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miércoles, 29 de abril de 2009

AL “CHE” LE GUSTABAN LOS TOROS

Inmersos ya en plena temporada taurina y próximos al inicio de la mayor y más extensa de sus ferias, cual es la de San Isidro en Madrid, vuelven a surgir en nuestro país las consabidas polémicas acerca de la fiesta de los toros.


Como si no existieran otros y más urgentes problemas en España, siempre por estas fechas se produce una importante movilización contra el espectáculo taurino que, bajo el pretexto de la defensa de los derechos del mundo animal, más bien pretende atacar, con fines políticos, una supuesta seña de identidad cultural colectiva como prueba el hecho de que poco o nada se reivindique la prohibición de la fiesta de los toros en otros países de gran tradición taurina como Colombia o Méjico.


Si bien es cierto que hace tan solo cincuenta años la fiesta de los toros era muy popular y contaba con numerosos partidarios, ésta ha ido perdiendo progresivamente seguidores en las últimas décadas en beneficio de otros espectáculos de masas como el fútbol hasta el punto de que las grandes plazas de Primera Categoría, como las de Madrid, Barcelona y Sevilla, suelen llenarse a base de “pases de favor para personalidades” e invitaciones gratuitas remitidas por diversas empresas a sus más distinguidos clientes siendo muy probable que, al dejar de recibir subvenciones institucionales, la fiesta de los toros se extinga en España por sí misma. Es decir, hoy en día los toros han dejado de ser un espectáculo de masas para convertirse en una especie de evento social elitista donde “dejarse ver” sustituyendo en su totalidad el espacio y la finalidad que, a mediados y finales del Siglo XIX, venía ocupando y desarrollando la Ópera y sus grandes teatros.


La fiesta de los toros no solo es un espectáculo, sino que también es el medio de vida de muchas familias ya que además de los toreros famosos y sus cuadrillas hay además otros muchos toreros y cuadrillas que anónimamente arriesgan todos los años sus vidas en plazas portátiles instaladas ocasionalmente para las fiestas populares de pequeños pueblos. Además la tauromaquia tiene cierta importancia económica ya que gracias a ella no solo existe la raza del toro bravo sino que también existen importantes ganaderías que a su vez generan gran número de puestos de trabajo en el sector agropecuario.


Por otra parte, el arte taurino ha tenido y, aunque en menor medida, sigue teniendo una enorme relevancia en el mundo cultural hispánico al ser la inspiración de no pocos literatos y pintores. Sin la fiesta de los toros sería impensable que Goya hubiera realizado su serie de grabados “La Tauromaquia” o que Picasso, cuya amistad con el torero Luís Miguel Dominguín es de sobra conocida, hubiera realizado aquellas de sus obras que reflejan, de un modo u otro, el mundo del toro y del torero, siendo igualmente muy justo recordar la labor de mecenazgo realizada por algún que otro torero como Ignacio Sánchez Mejías quién apoyó y patrocino a la Generación del 27 siendo de lectura básica en los colegios el famoso poema “Llanto por Ignacio Sánchez Mejías” de Federico García Lorca.


Las críticas a la fiesta taurina no son nuevas ni originales, aunque sí la forma irracional y grosera con las que se vienen realizando de un tiempo a esta parte, así en 1908 se publica la novela de don Vicente Blasco Ibáñez “Sangre y Arena” que, además de inspirarse en el mundo taurino, pone de manifiesto la utilización de la fiesta para adormecer la conciencia del pueblo, siendo la mencionada obra literaria una exitosa y didáctica exposición novelada del conocido axioma “Pan y Toros” que en España llegó a ser el equivalente al “Pan y Circo” de la Roma imperial.


En el momento presente, más que existir una crítica de la fiesta taurina existe un ataque frontal, directo e irracional por parte de grupos denominados progresistas y radicales de izquierda quienes, tras la desintegración de la Gran Patria Socialista que fue la Unión Soviética, tienen que buscar las más estrambóticas causas para enarbolar unas banderas que cada vez mas tienen que ver con la subversión y la degeneración cultural y cada vez menos con la revolución y la justicia social. Curiosa y paradójicamente muchas de las personas que integran estos colectivos antitaurinos al mismo tiempo que reivindican las revoluciones de los años sesenta del pasado siglo y la memoria de Ernesto “Che” Guevara ignoran que al “Che” le gustaban los toros siendo un asiduo de la Plaza de las Ventas durante su estancia en Madrid en 1959 tal y como muestra la fotografía que acompaña este texto.


