CONTACTO (indicando como asunto El Chouan Ibérico): arturoen@hotmail.com

lunes, 28 de abril de 2008

FINALIDAD Y PERFECCIÓN DE LAS IDEAS


Un pensador nunca fórmula una idea o sistema ideal como pasatiempo o como servicio a un presunto narcisismo intelectual, sino que, por el contrario, toda idea obedece permanentemente a una finalidad y tiende siempre a perfeccionarse.

La finalidad de toda idea es su realización material y logra su perfección en un momento muy concreto de su materialización a partir del cual solo le queda mantenerse o ir decayendo. Pueden existir varios intentos de materialización de la idea pero tan solo se ha de tener en cuenta para considerar alcanzada la finalidad ideal aquel intento coronado por el éxito. Así por ejemplo el sistema ideal marxista encuentra su realización material en la revolución bolchevique de 1917 (no pudiéndose considerar alcanzada la finalidad de la idea en los abortados intentos revolucionarios de la Comuna de París de 1871, ni en la Revolución de 1905) y alcanza su perfección únicamente en el Estalinismo. En el mismo sentido se puede afirmar que los sistemas ideales elaborados por la llamada “Derecha Hegeliana” o, posteriormente, por filósofos o pensadores como Nietzsche o Schopenhauer cumplen su finalidad materializándose en la “Marcha sobre Roma” de 1922 y alcanzan su completa perfección en el Nacional-Socialismo.

El mundo ideal está sometido inexorablemente a leyes biológicas y presenta decadencias y resistencias, como si fuera poseedor de un instinto de supervivencia. De este modo, la idea una vez materializada y alcanzada su perfección, solo puede hacer dos cosas: o bien mantenerse en esa perfección, reafirmándose evitando todo revisionismo sobre la misma o comenzar a decaer.

La decadencia de la idea siempre es posterior, nunca anterior, a su perfeccionamiento por lo que una idea o sistema ideal que no se ha visto realizado ni ha alcanzado su perfección no puede decaer ni degenerar. Comienzan las ideas a decaer con un rechazo de ese momento de perfección originado generalmente porque los seguidores del sistema ideal en cuestión, estando totalmente identificados con la idea y sosteniendo la vigencia de la misma, son incapaces de asumir las consecuencias de su perfección y tratan de modelarla para ajustarla a sus particulares tablas axiológicas predefinidas despegándose paulatinamente de la perfección.

Más adelante, lo más normal es que la idea en fase de decadencia, muy alejada ya de la perfección, entre en fase de degeneración presentando claros síntomas de “lucha por la vida” o “instinto de supervivencia”, ya que el mundo ideal, al igual que el ser humano, se resiste a morir siendo en ese momento de lucha por la supervivencia donde la idea, en vez de intentar revitalizarse volviendo a su perfección, cosa que no solo sería lógica sino también plausible, rompe definitivamente con esa perfección y comienza a asumir, ideas o parcelas concretas de sistemas ideales que no solo le son ajenas, sino que además le son radicalmente contrarios por lo que la idea, ya degenerada, cae en contradicción grave con ella misma para terminar cayendo en el olvido (que es la muerte de la idea). Como ejemplo de esta decadencia y degeneración de la idea podemos citar nuevamente al Marxismo que perfeccionado en el Estalinismo, empezó a decaer tras la muerte de Stalin con el constante revisionismo de su obra que culmino en la llamada “Perestroika” para entrar en total degeneración en el presente con la aceptación tácita e incluso expresa de ideas claramente Maltusianas o individualistas, como pueden ser los nacionalismos, que practican todos los movimientos que continúan autoproclamándose marxistas.

A pesar de lo sostenido anteriormente, es de señalar que hay ideas que se realizan, pero que ven su camino hacia la perfección obstaculizado por diversos incidentes que solo retrasan el momento culminante de la idea, pero jamás lo impiden. Tal es el caso del liberalismo, que materializado en la Revolución Francesa de 1789 aún no se ha perfeccionado, aparentando en ocasiones encontrarse en franca decadencia, pero reapareciendo más tarde con mayor vigor, para continuar avanzando hacia su perfeccionamiento ideal y, habiendo superado un último escollo a causa de su enfrentamiento político con el marxismo durante la “Guerra Fría”; retoma hoy, con más velocidad y mayor fijeza de rumbo, su devenir hacia la perfección ideal no vislumbrándose aún con claridad en que consistirá la misma, aunque podría sugerirse la instalación a nivel mundial de un totalitarismo economicista absolutamente carente de todo principio moral como el momento perfecto del liberalismo.

