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lunes, 14 de enero de 2019

EL PACTO LLEGÓ Y EL JUEGO SE DESCUBRIÓ

 Tras las elecciones autonómicas andaluzas del pasado 2 de diciembre de 2018, se habían planteado numerosas dudas sobre la posibilidad de que el Partido Popular y "Ciudadanos" llegasen a algún tipo de acuerdo con el emergente partido VOX para formar gobierno, así como que éste, que se presentó a las elecciones con un pretendido discurso de querer cambiar las cosas (a mejor o a peor, no es el tema de discusión), quisiera llegar a un acuerdo con los partidos que representan buena parte de lo que debe cambiar en el país.

            Pues bien, el tiempo ha despejado la incógnita y el acuerdo ha llegado la semana pasada con lo que VOX, al igual que PODEMOS en su momento cuando decidió pactar con uno de los "partidos de la casta", ha descubierto su juego que no es otro que el moverse por el puro poder, por la pura ambición de poder, y no para transformar ni cambiar nada.

            VOX se presentó a las elecciones andaluzas con un claro, rotundo y radical programa del que ahora, en su pacto con el Partido Popular en Andalucía, ha claudicado utilizando el tradicional "ahí donde dije digo, ahora digo Diego", porque a pesar de lo que están informando los medios de comunicación, a los que tanto debe VOX en su despegue electoral, el acuerdo suscrito entre el Partido Popular y VOX se basa en 37 puntos de los cuales, salvo los relativos a cierta tendencia privatizadora de servicios púbicos como la educación y la sanidad (puntos 11, 15 y 24 del acuerdo) y la reducción impositiva (punto 5) que parece ser que es lo que fundamentalmente les importa a unos y a otros, son un puro brindis al sol cuando no una hilarante manifestación de folklore elemental.

            Y es que entre los 37 puntos del acuerdo figuran cosas tan brillantes y originales como que "el objetivo prioritario de la Junta de Andalucía será la creación de empleo de calidad" (punto 1 del acuerdo),  una intencionalidad de "luchar contra la corrupción" (punto 2) o un "compromiso con la estabilidad económica, la eficacia, la eficiencia y la suficiencia financiera como principios rectores de la programación presupuestaria y la gestión económica de los recursos públicos" (punto 4), lo cual nos hace preguntarnos, dejando aparte el hecho de que el Partido Popular con el que se ha suscrito este acuerdo ha sido el corresponsable, junto con el PSOE de Felipe González, de la precariedad laboral que sufre el trabajador español actualmente, si alguien conoce a algún grupo político que tenga como bases públicas y manifiestas de gobierno el fomento del desempleo, el favorecimiento de la corrupción o el ejercicio de la prodigalidad y del despilfarro.

 Por otra parte, es de lamentar que entre los puntos del acuerdo no figure alguno que haga referencia a una especial protección del consumo de fino  y manzanilla pues considerando el punto 34 (apoyar por ley la tauromaquia), el punto 35 (apoyar el flamenco) así como el punto 36 (reconocer la importancia de la actividad cinegética) parece ser que en el fondo, y no muy en el fondo, lo que se pretende defender es la figura del señorito andaluz la cual queda incompleta sin el vino de manzanilla o el fino. En este sentido es de indicar que el video electoral de VOX durante la campaña andaluza en el que se veía al presidente del Partido, Santiago Abascal, cabalgando en brioso corcel de estampa jerezana ya fue claramente premonitorio no de "el retorno del rey" sino de "la vuelta del señorito".       

            Finalmente existe entre los 37 puntos del acuerdo, uno que es revelador de lo falsarios que resultan ser tanto el Partido Popular como VOX;  tal punto es el 35 que reza así:  "Apoyar y promover las expresiones culturales y populares andaluzas como el flamenco o la Semana Santa". De la mera lectura de este punto se desprende nítidamente que para estos políticos Voxeros y Populares, la Semana Santa es simple y llanamente una expresión cultural y popular andaluza ignorando el hecho de que fundamentalmente es una expresión de religiosidad que además no es exclusiva de Andalucía porque, sin ir más lejos, la Semana Santa de Valladolid o de Logroño también tienen su atractivo, fama y notoriedad. Este punto 35 del acuerdo tiene a bien poner al mismo nivel al flamenco y a la religión católica por lo que los firmantes de dicho acuerdo o bien están elevando el baile y el cante jondo a condición de religión o están degradando el catolicismo a nivel de folklore danzarín y cantante (1) por lo que no es descabellado el pensar que, en sus futuras visitas a Andalucía, el Santo Padre tenga que pronunciar sus homilías en traje de faralaes haciendo bailar la cola.

            Así pues, que los medios de comunicación y el gobierno del Partido Socialista y sus socios parlamentarios no se asusten ni asusten al personal exagerando sobre un acuerdo en el que poco o nada hay de lo tan vociferado por VOX durante la campaña y precampaña electoral ya que tal acuerdo no es más que un puro formulismo retórico vacio de toda sustancia y contenido que hace presagiar que el partido de Santiago Abascal bien pudiera volver, constituyéndose como corriente interna, al seno materno que fue el Partido Popular. Y por otro lado, por el lado de "Ciudadanos", formación política liderada por Albert Rivera, que tampoco intenten engañar a nadie presentándose como ajenos a este acuerdo en Andalucía porque lo cierto y muy cierto es que, de momento, presiden la Mesa del Parlamento andaluz gracias a los votos de VOX y si en el futuro gobiernan Andalucía junto con el Partido Popular lo harán, igualmente, gracias a los apoyos de los doce diputados autonómicos de VOX.









(1) Tomen nota de este hecho los señores representantes de los abogados cristianos que tanto les gusta querellarse y defender la Fe en los Tribunales que, al fin y al cabo, por una cosa similar resultó condenado por la Iglesia Católica las obras de Charles Maurras y su Acción Francesa el 29 de diciembre de 1926.



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