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viernes, 19 de diciembre de 2008

¿QUÉ QUEDA DE LA NAVIDAD?

Todo cambia en la vida con el transcurso de los años y ciertamente así es y así ocurre también con estas entrañables fechas que se aproximan y que cada vez son menos entrañables, menos familiares, menos espirituales y mas, mucho más, materiales y comerciales.

Desde el punto de vista subjetivo de cada uno, estoy seguro que la Navidad, pasa de ser un tiempo mágico de desbordamiento de una felicidad incomprensible cuando se es niño a ser un tiempo de tristeza melancólica cuando los años pasan y se tiende a recordar a los que antaño estaban y ya no están.

Desde el punto de vista objetivo, la Navidad ha pasado de ser una fecha religiosa de gran espiritualidad y recogimiento, de cánticos alegres y muestras de afecto de unos para con otros a una simple periodo que, junto con otras fechas concretas como el 14 de Febrero o el 19 de Marzo, figuran con números gigantescos en los calendarios mercantiles.

En la Navidad actual, como siempre ha ocurrido con los que tienen por corazón una caja de caudales, los plazos no dejan de correr, los intereses no dejan de devengarse y las deudas no dejan de acumularse, pero nunca se han utilizado tanto las fechas navideñas con un interés tan comercial y crematístico como de un tiempo a esta parte.

La Navidad ya no empieza entorno al veinticuatro de Diciembre como hace años sino que se adelanta a mediados de Noviembre en los grandes centros comerciales para estimular más el deseo consumista próximo el cobro de la paga extra. Nunca con anterioridad, una sociedad más laica, más desacralizada y cada vez menos religiosa y familiar ha celebrado tanto una fecha familiar y santa con un sentido tan opuesto a su espíritu originario.

La Navidad no es la fiesta orgiástica del dinero, del comercio y del consumo, la Navidad es la conmemoración anual de la Venida al Mundo de Nuestro Señor Jesucristo y sobre todo del nacimiento del mensaje que, confirmando íntegramente el decálogo hebreo, venía a dar un mandamiento nuevo que la humanidad se empecina en desoír: “amaos los unos a los otros como yo os he amado”.

Hoy, el dinero, ese “excremento del diablo” del que hablaría Papini, lo inunda todo y todo lo corrompe hasta el extremo de que, resultaría más fácil extraer el templo, que son todas y cada una de las almas de las gentes de bien; del comercio que expulsar a los comerciantes del templo porque de lo contrario ¿Qué queda de la Navidad? ¿Tan solo la iluminación de la ciudad y los paquetes de regalo circulando por las calles?.

¡¡Pues no!!. No solo eso queda de la Navidad porque la Navidad, lo que realmente es la Navidad, lo que realmente significa la Navidad, pervive en todos y cada uno de aquellos que comprenden y aceptan el mensaje de “Un cuento de Navidad” de Dickens y por supuesto del Evangelio.

¡¡¡FELIZ NAVIDAD A TODOS!!!

viernes, 12 de diciembre de 2008

REGALAR LIBROS

Siendo costumbre intercambiar regalos en diferentes fechas, sobre todo en Navidad, surge siempre el problema de qué regalar y si el objeto elegido agradará o no a la persona obsequiada.

Si el regalar es un arte, el regalar un libro es el arte supremo, ya que si siempre hay que elegir el regalo, no guiándonos por lo que a nosotros nos gusta sino por lo que agrada a la persona a la que vamos a regalar; el regalo de un libro exige un saber escoger el género, el tema, el autor y la calidad de la edición.

De este modo, si a la persona a regalar, le gusta la historia y la literatura, qué mejor elección que una novela histórica ambientada en su periodo histórico favorito o, por si al contrario, le agradan las artes escénicas la elección adecuada sería una pieza teatral de su dramaturgo o del género teatral de su predilección.

Resuelto el problema del género y del tema, se resuelve automáticamente el problema del autor, pues se trate de un autor consumado o no, es de poca importancia, si ha escrito una obra literaria interesante, documentada y fácil de leer.

Más difícil resulta encontrar una calidad en la edición del libro. A este respecto, hay que decir que un libro no es un objeto de consumo que se lee y se tira. El libro puede y debe ser leído, conservado, consultado y vuelto a leer, siendo para ello imprescindible que la edición en cuanto al papel, formato y encuadernación sean buenas porque ¿Cuántos páginas no quedan sueltas y descabaladas al abrir un libro? ¿Cuántos libros no quedan deshechos tras su primera lectura?. Por tanto siempre es aconsejable gastarse un poco más y adquirir una buena edición que permita disfrutar del libro durante muchos años e incluso legarlo a nuestros nietos o bisnietos. Igualmente si la pieza literaria ha sido escrita originariamente en otra lengua, es fundamental elegir, en materia de edición, una buena traducción porque una traducción mala puede destrozar la obra haciéndola ilegible e invitando a desistir de su lectura al más ávido de los lectores.

Por último, también es aconsejable en materia de edición, que si la obra que se elige es densa en nombres y datos históricos o científicos, contenga notas aclaratorias a cuenta del editor o del traductor, que faciliten al lector la comprensión del texto pues, por muy culto que se sea no se puede tener en todo momento una enciclopedia en la cabeza.

Termino haciendo una relación de libros editados recientemente y que considero de interés para próximos regalos siendo de excelentes temáticas y calidades editoriales.

- “La Mujer Pobre” de León Bloy, editorial Alfama. Esta edición tiene la ventaja de tener una magnífica traducción del francés de esta obra del catolicismo crítico y social.

- “Varsovia 1920: El Intento Fallido de Lenin por Conquistar Europa” de Adam Zamoyski, editorial Siglo XXI. Ensayo histórico sobre uno de los grandes conflictos, hoy ignorado, del periodo de entreguerras.

- “los Miserables” de D. Víctor Hugo, editorial Planeta. Esta edición es una nueva traducción de la famosísima novela de Hugo editada con la categoría que se merece para facilitar su conservación.

- “Historia de la Revolución Francesa” de Jules Michelet, editorial Ikusager. Conocida y celebérrima sobre la Revolución Francesa cuya edición reproduce la primera edición en castellano con traducción de don Vicente Blasco Ibáñez y que se lee con la facilidad de una novela.

lunes, 1 de diciembre de 2008

EL PROBLEMA DE LA JUSTICIA EN ESPAÑA

Es práctica habitual y lógica en la ciencia médica diagnosticar las enfermedades a través de sus síntomas, pero igualmente resulta habitual siendo menos lógica en la sociología hispana la práctica de confundir los síntomas con los problemas mismos. Así de forma periódica se habla desde los medios de comunicación y desde el poder de que el problema de la justicia en España es la lentitud y el atasco judicial, cuando realmente tal atasco y tal lentitud son simples síntomas de un cúmulo de problemas que minan, desde hace décadas, a la administración de justicia en nuestro país.

El primer problema y que resulta consustancial en la administración de justicia española es la total ausencia, salvo contadas y honradas excepciones, de vocación profesional entre los jueces no siendo la inmensa mayoría de ellos juristas, sino simples licenciados en derecho que tienen por objetivo vital ser altos funcionarios del estado y tener un sueldo fijo cada mes por ello, desde el momento de terminar sus estudios en la universidad, se dedican a opositar y muchos de ellos al no poder conseguir ser funcionarios de la máxima escala administrativa siguen opositando descendiendo en el escalafón hasta conseguir al menos ser agentes judiciales, siendo el ejercicio libre de la profesión de abogado su última y desesperada opción.

El segundo problema, también consustancial, es el carácter con el que los funcionarios de justicia entienden su trabajo y que en su momento sintetizó muy bien Larra en su artículo “vuelva usted mañana”. Así el horario de trabajo del funcionario es extremadamente flexible, se supone que entra a trabajar a las 9.00 de la mañana, pero muchos llegan más tarde, luego tienen un tiempo para almorzar que tiende a extenderse más de lo fijado en los convenios laborales suscritos y finalmente tienen unos periodos vacacionales extremadamente raros pues fijándose en general el mes de Agosto como inhábil a efectos judiciales, la mayoría de funcionarios de justicia se toman el mencionado mes veraniego y con posterioridad muchos de ellos se toman días libres, o incluso periodos enteros, lo que, teniendo en cuenta que cada funcionario lleva un determinado número de asuntos y que si él no esta el asunto no se mueve, ni se provee y ni siquiera se puede ver; se puede hacer el lector una idea del perjuicio que tal práctica generalizada ocasiona a la administración de justicia.