Por su parte también existen ideas o sistemas ideales que no pueden, por su propia configuración inicial, decaer ni degenerar, aunque puedan pasar por momentos de aparente recesión. Tales son los sistemas ideales de cimentación religiosa ya que éstos hacen depender su perfección de la intervención de un hecho sobrenatural que casualmente, tal y como en los mismos se sostiene, coincidirá con un final de los tiempos que hará imposible, por pura lógica, cualquier revisionismo posterior. Así como ejemplo, podemos citar el cristianismo, que si bien se materializó en la Iglesia Católica, no podrá perfeccionarse hasta que no se verifique la anunciada y prevista “segunda venida” tras la cual finalizarán los tiempos y la historia.

Así pues, todo hace presumir, que, a pesar de que todavía se pretendan mantener vivos otros sistemas ideales ya, en total degeneración y prácticamente nula influencia, las únicas ideas a tener en cuenta en el presente y durante un prolongado futuro serán el liberalismo y la religión.

miércoles, 23 de abril de 2008

“TÉCNICA DEL GOLPE DE ESTADO” de Curzio Malaparte


Curioso resulta y maldito debe ser el libro escrito por Curzio Malaparte (pseudónimo de Kurt Erich Suckert) en 1931 y titulado “Técnica del Golpe de Estado” porque a pesar de haber sido obra muy famosa y leída en la primera mitad de los años treinta del siglo pasado y de haber ocasionado a su autor una condena a destierro interno decretado por el régimen fascista italiano, pocas reediciones posteriores se conocen de la misma en Europa.

“Técnica del Golpe de Estado” analiza con precisión los diferentes golpes o intentos de golpes de estado habidos en Europa desde el 18 de Brumario de Napoleón hasta la llamada “Marcha Sobre Roma” de Mussolini constituyendo cada “golpe de estado” un capítulo de la obra. No obstante, “Técnica del Golpe de Estado” no constituye un libro de historia propiamente dicho ni mucho menos un manual de sabotaje, sino que por el contrario es un libro político y sociológico que desmenuza las fuerzas actuantes y las acciones decisivas que existen en todo golpe de estado y que no son precisamente las más visibles ni las más espectaculares.

Malaparte sostiene, y no sin falta de razón, que un golpe de estado solo requiere la participación de “mil técnicos” que actúan bloqueando todas las capacidades del estado al que se golpea y difundiendo noticias no siempre veraces que mantienen en la neutralidad a la mayoría de la población o las hacen aceptar pacíficamente la nueva situación surgida del golpe de estado resultando de este modo que el hecho relevante que la historia marca como el momento cumbre del golpe de estado como fue la disolución de la Asamblea Nacional por Napoleón el 18 de Brumario o la toma del palacio de la Táuride por el Ejercito Rojo durante la Revolución Rusa no fueron nada más que simples concesiones a la estética permitidas por Napoleón y Trosky respectivamente.

Aunque hoy en día, muchos de los que han tenido la suerte de hacerse con algún ejemplar de “Técnica del Golpe de Estado” y de leerlo, sostienen que la obra de Malaparte carece ya de vigencia y que ha sido superada por el tiempo no se puede afirmar fácilmente que tal cosa sea cierta porque siendo la teoría sostenida y esencialmente demostrada en “Técnica del Golpe de Estado” la de que una minoría (“mil técnicos” se denomina a tal minoría en el libro) puede hacerse con el control de todo un estado moderno incluso sin ser detectado el cambio de situación por la mayoría de la población, cabría preguntarse precisamente en el momento presente que si en el pasado inmediato fue posible que “mil técnicos” pudieran hacerse con todo un estado ¿Que podrían hacer hoy diez mil familias económicamente poderosas no con un estado concreto, sino con todo el orbe?.