Si consideramos el hecho de que el “Che”, a pesar de su asma, también era un gran fumador, afición hoy muy mal vista en círculos progresistas y que le gustaban apasionadamente los toros; habría que preguntarse ¿Qué es lo que opinaría el “Che” de todos estos contestatarios de salón?.


sábado, 25 de abril de 2009

LA SORPRESA RELATIVA DE ROSA AGUILAR

Hace unos días los Medios de Comunicación dieron la noticia de que la alcaldesa de Córdoba perteneciente a la coalición Izquierda Unida, doña Rosa Aguilar, había sido fichada por el nuevo presidente autonómico de Andalucía, don José Antonio Griñan, para hacerse cargo de la Consejería de Obras Públicas y Transportes, presentando dicha noticia como una enorme sorpresa informativa.

No obstante tal pretendida sorpresa no lo es tanto ya que es de casi todos conocido el hecho de que los grandes partidos mayoritarios, Partido Popular y Partido Socialista Obrero Español, tienen en las formaciones minoritarias e incluso en los grupos políticos extraparlamentarios una especie de “ojeadores” cuya misión es descubrir personas que despunten y tengan ciertas capacidades para incorporarlas, con el tiempo, a sus respectivos partidos. De este modo, los partidos minoritarios e incluso extraparlamentarios, actúan como escuelas de formación política donde se forjan futuros líderes de los partidos mayoritarios en los duros campos de la lucha política clásica donde la imaginación y la pura voluntad suple la ausencia de medios materiales.


La forma de captación de estas personas resulta de lo más clásico y elemental. A unas (a las más honradas aunque algo ingenuas) se las tienta con el posibilismo, haciéndolas creer que es imposible que sus postulados políticos lleguen íntegramente al poder siendo factible la realización de gran parte de los mismos si se renuncia a una porción de ellos, y a otras se las atrae jugando con las pasiones humanas tales como la ambición personal, el cansancio, el deseo de reconocimiento, etc… haciéndolas creer que el valor que tienen debe ser más reconocido o ponerlo en ejercicio en cargos más elevados que aquellos a los que pueden aspirar militando en formaciones políticas minoritarias.


El caso de Rosa Aguilar no debe llamarnos la atención ni escandalizarnos pues no es ni nuevo ni sorpresivo en la táctica política del PSOE que ya años atrás captó para sus filas y ministerios a antiguos líderes comunistas o de Izquierda Unida como Jorge Semprún, Enrique Curiel o Jordi Solé Tura, ignorando si también ha captado a otros líderes más desconocidos y situados aún más a la izquierda. La verdadera enseñanza que los ciudadanos debemos sacar de esta sorpresa relativa es que estamos ante un nuevo indicio que deja al descubierto la existencia, en el seno de nuestra clase política dirigente, de personajes que más que servir a unas ideas se sirven o se terminan sirviendo de ellas y si eso ocurre con las ideas que en algún momento afirmaron amar y defender ¿No estarán también dispuestos a servirse de los pueblos a quienes dicen servir?


jueves, 23 de abril de 2009

CONCEPTOS EMERGENTES EN TEORÍA POLÍTICA (II): El Neoliberalismo

Con nuestro artículo relativo a la ingeniería social publicado anteriormente hemos iniciado una serie de cuatro artículos en los que vamos a comentar los conceptos en los que, tácita o expresamente, se fundamenta el nuevo orden político triunfante en el mundo tras el derrumbe de la Unión Soviética y que empiezan a ser conceptos de relevancia en la teoría política siendo otro de esos conceptos el neoliberalismo.