Otro problema, este más bien de formación ciudadana y que solo con la debida educación del ciudadano se solucionará, es que la administración de justicia es un servicio público y como tal ha de ser utilizado por los ciudadanos con racionalidad no abusando de él. Siendo España un país donde se pleitea por las cosas más nimias y aún sin derecho o con ninguna posibilidad de que el pleito prospere, son miles de demandas, denuncias o querellas las que llegan diariamente a los organismos judiciales atascándolos pues a todas ellas hay que proveer aunque solo sea para acordar su archivo. En este sentido hay que señalar que no es ajeno a este furor querulante los poderes ejecutivo y legislativo que tienden cada vez más a judicializar numerosos aspectos de la vida ciudadana llegando incluso a la peligrosa vulneración del principio de intervención mínima del derecho penal.

Un cuarto problema de la justicia en España, es la escasez de medios adecuados porque, entre otros motivos, la inmensa mayoría de los dineros presupuestados para la administración de justicia se los llevan los alquileres de los inmuebles donde radican muchos juzgados y el pago del personal funcionarial al que se le dota poco y mal de medios técnicos avanzados, siendo posible, como lo es en la actualidad que todos los órganos de la administración estén conectados entre sí por redes informáticas de fácil manejo que permitieran un rápido intercambio de información sustancial para la feliz resolución de los procesos.

A todos estos problemas indicados también se une que las leyes procesales vigentes en nuestro país permiten en gran medida que sea el demandando o el denunciado, es decir la persona a la que más le interesa que el proceso sea interminable, quién tenga la iniciativa procesal pudiendo actuar de numerosas y diversas maneras para dilatar el procedimiento hasta el aburrimiento de la otra parte.

Finalmente no se puede terminar de hablar de la administración de justicia en España sin reivindicar la figura del abogado de oficio pues, estando las cosas como están y que son como arriba se han descrito, hay que afirmar que es el abogado de oficio el personaje sobre el que descansa en último término el funcionamiento de la justicia porque siendo su intervención elevada en numerosos procedimientos de las jurisdicciones civil y laboral es en las jurisdicciones penal y administrativa donde su participación es total en prácticamente todos los procedimientos. Es el abogado de oficio quien, sin coste alguno para el justiciable al que defiende, dinamiza los procesos acudiendo con asiduidad a la oficina judicial a preguntar por el estado de la tramitación de los procedimientos haciendo de este modo que los temas vayan más rápidos, es el abogado de oficio quien, por un módico coste para el estado o para las administraciones autonómicas, vigila que las leyes se apliquen sin vulneración de ninguna garantía y finalmente es el abogado de oficio quien no solo pone sus conocimientos al servicio del ciudadano, sino que además les financia en cierto modo los procedimientos pagando de su bolsillo unas infraestructuras (teléfono, fax, luz, despacho…) y unos consumibles (tinta, papel, toner…) por los que recibirá en el futuro unas “compensaciones” económicas que en algunas comunidades autónomas como la de Madrid, les comienzan a ser regateadas asemejándolos a aquellos soldados de los Tercios a los que las soldadas les llegaban siempre tarde y rebajadas si es que les llegaban. Tan importante es la figura del abogado de oficio tal y como está establecida actualmente en nuestro ordenamiento jurídico y en el sistema actual de justicia gratuita que pudiéndose y debiéndose afirmar que la justicia en España funciona mal, sin la figura del abogado de oficio, simplemente no funcionaría.

domingo, 23 de noviembre de 2008

LA GRAVE CUESTIÓN DE REPSOL


La noticia de que la empresa rusa Lukoil desea comprar las acciones que la inmobiliaria Sacyr y la Caixa tienen en REPSOL pone de manifiesto la debilidad y el carácter de la economía española

La Clase empresarial española, solo es capaz de hacer inversiones allí donde el riesgo es mínimo, la amortización es rápida y donde se pueden obtener ganancias descomunales con una inversión mínima. Los empresarios españoles, desmerecedores de este nombre, no son capaces de crear riqueza sostenible ni tienen visión de oportunidad ni miras de futuro como prueba, por el ejemplo, el hecho que de tras la caída de la URSS no entrasen en el mercado ex soviético para participar en la industria aeroespacial rusa. Ahora, muestra de esta incapacidad, que vamos a pagar todos los ciudadanos españoles, es su actual repliegue del sector energético aunque sea a costa de abandonar en las peores manos posibles una de las más grandes empresas españolas.

La entrada de Lukoil en REPSOL, no solo afecta a un sector económico estratégico de nuestro país, sino que además afecta a la seguridad pública y ciudadana porque puede cambiar radicalmente, a todavía peor, la forma de hacer negocios y de entender la actividad económica en España pues Lukoil es una empresa a la que se le atribuyen contactos con el crimen organizado ruso nacido de la desintegración de la URSS. Todo ello sin contar con que el cambio de bandera de la empresa española puede llevar a justificar la nacionalización, y por tanto la pérdida, de los activos de la misma en Iberoamérica con los problemas económicos que ello acarrearía.

Es necesario, más aún es imprescindible, que el Gobierno actúe impidiendo que la empresa rusa se haga con ningún porcentaje de las acciones de REPSOL. Para ello puede y debe acudir a la nacionalización de la multinacional, lo cual además sería coherente con las constantes manifestaciones del líder socialista y actual presidente del gobierno al respecto de la economía del libre mercado.

Por su parte, los vocingleros de la oposición, que consideran que ya han hecho su labor criticando la manifiesta pasividad del ejecutivo socialista cayendo en total contradicción con su férrea defensa del neoliberalismo, podrían tomar la iniciativa de hacer una suscripción pública entre todos los ciudadanos para comprar las acciones que, de REPSOL, posee Sacyr y la Caixa, aunque considerando el bajo nivel político de todos los líderes populares y su base social, la única iniciativa de este tipo que estarían dispuestos a emprender sería una suscripción popular para comprar un barquito a Su Excelencia el Jefe del Estado.

En fin… Los unos por los otros la casa por barrer y la economía española más comprometida y más a la deriva.


¡¡¡IMPIDAMOS QUE REPSOL CAIGA EN MALAS MANOS!!!


¡¡¡NACIONALIZACIÓN DE REPSOL, YA!!!


O, ANTE LA PASIVIDAD DEL ESTADO Y SUS INSTITUCIONES:


¡¡¡INICIEMOS UNA SUSCRIPCIÓN POPULAR PARA COMPRAR A SACYR Y A LA CAIXA SUS ACCIONES EN REPSOL!!!

viernes, 21 de noviembre de 2008

DESATINOS ANTES DE MORATINOS. LA POLÍTICA EXTERIOR ESPAÑOLA

EI actual Ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, resulta extremadamente controvertido por todos los sectores políticos menos por el propio como es lógico por su mas que hilarante, patético, hacer en la Política Exterior de España ignorando dichos sectores dos cosas completamente ciertas: la primera, que un Ministro de Asuntos Exteriores no hace, ni crea, ni mantiene una política independiente de las directrices marcadas por el Presidente del Gobierno (Primer Ministro o Canciller, en los Estados serios) y la segunda, que el señor Ministro no hace otra cosa que sostener la tradición instaurada en la política exterior de España desde hace unos doscientos años y que consiste en NO tener política exterior.

Una política exterior a diferencia de cualquier otra política como la económica, la sanitaria o la educativa, obedece a unos principios fundamentales y a unas directrices muy claramente marcadas que deben ser constantes y siempre respetadas con independencia de los gobiernos que se sucedan en el poder. Así en nuestro país y ya desde los tiempos de Fernando VII existía la muy mala costumbre de cambiar de política exterior con cada monarca o con cada régimen político para terminar, en tiempos presentes, cambiando de política exterior con cada gobierno lo que genera una incertidumbre y una total ausencia de continuidad en nuestras relaciones exteriores con peligrosos periodos de ignorado aislamiento internacional.