viernes, 18 de abril de 2008

UN REY ANTE LA II REPÚBLICA ESPAÑOLA


Este mes de Abril al conmemorarse la proclamación de la II República en España, muchos se acordaran de la salida por Cartagena de Alfonso, llamado el XIII o se les representara la conocida foto de la Puerta del Sol de Madrid ese 14 de Abril de 1931, pero muchos desconocerán por ignorancia interesadamente fomentada que el Rey de las Españas, Don Jaime III, entonces exiliado en la Francia de la III República, (circunstancia esta que contrasta con la elección de la Italia Fascista como lugar de exilio por parte de Alfonso, llamado el XIII) y que un año antes declinó la invitación de don Miguel de Unamuno para sumarse al pacto de San Sebastián, publicó un manifiesto saludando la proclamación de la República e indicando los derroteros que debían tomar los gobiernos del nuevo régimen para consolidarse pacíficamente en España.

Su Majestad, don Jaime III, publicó su manifiesto el día 23 de Abril de 1931, es decir, nueve días después de proclamada la república y en el mismo proponía, entre otras cosas, la convocatoria de un referéndum para decidir sobre la forma de gobierno en España (Monarquía o República) y la adopción de una ley electoral de carácter proporcional íntegra semejante a la existente en otros países europeos de primera línea.

En el mencionado manifiesto, don Jaime III solicita a los carlistas que “colaboren con el gobierno provisional en prevención de explosiones de desórdenes callejeros, para poder llegar el Gobierno, respetando las libertades esenciales, a la convocatoria de unas Cortes Generales Constituyentes, que son hoy una necesidad imprescindible y uno de los principios esenciales de nuestra actuación en los últimos años así como ha sido siempre el fundamental objeto de nuestra política realizar la federación de las distintas nacionalidades ibéricas.”

Igualmente, dirigiéndose especialmente a los carlistas les insta a promover “la organización de un gran partido monárquico, federativo, anticomunista, defensor de las grandezas patrias, intensamente progresivo, amigo de las reformas sociales y que coloque a la Iglesia y al Ejército en su verdadero lugar, lejos de toda política”.

Por su parte, dirigiéndose al gobierno provisional y a los líderes de la recién proclamada república, el Rey Jaime III, les pide que elaboren una ley electoral, apartada del caciquismo imperante en el derrocado régimen y en la que se “adopte el único sistema de escrutinio que permite aprovechar hasta el último voto de todos los ciudadanos: la representación proporcional íntegra, usada en las grandes naciones europeas. En estas elecciones, deben pronunciarse, de un modo definido, sea por la República, sea por una Monarquía renovada, progresista, ampliamente descentralizada, que no ofreciera ningún punto de contacto con el antiguo sistema, precisamente a causa de la creación de las grandes administraciones federales en las distintas regiones hispanas”.

No deja don Jaime de mostrar su preferencia por la forma de gobierno monárquica pero tajantemente termina su manifiesto afirmando que “si la voluntad nacional, libremente expresada, se pronunciara a favor de la República, yo pediría a los monárquicos que colaborasen en la obra inmensa que es construir la federación de la nueva España, dispuesto siempre a renovar, en los momentos críticos, el ofrecimiento de mi persona que hago a España”.

Lamentablemente, las propuestas de don Jaime no fueron atendidas en lo más mínimo. La II República, poco antes de cumplir su primer mes de vida, desbarraba hacia el caos y la violencia callejera que tuvo su primera manifestación en la quema de iglesias y conventos el 10 de Mayo de 1931 y a fines de ese mismo año, promulgaba una constitución que, ignorando la realidad social española, institucionalizaba un fuerte y agresivo sectarismo que, rozando lo ridículo, alejaba a la mitad de los españoles del nuevo régimen y sembraba los vientos que habrían de traer la tempestad de la guerra civil de 1936 a 1939.

martes, 15 de abril de 2008

¿QUE CASILLA MARCAR EN LA DECLARACIÓN?


Como todos los años por estas fechas comienza la campaña anual el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas, pero a diferencia de otros años, en estos momentos se esta desarrollando, por parte de la cadena de Televisión “La Sexta” y del diario “Público” una agresiva campaña propagandística a favor de que los contribuyentes marquen en sus declaraciones la casilla que destine el 0´7 por ciento del impuesto a “fines sociales”.

No obstante, todos los contribuyentes, tienen también la posibilidad de que ese porcentaje sea destinado al “sostenimiento de la Iglesia Católica”, que no solo mantiene numerosas obras sociales en España (como son escuelas, geriátricos, hospitales, etc…) sino que igualmente sostiene ayudas al desarrollo en países del Tercer Mundo y además es depositaria de numeroso patrimonio histórico y cultural español que tiene el deber de conservar. Por tanto contribuir al sostenimiento de la Iglesia Católica española no solo es invertir en beneficio de obras sociales para los más desfavorecidos sino también es invertir en beneficio común del patrimonio de todos los españoles.

Por otra parte, las actividades sociales de la Iglesia Católica son públicas, conocidas y transparentes y su gestión económica se encuentra íntegramente fiscalizada no pudiéndose permitir ningún desliz en la mencionada gestión porque de producirse sin duda sería utilizado por sus enemigos, que son muchos y poderosos, para desarrollar campañas propagandísticas de desprestigio.

El contribuyente que se repute católico ha de marcar en su declaración la casilla en la que expresa su deseo de contribuir al sostenimiento de la Iglesia Católica, porque es un coherente deber que le impone su fe, pero el contribuyente no católico debería igualmente marcar esa misma casilla sabiamente aconsejado por su razón desnuda y alejada de toda inspiración celestial.

El dinero destinado a “fines sociales” termina siendo distribuido por el Gobierno entre numerosas Organizaciones No Gubernamentales (ONGs) cuyas finalidades y gestiones económicas no siempre resultan claras saltando de vez en cuando a la prensa algún que otro escándalo que siempre resulta acallado y minimizado ¿Acaso nos hemos olvidado el caso de la ONGs “El Arca de Zoé”? ¿Acaso no existen numerosas ONGs que son una especie de prolongación de determinados partidos políticos? ¿Acaso muchas ONGs no son creadas por importantes empresas para reducir sus impuestos?.

Por todo lo anteriormente expuesto, aconsejo a católicos y no católicos que marquen en sus próximas declaraciones del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas la casilla que destina el 0´7 por ciento al sostenimiento de la Iglesia Católica y termino parafraseando a Guareschi: “en la habitación donde el ciudadano realiza su declaración, Dios puede ver o no lo que se hace; pero el Gobierno de Rodríguez Zapatero y sus amigos, es seguro que no”.

sábado, 12 de abril de 2008

CRUZADA CONTRA EL GRIAL de Otto Rahn


Cuando en torno a 1929, el escritor e historiador medievalista alemán Otto Rahn, escribió la primera de sus obras que tenía por título “Cruzada contra el Grial”, no podía ni siquiera imaginar el interés generalizado que se iba a despertar, siete décadas después, en la Europa mediterránea por la cultura occitana en general y por la herejía cátara en particular.

“Cruzada contra el Grial”, aunque muchos lo hayan pretendido y aún hoy lo pretendan; no es un libro esotérico ni de aventuras mágicas, sino que, por el contrario constituye una obra histórico-científica que tiene por objeto la historia del catarismo y la brutal “cruzada” que los francos sostuvieron contra aquellos leales vasallos del Reino de Aragón.

Así, “Cruzada contra el Grial”, además de aproximarnos a la forma de vida cátara y a su heterodoxo concepto del mensaje cristiano, mostrando especial interés hacia el sacramento cátaro conocido como “Consolamentum” y hacia la práctica de una especie de suicidio ritual denominado “Endura”; demuestra que los auténticos motivos de la Cruzada Albingense, que arraso el mediodía francés en la primera mitad del Siglo XIII, no fueron tanto el mantenimiento de la ortodoxia católica (cosa que estaba logrando pacíficamente Santo Domingo de Guzmán con su misión entre los cátaros) como la expansión territorial del Reino Franco por el Languedoc a costa del Reino de Aragón, que tras dicha cruzada vería perdido para siempre sus territorios transpirenaicos (aunque fuera Jaime II el Conquistador, quien de derecho renunciara expresamente a ellos). En este sentido, la cruzada patrocinada por Simón de Montfort no sería más que un primer precedente del latrocinio ejercido por la Monarquía Franca sobre una minoría bajo un pretexto religioso y que años más tarde se repetiría, casi de idéntica forma, con los Caballeros Templarios. Esta similitud planteada entre el trágico final de los “Herejes de Albi” y el de los Caballeros Templarios, los cuales por cierto, se negaron a participar en la Cruzada Albingense, ha hecho que en la actualidad aparezca multitud de literatura de contenido fantástico elaborada sobre una lectura misteriosa y conspirativa de la historia que rápidamente se traduce en numerosos éxitos editoriales.