El concepto de Neoliberalismo plantea problemas a muchos economistas estudiosos de la teoría económica porque no corresponde a ninguna escuela definida no siendo tampoco una simple reaparición del liberalismo del Siglo XIX y es que el Neoliberalismo es realmente una teoría político-económica híbrida surgida de la mezcla de las teorías liberales decimonónicas y las nuevas teorías políticas surgidas tras la Primera Guerra Mundial y que imperaron en Europa en los años veinte y treinta, es decir, de los fascismos derrotados en 1945.


De este modo, al mismo tiempo que el Neoliberalismo propugna en materia económica la total liberalización de los mercados y de las economías, la privatización de todas aquellas actividades que sean susceptibles de explotación económica y la desaparición de la autoridad del estado en la regulación del mercado que ha de quedar sometido exclusivamente a sus propia leyes, es decir, a las leyes de la oferta, la demanda, la competitividad y el incremento de la producción; en materia política viene desarrollando una progresiva limitación de las libertades fundamentales a través de medios indirectos como son las técnicas de ingeniería social.


El Neoliberalismo tiende a la progresiva reducción de los derechos y servicios sociales con la intención no solo de privatizarlos sino de utilizarlos como medio de control. Si bien en un principio, parecía que el Neoliberalismo asumía también ciertos postulados de la socialdemocracia de posguerra como era el “Estado del Bienestar”, que en grosso modo consistía en “llenar los estómagos para vaciar las calles de contestatarios”, tras la caída del bloque soviético se percibe un progresivo desmantelamiento de ese “Estado del Bienestar” con la constante privatización de determinados servicios públicos que, por su propio objeto y naturaleza solo pueden ser deficitarios (por ejemplo, la sanidad), lo que sin duda conllevará un recorte en el alcance de tales servicios.


Con la excusa de un pretendido desarrollo y progreso material, del que solo presenta sus aspectos más beneficiosos y amables el Neoliberalismo muestra una tendencia claramente detectable hacia la lenta y progresiva construcción de un totalitarismo donde todo queda justificado por el buen funcionamiento de la economía y en el que las libertades políticas se irán reduciendo hasta el extremo de solo poder manifestar el pensamiento políticamente correcto quedando instaurado el reino del pensamiento único.


jueves, 16 de abril de 2009

UN ESCRITOR BRETÓN: PAUL FÉVAL

La literatura de aventuras y misterio del siglo XIX parece monopolizada por Alejandro Dumas padre cuya prolífica producción hizo que otros autores no menos merecedores de contarse entre los miembros del Parnaso literario pasaran a ser considerados autores de segunda línea. Tal es el caso de Paul Henrí Corentín Féval, cuya obra es conocida fundamentalmente por las innumerables adaptaciones cinematográficas que de la misma se han realizado tanto en Europa como en América pasando el autor a ser desconocido, como P.C. Wren, ante la fama de sus historias.


Paul Henrí Corentín Féval, más conocido como Paul Féval, nombre este con el que firmaba sus obras; nació en Rennes (Bretaña) el 29 de Septiembre de 1817 y falleció en París el 8 de Marzo de 1887. Su origen Bretón determinó en gran medida el contenido de su obra situando gran número de sus novelas en Bretaña e inspirándolas en cuentos e historias bretonas aunque no se pueda decir que se limitó a hacer una recopilación del folklore de su tierra ciertamente existe una reivindicación en su obra de las libertades y tradiciones bretonas, siendo la más expresiva en este sentido su novela “El Lobo Blanco” en la que, a través de la historia de una venganza familiar, se hace una apasionada defensa del Privilegio Bretón de 1583 mediante el personaje del viejo Trammelays quien en un acto de sublime amor a la patria decide retar en singular combate al Regente de Francia dejando frases inolvidables para ser citadas o recordadas en momentos oportunos (1).


Féval se traslada desde su Bretaña natal a Paris en 1836 cultivando sobre todo el género de la novela por entregas o el folletín tan en boga a mediados del Siglo XIX. Las originales historias contenidas en las novelas de Paul Féval hacen que se le pueda considerar como uno de los precursores de la novela gótica con obras como “La Vampira” o “La Ciudad de los Vampiros”. Igualmente es precursor del Género Negro con la serie criminal “Los Hábitos Negros” cuya redacción ocupara doce años de la vida del autor y con la aparición de su novela “Jean Diable”, surgirá el moderno investigador policial en la literatura.