Desde mediados del siglo XIX, los países de nuestro entorno Europeo y Occidental teorizaron sobre la política internacional y crearon importantes tratados sobre el tema que, fijados sobre estados concretos, constituyeron y constituyen verdaderos manuales de política exterior cuya puesta en práctica se mantiene hasta el día de hoy. Dichos manuales están integrados o bien por volúmenes teóricos de geopolítica o bien por memorias y hechos de los grandes actores políticos del siglo XIX e incluso XVIII como Catalina II, Napoleón, Gladstone, Bismarck y otros muchos. Así por ejemplo, toda la política exterior norteamericana se basa en dos pilares teóricos: "Ia Doctrina Monroe" y el libro del Capitán Thayer Mahan "EI poder naval en la Historia" e igualmente la política internacional Alemana se basa en el libro "Politik" de Karl Haushofer y, con errores y aciertos, en los hechos de Bismarck resultando estúpido pensar por ejemplo que el tratado Ribbentrop-Molotov de 1939 fue el acuerdo amistoso de dos dictadores sanguinarios cuando en realidad se trataba de un acuerdo entre dos hombres de Estado uno de los cuales (Hitler) emulaba a Bismarck y otro de ellos (Stalin) hacia lo propio con Catalina II o que el actual "Eje Berlín-Paris" es un intento de favorecer la Unidad Europea cuando en realidad se trata de un cambio de "punto de apoyo" en la política exterior alemana que con Bismarck se basaba en una alianza con Rusia, con Guillermo II en una alianza con Austria-Hungría y en la actualidad se sostiene sobre una alianza con Francia.

Por su parte, España, no ha hecho otra cosa que dar estúpidos y constantes bandazos en política exterior que de no haber generado grandes sufrimientos y tragedias seria digna de inspirar el argumento de una comedia cinematográfica de Berlanga. En este sentido es al mismo tiempo justa y lamentable recordar que antes de que el actual representante hispano en el exterior recorriera el mundo con una cartera llena de chistes de Lepe para mayor goce y entretenimiento de los asistentes a las conferencias internacionales han existido en la política internacional de España situaciones paradójicas de patética rememoración siendo las mas interesantes de mencionar las que brevemente a continuación se relacionan:

La primera sería la postura adoptada durante las Guerras Napoleónicas en la que España interviene primero suscribiendo una alianza con Napoleón I contra la Gran Bretaña para ulteriormente cambiar de bando uniéndose a esta contra el Imperio Francés anticipándose mas de un siglo a lo que posteriormente haría Italia en ambas guerras mundiales pero con la sustancial diferencia de no obtener ningún beneficio con la mudanza y todo ello a pesar de los extraordinarios emolumentos pagados a Talleyrand para que favoreciera los intereses españoles en el Congreso de Viena (1).

Posteriormente nos encontramos con la política exterior española desarrollada durante la I Guerra Mundial en la que una vez mas el ruedo ibérico se convirtió en una pista de circo de tercera clase (2). Durante dicha contienda de 1914-1918 la postura española no fue ni pro ni contra ni ambigua sino que simplemente no fue. Por un lado se encontraban los llamados germanófilos, partidarios de los Imperios Centrales, los cuales afirmaban que una victoria alemana haría que el Kaiser forzara a Inglaterra a devolver Gibraltar y a Francia a entregar Marruecos, claro esta que es muy dudoso que a Alemania, que tan solo quince años antes había intentado invadir las posesiones españolas en el Pacifico, Ia interesaran los asuntos de España pero sin duda alguna, si el Emperador de Alemania y el Rey de Prusia hubiera tenido que favorecer una política que no hubiera sido francesa en Marruecos, esta política hubiera sido exclusivamente una política Alemana como prueban los antecedentes de la crisis de Tánger en 1902. Por otro lado, pero no menos convencidos de la realidad de los cuentos de Hadas se encontraban los aliadófilos partidarios de la Entente (cuyo representante máximo era el Conde de Romanones) los cuales sostenían que la victoria de Inglaterra y Francia apoyados tímidamente por una especie de "neutralidad beligerante" española favorecería la reintegración de Gibraltar y la ocupación efectiva del Ifni, territorio cedido a España "a perpetuidad" por el tratado de Tetuán de 1860, y a la que se oponía Francia. Evidentemente los hechos posteriores están ahí: la Entente venció, Gibraltar sigue siendo ingles y el Ifni no se ocupó hasta 1934 con ya bien entrada la II Republica.

Como último ejemplo del desastre internacional de nuestra política exterior es de mencionar lo acaecido durante la última contienda mundial de 1939 a 1945. Durante este conflicto la actitud política hispana fue propia de un ludópata sin suerte o de un tahúr de timba cabileña, pues como las mismas autoridades del régimen imperante afirmaban, la guerra mundial no era una guerra "sino tres: una existente entre Alemania y las democracias occidentales en las que España es neutral, otra la existente entre Alemania y la Unión Soviética en la que España es claramente pro Alemana y la tercera y ultima la existente entre Japón y las democracias occidentales en la que España es pro aliada". En fin, los hechos vuelven a ser nítidos: como si de jugar a la lotería se tratase, la política exterior española en el conflicto se basó en apostar a todos los números y, aun siendo matemáticamente imposible, no obtuvo premio alguno.

Hay que esperar a finales de los años cuarenta para que el entonces Ministro de Asuntos Exteriores, Jordana de Pozas, elaborara unas directrices fundamentales que se basaban en tres ejes alrededor de los cuales debía girar la política exterior de España: el Magreb, Europa e Hispanoamérica, sin embargo desde el principio, en los dos primeros "ejes" la política desarrollada por España siempre estuvo sometida a los criterios franceses quienes favorecieron la instauración de la dinastía Alauita en Marruecos en perjuicio de los derechos nacionales del pueblo Rifeño primero y del Saharaui después y bloquearon todo intento español por adherirse a las instituciones europeas hasta 1986 (3) mientras que en el "eje" de Hispanoamérica la política exterior española ha andado siempre a medio camino entre lo folklórico y lo caritativo para finalmente, en la actualidad, estar prácticamente privatizada y sometida a los intereses puramente crematísticos de las grandes empresas y multinacionales españolas que actúan en el Cono Sur americano.

Con todo esto la actitud del Ministro Moratinos no es peor que la de otros antecesores suyos y lo único verdaderamente criticable y lamentable es la ausencia total de una política exterior orientada a lo que se orienta toda política exterior, esto es: a defender los intereses propios ante las instituciones internacionales o supranacionales, a crear el concepto de existencia como Gran Potencia y a fomentar alianzas o tratados que claramente generen beneficios políticos y comerciales y en que no se comprometa seriamente la libertad de acción en materia internacional.


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1 Es de recordar que a pesar de figurar entre las potencias vencedoras de Napoleón Bonaparte y de tratarse en el Congreso de Viena distintas cuestiones entre las que se encontraba un reajuste de fronteras y reclamaciones territoriales, España, que tan solo veinte años antes había sostenido contra la Convención Francesa la "Guerra del Rosellón" o "Guerra Gran" se olvido de formular cualquier reclamación sobre este territorio irredento que atendiendo a las circunstancias de Francia bien podría haberse conseguido su reintegración.

2 Como anécdota de lo mucho que Ia importaban a las potencias en conflicto los "asuntos de España" y lo inteligente de nuestra política internacional podemos mencionar el suceso acaecido con el submarino alemán U-35 mandando por Lothar von Arnaud de la Sapiere que arribo al puerto de Cartagena a finales de Julio de 1916 donde hizo entrega al mando militar de una maqueta del submarino que aun puede verse en el museo del ejército y de una carta del Kaiser para Alfonso (llamado el XIII) en la que Ie agradecía el trato dispensado a los soldados alemanes de Camerún internados en Guinea Ecuatorial. Tras las veinticuatro horas de favor que tienen los buques beligerantes en los puertos neutrales en las que el submarino fue visitado por las autoridades civiles y militares y sus oficiales obsequiados por las mismas, el U-35 abandono Cartagena para nada mas salir del puerto, hundir un buque mercante español (Anécdota tomada del libro "Los Submarinos Alemanes en la Gran Guerra" de Cristino Castro viejo. Editorial Almena).

3 EI sometimiento de la política exterior española a Francia en el Magreb se refleja no solo en el hecho de la admisión de la dinastía Alauita en el trono de Marruecos sino en el propio proceso "descolonizador" en la que España renuncio a independizar por su cuenta el territorio del Rif cosa que hubiera sido notablemente beneficioso a los intereses hispanos en el Magreb y se mantuvo en posesión del Ifni simplemente por el interés francés, llegando incluso a recibir ayuda de la aviación francesa en la IIamada "Guerra del Ifni" que bombardeaba desde sus bases en Argelia.

viernes, 14 de noviembre de 2008

¡1914! LAS VANGUARDIAS Y LA GRAN GUERRA

Bajo este nombre y coincidiendo, este mes de noviembre, con el noventa aniversario del armisticio de 1918, el Museo Thyssen Bornemisza en colaboración con la Fundación Caja Madrid han inaugurado en Madrid una exposición que muestra la influencia que los acontecimientos históricos de los primeros años del Siglo XX tuvieron en el arte y la visión que los artistas de vanguardia plasmaron en su obra del desgarro europeo que supuso la Gran Guerra.

Próximo a conmemorarse el primer centenario del inicio de aquella locura ya es hora de que las instituciones públicas y privadas empiecen a dar a conocer aquel gran conflicto bélico injustamente eclipsado por si hija mayor, la Segunda Guerra Mundial, y que siendo “la guerra que iba a acabar con todas las guerras” se convirtió, tras los tratados de paz de 1919, en el origen de todos los conflictos posteriores y de los muchos y graves problemas internacionales que padece la humanidad en la actualidad.

La exposición reúne fundamentalmente obras pictóricas de diversos artistas de los países beligerantes que reflejan los distintos estilos artísticos imperantes en el primer tercio del Siglo XX, desde el primitivismo ruso de Natalia Gocharova al cubismo y surrealismo pasando por el futurismo. Igualmente hay presencia en la exposición, aunque escasa, de la escultura y de la literatura debiéndose mencionar algunas páginas escritas en las trincheras por Apollinaire (1880 - 1918) que representan los primeros poemas que más tarde serían reunidos y publicados en un volumen con el título de “caligramas”, precursores de la escritura automática y el famoso poema “Tengo una cita con la Muerte “ de Alan Seeger (1888 – 1916) que resume en unos pocos versos toda la incompetencia militar y estupidez de una guerra que hizo que cientos de miles de hombres tuvieran que vivir durante meses a dos metros bajo tierra saliendo a la superficie solo para morir.

La exposición aunque pequeña, cumple perfectamente con su función cultural y didáctica y aunque se echa de menos una mayor presencia de otras ramas del arte como la literatura y la escultura así como de los numerosos bajorrelieves plasmados en las medallas realizadas en toda clase de metales por grabadores como el alemán Karl Götz y los franceses Chaplain y Dropsy, precursores ambos del Arc Decó, es digna de visitarse y estará abierta al público hasta el 11 de Enero del 2009 en la Sala de Exposiciones de Caja Madrid y en el propio Museo Thyssen.

Quiero aclarar que la foto que acompaña al presente artículo, es el “Retrato como Soldado” de Otto Dix que puede verse en la exposición y que para que sirva de reflexión reproduzco el precitado poema de Seeger “Tengo una Cita con la Muerte”:

Tengo una cita con la muerte
en una trágica trinchera.
Cuando retorna primavera
regando flores en su viaje,
tengo una cita con la Muerte
bajo su límpido celaje.

Quizá me tome de las manos
y me conduzca a sus arcanos,
ahogando párpados y aliento;
quizá yo mismo pase inerte.
Tengo una cita con la Muerte
sobre un alud penoso y lento,
cuando retorna primavera
regando flores por doquiera.

Dios sabe cuánto más me agrada
entre la seda perfumada,
dormir de amores al impulso,
soplo con soplo, pulso a pulso,
donde hay amenos despertares.
Mas tengo cita con la Muerte,
en noche tétrica y macabra,
cuando se incendian los hogares
y primavera resucita…
y siendo fiel a mi palabra,
no he de faltar a nuestra cita!

viernes, 7 de noviembre de 2008

ESPAÑA Y LA PARÁBOLA DE LA CARROZA

Un precioso día de primavera, nuestro protagonista, de nombre desconocido y al que llamaremos “K”, por ser kafkiana letra como kafkiana puede ser esta historia; coronaba, tras un esfuerzo ligero, una loma lo suficientemente alta para divisar un bonito paisaje repleto de cimas y de valles cuando a los pies de la misma descubrió un grupo de gente esforzándose por sacar un carro de una vaguada a la que las recientes lluvias y deshielos habían convertido en una fangosa ciénaga.

“K” se apresuró a descender para sumarse a los esforzados seres empeñados en la noble tarea de liberar el carro del viscoso elemento cuando vislumbró que no era un carro lo que allí se encontraba preso sino una antigua carroza que aún conservaba vestigios de su pasada grandeza y hermosura, que sin duda recuperaría completamente tras las oportunas tareas de limpieza y reparación.

Sin pensárselo dos veces y lleno de entusiasmo, “K” se sumo al grupo humano que empujaban la carroza desde la parte trasera de la misma hacia la salida de la vaguada. Los trabajos colectivos que se hacían por sacar la carroza del barro dibujaban una obra pictórica del más puro romanticismo a la que se sumaban los gritos de ánimo y los jadeos provocados por los esfuerzos; más la carroza no solo no se movía lo más mínimo sino que, incluso de forma imperceptible, parecía un poco más hundida en el fango. A pesar de todo, las labores continuaban sin cesar.

“K” empujaba y empujaba, el barro ocultaba completamente su calzado y salpicaba toda su ropa, pero nada le hacía desistir de la libremente asumida tarea no percatándose de que nueva gente se sumaba a los intentos por sacar la carroza del fango mientras que otros, hartos ya de tanto trabajo estéril, los abandonaban retomando su camino.

En un instante en que “K” dejó de empujar para retomar el aliento y limpiarse con su pañuelo el sudor de la frente y el barro que ya le llegaba al rostro, echo una mirada escrutadora al grupo de sus esforzados compañeros de trabajo dándose cuenta de que había mucho de apariencia en la escena de la que era coprotagonista pues detecto que en el grupo no existía una finalidad homogénea. Y es que, efectivamente, en el grupo humano que rodeaba la carroza había unos que se sacrificaban hasta extremos heroicos para arrancar al fango su presa llegando incluso a sucumbir hundidos en el mismo, otros simplemente gritaban y gemían apoyados sobre algún punto de la carroza fingiendo un esfuerzo que realmente no realizaban, otros contrarrestaban con muy mala fe el esfuerzo de los primeros empujando en dirección contraria con igual fuerza e incluso había unos que se habían subido a la carroza instalándose cómodamente en ella, incrementando así el peso de la misma y aprovechándose del descuido de todos los demás para sustraerles las bolsas de dinero y otros efectos de valor.

“K”, se puso a gritar intentando organizar todo aquello. Animaba a los que hacían los mayores esfuerzos, a redoblarlos; recriminaba a los que fingían exhortándoles a empujar la carroza, intentaba organizar a los que hacían contra fuerza para que su trabajo fuera productivo y beneficioso para todos y ordenaba a los que estaban encaramados en la carroza que bajasen de ella devolviendo todo lo que habían robado, pero nadie le hacía caso y todos seguían a lo suyo sin orden ni concierto desoyendo todo consejo. Solo de vez en cuando, como si de un constante goteo se tratase, varias personas se marchaban abandonando el trabajo al tiempo que otras nuevas se incorporaban a él.

Habían transcurrido casi doce horas desde que “K” se había incorporado al grupo que rodeaba la carroza cuando fatigado, totalmente enfangado hasta llegar a confundirse con el suelo, rota su voz de tanto vocear animando y organizando inútilmente y viendo como algunos de los que empujaban animosamente dejaban de hacerlo para empezar a engrosar las filas de los que disimulaban o de los que contrarrestaban todo esfuerzo, o incluso, a intentar subirse al carruaje, abandonó hastiado los trabajos para seguir su camino dirigiéndose a la loma que estaba frente a aquella de la que provenía. Empezó a subir por su falda cuando, volviéndose, dirigió una última mirada a la carroza y al grupo que la rodeaban viendo que algunas personas habían abandonando el trabajo siguiéndole, al tiempo que otras nuevas llegaban prestas a ayudar ocupando el lugar que aquellos abandonaban. Mientras tanto la carroza seguía allí sin moverse ni un ápice, imperceptiblemente más hundida en el fango y solo sostenida en la superficie de la tierra por los esfuerzos renovados que aportaban los nuevos voluntarios que se incorporaban a los trabajos todo lo cual hizo pensar a “K” que mientras todo siguiera así las personas de buena fe tendrían la ilusión de sacar del fango a la carroza, pero qué esta jamás saldría de él y su supervivencia, que no ya la restauración en su antiguo esplendor, tan solo dependía del mantenimiento del frágil equilibrio de fuerzas existente que, de momento, se lograba gracias a la incorporación de las nuevas gentes de buena voluntad que sustituían a las que ya, experimentadas y desilusionadas, abandonaban por imposible todo trabajo. No obstante tal equilibrio de fuerzas no duraría eternamente y un momento llegaría en que se quebraría con las consiguientes consecuencias fatales para la carroza y para todos aquellos que la rodeaban pues al ser, de una u otra manera, el único punto de apoyo de todos ellos desaparecerían con ella arrastrados hasta lo más profundo de la ciénaga.