“Cruzada contra el Grial” de Otto Rahn, publicada en España por la editorial Hiperión, es una obra de referencia de primera magnitud para los interesados en el estudio histórico del catarismo y de la sociedad occitana medieval que reúne las virtudes de amenidad, brevedad y erudición y que, publicada por primera vez en la Alemania de los años treinta del Siglo XX, abrió el interés hacia el esoterismo por parte de los jerarcas nazis que tendría su máxima manifestación en la visita de Himmler a Montserrat (Barcelona) en 1940 y en los infructuosos esfuerzos de éste por comprar primero, y por robar después, el Santo Cáliz de Valencia.

Otto Rahn, que también escribió una segunda obra dedicada a la geografía cátara titulada “La Corte de Lucifer”, había nacido en Michelstadt (Alemania) el 18 de Febrero de 1904 y murió misteriosamente el 13 de Marzo de 1939 en la cima del monte Wilden Kaiser presuntamente practicando la “Endura” cátara. En la actualidad sus obras “Cruzada contra el Grial” y “La Corte de Lucifer” ejercen una decisiva influencia en autores contemporáneos de novela histórica como Peter Berling, Trevor Ravenscroftl, Jean-Michel Angebert y otros muchos.

martes, 8 de abril de 2008

LA SITUACIÓN CHINA Y LA HIPOCRESÍA LIBERAL


Hace unos años, cuando el Comité Olímpico Internacional concedía la organización de las Olimpiadas del año 2008 a la ciudad de Pekín, los ciudadanos del mundo occidental recibían la noticia con la mayor indiferencia y pasividad al tiempo que sus gobiernos aplaudían la decisión ante la oportunidad de negocio.

Nadie se acordaba ya, porque la falta de memoria o la existencia de una memoria selectiva es carácter propio de las masas contemporáneas, de la matanza de la Plaza de Tianammen en 1989 y solo se hablaba en los medios de comunicación occidentales del aperturismo chino y de su gran despegue económico.

En la actualidad, cuando se aproxima la inauguración de las Olimpiadas, el próximo día 8 de Agosto del 2008, nadie ha podido evitar que saltase a los medios de comunicación la situación de represión que se vive en el Tibet; represión que si hace pocos días se veía en todos los televisores del mundo, no es nueva ni reciente sino que se prolonga en el tiempo desde la invasión militar del extenso y montañoso país por parte de la República Popular China en 1950.

Hace tan solo unas pocas semanas, de la ocupación del Tibet solo hablaban algunos “excéntricos de Hollywood” como el actor Richard Gere, pero han bastado unas pocas imágenes para que surgieran numerosas protestas pro-Tibet, resultando escandalosamente curioso que tan solo se hable de la represión china en el Tibet y se ignore la situación general que padece la población del gigante asiático.

La represión etnocida ejercida por la República Popular China y que tiene por objeto el cambio de mayorías étnicas en determinados territorios, ni es nueva ni se limita al Tibet sino que se extiende a otras provincias, como Sinkiang que, siendo de mayoría musulmana se está viendo “repoblada” con ciudadanos procedentes de China central prohibiéndose tajantemente el uso del idioma propio.

Por otro lado, la existencia de esta represión etnocida, no debería hacer olvidar la grave situación de falta de libertad y de todo tipo de garantías en el que mal vive la inmensa mayoría del pueblo chino, que sufre la existencia de más de veinte millones de presos políticos utilizados como mano de obra esclava y la aplicación generalizada de la pena de muerte además de poder ser objeto de cualquier traslado geográfico forzoso.

Igualmente se ha de mencionar y recordar el carácter expansionista de la República Popular China que mantiene reivindicaciones territoriales sobre gran parte de Asia Central pudiendo, por ejemplo, en cualquier momento reducir a Mongolia Exterior a la misma situación que padece el Tibet.