No obstante, las novelas más conocidas de Féval son sin duda la trilogía de “El Jorobado” (integrada por las novelas: “El Juramento de Lagardere”, “Aurora de Nevers” y “El Jorobado”) en las que el protagonista, el espadachín Enrique de Lagardere pasa de ser una espada de alquiler a caballeroso defensor de los derechos de Aurora, hija del Conde de Nevers, a quién su tío pretende arrebatarla sus propiedades y “Los Misterios de Londres” en la que acude a la fantasía y al misterio para reflejar la lucha de Irlanda contra la opresión británica.


Hoy en día, Paúl Féval es autor muy reconocido en su ciudad natal de Rennes donde tiene erigido un bello monumento aunque en España difícilmente se encuentran obras suyas traducidas al castellano, pudiéndose encontrar actualmente tan solo “El Jorobado”, publicada por la Editorial Anaya y “La Ciudad de los Vampiros”, publicada por la editorial Valdemar.





(1) Resulta muy característico en las novelas de Paul Féval la nserción de frases o axiomas que con rotundidad y belleza son capaces de reflejar toda una filosofía. Como ejemplo mencionaremos las siguientes:


“Cuando los insultos vienen de tan bajo, se pierden por el camino y no llegan a los oídos” en “El Lobo Blanco”.


“Doy Gracias a Dios por haber perdido la cabeza ahí donde mis iguales han perdido el corazón” en “El Lobo Blanco”


“Tal vez llegue a ser preciso renegar de los padres en beneficio de los abuelos”, también en “El Lobo Blanco”.


“Si no vas a Lagardere, Lagardere ira a ti” en la trilogía de “El Jorobado”


miércoles, 8 de abril de 2009

“EL CONDE DE CHANTELAINE” por Julio Verne


El escritor francés Jules Gabriel Verne, conocido en los países de habla hispana como Julio Verne, sin duda debe su fama literaria por ser, junto al británico H.G. Wells, uno de los principales precursores de la literatura de Ciencia Ficción con novelas como “Veinte mil Leguas de Viaje Submarino”, “Robur el Conquistador”, “Viaje al Centro de la Tierra” y otras muchas más (hasta un total de cincuenta y cuatro obras publicadas durante su vida) agrupadas bajo el epígrafe genérico de “Viajes Extraordinarios”.


No obstante, si bien es cierto que en la producción novelística de Julio Verne priman las novelas de viajes, aventuras, ciencia y tecnología no es menos cierto que también cultivó, aunque con mucha menos intensidad, el género de la novela histórica sobre todo mediante narraciones cortas clasificadas como “Cuentos” y que están integrados por unas veinte obras entre las que se encuentran “Los Amotinados de la Bounty”, “El Sitio de Roma” y, la que ahora nos ocupa, “El Conde de Chanteleine”.

“El Conde de Chanteleine”, que lleva el subtitulo de “Un Episodio de la Revolución”, es una narración breve y entretenida en la que la historia de la Guerra de la Vendee sirve más que de trasfondo a unos personajes cuyas peripecias parecen más una justificación del autor para hilar la narración que el objeto de la misma, pareciendo ser su verdadera intención narrar los hechos objetivos de aquella “guerra de gigantes” como sería calificada por Napoleón.

El protagonista principal del cuento es el Conde de Chanteleine, aristócrata bretón que tras los excesos de la Revolución, abandona la comodidad de su hogar para unirse al Ejército Católico y Real que se ha levantado en Vendee y Bretaña contra la Convención Francesa. Tras sufrir una grave derrota, el Conde de Chanteleine, acompañado de su fiel servidor Kerman, abandona la lucha para ir a socorrer a su esposa e hija, las cuales son víctimas de la envidia vengativa de un antiguo servidor del conde llamado Kerval. Al llegar a su hogar el protagonista descubre que su esposa ha muerto asesinada y que su hija esta presa en espera de ser guillotinada y a partir de ahí se inicia una serie de relaciones con otros personajes que concluirá con un final totalmente inesperado.

Lo novedoso de este cuento, en comparación con otras narraciones clásicas sobre la Revolución Francesa como “Los Chouanes” de Balzac o “Noventa y Tres” de Victor Hugo, es que el autor, Julio Verne, toma partido claramente a favor de la causa monárquica y en contra de la Revolución describiendo con crudeza los actos de violencia y represalia cometidos por las Columnas Infernales enviadas a Vendee y Bretaña por los revolucionarios y enumerando con exactitud los medios de represión utilizados por éstos como la tala indiscriminada de bosques, la destrucción de molinos y la utilización de barcos con válvulas pensados para la ejecución masiva de prisioneros por medio de su ahogamiento en los ríos, llegando incluso a sugerirse que el Gobierno de la Convención habría pensado en utilizar la fumigación tóxica de estos dos territorios franceses en lo que habría sido la primera utilización de armas de destrucción masiva en una guerra. Igualmente Julio Verne dedica una parte importante de “El Conde de Chanteleine” a describir la situación de la Iglesia Católica durante el periodo revolucionario y las duras circunstancias en las que el clero no juramentado se veía obligado a impartir los sacramentos llegando a reproducir textualmente en este cuento el contenido de la Ley de Sospechosos por la cual pasaban a estar bajo sospecha:

“1º. Todos aquellos que, ya sea por su conducta, ya por sus relaciones, ya por sus palabras o ya por sus escritos, se hayan mostrado partidarios de la tiranía (hay que entenderse de la monarquía), del federalismo y enemigos de la libertad.
2º. Aquellos que no puedan justificar su manera de vivir o sus derechos cívicos.
3º. Aquellos a quienes se les haya negado el certificado de civismo.
4º. Los funcionarios públicos que hayan sido destituídos de sus empleos, o suspendidos de sus funciones.
5º. Aquellos exnobles, así como los maridos, mujeres, madres, hijos e hijas, hermanos o hermanas y agentes o emisarios de emigrados que no hayan manifestado constantemente su adhesión a la Revolución”.

“El Conde de Chanteleine” no ha sido editado en España desde hace muchos años, existiendo una edición adaptada por la editorial Bruguer para la colección “Joyas Literarias Juveniles”. Aún así, esta obra de Julio Verne puede leerse en la dirección http://www.geocities.com/conde_chanteleine/chanteleine1.htm en una muy buena edición a cargo de don Cristian Tello.

Julio Verne, nació en Nantes (Francia) el 8 de Febrero de 1828 y falleció en Amiens (Francia) el 24 de Marzo de 1905, siendo muchas de sus obras premonitorias de lo que hoy son usuales medios técnicos y conocidos descubrimientos científicos.

viernes, 3 de abril de 2009

CONCEPTOS EMERGENTES EN TEORÍA POLÍTICA (I): La Ingeniería Social

En la década de los años noventa del pasado siglo tras el derrumbe del antiguo bloque soviético, comenzaron a surgir en la teoría política diversos conceptos que, si bien no eran nuevos, se presentaban como novedosos en la ciencia política por la nueva dimensión que adquirían gracias a las nuevas tecnologías y a los sistemas de control social, siendo los que más se citaban: la ingeniería social, el pensamiento único, el neoliberalismo y la globalización.


La ingeniería social es un concepto que hace referencia a los esfuerzos de los gobiernos o grupos privados para influir, o mejor dicho, moldear la opinión pública y los comportamientos sociales haciendo a las sociedades sumisas y pacíficas a la hora de aceptar decisiones o legislaciones como poco polémicas cuando no claramente injustas.


La ingeniería social, aunque se considera por muchos manuales de ciencia política como el contrapunto a la ingeniería política, se diferencia de ésta en el sentido de que mientras la última intenta influir en la sociedad principalmente mediante leyes, incentivos y desalientos incorporados a la economía y al sistema impositivo; la ingeniería social incide directamente en la sociología originaria de las sociedades a través del sistema educativo y de los medios de comunicación social.