Esta es la parábola de la carroza…. Quien quiera entender que entienda que para el buen entendedor pocas palabras bastan y estas ya son concretamente 960, es decir, muchas.

sábado, 1 de noviembre de 2008

JUAN VAN HALEN: EL TRIPLE TRAIDOR

Con el ya cansino motivo del bicentenario de la Guerra de la Independencia y como era de esperar han proliferado las reediciones ediciones de conocidas y clásicas obras sobre la historia de aquellos acontecimientos como “Los Episodios Nacionales” de Galdós o “Historia del Levantamiento de España” del Conde de Toreno, pero también se han publicado otras obras biográficas o autobiográficas de personajes decimonónicos con motivo de presentarlos al gran público como paladines de la nación y de la libertad. Dentro de tal marco pseudos propagandístico y hagiográfico se ha de enmarcar la publicación de las “Memorias” del general Juan Van Halen por la editorial Devenir de Madrid.

Aunque la edición de las “Memorias” de Van Halen que presenta la editorial es extremadamente cuidada rozando el lujo de las antiguas joyas bibliográficas no deja de ser lamentable el sacrificio del más pequeño e insignificante de los árboles para dar a conocer las “Memorias” de semejante personaje.

Fue Juan Van Halen un espadón de segunda fila de entre los muchos que nos proporcionó el Siglo XIX español y cuyo aura de liberal defensor de la Constitución de Cádiz le valieron la fama y la fortuna en el pasado y el reconocimiento en el presente siendo todo ello tan inmerecido como injusto.

Juan Van Halen (1788-1864) nacido en Cádiz en el seno de una acomodada familia de origen holandés cursó estudios militares de los que se graduó como guardiamarina de la Armada Española en 1803 tomando parte, dos años más tarde, en la batalla de Trafalgar como subrigadier en la fragata Magdalena. El 2 de Mayo de 1808 le sorprende en Madrid, participando activamente en la lucha callejera contra el invasor francés y en la defensa del cuartel de Monteleón donde es herido.

Tras la batalla de Rioseco, se retira con el resto del ejército hacia Galicia recibiendo en El Ferrol el mando del cañonero Estrago con el que apoya la defensa terrestre de la plaza hasta su rendición en Enero de 1809. En esta fecha y apresado por las tropas francesas se le da a elegir entre servir a José Bonaparte o ser fusilado optando el “héroe” de la nación española por la primera opción.

Desde que Juan Van Halen se convierte en “Josefino” (soldado español al servicio de José Bonaparte) no deja de ascender en el ejército enemigo como prueba el hecho de que, nombrado oficial de la Caballería de la Grandee Armee, acude como invitado en París al bautizo del hijo de Napoleón al que llega a conocer en persona y a rendirle pleitesía. Los reveses sucesivos pero no decisivos que sufren los franceses en la Península Ibérica no le apartan de su lealtad al francés siguiendo fiel no se sabe bien si a José Bonaparte o a su equipaje hasta la batalla de Vitoria en 1812. En 1813, cuando la derrota de los ejércitos franceses en España ya es totalmente segura no duda ni un instante en desertar del ejército imperial y en pasarse nuevamente al bando español consiguiendo en 1814 mediante traición la entrega de las plazas ocupadas por los franceses de Lérida, Mequinenza y Monzón.

Tras la guerra de la independencia y seguramente por la mala imagen que debió dar su actitud tan voluble durante la misma no debió lograr los reconocimientos que su desorbitado ego requería y mostrándose una vez más como un soldado de fortuna, tras la fortuna recorrió el mundo, yendo en 1819 a engrosar las filas del muy amigo de las libertades ejército imperial ruso donde alcanza el grado de Teniente General durante la campaña sostenida contra los tártaros destacando en la batalla de Joserek (1820) donde es condecorado con las cruces de San Vladimir y San Jorge. En 1821, abandona Rusia y regresa a España donde las posibilidades de enriquecimiento y medro personal que le abre el pronunciamiento de Riego en Cabezas de San Juan el año anterior le evita mostrar su carácter humanista y liberal en la represión de los Decembristas en 1825.

Tal es el hombre, tal es el “héroe” del liberalismo español y tal es el “patriota” Juan Van Halen, un triple traidor que no dudó en traicionar a sus compatriotas que derramaban la sangre frente al francés por salvar su vida para después traicionar a su Rey José I, de quien tantos reconocimientos y favores obtuvo, por seguir conservando sus charreteras para finalmente, no haber dudado en traicionar a sus “hermanos liberales rusos” si el “Autócrata de Todas las Rusias”, Alejandro I, le hubiera concedido unas verstas de terreno y unos cuantos mujiks sobre los que descargar el látigo.

No obstante la vida y los hechos de Juan Van Halen deben conocerse porque su personalidad constituye el prototipo de hombre que lleva doscientos años encarnando y encaramándose en las Instituciones Españolas, sirviéndose del país y de su pueblo para su propio beneficio y que no conoce más nación que su propia persona ni más política que su propia economía.

jueves, 23 de octubre de 2008

LA ECONOMÍA: UN CONOCIMIENTO NATURAL

Existen en la humanidad una serie de conocimientos que, sin necesitar escuelas o academias, son consustanciales al hombre que los posee desde su nacimiento y los puede poner en práctica con la simple aplicación del sentido común siendo exclusivamente la necesidad de honores y reconocimientos superiores que tienen no pocos humanos los que han hecho imprescindibles crear titulaciones específicas garantes de la posesión exclusiva de un dominio sobre determinadas materias, elevadas a ciencias, cuya posesión es generalizada y gratuita.

Dentro de estos conocimientos naturales, se encuentra la economía que es una materia que todos ponen en práctica en el seno familiar sin necesidad de pasar por una facultad de ciencias económicas. La naturaleza de la economía es extremadamente sencilla y quedó magistralmente expuesta por Charles Dickens en su obra “David Copperfield”, cuando uno de los personajes expone al protagonista que la clave de la felicidad y de la buena economía radica en el siguiente axioma: “gana tres chelines y gasta tres chelines y el resultado será sencillamente una buena economía; gana tres chelines, gasta uno, invierte otro y ahorra el que queda y el resultado será la felicidad y una buena economía, por el contrario gana tres chelines y gasta cuatro y el resultado será la infelicidad y la ruina” y es precisamente en esto en lo que durante siglos se han basado no pocas economías individuales y la clave de toda economía sea familiar, nacional o internacional.

Hoy, cuando la situación económica amenaza con una depresión de larga duración, los grandes sacerdotes del economicismo licenciados por las más prestigiosas universidades internacionales y dirigentes de las más importantes instituciones económicas mundiales no acaban de encontrar soluciones y todas sus acciones, si no fracasan directamente, solo parchean el sistema económico hasta la siguiente crisis y es que lo que han de cuestionarse realmente es que la causa de las cíclicas crisis económicas es el modelo de crecimiento rápido y la búsqueda de un beneficio desproporcionado cuya conjunción ha hecho que la presente crisis pueda explicarse con aquel refrán muy castellano que reza: “la ambición rompió el saco”.

En los pasados años de expansión económica las empresas y particulares no dudaban en invertir todo su capital para obtener un gran beneficio y aún más, se endeudaban para invertir lo que no tenían y obtener así una ganancia mayor sin considerar el riesgo que asumían al no prever reserva alguna para los momentos difíciles y he aquí que tales momentos han llegado y se ha producido un retraimiento en el crédito ya que las entidades financieras no quieren dejar un dinero que prácticamente no tienen, un incremento en la morosidad que aumenta la falta de dinero en el sistema financiero y finalmente un importante riesgo para los ahorradores que tienen su capital en depósitos bancarios queriéndose paliar esta grave situación con inyecciones de dinero al sistema que se han demostrado inútiles pues la escasez de dinero es tan grande que todo dinero que se ha introducido hasta ahora en el sistema financiero no sirve para cubrir el agujero que parece sin fondo y en el momento presente con la bajada de los tipos de interés lo que se pretende es que además de las inyecciones de dinero público se introduzca dinero privado en el sistema pero tal medida lo único que provocará será un riesgo mayor para los económicamente más débiles y que nada de culpa tienen en el caos económico en que nos encontramos sumidos.

