Siempre
se ha dicho que la política no es una actividad limpia ni inmaculada, aunque
siempre se han guardado algunas formas con la intención de hacer creer a los
ciudadanos lo contrario, pero tras las pasadas elecciones del 28 de abril los
distintos miembros del estamento político parecen haber olvidado la regla de
oro de la política democrática que no es otra que "si eres deshonesto, al
menos que no se te note".
No ha sido necesario que
transcurriera mucho tiempo para que se descubriera la vacuidad de los discursos
políticos, especialmente los que más ilusión y esperanza habían despertado
entre el pueblo llano. Pasadas las elecciones, las promesas electorales se han
tornado en simples mentiras, los amigos y aliados se mudaron en enemigos y las
promesas de compromisos leales se volvieron puñaladas por la espalda.
Así por ejemplo, los líderes del
Partido Popular que tan solo hace veinte días ofrecían formar parte del
gobierno a VOX y que hace menos de un año se mantenían en el poder gracias al
apoyo de "Ciudadanos" han tardado el tiempo justo que se tarda en
comprobar la sangría de votos que se les ha ido a estas formaciones políticas
para calificar a VOX de ultraderecha y a "Ciudadanos" de
socialdemócratas. Ahora bien, ¿Olvida el señor Pablo Casado que el Partido
Popular ha formado gobierno en Andalucía junto a los socialdemócratas de
"Ciudadanos" gracias al apoyo de la "ultraderechista "VOX?
¿Va ser coherente el Partido Popular con las manifestaciones de su líder y
romperá en Andalucía con los "socialdemócratas" de
"Ciudadanos" y desoirá todas las extravagancias que la
ultraderechista VOX le impuso a cambio de su apoyo a la investidura de Juan
Manuel Moreno Bonilla como Presidente de la Junta de Andalucía?.
Otro caso similar es el de la
emergente VOX, partido constituido a finales de 2013 a partir de un grupo de
veteranos militantes del Partido Popular que al verse marginados en el seno del
mismo decidieron crear otra formación política que, por tales características
fundacionales, solo puede ser considerada como una escisión del Partido
Popular. ¿Cuáles han sido los ejes exclusivos sobre el que ha girado el
discurso de VOX en las campañas electorales a las que ha concurrido desde su
fundación? pues un anti-izquierdismo
infantil, un españolismo folklórico y más vacio que la provincia de Teruel y
una inexistente diferenciación con la llamada "derechita cobarde".
Estos ejes discursivos de VOX deberían explicarse, si es que tienen
explicación, porque ¿Es consciente el caudillo de VOX, Santiago Abascal, que él
mismo procede de esa "derechita cobarde" si por tal entendemos, y me
temo que no hay otra posibilidad, al Partido Popular? ¿Son conscientes los
líderes de VOX que en cuanto han podido han entregado sus votos y su apoyo a
esa "derechita cobarde"?
Por su parte "Ciudadanos"
ya resulta incalificable o difícil de calificar dado sus bailes políticos con
todas las parejas, hasta el extremo que, en algunos mentideros políticos, se
suelen referir a la formación que dirige Albert Rivera como "la
Yenka", esa popular canción de los años sesenta cuyo estribillo rezaba: “izquierda, izquierda, derecha, derecha,
adelante., atrás, un, dos, tres,…”. Y es que "Ciudadanos" es una
formación política de un camaleonismo sin igual, capaz de entenderse con unos
en unas instituciones y con los contrarios en otras instituciones, es decir no
tiene complejos ni siente vergüenza en entenderse con cualquiera, incluso con
la denostada "ultraderecha" que representa VOX en Andalucía, cuyos
votos para sacar algunas leyes o para formar el gobierno autonómico junto con
el Partido Popular no ha despreciado para nada.
Hemos aludido a los tres partidos que conforman la
denominada "derecha" política, pero la llamada "izquierda"
no está exenta de portar esta misma moral
y estos mismos valores éticos comunes en toda la casta política hispánica.