Ciertamente la ingeniería política podría influir en las sociedades mediante leyes o incluso mediante sistemas represivos, pero en no pocos casos estos intentos han fracasado al encontrarse con graves resistencias, incluso violentas, que hacían que las leyes se retiraran, se mitigara el rigor de las mismas o, simplemente, que los regímenes represivos sucumbieran. Un ejemplo de intento de ingeniería política podría ser la Constitución Mexicana de 1917, que imponía en una sociedad mayoritariamente católica, un sistema laicista y antirreligiosos que provocó el estallido social que significó la Guerra de los Cristeros de 1926 a 1929, aunque el modelo más perfecto de esta ingeniería la encontraríamos en el Stalinismo.


Por el contrario, el objeto de la ingeniería social, actuando más inteligentemente que la política y utilizando medios indirectos, procura cambiar la base sociológica de una colectividad utilizando la propaganda y el sistema educativo, distrayendo la atención de las cosas verdaderamente importantes, expandiendo la relajación intelectual de las masas y favoreciendo el acriticismo, presentando solo el punto de vista positivo de determinadas acciones u opciones políticas y económicas y difundiendo noticias de diversión. En los medios propagandísticos, el actual ingeniero social utiliza, si no todos, muchos de los “once principios” de Joseph Goebbles, quién puede ser considerado justamente como un precursor de la ingeniería social y en materia de educación se actúa en una doble vertiente procurando en primer lugar alejar a los jóvenes estudiantes del debate intelectual y político favoreciendo su neutralidad ideológica y el desinterés generalizado por las cuestiones públicas, no dudando en fomentar entre ellos la filosofía hedonista en su forma más radical representada por la escuela cirenaica y, en segundo lugar, inculcando en los mismos el concepto del “buen ciudadano”, entendiéndose por tal, no a un hombre libre, sino al perfecto servidor del estado y que ese mismo estado, con el tiempo, necesitará para formar parte de una legión de funcionarios y servidores que jamás cuestionen las decisiones políticas ni las ordenes recibidas.


Se puede considerar como la primera experiencia exitosa de ingeniería social la practicada en Alemania por el nazismo en el periodo de 1933 a 1945, en cambio, el sistema implantado por Stalin en Rusia no se puede considerar ingeniería social aunque sí una perfecta práctica de ingeniería política porque en el primer caso se consiguió que una sociedad culta, referente de la ciencia y la tecnología de su tiempo, aceptara voluntariamente y sin cuestionarse nada leyes injustas y criminales participando gran número de alemanes en su aplicación con la simple justificación del “cumplimiento de la ley o de las órdenes”. Por su parte, el Stalinismo, se basaba exclusivamente en la represión, en el control policial y en el terror como forma de conseguir objetivos políticos y económicos radicando precisamente ahí la diferencia entre la ingeniería política y la social al buscar la primera el mero sometimiento, aunque éste sea por la fuerza, mientras que la segunda desea el convencimiento y la aceptación pacífica de que lo que se ordena y se legisla como correcto y beneficioso aunque no lo sea.

miércoles, 1 de abril de 2009

“EL CHOUAN” DENUNCIADO


El pasado 10 de Marzo, coincidiendo ¡oh casualidad!, con “el Día de la Lucha Carlista” instaurado por S.M. Javier I, uno de nuestros redactores fue visto por funcionarios del Cuerpo Municipal de Policía de la madrileña localidad de Fuenlabrada poniendo una única pegatina en una señal de dirección prohibida.

Cuando nuestro redactor se encaminaba hacia el metro para dirigirse a su domicilio fue requerido por, nada más ni nada menos que, tres agentes para que se identificara y les acompañara al vehículo pues le iban a cursar la correspondiente denuncia por la colocación de la pegatina en la susodicha señal al haber infringido al parecer una ordenanza municipal existente en la localidad dedicada a la Convivencia Ciudadana.

La pegatina y su contenido es la que acompañan a la presente nota.

Curiosamente, el Municipio de Fuenlabrada es uno de los que tiene un autobús interurbano en los que se puede leer la leyenda que la asociación de librepensadores ha lanzado más con ánimo de escándalo que de proporcionar respuestas científicas: “probablemente Dios no existe, deja de preocuparte y vive la vida” como si tal ánimo de escándalo no afectara o pudiera afectar a la convivencia entre los ciudadanos.

