Páginas

miércoles, 28 de junio de 2017

POR EL PROGRESO HACIA EL IMPERIO





¡¡¡Plurinacional!!!, ¡¡¡Plurinacional!!!, ¡¡¡Estado plurinacional!!!. Tal es la letanía que sectores situados en la izquierda política de nuestro país elevan a todos los micrófonos de los distintos medios de comunicación que se les acercan como solución definitiva al problema de la articulación territorial del estado. Más ¿Qué entienden ellos por estado plurinacional? Eso ya no lo dicen entre otras cosas porque son los mismos que hace cuarenta años renunciaron al estado federal al portar en sus genes, aunque con grandes complejos, el viejo lema jacobino de "República, una e indivisible" y al carecer de cualquier proyecto constructivo de estado.

            Sería impropia de una página carlista oponerse a la idea de la Constitución Plurinacional del Estado Español porque el Carlismo, profundo conocedor de la Historia y de las tradiciones políticas de nuestro país, siempre ha sido consciente  del hecho de que España, desde sus orígenes, han sido Las Españas, esto es, un estado plurinacional con múltiples soberanías políticas reunidas en lo que se llamó la Monarquía Hispánica. Ahora bien, lo que no es incompatible con la  tradicional reivindicación carlista del estado plural de soberanías compartidas es la denuncia de los hipócritas y de arribistas que se apuntan a la idea del estado plurinacional bien por puro oportunismo y sin tener las ideas claras o bien como una fase más hacia su deseada desintegración del estado.

            Dentro del numeroso grupo que los que se han apuntado a la moda de la reivindicación del "Estado Plurinacional", están los viejos centralistas que crearon el Estado de las Autonomías como un engañabobos para satisfacer los deseos de los pueblos integrantes de Las Españas pero sin intención alguna de realizar las mínimas transferencias recogidas en la Constitución de 1978. A este grupo también pertenecen los antiguos federalistas que, sin ni siquiera haber leído a Pi y Margall, jamás han tenido idea clara de lo que era el federalismo ni de lo que ello significaba. Para estos el Estado Plurinacional es una expresión vacía de contenido que puede servir para sostener lo que ya resulta insostenible, el estado constitucional de 1978, durante unas décadas más.

            Para otros, posiblemente una minoría pero que tiene las ideas tan claras como las malas intenciones, el "Estado Plurinacional" sería la fórmula jurídica-política que, transcurridos unos años, permitiría acusar a ese estado de imperialismo pues, al fin y al cabo, todo "Estado Plurinacional" es un imperio porque con tal palabra se alude a un estado multicultural, multiétnico, multirreligioso, etc... y solicitar, bajo cualquier pretexto, la liquidación de ese imperio.

            Por otro lado llama poderosamente la atención una cosa en la que nadie ha incidido hasta ahora y es la relativa a cual sería la fórmula política que uniría o articularía esa plurinacionalidad del estado pues un estado plurinacional puede tener la fórmula federal o confederal como nexo común de unión entre las distintas nacionalidades al igual que un mismo estado plurinacional puede tener como nexo de unión exclusivamente la fuerza y el poder y no respetar singularidad nacional alguna (por ejemplo el Imperio Turco y el Imperio Ruso y posteriormente la URSS).

Para los carlistas la constitución del Estado Plurinacional siempre ha estado clara. El estado queda constituido federalmente por la suma de entidades históricas soberanas que se rigen por sus propias leyes emanadas de sus propias instituciones políticas locales con un estado central mínimo que se ocupe de la defensa común, de la política monetaria, de la política exterior y de poco más sin que el estado pueda dictar normas que invadan la soberanía de ninguna nacionalidad o vaya contra las constituciones soberanas de cada estado federado y todo ello con una Jefatura del Estado en forma de monarquía que tendría grandes prerrogativas como suprema magistratura y símbolo común del Estado y de permanencia del mismo. De este modo el estado no tendría una constitución única como los estados liberales nacidos de la Revolución Francesa sino que la Constitución del Estado sería el resultado de la suma de todas y cada una de las Constituciones de las nacionalidades que lo integran.

            Además y según la teoría política del Carlismo cada una de las nacionalidades tendría el derecho a su propio desarrollo normativo y fiscal pactando el estado anualmente la aportación económica al mismo de cada una de las nacionalidades. Ahora bien, consecuencia lógica de este desarrollo normativo autóctono, es que se rompería la igualdad de todos los españoles por dos razones: la primera, porque el desarrollo normativo y fiscal propio haría que hubiera nacionalidades donde se permitieran determinadas acciones y otras en las que no (por ejemplo podría existir el aborto en una nacionalidad y no en otra o en una nacionalidad se podría considerar delito fumar y en la nacionalidad de al lado no) y la segunda, porque indudablemente existirían nacionalidades más ricas y/o mejor gestionadas que otras donde habría más trabajo o la renta per cápita sería más elevada, lo que conllevaría a tener mejores servicios públicos. Evidentemente esta segunda consecuencia se podría paliar con eñ adecuado ejercicio de la justicia distributiva por parte del estado central que crearía algún tipo de fondo de emergencia o caja común de compensación, pero en este caso se ha de tener muy claro que tales instituciones económicas comunes solo sirven para paliar los problemas pero no para resolverlos pues en el estado plurinacional la solución de estos está fundamentalmente encargada a cada uno de los gobiernos soberanos que lo integran.

            Así pues hay que tener muy claro que el Estado Plurinacional la única igualdad que reconoce es la igualdad en el derecho a ser desiguales y a desarrollarse desigualmente cosa que mientras muchos miembros de la casta política ignoran al haberse apuntado a la moda del Estado Plurinacional como el que se apunta a la moda Punk o a la moda Rocker, otros la conocen pero no reconocen conocerla en espera de poder apelar a esa desigualdad para liquidar la existencia del estado común.
         

1 comentario: