"Cuando
el Diablo no tiene nada que hacer con el rabo mata moscas", dice un
antiguo y popular refrán español con el que se pretende criticar al que pierde
el tiempo con actividades o polémicas absurdas tal y como ha ocurrido con la
Cabalgata de Reyes del madrileño barrio de Vallecas donde al parecer ha
desfilado una carroza del "Orgullo Vallekano" con "Drag
Queen" castamente disfrazadas de animales de peluche.
Originariamente, la "Cabalgata
de Reyes" que tiene lugar anualmente en todas las ciudades y pueblos de
las Españas el 5 de Enero no era más que una procesión religiosa que pretendía
conmemorar y representar la llegada al portal de Belén de los "tres Magos
de Oriente" para adorar al Niño-Dios, por lo que, fundamentalmente, dicha
"Cabalgata" debería considerarse por todos como un acto religioso
público que antecede a la festividad religiosa de "La Epifanía del Señor"
que se celebra cada 6 de Enero.
Ahora bien, con el transcurso del
tiempo, y al igual que ha pasado con las demás celebraciones navideñas
(Nochebuena y Navidad), la festividad de "La Epifanía del Señor" ha
ido perdiendo su sentido primordial y se va convirtiendo en una festividad más
mundana y material carente de cualquier sentido religioso. Incluso, ha perdido
sus reminiscencias religioso-paganas pues ya nadie se acuerda de las Saturnales
celebradas por los Romanos para festejar el Solsticio de Invierno y muy pocos
son los que podrían indicar el nombre del dios romano al que pedían protección
los comerciantes y mercaderes, verdaderos beneficiarios de las actuales
Navidades.
Perdido el significado original de
la festividad de "La Epifanía del Señor" que ha sido transmitido de
padres a hijos durante siglos, se ha perdido la tradición plena de dicha
festividad porque precisamente eso, "transmisión", es lo que
significa la palabra "Tradición" que procede del Latín
"Tradere".
Dejando a un lado el hecho de que,
por imperiosa necesidad, durante muchas décadas el Rey Baltasar fuera
representado por un figurante maquillado como Al Jonhson en "El Cantor de
Jazz", la tradición en las "Cabalgatas de Reyes" empezó a
perderse cuando la imagen de los tres "Reyes Magos" fue utilizada
indiscriminadamente por todo tipo de centros comerciales y tiendas como reclamo
publicitario, continuo cuando en las mismas los caballos y dromedarios dejaron
paso a remolques camuflados de carruajes patrocinados por todo tipo de marcas
comerciales y se terminó perdiendo por completo cuando comenzaron a aparecer en
las mismas numerosos seres como Harry Potter o Dark Vader que, por mucho que
pertenecieran al moderno mundo infantil, estaban totalmente alejados del
significado que debía tener la "Cabalgata" anunciadora de la
"Epifanía del Señor". Desde
hace años, muchos años, las "Cabalgatas de Reyes" tienen de
"Cabalgatas" tradicionales lo mismo que tiene el diorama de un
"Castrum" romano de familiar Belén navideño.
En un familiar Belén también hay legionarios romanos, pero de ahí a convertirlo un Castrum hay un importante trecho |
Dicho esto, aquellos que han llegado
al extremo de solicitar de los tribunales de lo contencioso administrativo de
Madrid la suspensión cautelar de la "Cabalgata de Reyes" de Vallecas
por la participación en la misma de unas "Drag Queen", en realidad no
han pretendido defender ninguna tradición ni ninguna pureza en la
"Cabalgata" sino que, simplemente, han querido obtener publicidad a
través del escándalo con el fin de hacerse
oír ocupando un tiempo precioso en algunos medios.
La "Cabalgata de Reyes" de
Vallecas se ha celebrado el día previsto, en la misma han participado las
"Drag Queen" con sus infantiles disfraces de muñecos de peluche que
no dejaban entrever nada inconveniente o inapropiado y, francamente, no es
creíble que los niños presentes en la misma se hayan extrañado o escandalizado
de nada porque, al fin y al cabo, desde que tenemos memoria siempre hemos visto
a jóvenes doncellas (juventud, acreditada; lo demás, se les supone),
generalmente dependientas de algunos grandes y céntricos almacenes, disfrazadas
con el masculino atuendo de pajes regios desarrollando los menesteres propios
de su condición y a nadie se le ocurrió ver en ello una pérfida manifestación o
apología del travestismo.
Del Franquismo se ha dicho y escrito
casi todo, pero aún está por escribir una completa "Historia y/o
Anecdotario de la Censura" porque esta polémica regia que se ha suscitado
me recuerda una de esas anécdotas acaecida a mediados de los años sesenta.
Parece ser que una conocida marca de pañales pretendía lanzar una campaña
publicitaria y nada mejor para ello que utilizar la imagen de un bebe desnudo
sobre una toalla, cuando las imágenes del anuncio llegaron al censor designado
(oficialmente llamado Inspector de la Dirección General de Prensa), éste
gravemente escandalizado las consideró impublicables porque según él "incitaban
al pecado"... ¿Qué estaría pasando por la cabeza del muy degenerado?. Pues
lo mismo cabe preguntarnos en este caso con motivo de la polémica suscitada con
motivo de "la Cabalgata de Reyes" de Vallecas.
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