En la gran conferencia mundial sobre la economía que se ha convocado para los próximos días y que en palabras del Presidente Norteamericano, George Bush, tiene por objeto “Salvar a el sistema capitalista”, se idearan nuevos parches temporales o se rescataran antiguas fórmulas empleadas anteriormente, pero se ha de tener muy claro que ya no hay quien salve al economicismo capitalista que es simplemente la sumisión consentida de todo y todos a unas leyes económicas falsas y al beneficio de unos pocos. El capitalismo tal y como se entendía y conocía hasta ahora ha muerto con la presente crisis y solo se enfrenta al dilema de encontrar algún parche que le permita seguir subsistiendo unos años más con la amable apariencia de que le inviste toda su maquinaria propagandística o quitarse la máscara e imperar por la fuerza bruta sobre el mundo entero en la forma descrita por Jack Londón en su novela “El Talón de Acero”.

Si la humanidad quiere tener un futuro en paz y progreso es imprescindible prescindir de los brillantes académicos que actúan como gurús de la economía y replantearse la teoría del beneficio y del crecimiento. El beneficio ha de moderarse y el crecimiento ha de ralentizarse en aras de una mayor seguridad y para ello los estados han de adoptar medidas intervencionistas en economía y además tal vez, en el momento presente, deban ayudar más a las familias para que paguen las deudas contraídas con las principales entidades financieras y dejar a su suerte a las empresas y empresarios que han buscado el máximo beneficio sin tener en cuenta los riesgos que asumían incumpliendo así la obligación legal que contrae todo empresario de actuar en su actividad comercial con la diligencia de un buen padre de familia.

jueves, 16 de octubre de 2008

¡VIVA LA MUERTE!

Cuando en el día de la Hispanidad de 1936, durante el acto inaugural del curso universitario, el General Millán Astray iniciara, con el lanzamiento del grito de “¡Viva la Muerte, Muera la inteligencia!”, una agria polémica que ha llegado hasta nuestros días con el entonces Rector de la Universidad de Salamanca e insigne representante de la generación del 98, Don Miguel de Unamuno, seguramente sería ignorante de que el grito de “¡Viva la Muerte!” no era un grito salvaje e irracionalmente necrófilo y ni tan siquiera, como creían los seguidores extranjeros del General Franco, fruto originario de una apasionada mente española ante la sangría que era la guerra civil, sino que por el contrario fue racional y poéticamente creado por el literato francés más completo del Siglo XIX: Víctor Hugo.

Efectivamente, la primera documentación del grito de “¡Viva la Muerte!” se encuentra en la novela “Los Miserables”, concretamente en el capítulo IV de la quinta parte titulado “Cinco menos, y uno más” utilizándose tal expresión para manifestar la voluntad resuelta de morir en defensa de la barricada de un pueblo que ha hecho de su vida testimonio y desea hacer de su muerte firma y rúbrica de ese testimonio. Textualmente la cita es la siguiente:

“-Bien está. Elevemos la barricada a veinte pies de altura y muramos todos. Ciudadanos hagamos la protesta de los cadáveres. Mostremos que si el pueblo abandona a los republicanos, los republicanos no abandonan al pueblo.

(……………………………………………………..)

Después que el desconocido que decretó “la protesta de los cadáveres” hubo hablado, y dado la fórmula del sentimiento común, brotó de todos los labios un grito de extraña satisfacción; grito terrible, fúnebre por el sentido triunfal por el acento.

-¡Viva la muerte! Muramos todos”.

Curiosamente el “¡Viva la Muerte!” se convirtió, en la segunda mitad del Siglo XIX y hasta comienzos del Siglo XX, en el grito de guerra de los nihilistas rusos, existiendo autores como Jean Lombard que no duda en atribuirles, en su muy documentada obra “La Cara Oculta de la Historia Moderna”, la exclusiva invención de tal grito, aunque considerando que la aparición del nihilismo ruso es coetánea a la publicación de “Los Miserables” y que incluso la primera vez que aparece el término “nihilista” es en la novela “Padres e Hijos”, de Iván Turgenev que es publicada un año después de “Los Miserables”, no sería de extrañar que los nihilistas rusos no crearan la expresión sino que simplemente la tomaran directamente de la novela de Víctor Hugo máxime si consideramos que la expresión es utilizada en la novela en un momento de exaltación revolucionaria.

Por último, es de mencionar también que el grito de “¡Viva la Muerte!” reaparece en los momentos finales de la muy recomendable película francesa de 1974 “Nada”, dirigida por Claude Chabrol y en la que se narra las aventuras y desventuras de un grupo de activistas anarquistas que deciden secuestrar al embajador norteamericano en París convirtiéndose en una muy acertada crítica del terrorismo.

lunes, 13 de octubre de 2008

“ARA NUNDIRAN” de José María IPARRAGUIRRE

José María Iparraguirre, poeta y compositor vasco nacido en Villarreal de Urrechua (Guipúzcoa) en 1820 es conocido por haber compuesto la muy conocida y bella canción “Gernikako Arbora” (el Árbol de Guernica), verdadero himno a la tierra vasca y que, curiosamente, fue cantado por primera vez en el Café de San Luís de Madrid (actualmente un hotel en la calle Montera, esquina con Gran Vía, en el que se puede ver una placa conmemorativa de tal acontecimiento), pero su obra musical y poética no se limita en absoluto a dicha canción.

En 1833, la Primera Guerra Carlista le sorprende en Madrid estudiando en el Colegio de los Jesuitas incorporándose un año más tarde como voluntario al ejército de Carlos V en el que serviría hasta ser herido en la batalla de Arrigorriaga. Tras la guerra, no acepta el traicionero “Convenio de Vergara” y parte, junto con el Rey Don Carlos, al exilio durante el cual participa en las revoluciones de 1848 en Francia y se opone al golpe de estado del 2 de Diciembre de 1852 perpetrado por Napoleón, el pequeño (Napoleón III). En 1853 es indultado por el gobierno español regresando a España por Hendaya, desde donde, a la vista de los montes de su querida Euskalherria y amada España, compone la hermosa canción “Nere Etorrena Lur Maitera” (“Mi regreso a la tierra querida”) más conocida por las palabras iniciales del primer verso “Ara Nundiran” que contiene una entusiástica estrofa laudatoria hacia España que han llevado en la actualidad a cierta mutilación, o mejor dicho, censura por parte de ciertos sectores.

“Ara nundiran” es una composición poética en la que se manifiestan las características típicas de la obra de José María Iparraguirre cuales son el amor a la tierra, concretamente a Euskalherria, como patria chica y a España como patria grande y un profundo anhelo de libertad mezclado con cierto misticismo religioso.

El texto de esta famosa composición es el siguiente:

Nere etorrera lur maitera

Hara nun diran mendi maiteak!
Hara nun diran zelaiak!
Baserri eder zuri-zuriak,
iturri eta ibaiak.

Hendaian nago zoraturikan,
zabal-zabalik begiak,
hara, Espainia! lur hoberikan
ez du Europa guztiak.

Gero pozik bai Donostiara
Okendoarren lurrera,
zeru polit hau utzi beharra
nere anaiak hau pena!

Irutxulueta maitagarria
lore tokia zu zera,
Veneziaren grazi guziak
gaur Donostian balira.

Oi, Euskal Herri, eder maitea!
hara hemen zure semea,
bere lurrari mun egitera,
beste gabe etorria.

Zuregatikan emango nuke
pozik, bai, nere bizia;
beti zuretzat hil arteraino
gorputz ta arima guztia.

Agur bai, agur Donostiako
nere anaia maitiak,
Bilbaotikan izango dira
aita zaharraren berriak.
Eta gainera hitz neurtuetan
garbi esanez egiak,
Sudamerikan zer pasatzen dan
jakin dezaten herriak.

Mi regreso a mi tierra querida

Ahí están los montes queridos,
ahí están los prados
los caseríos bonitos, blancos, blancos,
las fuentes y los regatos.

Estoy en Hendaya loco de contento
anchos, anchos los ojos;
¡ahí está España!¡Tierra mejor
no la hay en Europa entera!

Luego, contento a San Sebastián,
a la patria de Oquendo,
cielo tan lindo tener que dejar,
¡qué pena, hermanos!

Iruchulo querido,
tú eres un florido jardín:
de Venecia las gracias todas
tiene nuestra Donostia.

¡Oh, Euskalerría hermosa y querida!
aquí está tu hijo,
que por besar tu suelo,
sin más, ha venido.

Por ti daría
contento mi vida;
para ti hasta la muerte,
cuerpo y alma del todo.

