No obstante, que "Arséne Lupin"
sea uno de los más famosos personajes del folletín no implica que sea el único,
pues otros compitieron en fama con él y con él han permanecido en el olvido
hasta ahora. Así tenemos, al escasamente reivindicado, "Fantomas"
presentado como un personaje negativo de características contrarias a las de
Lupín y que surge en 1911, cuatro años después de la publicación de "El
Caballero Ladrón" (primera novela protagonizada por "Arséne Lupin"),
de la mano de Pierre Souvestre y
Marcel Allain quienes escribirán sus
aventuras hasta 1913, año en que se verán interrumpidas por la muerte de Allain
en 1914 para reaparecer, ya exclusivamente bajo la autoría de Souvestre, en 1925
prolongándose hasta 1963 en que se publica la última novela de la saga que
consta de un total de treinta y dos volúmenes.
Otro personaje de renombre dentro
del folletín es el hoy, muy posiblemente enterrado para siempre por su carácter políticamente
incorrecto, "Fu Manchú" que al igual que "Fantomas", y a
diferencia de "Arséne Lupin", es un villano cuyas maquinaciones
siempre resultan frustradas en el último momento por su enemigo el inspector
Denis Nayland Smith. "Fu Manchú" surge dos años después que
"Fantomas", en 1913, de la pluma del escritor británico Sax Rohmer
(pseudónimo de Arthur Henry Sarsfield
Ward) y sus aventuras se extenderían hasta finales de los años cincuenta del
siglo pasado.
"Rocambole",
al igual que "Fantomas" o
"Fu Manchú", nace como un malvado villano aliado con un aristócrata
británico (Sir William) al que termina matando por lo que va a prisión,
escapando de ella y pasando, a partir de la cuarta novela de la saga, a
convertirse en un héroe positivo, un ladrón ingenioso y
caballeroso, que se enfrenta al mal y a modo de firma deja en el lugar de sus
delitos una sota de corazones. Todo lo cual, supone una clara semejanza con
Arséne Lupin.
Todos estos personajes de folletín, "Arséne Lupin", "Fantomas", "Fu Manchú" y "Rocambole"; han disfrutado de adaptaciones al cine, al teatro, a la televisión e incluso al comic, pero solo uno de ellos, "Rocambole", influyó en el lenguaje dando lugar a una palabra que tiene su origen en dicho personaje, pues la palabra "Rocambolesco" se debe en exclusiva a las características definitorias de las aventuras escritas por Ponson du Terrail y de ahí que cuando hoy tanto se pondera las hazañas de "Aséne Lupin" yo prefiera, sin ningún género de dudas, a "Rocambole".
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