El
Partido Socialista Obrero Español, no ha dudado en utilizar el gobierno para
hacer política puramente electoralista, pero ahora, cuando parece que en la
Unión Europea se han disparado las alarmas por el endeudamiento y el déficit
público español veremos si no tiene que desandar el camino andado y volver a la
política de recortes que ya desarrollo con el último gobierno de Rodríguez
Zapatero. Para ello no va a dudar en entenderse con "Ciudadanos", tal
y como le piden los jerarcas de la oligarquía española, entre otras muchas cosas
porque el famoso temita de "la mochila austriaca" resulta muy
atractivo para abaratar el despido. Curiosamente, los militantes socialistas
concentrados el 28 de abril ante su sede central sita en la madrileña calle
Ferraz al enterarse de los resultados electorales coreaban "con Rivera no,
con Rivera, no", en un acto que demostraba sobre todo férrea confianza y fe, sea entendido esto con ironía, en lo
que habían votado y en su líder Pedro Sánchez. Al fin y al cabo, ya en el 2016,
Pedro Sánchez intentó pactar un gobierno con "Ciudadanos" pero tal
pacto no cuajó por los celos de PODEMOS y por el hábil cortejo del Partido
Popular, que terminó llevándose al bello Albert al lecho nupcial. Pero....
señor Sánchez ¿No habíamos quedado en que "Ciudadanos" era un
triunviro del "Trifachito"?. En definitiva que entre faisanes y otros
manjares, del PSOE, de entrada, no; no se puede uno fiar mucho ni poco.
Por
último, queda por ver y analizar el comportamiento de PODEMOS. La formación que
venía a regenerar la vida política española, a representar a los de abajo
frente a los de arriba y a enfrentarse a la corrupción y al bipartidismo para
"empoderar" a la gente, resulta que le ha bastado tener 42 diputados
en el Congreso de los Diputados, 29 menos que en las elecciones de 2016, para
reclamar al Partido Socialista Obrero Español, entrar en el gobierno que pueda formarse.
Aquí lo importante no es señalar el hecho objetivo de que, si con 71 diputados
en 2016 y en 2018, PODEMOS no entró en el gobierno socialista de un Pedro
Sánchez que solo contaba con 85 diputados del PSOE en el Congreso, en base a
que ciencia, conocimiento o secreto arcano, Pablo Iglesias cree que en esta
legislatura podrá entrar en el Gobierno de Pedro Sánchez cuando Sánchez cuenta
con 123 escaño y PODEMOS solo con 42. Aquí lo importante es otra cosa, es la
filosofía y la metafísica que hay detrás del deseo de PODEMOS de tener
ministros en un hipotético gobierno del PSOE. Pero señor Iglesias, en qué quedamos ¿El PSOE
no era un partido de los de la casta?. Evidentemente, no vamos a referirnos a
cuestiones más lejanas en el tiempo pero si el Partido Popular es el Partido de
la Gürtel, el PSOE es el partido de los EREs en Andalucía así pues, ¿Dónde
queda la virginidad inmaculada de PODEMOS y su lucha contra la corrupción y por
la regeneración democrática?. Pablo Iglesias se está descubriendo en campaña
electoral como el enanito gruñón del cuento, que siempre gruñe, se enfada, se
enfurruña y nada le vale para, pasadas las elecciones, centrarse en lo que
empieza a ser una monomanía: la de querer ser ministro. Ya se le manifestó en
2016 y ahora se le vuelve a manifestar.
Si
para muestra sirve un botón, en la política española hay muchos botones entre
los que elegir, pero todos tienen un punto en común como queda demostrado con
la argumentación anterior. Los distintos grupos políticos que conforman la
casta política, carecen de coherencia y
honestidad, no dudarán en pactar con el diablo con tal de alcanzar la
única finalidad que tienen clara: el poder o, al menos, una parcela de poder.
Que nadie se llame a engaño, a ningún miembro de la casta política española le
mueve el espíritu de servicio público ni el deseo de servir al bien común, solo
le mueve el ansia de poder y su permanencia en el mismo. Acaso, ¿Alguien puede
afirmar, después de haber observado el comportamiento de los distintos
representantes políticos tras las pasadas elecciones de abril, que no se ha
caído en manifestaciones y actos solo encuadrables en la más manifiesta vileza
política? ¿Todavía se puede depositar un voto de confianza en este estamento
político que parece despreciar al pueblo y a su inteligencia?.
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