A tenor del contenido de diversos comentarios, creo que se hace imprescindible que exponga lo más claro que me sea posible, cuales son mis ideas, las cosas en las que creo, las que me gustan y las que no me gustan. Así pues, ahí va.
Creo sinceramente, que este mundo enloquecido en general y esta España nuestra en particular van por un camino que no conduce a ningún buen fin. Entre otras cosas, el desprecio por el Medio Ambiente amparado en un imprescindible desarrollo económico que solo termina beneficiando a una minoría muy minoritaria de la humanidad, la crítica demoledora a todo sistema de valores con la finalidad de crear una sociedad amoral, los medios de información masivos tendentes a desinformar y a crear una opinión pública sin criterio, homogénea y conforme con los mandatos del poder y la progresiva justificación del hombre solo en tanto en cuanto es consumidor vienen a corroborar esta opinión mía.
Afirmo que el nacionalismo es el último refugio de los canallas como prueba el hecho de que los más nacionalistas de hoy eran los que hace pocos años militaban en el más radical izquierdismo internacionalista. Por ello rechazo todo concepto de nación que vaya más allá de significar un “grupo de personas procedentes de un mismo lugar” y le contrapongo la idea de Patria, que no solo implica una comunidad humana forjada por siglos de historia y constituida en Estado sino también una tradición heredada que hay que respetar y, sobre todo, una tradición por legar.
Niego el derecho a decir estupideces a los que, por su formación cultural o por el puesto que ocupan en las administraciones públicas, no tienen derecho a decirlas.
Afirmo que la actividad política es un servicio público tendente al bien común y por tanto la mayor virtud de un político es la honradez. Rechazo la idea liberal de que en la persona del político se debe distinguir entre su vida pública y su vida privada porque los políticos no tienen vida privada ya que la “moral particular y privada no es diferente de la moral política y pública”.
Creo que no solo hay que confiar la justicia a las leyes porque las leyes, como obra humana que son, pueden ser imperfectas, y afirmo que por encima de toda legislación humana se encuentra el Derecho Natural y nuestra propia conciencia individual a la que siempre se debe ser fiel. Por tanto creo en el Imperio de
Afirmo que la base de la administración de justicia penal, esta en la supremacía moral del Juzgador sobre el juzgado, si tal supremacía no existe y el Juzgador está al mismo nivel que el juzgado o incluso por debajo de él, el primero pierde toda legitimidad y toda sentencia se convierte en una aberración animal.
Rechazo el culto que las sociedades actuales rinden a la economía sometiéndola todas las demás facetas de la existencia y, lejos de cuestionarme tal o cual sistema económico, me cuestiono la economía misma. Niego que la globalización sea beneficiosa para la humanidad porque tal globalización no es más que el internacionalismo capitalista que ha sustituido a los “Proletarios” por los “Capitalistas” en el viejo lema de “Proletarios del mundo, uníos”.
Creo en un Socialismo que materializando la afirmación de San Pablo de que “lo que en unos sea exceso, revierta en lo que es necesario para otros” sea además Patriótico frente a las tendencias cosmopolitas y homogeneizadoras y Universal frente a la actual globalización liberal-capitalista y al antiguo internacionalismo marxista.
Afirmo que la libertad exige responsabilidad y que los ciudadanos solo son libres si de forma directa y responsable participan de forma continuada en las cosas del gobierno, teniendo además capacidad para revocar poderes en cualquier momento a sus representantes; creo por tanto que la democracia liberal es una idea falsa que solo da una apariencia de libertad abstracta al tiempo que de forma real la niega.
Niego que la limitación de los poderes de un estado pueda venir de una Ley Suprema o Carta Magna y afirmo que solo potenciando la articulación de
Creo en la defensa de las Culturas y desprecio la idea de Civilización que no es más que la fase última, crepuscular y decadente de una Cultura. Afirmo que en la actualidad existe un total desprecio hacia la cultura siendo uno de los mayores males de la sociedad occidental moderna el que sus individuos han pasado del estado salvaje al estado civilizado sin pasar por la cultura.
Amo las ruinas antiguas porque ellas son testimonio de gestas realizadas por grandes hombres inspirados por bellas ideas. Amo las bellas y sublimes ideas en cuya defensa la muerte no es más que la rúbrica de un testamento. Añoro los antiguos tiempos en los que se veneraba el honor y la lealtad, desearía el retorno a los tiempos caballerescos en donde pudiera existir buen señor del que ser buen vasallo…
Ya se, ya se… Antiguo, reaccionario, raro, decimonónico, pero SOY YO y con pocas pretensiones que vayan más allá de la de mantenerme en pie en un mundo en ruinas.
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