La pegatina en cuestión pretendía y pretende dar una respuesta desde la realidad social de los millones de endeudados y parados que sufren el mal gobierno de la Res Publica así como desde la jocosidad, pero sobre todo y ante todo DESDE LA FE CATÓLICA que, de un tiempo a esta parte, es gratuitamente ofendida desde el poder sin ser amparada por nadie viéndose de éste modo agredida la libertad religiosa.

No vamos a discutir la existencia de la ordenanza que prohíbe poner pegatinas en el mobiliario urbano ni la actuación de los agentes de la autoridad, que por cierto y es justo reconocerlo, se comportaron en todo momento con respeto y corrección aunque también mostraron en sus rostros cierto asombro ante las alegaciones de nuestro redactor vertidas en la papeleta de denuncia, pero no podemos negar que nos llama poderosamente la atención de que “todo el mundo” lo hace, “todo el mundo” pone pegatinas y anuncios en el mobiliario urbano de todos los municipios de las Españas y que haya sido precisamente está pegatina en concreto en uno de los municipios que tienen el famoso autobús del librepensamiento la que haya originado la denuncia y el futuro expediente sancionador estando convencidos de que de haber sido otro el contenido de la pegatina, tal vez la denuncia hubiera existido, pero el expediente seguramente se habría perdido entre la “maraña administrativa”.

No obstante, las cuestiones verdaderamente importantes son dos:

La primera es la progresiva reducción de las posibilidades de expresar aquel pensamiento que no coincide con el pensamiento oficial del régimen actual. Si bien es cierto que sobre el papel de la Sacrosanta Constitución de 1978, la Libertad de Expresión es reconocida a todos termina siendo negada en la práctica a la inmensa mayoría porque el español tiene libertad para comprar papel, tiene libertad para comprar impresoras, para imprimir pasquines y para decir lo que le de la gana en su casa de puertas para adentro, pero luego realmente no puede pegar pegatinas con su pensamiento porque existen ordenanzas que impiden su colocación, tampoco puede hacer pintadas porque, además de ser una guarrería, puede llegar a ser un delito, asimismo tampoco puede repartir pasquines o folletos a la salida del metro porque también hay ordenanzas que multan tal actividad, así pues ¿Cuál es el único medio admitido para ejercer la libertad de expresión? y, por ende ¿Quién tiene realmente el derecho a la libertad de expresión? Pues está muy claro, el único medio admitido para ejercer el derecho a la libertad de expresión es aquel que se canaliza a través de los grandes medios de comunicación de masas o a través de importantes agencias de publicidad y atendiendo a esto solo aquellos que tienen los medios económicos suficientes para acceder a tales medios y agencias pueden ejercer la libertad de expresión.

La segunda grave cuestión no planteada por nadie hasta ahora es que si el actual estado español no tiene religión oficial y es neutral en materia religiosa ¿Cómo es posible que se permita la utilización de un medio de transporte público para realizar una campaña propagandística que atenta contra los sentimientos religiosos de una mayoría de españoles?. A nivel individual constituye una falta de educación y de respeto intentar que la gente abandone sus creencias religiosas o ateas y las mude por otras, siendo muy extendido y conocido el Magisterio de la Iglesia Católica al respecto y que claramente afirma que “siendo la Fe un don divino a nadie se le puede obligar a creer”, pero a nivel político, administrativo y legal la propaganda a favor o en contra de la existencia de Dios en un medio de titularidad pública como es el transporte vulnera gravemente la neutralidad religiosa del estado español y de sus instituciones además de atentar contra la paz social.

No pedimos justicia, no creemos que se nos pueda hacer, pero lo mínimo que podemos pedir al actual régimen español y a sus instituciones es que sea coherente con su propia legislación fundamental de la que anualmente, en el mes de Diciembre, entona poéticas loas que no son más que el canto del “Trágala” de siempre.

Así pues, estimados amigos y lectores, no sería de extrañar que, estando las cosas como están, cualquier día se nos presentase un motorista con la orden gubernamental de cierre de este blog. De momento y hasta que llegue ese momento esperaremos la comunicación del Excelentísimo Ayuntamiento de la Fuente Labrada y nuestro redactor hará frente a la multa, esperemos que con el menor menoscabo posible para su bolsillo.