Adiós, pues,
hermanos queridos de Donostia,
desde Bilbao tendréis
del viejo padre noticias;
y además,
os contaré en verso
lo que pasa en Sudamérica
para que todos lo sepan.

lunes, 6 de octubre de 2008

“EL GENIO DEL CRISTIANISMO” de CHATEAUBRIAND

Hace más de treinta años que no se publicaba edición alguna en España de “El Genio del Cristianismo”, obra que lanzó definitivamente a la fama literaria a François Rene Chateaubriand (Saint-Malo, Bretaña, 4 de Septiembre del 1768 – París, 4 de Julio de 1848), siendo este año en el que nos encontramos en el que la editorial “Ciudadela Libros”, sumándose a la reivindicación que de la obra del célebre vizconde francés se inició hace tres años con la publicación íntegra de las “Memorias de Ultratumba” por la editorial “Acantilado”, publica nuevamente esta obra cumbre del romanticismo teniendo como base la primera edición en francés publicada en 1802 y que, a diferencia de las posteriores, incluía las conocidas novelas cortas y numerosamente publicadas por separado “René” y “Atala”.

Constituye “El Genio del Cristianismo”, no solo una bella composición literaria escrita en prosa que en no pocos momentos roza con la epopeya poética, sino que es además un ensayo, tal vez menos científico que hermoso, tendente a ensalzar la religión cristiana como única y verdadera fe y a ponerla en conexión con todas las manifestaciones estéticas del mundo y los avances de la humanidad que no habrían existido de no haber tenido inspiración y fundamento cristiano, llegando a afirmar el autor que “únicamente el cristianismo explica el progreso en las Letras y en las Artes”.

Aunque “El Genio del Cristianismo” esta escrito por su autor con el corazón no por ello se aleja del rigor científico y filosófico que hace muy posible que esta obra sea la más apasionada, efectiva y razonada defensa del cristianismo en general y del catolicismo en particular que se haya escrito nunca pues, a diferencia de otras apologías religiosas, esta obra de Chateaubriand se dirige más bien a convencer a los enemigos de la cristiandad que a deleitar a los convencidos feligreses de una parroquia, señalando desde el mismo comienzo de la obra que “La fe cristiana ha tenido tres tipos de enemigos desde su feliz aparición en la tierra: los heresiarcas, los sofistas y aquellos hombres que todo lo destruyen con la terrible arma de la risa y de los tres, éstos últimos son los más peligrosos”, pareciendo, a lo largo de sus páginas, que el objetivo concreto del autor es neutralizar la obra destructora de los frívolos que de todo hacen burlas y sornas, razonando y poniendo de manifiesto los logros materiales y reales de la religión cristiana.

“El Genio del Cristianismo” de Chateaubriand supuso tras su publicación en Francia en 1802 el comienzo de una renovación del catolicismo que encontró en esta obra inspiración y fundamento para elaborar teorías sociales, culturales y políticas que, basadas en la fe católica, sirvieran para reorganizar de una forma más justa las sociedades europeas gravemente alteradas por el ateísmo y el anticlericalismo difundido por la Revolución Francesa por lo que esta obra puede considerarse como la primera elaboración doctrinal del catolicismo político y social influyendo notablemente en autores como Dom Guéranger, Lamennais y, por supuesto, en todo el movimiento de los sociólogos católicos encabezados por De La Tour Du Pin y Le Play.

martes, 30 de septiembre de 2008

INFANTILISMO ANTE LAS PRESIDENCIALES NORTEAMERICANAS

La reciente noticia de que una española, la valenciana Noelia Zanón, va a ser la intérprete de la canción electoral del candidato demócrata a la presidencia de los Estados Unidos de América, Barak Obama; junto al interés, por razones obvias, que tales elecciones presidenciales han despertado en el mundo y concretamente en España donde es muy cuestionada la política del actual presidente norteamericano George Bush Jr., hace que se pueda poner seriamente en duda la madurez mental de toda la clase política e intelectual española.

Tradicionalmente los conservadores españoles se sienten extrañamente identificados con el Partido Republicano norteamericano mientras que toda la izquierda y el progresismo sienten ilógica predilección por el Partido Demócrata, haciendo pensar a la generalidad de la población que existen importantísimas diferencias entre unos y otros cayendo en el tópico ficticio de que los republicanos son extremadamente conservadores y belicistas mientras que los demócratas son el equivalente al progresismo izquierdista y pacifista europeo no siendo tales ideas más que prejuicios erróneos y fáciles de inculcar en mentalidades aniñadas.

En tiempos prácticamente inmediatos a la independencia de los Estados Unidos, el Partido Demócrata y el Republicano eran uno solo y constituían el llamado Partido Demócrata-Republicano que gobernó ininterrumpidamente la joven república americana desde 1801 hasta 1824, año en el héroe de la Guerra Anglo-Norteamericana y defensor de Nueva Orleans, Andrew Jackson, perdió la presidencia norteamericana ante John Quincy Adams a pesar de haber obtenido la mayor parte de los votos emitidos, lo que hizo que sus partidarios promovieran una escisión en dicho partido dando así origen al actual Partido Demócrata de Estados Unidos que llevaría por primera vez a uno de sus hombres, al propio Jackson, a la presidencia de Estados Unidos en 1829.

A lo largo de la historia las diferencias ideológicas entre los Partidos Republicano y Demócrata han sido prácticamente inexistentes limitándose a simples diferencias de matiz en cuestión de gestión administrativa de las cosas públicas haciendo los líderes de ambos partidos gala de pragmatismo, conexión con la realidad y defensa a ultranza de lo propio con desinterés hacia lo ajeno.

Es un grave error pretender ver en los demócratas norteamericanos un partido progresista y pacifista pues es de recordar que este partido político fue un importante defensor de la esclavitud en el Sur de los Estados Unidos antes de la guerra civil de 1861 a 1865 y que en los años veinte del siglo pasado fue notablemente influenciado por el Ku Klux Klan, el cual llegó a pretender imponer al Partido su candidato a la presidencia bloqueando la convención demócrata de 1924, que solo pudo llegar a buen término gracias a la mediación del futuro presidente norteamericano Franklin Delano Roosvelt.

Por otra parte es de recordar que quien logró suprimir la esclavitud en Estados Unidos de América fue el mítico Abraham Lincoln que fue elegido presidente en las filas del Partido Republicano.

Otro error importante es atribuir a los demócratas un pacifismo casi místico cuando realmente republicanos y demócratas han arrastrado a su país a guerras injustas e imperialista en la misma proporción. Así, considerando exclusivamente el siglo XX y lo que llevamos de siglo XXI, resulta que los presidentes republicanos Theodore Roosvelt (1901- 1905), Calvin Coolidge (1923 – 1929), George Bush padre (1989 – 1993) y George Bush, hijo (2001 – 2008) han sido respectivamente promotores de intervenciones militares y guerras en Panamá (1903), Nicaragua (1925), Golfo Pérsico (1991) e Irak (2003) mientras que los presidentes demócratas Woodrow Wilson (1913 – 1921), Franklin D. Roosvelt (1933 – 1945), Harry S. Truman (1945 – 1953), John F. Kennedy (1961 – 1963) y Bill Clinton (1993 – 2001) han sido responsables respectivamente de la intervención de los Estados Unidos en los conflictos de México (1917), I Guerra Mundial (1917), II Guerra Mundial (1941), Corea (1950), Vietnam (1963) y los Balcanes (1999).

Así pues, la única deducción lógica que podemos sacar de la política en Estados Unidos es, que triunfe en las elecciones presidenciales el candidato que triunfe, no se producirá un cambio sustancial en la forma de ver el mundo que tienen los políticos norteamericanos ni habrá una nueva política internacional que no sea la orientada a defender los intereses propios y particulares de los estadounidenses y de los grupos de intereses o lobbies que favorecen la elección de tal o cual candidato invadiendo, si es preciso, a quien tengan que invadir y abandonando, si procede, al gobierno títere que tengan que abandonar (como hicieron con Vietnam del Sur o con el Sha de Persia) por lo que creer que Obama es mejor que McCain o viceversa es caer en el infantilismo de creer en los Reyes Magos o, más adecuado al caso, en Santa Claus.

miércoles, 24 de septiembre de 2008

EL PROBLEMA DEL RELATIVISMO

El relativismo que surgió como una corriente filosófica animadora de discusiones de salón y que no habría tenido más trascendencia que la “ciencia magnética” del doctor Mesner si no hubiera sido por la fundamentación que en tal doctrina viene practicando el derecho y la política europea y, por tanto también la moral, desde la Revolución Francesa de 1789 se ha convertido hoy en la causa y justificación de la doble moral de las altas esferas económico-políticas que dirigen el mundo, en la idiocia que impregna el quehacer diario de las instituciones públicas y en la degeneración de las sociedades occidentales.

