciones dadas por don Ramón Espinar Merino. ¿Qué decir?... vienen a ser idénticas a las explicaciones que daba hace pocos años  cualquier viejo político al que le pillaban in fraganti en la comisión de cualquier irregularidad : "No es exacto", "No es para tanto", "Es un acto legal", etc...  Ahora bien, hay que tener presente que no todo acto legal es necesariamente justo y ni necesariamente moral y que la explicación dada por Ramón Espinar de que empezó a hacer aportaciones a la cooperativa mientras que era estudiante, que pagó la entrada de la vivienda gracias a un préstamo familiar y que posteriormente descubrió que no podía hacerse cargo de la hipoteca porque entre lo que ganaba y la cuota mensual de hipoteca había una diferencia de 160 euros mensuales, no dejan de ser malas excusas que encima dejan políticamente muy mal a Su Señoría porque ¿Es qué no estudió las condiciones económicas de la vivienda que aspiraba a comprar antes de adquirirla? ¿Pensaba que la suerte le depararía un premio Gordo de la Lotería nada más terminar sus estudios?. En definitiva, que no tuvo la más mínima previsión, no valoró todas las posibilidades, entre las que figuraba el no encontrar trabajo con suelo suficiente para hacer frente a las obligaciones económicas que voluntariamente contraía, ni consideró todas las consecuencias entre las que se encontraba la de no poder hacer frente a la hipoteca. Así pues, don Ramón Espinar actuó como han actuado siempre los políticos de la vieja política demostrando tener muy poca cabeza, menos prudencia y.... acudiendo al endeudamiento externo.

            También respecto a las explicaciones dadas, surge la cuestión fundamental  a la que Su Señoría, el senador, no ha hecho la más mínima mención. ¿Por qué no se limitó a renunciar a la vivienda a favor de otro adjudicatario?. Si lo hubiera hecho se habría liberado del pago de la hipoteca y  una vez adjudicada de nuevo la vivienda la cooperativa hubiera devuelto a don Ramón Espinar las cantidades aportadas a la misma para su compra. 

            Para terminar, en cuanto a lo que la noticia ha revelado o ha puesto de manifiesto es el hecho de que don Ramón Espinar Merino es hijo del veterano político socialista don Ramón Espinar Gallego,  antiguo Alcalde de Leganés, Ex-Consejero de Cultura y, posteriormente, de Hacienda de la Comunidad de Madrid y ex-miembro del Consejo de Administración de Caja Madrid; actualmente imputado en el proceso sobre las tarjetas Black al presuntamente haberse beneficiado de las mismas por un montante total de unos 178.400.- Euros. Muy posiblemente, de no haber sido por la noticia de la venta de la vivienda del Senador, sus vinculaciones familiares no habrían trascendido más allá de un estricto círculo íntimo.

            Evidentemente nadie elige a la familia en la que nace o se desarrolla, pero que entre los que se proclaman renovadores de la política de nuestro país, pertenezcan a "Ciudadanos" o a "PODEMOS", exista un porcentaje, si no mayoritario, desde luego muy relevante de vinculaciones familiares con los políticos de los viejos partidos a los que se dice culpar de todos los males, no deja de ser un grave síntoma de que "la casta política" puede renovarse con nuevas caras y nuevos discursos pero en ningún caso desaparecer al haber adquirido la actividad política en nuestro país el carácter de una actividad exclusiva a desarrollar por una minoría privilegiada que se ha erigido en una nueva aristocracia, incluso de sangre.

            En definitiva, podemos concluir que el "affaire Espinar" debe enmarcarse más bien en una filtración interesada en un momento clave en la lucha interna desatada en "PODEMOS" entre errejonistas y pablistas que reproducen los viejos espectáculos de luchas internas de los viejos partidos y que, si bien, no debe considerarse estrictamente como un escándalo de corrupción no puede por menos que considerarse que es un hecho que "marca maneras" de que la prometida renovación no es más que una renovación puramente formal mientras que la substancia sigue siendo más de lo mismo.

1 comentario:

  1. Qué escándalo, qué horror!!! El portavoz de Podemos atrapado en la venta de un piso, denominado de "protección oficial o subvencionado".

    Señores políticos de la Nación Española, si quieren luchar contra la corrupción, empiecen porque no existan pisos de protección oficial o subvencionados. España de Norte a Sur, de Este a Oeste, está plagada de casos como el que nos ocupa o similares.

    Mi propuesta es la siguiente: Ni un solo piso más de "protección oficial o subvencionado". Estudien, eso sí, de cuantos pisos han de disponer los Ayuntamientos para destinarlos a "Alquiler" con relación al número de habitantes. Estimo que hasta el periodo de renta debería ser limitado, (10, 15 años), prorrogable según las circunstancias familiares del arrendado.

    El político siempre ha de responder sin esperar a las resoluciones judiciales. La absolución judicial no tiene porqué llevar aparejada la no responsabilidad política.

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