El
año 2017 comenzó con la continuación, a mediados de Enero, del juicio que por
la llamada trama Gürtel se está celebrando desde Octubre del año pasado en la
sede que la Audiencia Nacional tiene en San Fernando de Henares (Madrid). Las
expectativas que el inicio del juicio habían despertado se han ido
progresivamente diluyendo hasta prácticamente desaparecer tras la declaración
del ex-tesorero del Partido Popular la semana pasada porque los espectaculares
titulares que se esperaban que surgieran de las declaraciones de los
principales acusados no se han dado y, a pesar de que todo lo apuntaba, nadie
"ha tirado de ninguna manta" convirtiéndose las sesiones del Juicio
Oral en una simple serie de manifestaciones más o menos exculpatorias de los acusados como suele ocurrir en todos
los juicios.
No obstante, este juicio no es un
juicio más. Cuando, según las encuestas, la corrupción es un problema que
preocupa notablemente a los ciudadanos españoles se echa en falta que la sala
de audiencias no esté abarrotada de público ávido de saber que ha pasado y
escuchar las explicaciones de los señores Correa, Crespo, Bárcenas, Sepúlveda y
demás. Resulta, cuando menos, curioso que a pesar de que la corrupción política
preocupa notablemente a la ciudadanía y de que las sesiones son públicas, las
mismas no conciten nada más que el interés de un reducidísimo número de
habituales periodistas que realizan su trabajo para diversos medios y, en una
ocasión, el de un equipo cinematográfico encabezado por un conocido actor que
acudió a la sesión a fin de ilustrarse para una futura película.
Ciertamente, los asistentes a estas
sesiones del juicio por lo que, posiblemente, sea el mayor escándalo de
corrupción acaecido en nuestro país no van a recibir la emoción de escuchar una
gran noticia de las que hacen detener las rotativas, introducir cortes
informativos en radio y televisión y derriban gobiernos y hasta regímenes
políticos, pero sí podrían entresacar, de entre las declaraciones de los acusados,
conclusiones de cómo funciona el régimen político español y sus partidos
políticos.
El público asistente a las sesiones,
y al que se echa en falta, podría entrar en la sala con una idea equivocada de
qué son y cómo funcionan los partidos políticos y salir con otra más acertada.
Si creen que los partidos políticos se financian con las cuotas de sus
afiliados y realizan sus actividades gracias a los esfuerzos de sus militantes
se equivocan radicalmente porque de las declaraciones de algunos acusados
(Correa, Bárcenas...) solo se puede llegar a la conclusión de que los partidos
políticos actúan como empresas mercantiles que tienen sus proveedores y sus
actividades empresariales, que los mítines y actos públicos de los partidos
políticos no son el resultado del esfuerzo y del buen hacer de los militantes
que dedican su tiempo al partido sino el fruto de un contrato suscrito con
empresas privadas dedicadas a la organización de eventos. En definitiva, los
asistentes a las sesiones del juicio sabrían que los partidos políticos son
empresas mercantiles y que, como tales, buscan un beneficio que se concreta en
el poder que les permite ingresar dinero, como poco, en concepto de
subvenciones públicas.
También el público asistente a las
sesiones, deduciría de las declaraciones de los imputados que los partidos
políticos reciben "aportaciones" o "donaciones" privadas de
empresarios y hombres de negocios y que las mismas son de suponer que, si para
la organización política tiene el carácter de "donaciones" para el empresario
donante más bien tienen la condición de "inversiones". En principio
esta actuación no es exclusiva de nuestro país porque la misma lo único que
pone de manifiesto es la existencia en la política española de una actividad
lobbista similar a la existe en los Estados Unidos, cuna de la democracia
contemporánea, siendo de una ingenuidad e incoherencia extrema alegar que
mientras la actividad lobbista es democrática en Estados Unidos no lo es en
España. Los lobbies apoyan a tal o cual partido bien mediante la aportación de
cantidades dinerarias o mediante la puesta a disposición de determinados medios
de comunicación de masas y todo ello a fin de obtener algún tipo de beneficio
del poder político por lo que la política queda definida no como la expresión
de ninguna voluntad general libremente expresada sino como una respuesta
concreta a los intereses de unos pocos.
Asimismo los ausentes espectadores
del juicio se habrían podido quedar estupefactos al escuchar como un cargo
público y electo como el Sr. Bárcenas, trabajaba para una empresa de cítricos
argentina, cosa que si bien es de una legalidad acrisolada no deja de ser una
contradicción que un político español al que se supone servir los intereses de
la "nación española" sirva a los intereses de una empresa extranjera
y extracomunitaria que, en mayor o menor medida, hace la competencia a las
empresas cítricas de nuestro país.
Los ciudadanos españoles a los que
se echa en falta como público en las sesiones del Juicio Oral podrían sacar sus
propias conclusiones, sin que nadie se las contase, sobre cómo funciona la
política y el régimen político español, extrañándose de que no se hagan algunas
preguntas por parte de ninguna de las numerosas acusaciones personadas (1) y
observaría el proceder de los acusados, su lenguaje corporal y gestual, que
permite sospechar que en sus hechos pasados hubieran actuado con la seguridad
que da el creerse apoyados y respaldados por entidades superiores manteniendo,
aun hoy, la confianza en que esas entidades vayan a intervenir en su favor en
el último momento.
El Juicio por la trama Gürtel
continúa su trayectoria, terminará seguramente con condenas para los más
destacados acusados, se fijará una verdad judicial definitiva que no dará
explicación de por qué unas personas están sentadas en el banquillo de los
acusados y otras no y los ciudadanos españoles, cuya presencia se echa en falta
en la Sala, quedarán satisfechos con esas condenas que pondrán punto y final a un capítulo de la
historia política reciente de este país sin saberse ni donde iban a parar los
dineros, ni quién movía los hilos.
(1)
A tenor de lo que se declaraba en la sala surgían cuestiones como: ¿Por qué se
abren cuentas en Suiza?, ¿Qué ventajas tiene?, ¿No tiene la Comunidad de Madrid
personal funcionario y laboral suficiente y capacitado para organizar actos
públicos como el del homenaje a las víctimas del 11-M en la Puerta del Sol de
Madrid? ¿Por qué entonces se recurre a empresas privadas? ¿La empresa cítrica
argentina La Moraleja hacía de alguna forma la competencia a empresas españolas
del mismo sector? ¿Era el Sr. Bárcenas Senador del Reino de España cuando
trabajaba para dicha empresa cítrica?, etc...
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