El relativismo mantiene que no existen verdades objetivas, ni absolutas, ni universalmente válidas por lo que todo depende de condiciones o contextos subjetivos de individuos y colectividades, haciendo que lo que es válido y verdadero para unos no lo sea para otros y aún más, pues añadiendo la variable cronológica, hace que lo que es válido y verdadero para un grupo humano en un momento determinado pueda no serlo para ese mismo grupo unas décadas después.

Este relativismo que se ha ido imponiendo poco a poco y progresivamente a las sociedades a través de la política y de la legislación so pretexto de amparar y promover la libertad de pensamiento y de expresión ha llegado en los últimos años a su aberrante perfección última que no es más que la perniciosa relativización del mal.

Si existe un concepto absoluto a lo largo de toda la historia de la humanidad, ese es el concepto del mal con el que no cabe transigir. Si el concepto del bien puede admitir discusión y polémica, no ocurre lo mismo con el concepto del mal; así, por ejemplo, el hecho de dar unas monedas a un mendigo que se nos acerca con un niño en los brazos puede generar la discusión de si se ha hecho bien o mal, si se ha favorecido o perjudicado a ese mendigo y a ese niño, pero si por el contrario, se rechaza a ese mendigo y se le golpea violenta y salvajemente, no cabe duda ni discusión: se le ha hecho un mal.

En la práctica, el relativismo hace que todo cambie a una velocidad de vértigo, que no exista principio alguno inmutable y por tanto lleva a las sociedades a la total neutralidad y pasividad al no existir referentes fijos que permitan diferenciar con rotundidad entre el bien y el mal, pues lo que hoy esta bien y es bueno mañana puede ser malo y estar mal o viceversa.

No hay problema en el mundo presente, por pequeño que sea, que no emane de la teoría y de la práctica relativista que justifica el empleo de cualquier medio para la obtención de cualquier finalidad pues la bondad o maldad de medios y fines siempre es relativa. La propia historia del pasado siglo nos demuestra que quienes fueron criminales en un momento determinado pasaron a ser héroes e incluso Jefes de Estado en otro momento posterior obviando los actos repulsivamente criminales que cometieron y que los que, con la legalidad del momento, persiguieron los actos criminales con los instrumentos que la ley les permitía pasaron a ser perseguidos como delincuentes.

Pocos son los que escapan al relativismo triunfante más que imperante, incluso la Iglesia Católica, manifestándose a través del Papa Benedicto XVI contra tal corriente no queda al margen de la contaminación relativista como prueba el hecho de que la posición respecto al aborto que mantiene la Iglesia Católica Española (que, recordemos, se encuentra sometida jerárquica y magistralmente al Papa de Roma) sea relativamente más o menos agresiva (pero jamás contundente) dependiendo de los gobiernos que estén en el poder.

Al relativismo solo se le puede combatir con ideas claras, coherentes, perseverantes y sobre todo con una total intransigencia con las desviaciones perversas que excluya el principio del “mal menor” y una férrea disciplina de grupo que arroje fuera de sus filas, sin contemplaciones ni remordimientos, a los que muestren veleidades relativistas. Sépanlo quien tenga que saberlo que transigir con la filosofía relativista y con sus realizaciones es caer en el relativismo mismo.

lunes, 15 de septiembre de 2008

BORIS I, PRÍNCIPE DE ANDORRA

No por estar repleta de grandes acontecimientos, la historia universal deja de contener algunos pequeños hechos muy curiosos, poco conocidos y bastante divertidos como es el reinado de Boris I en Andorra, que constituyó una realidad superior a la ficción expresada en muchas novelas de aventuras ambientadas en países imaginarios como la de “El Prisionero de Zenda” de Anthony Hope.

Boris Mijáilovich Skósyrev Mavrusov, había nacido en Vilnius (Imperio Ruso) en 1896 en el seno de una familia de la baja aristocracia rusa muy vinculada al ejército. Con motivo de la revolución bolchevique de 1917 se exilió a la Gran Bretaña sirviendo en misiones secretas a cargo del Foreing Office en Rusia, lo que hace posible que fuera uno de los agentes reclutados por Bruce Lockhart para organizar una gran red antibolchevique en el interior de la URSS y que teniendo su cabeza visible en la persona de Boris Savinkov, terminaría siendo infiltrada y utilizada para su financiación por agentes dobles de la Checa soviética.

Abandonando el servicio secreto británico en 1925 se instaló en los países bajos donde pretendió haber estado al servicio de la Reina Guillermina I de Holanda quién le otorgó el título de Conde de Orange casándose en 1931 con una acaudalada viuda diez años mayor que él a la que abandonó unos meses después de la boda para seguir a una jovencita inglesa hasta Andorra.

En Andorra Boris Skosyrev se instaló en las proximidades de Sant Juliá de Lória donde entró en contacto con la realidad andorrana anidando en él el pensamiento de que tal vez pudiera aprovechar el descontento reinante en el principado para hacerse con el trono desplazando del mismo nada menos que al mismísimo Presidente de la República Francesa y al Obispo de la Seo de Urgel.

El 17 de Mayo de 1934 Boris dirigió una carta al Consejo del Gobierno de Andorra donde dejaba claro sus intenciones prometiendo modernizar el principado convirtiéndolo en un paraíso fiscal al igual que Suiza y otros minúsculos principados europeos recibiendo una respuesta adversa y siendo obligado a abandonar el territorio Andorrano cinco días después.

Tras abandonar Andorra se instaló como “Príncipe en el Exilio” en la Seo de Urgel desde donde empezó una gran campaña propagandística de reclamación del trono del principado que tuvo grandes resonancias en la prensa nacional e internacional, llegando a afirmar en el periódico izquierdista madrileño “Ahora”: no tengo ningún derecho histórico para mi pretensión. Lo hago únicamente como caballero para entender que defiendo los derechos de los españoles que residen en Andorra y son vejados por la República vecina”.

En el Exilio en la Seo de Urgel, Boris y su reducido consejo principesco integrado por su joven amante inglesa, la millonaria norteamericana Florence Mazmon y el consejero Pere Torras Ribas redactan un texto constitucional para el principado andorrano que modificaba su sistema político tradicional dotándole de libertades, modernización, inversiones extranjeras y el reconocimiento de paraíso fiscal. Se imprimen diez mil ejemplares del texto que se distribuyeron entre numerosas personalidades españolas y francesas, siendo únicamente el Obispo de la Seo de Urgel, don Justí Guitart el único que muestra descontento, desaprobación y franca hostilidad.

El 7 de Julio de 1934 el Consejo General, convocado por el Síndico General de los Valles de Andorra, aprobó legal y democráticamente, por 23 votos frente a 1, la instauración de la monarquía andorrana en la persona de Boris Skosyrev. A partir de ese momento los acontecimientos se precipitan con rápidos movimientos políticos de todas las partes implicadas: el consejero contrario al nombramiento de Boris como Príncipe de Andorra, comunica lo sucedido al Obispo de la Seo de Urgel quien urge la intervención en el Principado, Francia comunica oficialmente que no intervendrá en los Valles, considerando válida la monarquía en la persona de Boris I, por su parte en el Principado, convertido en reino independiente, se nombra un gobierno provisional y entra en vigor la nueva constitución instaurándose la absoluta libertad política, religiosa y de imprenta afirmando Boris I que las directrices de su gobierno estarían dirigidas a conseguir la “protección al necesitado, educación universal y deporte, mucho deporte. Pero nada de juegos prohibidos”.

No obstante de la legítima instauración monárquica en Andorra, amparada en principios democráticos y legalmente establecida con el apoyo de las instituciones andorranas y con el prácticamente reconocimiento de la República Francesa, el derecho y la legalidad son hollados por el señor Obispo de la Seo de Urgel, que abandonado por Francia se vuelve hacia el Gobierno Español que, el 21 de Julio de 1934, envía a cuatro guardias civiles al mando de un sargento con la orden de detener a Boris I en una operación militar que más bien tenía las características de un golpe de estado clerical-militarista contra un poder legalmente constituido. Boris I fue detenido, conducido esposado a Barcelona donde al amparo de la Ley de Vagos y Maleantes se le instruyó causa por el Juez Bellón y finalmente expulsado a Portugal desde donde regresaría a Francia, siendo ingresado en 1939 en un campo de concentración francés junto con antifranquistas españoles, antifascistas italianos y centroeuropeos de las regiones ocupadas por el III Reich desconociéndose las causas de su confinamiento y los cargos que se le imputaban. En 1944 fue trasladado por los alemanes al campo de concentración de Rieucros donde se supone que fue asesinado.