No obstante, no hay que echar todas las culpas de la situación china a los actuales dirigentes chinos ni a su régimen de mandarines comunistas, pues la responsabilidad mayoritaria de lo que está sucediendo en China desde siempre y especialmente desde 1989 recae sobre el liberalismo occidental que, carente de toda base ética y moral, sobrepone hipócritamente el interés puramente económico a sus más que supuestos, inexistentes, principios de libertad poniendo de manifiesto que la libertad es una cosa y el liberalismo, otra. Lo único verdaderamente importante para los dirigentes liberales de occidente es la economía y el beneficio económico viendo en China tan solo un mercado de dos mil millones de consumidores mostrando un total desinterés ante los demás aspectos de la realidad china por el que tendrán que pagar un alto precio en un futuro no muy lejano.

Así pues, llegará la fecha del 8 de Agosto del 2008, habrá una espectacular ceremonia de inauguración de los Juegos Olímpicos en Pekín que servirá de escaparate propagandístico mundial para el régimen chino al igual que los Juegos de Berlín de 1936 fueron el primer éxito internacional de la propaganda goebbeliana, las protestas ciudadanas por la causa tibetana remitirán hasta desaparecer de las calles y de los medios de comunicación para verse reducidas a los “excéntricos” salones de siempre y el liberal-capitalismo imperante en Occidente, que ya perdono la masacre de Tianammen, hará innumerables negocios, obtendrá incalculables beneficios y volverá a mirar a otro lado en todo cuanto se refiere a derechos y libertades colectivas e individuales en China, pero que los pueblos e individuos que en occidente sufren y padecen el invisible “talón de acero” del liberalismo tengan en cuenta que “quien pierde la honra por el negocio, termina perdiendo negocio y honra”.

viernes, 4 de abril de 2008

LAS AVENTURAS DE DAVID BALFOUR de R. L. Stevenson

Recientemente he sido obsequiado con un extenso volumen de más de setecientas páginas que bajo el título de “Las aventuras de David Balfour” ha publicado la editorial Valdemar en su colección “Club Diógenes” y que reúne dos novelas del conocido literato escocés, R.L. Stevenson, tituladas “Secuestrado” y “Catriona”.

Ambas novelas, “Secuestrado” y “Catriona”, que integran un todo narrativo siendo la segunda pura continuación de la primera, que bien podría haberse prolongado por el autor sin necesidad alguna de escribir una segunda novela; tienen por objeto las aventuras y desventuras del joven David Balfour, que al perder a su padre y quedarse totalmente desamparado en su aldea natal se dirige a Edimburgo para ponerse bajo la protección de su tío, quien, al ver peligrar su fortuna, lo entrega al patrón de un barco mercante para que lo venda como esclavo en América y lo haga desaparecer. Durante la accidentada travesía, que termina con el naufragio del buque frente a las costas de las Tierras Altas de Escocia, entabla amistad con el agente jacobita y prófugo de la justicia británica Alan Breck con el que se vera envuelto en una falsa acusación de asesinato y en una trepidante fuga a través de toda la Hightland escocesa en la que David Balfour conocerá a diversos clanes jacobitas, será testigo de una gran injusticia producida por la conspiración de unos magistrados corruptos y terminará enamorándose de Catriona, nieta del famoso Rob Roy.

“Secuestrado” y “Catriona” están ambientadas en la Escocia de mediados del Siglo XVIII, pocos años después de la derrota de la Causa Jacobita en la batalla de Culloden (1745) y aunque se hallan en ellas innumerables referencias al “cuarenta y cinco” mencionándose en varias ocasiones la terrible represión a la que fueron sometidos los habitantes de las Tierras Altas Escocesas por su apoyo a Carlos Jacobo Estuardo, rey legítimo de la Gran Bretaña (prohibición de determinadas canciones y danzas, prohibición de usar el Kirk, prohibición de usar el Tartan, prohibición de portar el Dirk…), se encuentran bastante alejadas de ser novelas históricas porque en la narración cobra mayor importancia las peripecias y circunstancias personales de los protagonistas que toda la ambientación histórica tratándose por ello, más bien, de unas novelas de aventuras bien trabajadas y entrelazadas que hacen de ellas unas obras de lectura fácil y agradable equiparables en calidad y estilo a la famosísima novela del mismo autor “La Isla del Tesoro” aunque, para mi gusto particular, se podría haber profundizado más en las circunstancias históricas involucrando a los personajes en el contexto histórico, el cual aparece como una nebulosa difusa que envuelve la historia siendo totalmente independiente de la actividad de los protagonistas.

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