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martes, 25 de mayo de 2021

PREDICCIONES SANCHISTAS

Alucinados, anonadados y asombrados se han debido quedar los españolitos, cuando, cayendo la que está cayendo, han conocido la pasada semana que el señor Presidente del Consejo de Ministros y líder del PSOE, Pedro Sánchez, tiene un innovador plan para la España del año 2050 en el cual anuncia determinadas medidas que se tomarán en base a ciertas predicciones realizadas "de forma altruista" por un grupo de expertos en distintos ámbitos; aunque, las cosas como son, cuando desde el gobierno de la nación se alude a "equipos de expertos"  puede tratarse de algo que está entre la nada y el colectivo de tarotistas y videntes del parque de "El Retiro".

            En política es posible hacer predicciones bastante acertadas y adelantarse a los acontecimientos. Posiblemente las predicciones  políticas más famosas fueron la que hizo Arnold J. Toynbee el mismo día que se suscribió el Tratado de Versalles (28 de junio de 1919) de que Alemania iría a una nueva guerra en veinte años y la que hizo el general norteamericano William Mitchell a mediados de los años veinte del siglo pasado en la que afirmaba que Estados Unidos y Japón irían a la guerra en poco más de una década (1). Ahora bien, tantos las predicciones de Toynbee como las de Mitchell se basaban en un profundo discernimiento de la historia reciente tanto de Alemania como de Japón, un análisis correcto de los acontecimientos presentes que se estaban desarrollando en aquellos momentos, una compresión clara de la situación geopolítica de Europa y Asia y un perfecto conocimiento de los intereses generales de Gran Bretaña y Estados Unidos respectivamente. Por su parte el informe de Sánchez y que pomposamente se denomina "Informe España 2050" dice basarse en los grandes logros obtenidos por nuestro país desde la transición, pero ¿Se es consciente de en qué han consistido esos logros y como se han obtenido?.

            Ciertamente, desde 1976 hasta hoy  han transcurrido casi cincuenta años en los que el país ha avanzado materialmente muchísimo no pudiéndose decir lo mismo en cuanto a los aspectos espirituales o anímicos, entendiendo por anímicos  o espirituales todos aquellos valores que crean lazos cohesionadores de la comunidad. La renta per cápita de los españoles ha crecido enormemente con respecto a la de 1976 especialmente a partir de 1986 coincidiendo con nuestra entrada en el Mercado Común, tenemos mejores infraestructuras que en 1976, la ciencia ha avanzado enormemente y la tecnología nos ha hecho la vida mucho más fácil, pero todo ello se debe fundamentalmente, en primer lugar, a los llamados "fondos de cohesión" que recibió nuestro país procedentes de la Unión Europea desde mediados de los años ochenta del  siglo pasado hasta mediados de los años noventa del mismo siglo a cambio de hacer las concesiones que hicieron para poder entrar en el Mercado Común (reconversión industrial, privatizaciones de empresas estratégicas, limitación de la agricultura y ganadería...) y, en segundo lugar, a la inconsciente política de endeudamiento público que ha hecho que, en marzo de 2021, la deuda pública española haya alcanzado el 117 por ciento del Producto Interior Bruto, porcentaje éste que para cualquier empresa privada equivaldría a una situación de quiebra.

Por su parte, desde 1976 los problemas políticos no han dejado de crecer al mismo ritmo que los aparentes beneficios materiales. España, a pesar de su integración en Europa, ha perdido peso en la comunidad internacional convirtiéndose en una mera acatadora de las directrices que emanan de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y de la Unión Europea, muchas de las cuales son claramente contrarias a los intereses españoles; así nos hemos visto inmersos en conflictos internacionales que nos son del todo ajenos y que han significado un importante cambio de paradigma en la política exterior de nuestro país que la han hecho depender en exclusiva de la voluntad  y de los intereses de otras potencias. Por otro lado, desde 1976, las disensiones internas no han hecho más que aumentar habiéndose pulverizado todos los acuerdos que hicieron posible la transición y así, desde el comienzo del siglo XXI, se ha abierto una brecha insalvable que divide al país en dos bloques "ideológicos" claramente diferenciados al mismo tiempo que el crecimiento, paulatino pero sostenido en el tiempo, de fuerzas centrífugas en determinadas zonas del país incrementan tensiones territoriales de resultados fácilmente previsibles.

            Este es el claro panorama presente de nuestro país, sobre el que no se puede predecir el futuro maravilloso que el señor Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, vierte en su "Plan España 2050" que no es más que un cuento con un título con pretensiones académicas. Ciertamente el descenso demográfico que se pretenderá paliar con la importación de población llevará a un cierre de colegios y escuelas pero eso no significará que habrá menos alumnos con mejores medios sino que parte de los recursos y del presupuesto de educación habrá que derivarlo a inversiones en salud y cuidados a dependientes, lo que unido a que la importación de población, a la que eufemísticamente se refiere el "Plan España 2050" como "fomento de la emigración legal", será mayoritariamente de población sin cualificación profesional, provocará un descenso generalizado en el número de población cualificada que se traducirá en menor competitividad y menor crecimiento económico. Por otro lado el deseo manifestado en el "Plan España 2050" de acabar con los vuelos interiores, además de que posiblemente lleven al cierre de alguna aerolínea e incremente el desempleo resulta muy quimérico pues el mejor medio para desplazarse a las Islas Baleares o a las Canarias es el avión y tales destinos son vuelos interiores que seguirán siendo imprescindibles salvo que en el año 2050 Marruecos se haya hecho con la soberanía sobre Canarias y Cataluña se haya independizado. Y finalmente, la intención de disminuir el consumo de alimentos cárnicos y de origen animal que contiene el presidencial plan para la España del año 2050 resulta extremadamente llamativo y sorprendente, poniendo de manifiesto el grado de degeneración mental de la izquierda española, que parece tener la intención de retrotraer los hábitos alimenticios de la gran mayoría de la población española a los que se veía obligado a tener la clase trabajadora a principios del Siglo XX quedando determinados productos para goce y disfrute de una minoría privilegiada y todo ello con una pretendida justificación ecologista.

            En definitiva, el "Plan España 2050" no es más un cumulo de deseos inconsistentes y el recurso desesperado a un hipotético regreso de una "Edad Dorada" de quien nos ha conducido a la presente "Edad de las Tinieblas" y se muestra incapaz de sacarnos de ella.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

(1) Otra predicción política acertada fue la que hizo la Central de Inteligencia Americana (CIA) en un informe de diciembre de 1990 en la que, mientras el mundo estaba pendiente de la primera crisis del Golfo Pérsico desatada por la invasión de Kuwait por Irak, aseguraba que los movimientos centrífugos en la entonces Yugoslavia la llevarían a la desintegración en seis meses. En Junio de 1991, seis meses después de la publicación del informe, Croacia y Eslovenia declararon unilateralmente su independencia.

 

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